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Discursos dados por Sai Baba

29. 11/09/98 El conocimiento sin la práctica no tiene sentido

11 de Setiembre de 1998

Prasanthi Nilayam

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La palabra causa prosperidad

La palabra procura amigos y parientes

La palabra produce esclavitud

La palabra también puede conducir a una muerte segura

Encarnaciones del amor:

El poder de la palabra otorgado a la humanidad es muy importante y majestuoso. Le proporciona toda clase de riqueza. Debemos hablar dulce y suavemente, de una manera aceptable. Solo las palabras dulces nos dan abundancia y prosperidad. El habla puede ganar muchos amigos y relaciones, incluso reinos. Aunque tengamos pocas relaciones, con palabras dulces podemos desarrollar una buena relación con el mundo entero. Un habla sagrada nos dará educación y nos elevará a posiciones elevadas. Pero también debemos saber que las palabras pronunciadas con malos pensamientos y malos sentimientos no solo nos llevarán a la esclavitud, sino que también nos condenarán a muerte. Tanto el bien como el mal están presentes en las palabras que pronunciamos. Para el que tiene palabras dulces, el universo mismo se convierte en una mansión. Sentirá que la casta de la humanidad prevalece en todas partes. Así, las palabras forman la base para que sintamos a la humanidad como una sola casta y al universo como su mansión. Para alcanzar la divinidad hay que tomar el camino espiritual. Las buenas palabras, junto con la humildad, conducen a niveles superiores.

El mundo entero es uno solo, aunque en él se encuentre multiplicidad. Aun en este mundo de pluralidad, existe subyacente el principio de la unidad. El más importante entre los números 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8 y 9 es el el 1. Todos los demás son meras modificaciones del número 1. 1 + 1 se convierte en 2. 9 - 1 se convierte en 8. Así pues, el 1 constituye la base de todos los números. Esta es la unidad en la multiplicidad, Esta unidad es la Verdad.

Los Vedas dicen: «Om ithyekaksharam Brahma», es decir la sílaba OM es Brahman. La Divinidad no está separada del OM. De esta unidad ha surgido el mundo. Pero ustedes no comprenden esta verdad y con sus aspiraciones y ambiciones, toman caminos diferentes.

De hecho, no hay diferencia entre el mundo y la Divinidad. Los diferentes miembros forman un cuerpo humano completo; de la misma manera, los seres humanos son como los miembros de la sociedad. La sociedad constituye el miembro de la humanidad entera; la humanidad es un miembro de la Naturaleza, y la naturaleza es un miembro de la Divinidad. Por lo tanto, la humanidad, la sociedad y la naturaleza son los miembros de la Divinidad.

«Sarvatah Pani Padam, Tat Sarvatokshi Sirornukham Sarvatah Srutimalloke Sarvama Iruthya Thistati»: Todas las formas pertenecen a la misma y única Divinidad. Los Vedas también declaran que hay Divinidad dentro y fuera: «Anthar Bahischa Tath Sarvavyapya Narayana Sthithaha».

El grano es la Divinidad y la cáscara es la Naturaleza. Esta es la relación entre la Divinidad y el mundo. El Gita dice: «Mamaivamso Jivaloke Jivabuta Sanatana», es decir que todos son chispas de la Divinidad.

En el mundo moderno, cada individuo quiere alguna cosa. ¿Creen ustedes que una persona ama un objeto por el bien del objeto? No, lo ama por su propio bien. Del mismo modo, una persona ama a otra por su propia felicidad. Por lo tanto, en este mundo todo lo que el hombre hace es por su propio bien.

Hay muy pocos individuos que ven la unidad en la diversidad, pero hay muchos que ven la diversidad en la unidad. Solo se santifica la vida de quienes ven la unidad en la diversidad. Para comprender este subyacente principio de la unidad, se necesita un gurú (preceptor). En los tiempos modernos, los llamamos maestros.

Hoy en día, hay quien dice que uno se dedica a la enseñanza solo si no tiene otra alternativa. Esta es una opinión equivocada. La profesión docente es la más noble de todas. El profesor tiene toda la capacidad de moldear las carreras de los estudiantes que le son confiados.

Bala Gangadhar Tilak luchó intensamente por la libertad de este país. Un día, un amigo suyo le preguntó: —Tilak, has trabajado mucho por nuestra independencia. Después de la independencia, ¿qué cargo te gustaría ocupar? ¿Serás primer ministro u ocuparás alguna otra cartera?

Sonriendo,Tilak respondió que nunca abandonaría la sagrada profesión de maestro a cambio de un cargo ministerial. Dijo que, siendo profesor, podría formar a un buen número de estudiantes como líderes ideales de este país. Él consideraba que la profesión docente es la más noble.

¿Qué cualidades debe tener una persona que ha elegido una profesión tan noble? Un profesor debe tener sentimientos sagrados y emprender acciones sagradas. Nunca debe tener malos hábitos. ¿Cuál es la razón? Es muy natural que los alumnos sigan a su maestro.

Un profesor es alguien que forma el futuro de los estudiantes. Por lo tanto, un profesor nunca debe tener malos hábitos como fumar, beber o comer alimentos no vegetarianos. Los alumnos observan los hábitos de sus profesores. Si el propio profesor se entrega a estos malos hábitos, no tiene derecho a aconsejar a sus alumnos que abandonen estos vicios. Además, un profesor nunca debe mentir ni robar.

Un maestro debe pronunciar palabras nacidas de sentimientos sagrados. Virtudes, buen intelecto, verdad, devoción, disciplina, deber: estos son los atributos que se esperan de un maestro. Solo así los alumnos podrán emularlo. La contribución de un profesor a la sociedad es inestimable. Él es quien puede construir la sociedad o arruinarla. Ser profesor conlleva muchas responsabilidades. Él debe tener una buena mente, para cumplir con estas responsabilidades.

Todos ustedes saben que hace cincuenta años, los jóvenes y los ancianos de este país lucharon duramente por la independencia, renunciando a todas sus propiedades y pertenencias. ¿Qué significa «independencia»? Significa que no se depende de los demás. ¿Se encuentra hoy una situación así? Hace cincuenta años que este país alcanzó la independencia. Aunque han pasado cincuenta años desde la independencia, seguimos dependiendo de otros. Hemos pedido préstamos a muchos países. Cuando uno está en deuda con muchos países, ¿cómo puede decir que es independiente? Si es verdaderamente independiente, no debe depender de los demás.

Si ustedes necesitan dinero, ¿significa que deben pedir prestado a otros? No. Tienen que reducir los gastos, la pompa y el exhibicionismo. Solo así podrán ahorrar dinero.

Pero los Bharathiyas (indios) no han comprendido su situación actual y siguen pidiendo préstamos. Esto nos llevará poco a poco a una situación en la que tendremos que luchar por la independencia, una vez más.

Durante la dominación británica sufrimos mucho, y al final conseguimos la independencia. Pero si seguimos pidiendo préstamos, volveremos a estar bajo el control de otros. No debemos recurrir a préstamos.

Los estudiantes de hoy deben ser totalmente independientes. Deben informarse sobre el verdadero significado de la palabra swechcha (independencia). Swa + ichcha = swechcha. Swa significa el Atma. Luego, la Voluntad de Uno Mismo se llama swechcha. Por lo tanto, el auténtico swechcha consiste en seguir a la consciencia.

Pero los estudiantes de hoy no entienden el verdadero significado de este término, y en nombre de swechcha vagan por las calles comportándose de cualquier manera. Los estudiantes deben controlar sus movimientos, sus palabras y su vida. Solo así podrán trabajar por el progreso de este mundo. Desde la más tierna infancia, los estudiantes deben esforzarse por alcanzar swechcha en el verdadero sentido del término. Por eso siempre digo: «Empiecen pronto, conduzcan despacio, lleguen a salvo». No necesitan seguir a nadie; sigan a su consciencia; eso es swechcha. No deben ser esclavos.

Hay una pequeña historia para ilustrar esto: cuando el Rey de Darapur expiró, su joven hijo fue coronado. Siendo tan joven, el príncipe estaba inmerso en muchas dudas. Siguió adelante, pensando en cómo dirigir la administración. No era capaz de saber quién era bueno y quién era malo. No sabía a quién pedir consejo. Pensaba que debía mantener la reputación de su padre y de su abuelo.

Un día, sentado en palacio, se fijó en grupos de personas que se desplazaban por la calle real. Preguntó a dónde se dirigían. Le dijeron que iban a escuchar el discurso de un alma noble. De incógnito, se sumó a ellos, pensando que el santo podría aclarar sus dudas. Se sentó en la congregación y escuchó todas las sagradas enseñanzas. Se sintió muy feliz.

La gente volvió a sus casas al final del discurso, pero el rey permaneció allí. Cuando el santo se levantó para irse, su chal se enredó en un clavo de su silla. Como resultado, el chal se rasgó. Inmediatamente, el santo consiguió aguja e hilo, e intentaba meter el hilo en el ojo de la aguja.

El rey, disfrazado, observaba todo esto. Dijo: «Swamiji, estás intentando coser un chal viejo. Por favor, déjalo de lado y acepta el chal nuevo que he traído».

El santo dijo: «No quiero un chal nuevo. Si de verdad quieres ayudarme, ayúdame a pasar el hilo por el ojo de la aguja». El rey así lo hizo. Entonces el santo cosió su propio chal, se volvió hacia el rey y le dijo: «Escúchame. No me gusta depender de los demás. Quiero llevar una vida independiente. El hombre nunca debe depender de los demás. Solo debemos depender de Dios».

Con estas palabras, se despejaron todas las dudas del rey. Se dio cuenta de que Dios es la base de todo, y solo a través de la confianza en sí mismo podría lograr lo que quería. Se dirigió a su palacio y comenzó a seguir los dictados de su consciencia. No consultó a nadie ni pidió consejo a los demás. Se hizo más independiente. Desarrolló la actitud de distinguir entre lo efímero y lo permanente.

El santo también le había dicho al rey: «Puedes ser un sabio, pero si no practicas, serás como los burros que llevan la ropa sucia». Ustedes no deben convertirse en eso. Practiquen al menos uno o dos buenos principios en la vida. Y no solo eso; debemos ayudar a los demás a poner en práctica lo poco que saben.

La educación que no se pone en práctica, se convierte en profana. ¿De qué sirve recibir títulos si no son útiles a la sociedad?. Sirvan a la sociedad y compartan sus conocimientos con los demás.

La mejor manera de amar a Dios es «Amar a Todos y Servir a Todos».

¿De qué sirve recibir títulos para después quedar ociosos en casa, y seguir solicitando trabajo sin servir a la sociedad? ¡Muchos graduados se limitan a presentar solicitudes, sin obtener respuesta alguna! ¿De qué sirve llevar una vida así? Al menos, hasta que consigan un empleo, sirvan a la sociedad. Vayan a los pueblos y sirvan a los necesitados. De hecho, el que sirve (kinkara) es más grande que el líder (Sankara).

Habiendo conocido la Verdad, ¿de qué les sirve si no la siguen? Ravana tenía 10 cabezas, que simbolizan los seis Sastras (textos espirituales) y los cuatro Vedas. Era maestro en los 64 tipos de conocimiento. Construyó la ciudad de Lanka, de oro. En términos de aprendizaje, estaba a la altura de Rama, pero, ¿de qué le sirvió todo lo que aprendió? Se convirtió en un esclavo de sus sentidos. Como no podía controlar sus deseos, no solo se arruinó a sí mismo, sino que arruinó también a todo su clan. Lanka quedó completamente reducida a cenizas.

Al final, Ravana se arrepintió y dijo: «Aunque yo era maestro en todos los conocimientos, no los puse en práctica. Oh pueblo, no se echen a perder como yo. Aunque tuve toda la riqueza, no pude disfrutar de nada, debido a mis excesivos deseos».

De los tres hermanos, Ravana, Vibhishana y Kumbhakarna, Ravana simbolizaba el rajo guna (cualidad apasionada), Vibhishana simbolizaba el satwa guna (la cualidad serena y pura), y Kumbhakarna era la encarnación del tamo guna (la cualidad letárgica y apagada). Todo hombre posee estos tres atributos, que se originan en la mente humana.

Kumbhakarna, que representaba la cualidad tamásica, se pasaba la vida comiendo y durmiendo. Ravana, que simbolizaba el rajo guna, fue responsable de la destrucción del clan Rakshasa. Solo el sátvico Vibhishana pudo obtener la gracia de Rama.

Así pues, el hombre no debe dar cabida a cualidades rajásicas ni tamásicas. Ravana adoraba constantemente a Easwara (Dios). No es suficiente con adorar a Dios: deben poner en práctica sus palabras. Deben renunciar a todas las cualidades malvadas.

Cuando Ravana estaba a punto de exhalar su último suspiro, Rama llamó a Lakshmana y le dijo: «El de gran austeridad y sabiduría va a morir. Ve y escucha sus últimas palabras».

Obedeciendo la orden de su hermano, Lakshmana se acercó a Ravana y escuchó atentamente sus palabras. Ravana dijo: «He conseguido todo lo que quería, pero tres de mis deseos siguen sin cumplirse. Quería convertir en agua dulce el agua salada del mar que rodea Lanka. Quería hacer que los que sufren en el infierno disfrutaran de las comodidades del cielo. Quería conectar el infierno y el cielo con una escalera. Pero seguí posponiéndolos, y al final no pude realizarlos».

Lakshmana volvió junto a Rama y le contó las últimas palabras de Ravana. Rama sonrió y dijo: «Lakshmana, ¿de qué sirve arrepentirse al final? En el momento en que quiso hacer el bien, debería haberlo hecho inmediatamente».

Algunas personas lo piensan demasiado antes de emprender cualquier acción. Eso se llama purvatapam. Hay otra categoría de personas que actúan precipitadamente, y al final se arrepienten de sus errores. Eso es paschatapam. Fue Arjuna quien tuvo este purvatapam. Antes del comienzo de la guerra, dijo:

—Krishna, ¿cómo podré soportar la visión de mis parientes y amigos siendo asesinados en la guerra? Me da vueltas la cabeza, no quiero estar aquí. Volvamos a casa.

Valmiki describió a Ravana como malvado y a Rama como noble. ¿Cuál es la diferencia entre estos dos? Rama sacrificó todo y se convirtió en un ideal para todos. El estado dichoso que tenía en el momento de prepararse para la coronación era muy parecido al que tuvo cuando se le pidió que se exiliara. Este es el espíritu de ecuanimidad en momentos de placer y dolor.

Rama puso en práctica la educación que recibió, mientras que Ravana se limitó a acumular conocimientos sin practicarlos. Ravana no pudo digerir todo lo que aprendió. Como resultado, sufrió de «indigestión». La grandeza reside en poner en práctica, no en aprender.

Estudiantes: todo lo que consideren bueno, pónganlo en práctica. Tanto los profesores como los alumnos desempeñan un papel importante a la hora de trazar el camino real para el futuro, si emplean su tiempo en adquirir conocimientos. Si no tienen fe en Dios, su vida será inútil. Ni las austeridades ni japa (la repetición del Nombre) pueden hacerlos cruzar el mar de samsara. Deben servir a las personas buenas.

No pierdan el tiempo. «Asthiram yuvanarn dhanam, dharmam keerthi, dvayam sthiram» (La juventud y el dinero son temporales; la verdad y el buen nombre son eternos). Por eso debemos defender la Verdad y la Bondad.

No hay más Dios que la Verdad. La Verdad es la misma en los tres periodos de tiempo. ¿Cuál es la diferencia entre una verdad y un hecho? Pueden ponerse hoy un abrigo, y mañana una vestimenta diferente. Esto no es la Verdad; es solo un hecho, porque está sujeto a cambios. Pero la Verdad siempre permanece igual.

El Gita se refiere a la Verdad como Ritham. La Verdad no es informar de lo que se ve, se oye y se experimenta. Lo que se ve y se oye es la verdad mundana. No es la Verdad en el sentido estricto de la palabra; es solo la verdad externa (pravritti sathyam). Pero la Verdad interior (nivritti sathyam) es siempre la misma, en el pasado, el presente y el futuro.

Estudiantes:

Procuren que las palabras que pronuncien sean sagradas. «No siempre pueden agradar, pero siempre pueden hablar agradablemente». Eso es suficiente. Hablen con dulzura y suavidad. Les he dicho muchas veces: «Hablen menos y trabajen más». El que habla en exceso no puede trabajar. El que trabaja no habla. ¿Cuál es la razón por la que no recuerdan todo lo que leen? Es el exceso de conversación. Cuando hablan menos, aumenta la capacidad de su memoria. Y no solo eso; también mejora su poder átmico.

Todo lo bueno que escuchen, procuren recapitularlo y luego pónganlo en práctica. Sravanarn, mananam, nidhidyasanam (escuchar, recapitular y practicar). Estos tres pasos son esenciales. Sravanam puede compararse con cocinar en la cocina. Mananam puede compararse con llevar la comida al comedor y servirla. Nidhidyasanam puede compararse con el proceso de comer. Cuando estos tres estén unificados, ustedes tendrán salud y felicidad.

Por lo tanto, si quieren llevar una vida de satisfacción, recapitulen y practiquen todo lo que hayan estudiado. Hoy en día, encontramos por todas partes conocimiento libresco, que no es más que conocimiento superficial. Este conocimiento superficial no sirve de nada. Deben buscar el conocimiento práctico.

Maestros, encarnaciones del amor:

Para formar a sus alumnos como ciudadanos ideales, deben llevar ustedes una vida ideal. Los estudiantes son los futuros líderes de este país.

¿Cómo lograrán la transformación de los alumnos? Primero, que haya transformación en ustedes mismos, y luego procuren que la haya entre los alumnos. Si dicen a sus alumnos que no fumen, sin dejar de fumar ustedes mismos, ¿les harán caso? No. Procuren que su propio carácter sea incuestionable. Solo entonces serán buenos profesores en el sentido estricto del término.

Deben tener muy buenas costumbres. Deben hablar en voz mesurada y utilizar palabras dulces. Deben hablar a los alumnos con amor, y animarlos. Deben preparar a los alumnos para que se conviertan en ciudadanos ideales.

Los alumnos no deben ansiar la vida de ciudad. Deben vivir en sus aldeas y procurar desarrollarlas. Hoy en día, la cultura de Bharat (la antigua India) solo se encuentra en los pueblos. Debemos mantenerla..

Pero los estudiantes corren tras la vida urbana, dejando atrás sus pueblos. ¿Qué hacen en las ciudades? Llevan una vida llena de vicios. En las ciudades no hay temor al pecado ni amor a Dios. Una vez que se tiene amor a Dios, entonces hay temor al pecado, y naturalmente, hay moralidad en la sociedad. Por eso, en primer lugar desarrollen el amor a Dios. Con el amor a Dios pueden lograr cualquier cosa en la vida.

Grandes líderes, como Winston Churchill y Kennedy, primero sirvieron en las fuerzas armadas y trabajaron por el bienestar de sus países, antes de ocupar posiciones elevadas. Cuando se trata de servir a su país, ustedes deben estar dispuestos a aceptar cualquier tarea. Deben saber que la seguridad del país es importante. «Janani janma bhoomischa swargadapi gareeyasi» (La madre y la patria son más grandes que el propio Cielo).

Tras la muerte de Ravana, Vibhisbana cayó a los pies de Rama y dijo:

—Swami, nunca aspiré a ser el rey de Lanka. Solo quería que mi hermano abandonara sus malas cualidades. Te ruego que te hagas cargo del Reino de Lanka.

Todos los rakshasas también acudieron y rogaron a Rama que se convirtiera en rey de Lanka.

Lakshmana también los apoyó, diciendo:

—Oh, hermano, Bharatha ya está gobernando Ayodhya. Incluso si regresas a Ayodhya, puede que no seas coronado como rey. Por lo tanto, te pido que te hagas cargo de este reino y transformes a todos los rakshasas. Lanka está llena de mansiones doradas. ¿Dónde más se puede encontrar un lugar tan hermoso? Seré muy feliz si gobiernas este reino.

Rama acercó a Lakshmana a su lado y le dijo:

—Lakshmana, ¿cómo puedes tener un deseo tan tonto? Solo por tener una madre fea, ¿podrías llamar madre a otra mujer hermosa? Aunque mi país sea pobre comparado con Lanka, sigo considerándolo mi madre patria. Aunque Lanka esté llena de oro, no la quiero.

Los estudiantes deben desarrollar este amor y esta fe hacia su país. Los profesores deben inculcar a los alumnos este espíritu de patriotismo. Deberían declarar de todo corazón, con un sentimiento de orgullo, «este es mi país, esta es mi lengua materna».

Pero los estudiantes modernos no tienen ese tipo de sentimiento nacional. En el momento en que reciben sus títulos de ingenieros y médicos, empiezan a solicitar pasaporte y visa. Esta no es la actitud correcta.

Estudiantes: los sentimientos sagrados que surgen de su corazón deben ser exportados, y ustedes deben importar todo lo bueno que hay fuera. Para eso no necesitan pasaporte ni visa. Deben conocer la verdad de que todo está dentro de ustedes mismos. No necesitan anhelar a nadie, ni siquiera a Dios, porque todos son chispas de la Divinidad. Ustedes tienen cualidades divinas y poderes divinos. Sin ese poder divino, no serían capaces de estudiar ni de obtener buenas notas en sus asignaturas.

Por lo tanto, todo está dentro de ustedes mismos. Son la personificación de la Paz, el Amor y el Ananda. Son la personificación de Dios. Tengan plena fe en esta verdad.

Cuando vivan con plena fe en Dios, nunca tendrán dificultades. «La vida es un desafío, afróntenlo; la vida es amor, disfrútenlo; la vida es energía, dótenla de habilidades». Cuando dominen esa energía, habrá un equilibrio perfecto en todo lo que hagan. Una vez que tengan ese equilibrio, tendrán la visión interior. Debido a la ausencia de visión interior, se concentran en lo exterior. Todo lo que se ve en el exterior proviene del interior. Por eso, desarrollen la visión interior.

Estudiantes:

Habiendo aprendido aquí todas estas cualidades sagradas, deben darse las manos y trabajar juntos por el bienestar de la sociedad. No hay mayor riqueza que la unidad. La unidad debe ser el objetivo de su vida. Esto se puede lograr solo a través de la práctica. Si los 95 millones de habitantes de esta tierra de Bharath (India) desarrollaran esta cualidad sagrada de «Yo y Tú somos Uno», podemos imaginar las sagradas alturas que podrían alcanzar.

Traten a todos con amor fraternal. La madre castiga a su hijo cuando este comete un error. Golpea al niño por su propio bien, de tal manera que el ruido sea mayor que el dolor. Solo debe oírse el ruido, pero el niño no debe sentir la molestia.

Dios hace lo mismo: el castigo dado por Dios es solo para protección. El médico quita la úlcera del estómago abriéndolo con un cuchillo. Solo porque utiliza un cuchillo, ¿pueden llamarlo malvado? No. Lo hace por el bien de ustedes. Del mismo modo, Dios los castiga solo por amor. El amor vive dando y perdonando; el ego vive recibiendo y olvidando.

Por lo tanto, no debe haber ni siquiera un rastro de egoísmo en ustedes. Háganlo todo con amor, y seguramente el resultado será bueno. El amor es Dios, vivan en el amor. Hablen a sus amigos con amor. Ayúdenlos en tiempos de necesidad.

Les daré un ejemplo de mi vida. Cuando este cuerpo estaba en Uravakonda, cursando el 6o. grado, solía haber el examen E.S.L.C.[1] Tres alumnos, Suresh y Ramesh a cada lado y Yo en el medio, solíamos sentarnos en el mismo banco. Ellos eran estudiantes muy lerdos. En el momento de los exámenes, se acercaron a mí en busca de ayuda. Me dijeron: «Sathya, no podemos estudiar sin ti. Debes ayudarnos de alguna manera en los exámenes». Nunca diré que no a nadie. Les dije: «Por supuesto que les ayudaré». Les dije las preguntas que aparecerían en el examen del día siguiente y también les enseñé las respuestas.

E.S.L.C. era un examen público. Mi número de registro de examen era el 6, mientras que los números de Suresh y Rarhesh eran el 60 y el 600. Pueden imaginar lo lejos que nuestras sillas estaban unas de las otras. No era posible para ellos copiar. Dijeron que no se presentarían al examen. Entonces les dije: «Habiendo estudiado todo el año, no es correcto que omitan el examen. Deben presentarse, sea cual sea el resultado. Tengan fe inquebrantable en mí; Yo me ocuparé». Aunque algo no se deba hacer, no hay nada malo cuando se lo hace por una buena causa.

La duración del examen fue de dos horas. Los profesores me proporcionaron los materiales. Terminé mi hoja de respuestas en solo 5 minutos. Luego tomé otras hojas del celador y escribí las respuestas con la letra de Ramesh. Después de completarlas, tomé otro juego de papeles y escribí las respuestas con la letra de Suresh. También escribí sus nombres en las hojas de respuestas y las guardé. Ya les había dicho que no se levantaran antes de que yo me levantara de la silla.

Al cabo de las dos horas, los examinadores empezaron a pedir a los alumnos que entregaran las hojas de respuestas. Todos los alumnos se levantaron y yo, en silencio, fui a depositar las tres hojas de respuestas sobre la mesa. Todos salimos de la sala de examen. Nadie puso ninguna objeción. Al cabo de 10 días, cuando se anunciaron los resultados, solo nosotros tres obtuvimos la máxima calificación. Los profesores se sorprendieron de que Ramesh y Suresh también obtuvieran esas notas. Les preguntaron en clase cómo habían podido responder tan bien. Los chicos dijeron:

—En esos momentos escribimos, pero ahora no nos acordamos.

No cabía duda. No podían haber copiado de mí, ya que estábamos sentados lejos unos de otros. Las tres hojas de examen estaban en la escritura manuscrita de cada uno. Entonces, ¿qué duda cabía? Les dije a los chicos:

—Nunca defraudo a los que han depositado toda su fe en mí.

Hay muchas personas que se han arruinado por falta de fe. Pero no hay nadie que se haya arruinado por tener fe en Dios. Puede haber altibajos, pero al final salen victoriosos.

Debido a muchos cambios que se produjeron en Uravakonda, dejé de asistir a la escuela. Todos los profesores y los alumnos empezaron a venir adonde yo vivía, para verme. Yo les daba todo lo que querían. Los dueños de la casa no pudieron soportar todo esto y enviaron un telegrama a mis padres, pidiéndoles que vinieran a llevarme. Subí al autobús hacia Puttaparthi. Todos los chicos también querían venir a Puttaparthi. Les dije que no era posible llegar a Puttaparthi en autobús, porque no había carreteras adecuadas. Los autobuses solo llegaban hasta Dharmavaram o Penukonda. Hace 60 años no había carreteras a Puttaparthi. Les dije que no vinieran.

Cuando yo estaba en la escuela, solía dirigir la oración. Todos los días, desde el estrado, cantaba una canción que hacía hincapié en la unidad de todas las religiones. Todos, incluidos los profesores, se unían alegremente al coro. Cuando dejé la escuela, no había nadie que dirigiera la oración. Había un estudiante musulmán llamado Abdul Gaffur. Tenía buena voz y cantaba bien. Ese día le pidieron que dirigiera la oración. En cuanto subió al escenario, se acordó de mí y empezó a llorar a mares. Entonces todos lloraron y se canceló la oración.

Cuando llegué a Puttaparthi, Ramesh y Suresh no podían soportar la separación de Mí. No se debe hacer así, pero Ramesh siguió llorando:

—Raju, nos has dejado, nos has abandonado, no puedo vivir sin ti.

Finalmente cayó en un pozo y murió.

El segundo niño repetía «Raju, Raju, Raju» y acabó volviéndose loco. Lo llevaron a un hospital de Bangalore. Su padre acudió a Mí y me rogó:

—Swami, es tu compañero de clase y mi único hijo. Por favor, ven y dale darshan al menos una vez.

Fui a Bangalore y lo vi en un hospital psiquiátrico. El muchacho repetía continuamente «Raju, Raju», y no miraba a nadie. Me acerqué a él y le dije: «Suresh, soy Raju, he venido a por ti, mírame». Al oír esto, levantó la cabeza, me vio y cerró los ojos para siempre.

Los mismos Ramesh y Suresh nacieron como Jack y Jill. Cuando Yo estaba en el Paatha Mandir (Viejo Mandir), estos dos perritos estaban conmigo. Yo los bauticé con esos nombres. Uno solía dormir cerca de mis pies y el otro cerca de mi cabeza. Solían ladrar a cualquier persona que apareciera. Siempre estaban conmigo.

Un día, vino a verme la Rani de Mysore. Como no había carreteras adecuadas para llegar a Puttaparthi, se bajó del coche en Karnatakapalli y recorrió a pie el resto del trayecto. El conductor del vehículo cenó en Puttaparthi y regresaba a Karnatakapalli. Llamé a Jack y le pedí que acompañara al conductor y le mostrara el camino. Jack iba delante y el conductor le seguía. El conductor se sorprendió de que un perro pudiera mostrarle el camino. Entonces le dije que no era el perro el que le estaba mostrando el camino, sino el ser interior, Dios.

A la mañana siguiente, el conductor arrancó el coche, sin saber que Jack estaba durmiendo debajo del mismo. La rueda del coche pasó por encima de la espalda de Jack y su columna vertebral se rompió. Jack arrastró su cuerpo a través del río, sin dejar de gemir. Un lavandero llamado Subbanna, una persona respetada en el pueblo, se dio cuenta de la presencia de Jack y vino corriendo hacia mí. Dijo: «Swami, Jack está llegando, gimiendo de dolor».

Salí, y Jack se acercó a mí llorando a gritos, cayó a mis pies y exhaló su último suspiro. Después de tres días, Jill también murió. La Brindavana (planta de albahaca) que se encuentra detrás del Patha Mandir es el Samadhi de estos dos perros.

El profesor de educación física dijo que debíamos conseguir una camisa caqui, unos pantalones cortos caqui, un cinturón, un silbato y un par de botas. ¿Cómo iba a conseguir yo todo esto? En aquella época me encontraba en Kamalapuram.

Sabiendo que yo no tenía dinero, Ramesh pidió a su padre que hiciera confeccionar dos pares de trajes caqui. Ten esa época, todos éramos de la misma estatura. Empaquetó un par de pantalones cortos, una camisa y un par de medias, y escribió en el paquete: «Raju, si no lo aceptas, me suicidaré. Tú eres mi vida. Debes aceptarlo. Con esto se desarrolla nuestra amistad».

Quité ese papel y puse otro, y escribí en él: «Para que nuestra amistad se desarrolle, no debe haber dar y recibir. Debemos dar y recibir solo amor. No debe haber ninguna transacción material. No aceptaré esto». El chico se sintió muy triste.

En aquellos días yo solía componer excelentes poesías. Hablo en un lenguaje sencillo para facilitar el trabajo del traductor, aunque puedo hablar con un estilo refinado. Había un hombre de negocios llamado Kotte Subbanna. Él había traído un nuevo medicamento para poner en venta, que se llamaba Balabhaskara. Me pidió que compusiera una canción sobre la eficacia de ese medicamento, que, según dijo, serviría de buena publicidad para que se vendiera bien.

Compuse una hermosa canción. Al oír la canción, él se sumió en éxtasis. Preparó unos dulces en su casa y me los trajo. El medicamento se vendió en grandes cantidades, gracias al anuncio. Él estaba muy contento, y compró dos camisas y dos pantalones para mí. Yo le dije: —¿Estás pagando el precio de la canción que compuse? No lo aceptaré.

Se echó a llorar y dijo que no se los llevaría de vuelta. Entonces le dije que podía dárselos a los mendigos de la calle.

Desde esa tierna edad, nunca recibí nada de los demás. Solo doy y doy y doy, nunca recibo. Solo por una cosa extiendo la mano, y es por el amor puro. El amor tampoco es propiedad de ustedes. El amor es propiedad de Dios. Por lo tanto, les estoy pidiendo mi propiedad. Ustedes están haciendo mal uso del amor que se les ha dado, y por eso sufren. Como estudiante, siempre ayudé a los demás e hice felices a todos. Siendo estudiantes Sai, ustedes también deben hacer felices a los demás. Nunca hagan sufrir a nadie. Ayuden siempre, nunca lastimen. Desarrollen esta cualidad.

Hay otras cosas de las que los estudiantes deben ocuparse. Algunos estudiantes hacen que sus hermanos o hermanas les hagan la tarea. Esto equivale a engañar al profesor. Esto no es correcto. Los alumnos deben hacer los deberes por sí mismos. Deben desarrollar buenas cualidades. Las buenas cualidades se convertirán en cualidades divinas.

Al principio del dominio británico, a un niño se les llamaba «chico de Dios» (God boy). Más tarde, debido al efecto del sistema educativo de Macaulay, «chico de Dios» se convirtió en «buen chico» (good boy). Después de algún tiempo, «buen chico» se convirtió en «adiós» (good-bye). Más tarde, incluso se eliminó «good» (bueno), y solo quedó «bye-bye» (chau). Debido al efecto de la educación moderna, «chico de Dios» bajó al nivel de «adiós». Ustedes deben ser siempre «chicos de Dios» y «buenos chicos» y nunca descender al nivel de «chau». A través de su educación y su conducta, deben establecer un ideal.

Puede que yo les haya causado muchos inconvenientes por hablar durante tanto tiempo. Ahora pueden volver a Muddenahalli y Alike, cumplir con sus deberes y alcanzar el éxito en sus esfuerzos. Visito Muddenahalli de vez en cuando, pero han pasado casi 12 años desde la última vez que visité Alike. Ahora, sin duda iré a Alike. También llevaré a algunos de los estudiantes. Desde Puttaparthi, iré directamente a Mangalore. Allí los haré felices. Estén siempre felices, felices, felices.

[1] El examen E.S.L.C era una evaluación de fin de la escuela primaria, durante el gobierno británico en la India.


Traduccion SBd