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Discursos dados por Sai Baba

Discurso del 20/04/93 ( también en SaiBabaDice/26/46 )

20 de Abril de 1993

Sai Sruti, Kodaikanal

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Este discurso no se publicó en la serie 'Sathya Sai Speaks'. Se publicó en

Sanathana Sarathi, November 2016

Este cuerpo es una guarida de enfermedades y apegos.

El mundo entero está lleno de pena y sufrimiento.

Por eso, oh, necios, canten el nombre de Govinda.

(Poema en telugu)

Hay muchas etapas en la vida de las personas. En cada una de esas etapas, la gente abraza la falsedad y la injusticia. No hacen ningún esfuerzo por buscar la verdad y la rectitud, y así convierten en piedra sus sagrados corazones. Hoy, el ser humano no es capaz de entender el significado de la condición humana. La condición humana implica armonía entre pensamiento, palabra y acción. ¿De qué sirve decir algo, pensar algo distinto y hacer aun otra cosa? Las personas atraviesan experiencias divinas en cada etapa de la vida, pero ¿hacen acaso algún intento por conocer su valor?

La primera etapa de la vida es la infancia. Este período es totalmente utilizado para jugar, cantar y divertirse. Gradualmente, las personas crecen y llegan a la etapa de la juventud. En esta etapa se comportan de manera arbitraria, pierden el discernimiento entre lo bueno y lo malo, y se enredan en múltiples deseos. ¿Qué son estos deseos? ¿Corresponden a un ser humano? No se plantean la pregunta: “¿Soy un ser humano o soy un animal?”. Junto con la educacíón, la gente adquiere ego y perversiones. Antes de haber completado su educación, están llenos de ego y apegos, de pies a cabeza.

Debido al efecto del actual sistema educativo, las personas pierden su sentido de discernimiento. Consideran al egoísmo y el interés personal como los principales objetivos de la vida. Quieren poseer todo lo que ven y satisfacer todos sus deseos. Desear todo lo que se ve es la cualidad de un animal, no de un ser humano. La satisfacción indiscriminada de los deseos hace demoníaca a la persona.

Las personas deben utilizar su sentido de discernimiento para saber lo que deben ver y desear. Pero en la etapa de la juventud no son capaces de entender que satisfacer todo tipo de deseos puede ponerlas en peligro. Piensan que pueden obtener placer y felicidad al gratificar a los sentidos, sin saber que esos sentidos son en realidad los emisarios de Yama (el dios de la muerte). Los sentidos conducen a la gente por el camino de la ignorancia, y reducen a cenizas su sentido de humanidad. Por lo tanto, en la juventud uno debe permanecer absolutamente cauteloso, y ejercer control sobre los propios sentidos. De lo contrario, los sentidos destruyen gradualmente nuestra humanidad.

¿Qué significa realmente la humanidad? La humanidad implica transitar el camino del discernimiento, la quietud y la autoindagación, sin apuro ni ansiedad.

Los jóvenes no se dan cuenta de cómo cambia todo, con el paso del tiempo. Una gota de agua brilla como una perla sobre una hoja de loto. ¿Cuánto dura su belleza? En cuanto llega una ráfaga de viento, la gota que parecía una brillante perla se mezcla con el agua. De la misma manera, hoy un joven brilla como una perla sobre la hoja del deseo, en el lago de la mundanidad (samsara). El joven no indaga de dónde ha surgido la gota de agua. La gota de agua proviene del agua. Nació en el agua, creció en el agua y finalmente se funde en el agua.

Un ser humano es una burbuja sobre el agua. El Señor Narayana es el agua. Las personas no tienen otra opción más que fundirse en Narayana, pero no se dan cuenta de esta verdad, por lo que destruyen su divinidad y pasan a la animalidad. Nacidas como manava (seres humanos), las personas deben elevarse al nivel de Madhava (Dios). No deben degenerar al nivel de un animal.

Esta verdad debe ser comprendida por todos. Las etapas en la vida de una persona van cambiando, el dinero puede ir y venir, la persona puede adquirir cualquier cantidad de conocimientos mundanos y riquezas, pero su período de vida debe terminar algún día. No pueden recuperar ni un solo momento del tiempo transcurrido. Por lo tanto, no pierdan el tiempo; santifíquenlo, utilizándolo de modo sagrado. Habiendo nacido como seres humanos, las personas llevan ua vida de animales. Incluso los animales tienen una razón y una estación, pero las personas no tienen razón ni estación.

A pesar de la educación superior, el conocimiento científico, el renombre, la fama y las posiciones elevadas, las personas siguen el camino del egoísmo y se hacen peores que los animales.

¿Para qué la educación? ¿Para qué la acumulación de riqueza? ¿De qué les sirve un agudo intelecto? Utilizan todo eso para engañar a los demás. Creen que están engañando a los demás. ¡No! Se están engañando a sí mismos. Hoy, la gente no utiliza sus capacidades y potencialidades de modo correcto.

La etapa de la juventud no es para que se la deje pasar en un descuidado abandono. La etapa de la juventud viene en medio de otras. No viene con nosotros, y tampoco se va con nosotros. Es transitoria, como las nubes pasajeras. Ni siquiera las personas inteligentes reconocen esta verdad. Los así llamados intelectuales tienen elevado prestigio. pero bajos pensamientos. Personas así no pueden ser llamadas seres humanos. Alguien incapaz de mejorarse a sí mismo es, de hecho, un tonto. Por consiguiente, es necesario que los jóvenes sigan el camino de la rectitud, utilicen su autoridad de modo correcto y se ganen una buena reputación. Solo entonces brillará intensamente su humanidad.

La tercera etapa de la vida humana es la vejez. En la vejez, las personas se lo pasan pensando sobre los acontecimientos del pasado y las acciones del pasado. Cuando comienza la vejez de un hombre, ni siquiera su esposa y su hijo lo respetan. ¿Por qué razón? Será respetado en su vejez solo si su conducta ha sido correcta en su juventud. Finalmente, rumiando sus malas acciones pasadas, el hombre pasa su tiempo arrepentido. No puede obtener ninguna felicidad del dinero que ganó por medios injustos y tortuosos. Después de su muerte, todo el dinero que había acumulado termina en manos de un hijo malvado o de un pariente.

Por lo tanto, emprendan el buen camino antes de que sea demasiado tarde. Prahlada dijo:

Si uno no adora al Señor de todo corazón,

Si uno no canta Su gloria hasta que le duela la boca,

Si uno carece de verdad y compasión en el corazón,

Entonces, uno es una maldición en el vientre de su madre.

(Poema en telugu)

Los ojos están entre los principales órganos del cuerpo. Es por eso que el ojo (netra) es llamado “escritura” (sastra). El noventa y cinco por ciento de nuestras acciones en la vida cotidiana es efectuado mediante los ojos. Todo lo que leemos, todo lo que miramos, todo lo que percibimos se basa en los ojos. Sin los ojos, uno no puede reconocer siquiera un pequeño objeto, ni caminar unos centímetros.

Aunque el ojo es muy pequeño, puede ver las estrellas que están a millones de kilómetros de distancia. Además de estos potentes ojos físicos, las personas deben desarrollar sus ojos interiores. Los humanos viajan cientos de miles de kilómetros por el espacio, pero ¿van al menos un centímetro dentro de sí mismos? ¿Saben ustedes para qué se les han dado los ojos a los humanos? ¿Son los ojos para ver cualquier cosa? ¡No, no! Los ojos se dan para ver al Señor de Kailasha, es decir Shiva. ¿Saben para qué ha dado Dios las manos a los humanos? Las manos no fueron dadas para hacer lo que uno quiera. Las manos son dadas para adorar a Dios.

¿Para qué es el nacimiento humano? ¿Es para dar dolor al vientre materno? Hasta los perros y los zorros tienen un nacimiento. ¿De qué sirve el nacimiento de una persona, si no ayuda ni siquiera a sus padres? ¿Es eso la educación? ¡No! Eso no es educación, de ninguna manera. ¿Qué significa la educación? La verdadera educación es aquella que desarrolla sentimientos divinos, para nuestra elevación. Eso es la verdadera condición humana.

Uno puede adquirir una alta calificación académica, como M.A. o B.A. [1], y tener una posición de autoridad.

Uno puede acumular riquezas, realizar acciones de caridad y lograr prestigio y fama.

Uno puede tener fuerza física y disfrutar de una vida larga y saludable.

Uno puede ser un gran erudito en el estudio y la prédica de los Vedas.

Pero nadie puede igualar a un auténtico devoto del Señor.

(Poema en telugu)

¡Devoción, devoción, devoción! ¿Qué es la devoción? ¿Significa engañar a los demás? Engañar a los demás fingiendo devoción es lo mismo que engañar a Dios.

La devoción implica obedecer incondicionalmente las órdenes de Dios. No dañar a nadie bajo ninguna circunstancia. ¡Ayuden siempre! ¡Nunca lastimen! Esta es la esencia de los dieciocho Puranas (textos sagrados). Pero, lamentablemente, algunos dañan a los demás durante toda su vida. Esto es egoísmo, egoísmo, egoísmo.

Nacemos en la sociedad, crecemos y progresamos en la sociedad. Pero ¿qué ayuda prestamos a la sociedad? No tenemos conciencia social. Solo pensamos en “yo” y “mío”. ¿Se trata solo de esto la vida? ¡No! Debemos avanzar del “yo” al “nosotros”. Del “nosotros” debemos progresar al principio de “todos”, y fundirnos en él.

En el actual sistema educativo no se encuentra este generoso sentimiento. Hoy, la mente de la gente funciona así: “¿Qué debo estudiar para poder prosperar?”. “¿Qué tipo de educación debo recibir para alcanzar una posición elevada?”. “¿Cómo puedo engañar a la gente para ganar dinero?”. En lugar de esto, deberían preguntarse: “¿Cómo puedo beneficiar a la sociedad?”. “¿De qué manera mi educación puede ayudar a la sociedad?”.

Sin embargo, la gente no tiene estas generosas ideas. Quienes carecen de esta amplitud de miras no pueden ser llamados seres humanos en el verdadero sentido del término. Todo lo que estudian no es educación, en absoluto. Hasta un mono puede aprender a andar en bicicleta si se lo entrena, como podemos ver en un circo; este es un tipo de educación.

La verdadera educación no es lo que se aprende leyendo libros; esto es solo conocimiento libresco o conocimiento superficial. Lo importante es el conocimiento práctico. Ustedes han estado escuchando mucho, pero ¿cuánto de ello han puesto en práctica? ¡Nada en absoluto!

Los años van pasando, y la edad de ustedes avanza, pero no han desarrollado su intelecto ni su discernimiento; no han hecno ningún tipo de práctica. Esta no es la forma en que podrán progresar desde el nivel humano hasta el nivel divino. Pongan en práctica al menos una o dos enseñanzas.

Aun teniendo educación e inteligencia

un tonto no conoce su auténtico Sí Mismo

ni un malvado abandona sus malas cualidades.

(Poema en telugu)

La educación moderna solo conduce a discusiones, no a la sabiduría total.

¿De qué sirve adquirir una educación que no lleva a la inmortalidad?

¡Adquieran el conocimiento que los hará inmortales!

(Poema en telugu)

¿Para qué estudiar? ¡Solo para morir un día! Es mejor morir sin educación que con esa educación.

La gente debe adquirir la educación que los haga inmortales.

En el país hay muchas personas educadas. ¿Qué servicio prestan al país? Ellas deberían preguntarse por qué su país se está degenerando. El hecho es que la gente está inmersa en el más absoluto egoísmo y se comporta como ranas en un estanque. Carecen del amplio sentimiento del bienestar de los demás. Tienen solo dos consideraciones: “yo” y “mío”. “Yo” y “mío”, nada más. Esta no es la cualidad de un verdadero devoto. Es una mala cualidad.

Swami ve a muchas personas. También hay algunos auténticos devotos. Pero si malgastan todo su tiempo en propósitos mundanos, ¿cuándo tendrán la experiencia de la Divinidad? Si pasan toda la vida estudiando libros, ¿cuándo pondrán en práctica sus conocimientos? Solo la práctica, no el aprendizaje, les dará la dicha. Todo lo que hacen debe hacer felices a los demás y debe difundir felicidad en la sociedad. Esta es la esencia del “Bhaja Govindam” de Adi Shankara. Un anciano estaba sentado bajo un árbol a orillas del Ganges, repitiendo “dukrun karane, dukrun karane”. En esos momentos, Shankara, junto con sus discípulos, se encaminaba al Ganges para su baño.

Al oir aquello, Shankara se aproximó al anciano y le preguntó: “Oh, erudito, qué estás memorizando?”.

—Estoy memorizando las reglas gramaticales escritas por Panini. —Respondió el anciano.

—¿Cuál es el beneficio de eso?

—Así llegaré a ser un erudito en gramática.

—¿Qué ganarías siendo un erudito en gramática?

—Si fuera un erudito en gramática, podría ir a la corte del rey y recibir de él cuantiosas recompensas.

—¿Qué felicidad tendrías con las recompensas que obtengas del rey?

—¿Qué felicidad? Mi familia y yo podríamos comer bien y tener una vida feliz.

--¿Cuánto tiempo piensas que podrás disfrutar de todo eso?

—Lo disfrutaría hasta la muerte.

—¿Sabes qué pasará después de que mueras?

—No lo sé.

Entonces, Adi Shankara recitó este verso en sánscrito:

Oh, necio, canta el nombre de Govinda. Las reglas gramaticales no vendrán a tu rescate

cuando el fin se aproxime.

Bhaja Govindam, bhaja Govindam,

Govindam bhaja moodha mathe,

Samprapthe sannihithe kale,

Nahi nahi rakshati dukrun karane.

(Ni tu conocimiento gramatical ni tus parientes te protegerán.

Oh, tonto, piensa quién te protegerá.

Solo lo hará el Señor Govinda.

Repite el nombre del Señor y canta Su gloria).

Este cantar es el bote que les hará a ustedes atravesar el mar de la mundanidad (samsara). Para atravesar el mar no necesitan un gran barco. Hasta un vasto océano puede atravesarse con un pequeño bote. De la misma manera, el pequeño nombre de Hari mitigará todos sus pecados.

Sin embargo, hoy el hombre adora a siri (la riqueza) no a Hari (el Señor). Solo anhela las riquezas. ¿Cuánto tiempo estarán las riquezas en su poder? Nadie los seguirá cuando mueran. Sus familiares los seguirán solo hasta el crematorio, nadie los seguirá más allá. Allí tendrás que dejar toda la riqueza que hayan ganado aquí. Tendrán que abandonar hasta la ropa que lleven puesta.

Oh, Señor, estoy atrapado en este ciclo de nacimientos y muertes. Una y otra vez experimento la agonía de permanecer en el vientre materno. Es muy difícil atravesar el mar de la vida mundana. Por favor, llévame a través de este mar y concédeme la liberación.

Punarapi jananam, punarapi maranam

Punarapi janani jathare sayanam

Iha samsare bahu dustare

Kripayapare pahi murare.

(Una y otra vez naces del vientre de tu madre. Naces y mueres una y otra vez). ¿Es esta la esencia de la vida humana? ¡No, de ninguna manera!

Había una vez un ladrón cuya rutina había sido cometer robos y purgar condenas en la cárcel una y otra vez. En una ocasión cometió un robo muy grande, y estuvo en la prisión durante seis meses. Al final de ese período, el director de la cárcel le dijo: “Tu período de prisión ha pasado, mañana puedes salir, con tu bolso y tu equipaje”. El ladrón respondió: “Señor, ¿para qué voy a llevar mi bolso y mi equipaje? Pronto voy a volver a la cárcel, es mejor que los deje aquí”. A pesar de sufrir el castigo, no estaba dispuesto a abandonar el mal hábito de robar. No tenía consciencia de que no debía cometer el mismo error, aun después de haber sufrido tanto castigo. Los seres humanos son así; nacen y mueren de nuevo y de nuevo.

Las personas son eternas, sin nacimiento ni muerte

Son el principio primordial, sin principio ni fin

No nacen, no mueren ni son muertos por otros

Son el Atma, que es el eterno testigo.

(Poema en telugu)

Esfuércense por alcanzar este glorioso estado. Cerciórense de que, después de haber venido una vez a este mundo, no vuelvan a venir. Como les dije el otro día: “El nacimiento es como un diario. Se lo lee una vez, y se lo descarta como papel en desuso. ¡Qué tonto sería leerlo de nuevo una y otra vez! Hemos venido, hemos visto el mundo, y hemos visto lo bueno y lo malo en el mundo. Tambén hemos experimentado algunos buenos momentos. Eso es suficiente. Esta vida ya es un papel en desuso, que no necesitamos de nuevo. Busquen el camino que nos ayuda a no regresar otra vez”.

Esto es lo mismo que dijo Prahlada. Él buscó tener un buen intelecto para encontrar ese camino. ¿Cuál es este camino? Los devotos dicen: “Swami, muéstranos el camino a la liberación; ¿qué camino debemos tomar?”. Yo les digo: “Regresen por el mismo camino por el que han venido. ¿De dónde vinieron? No vinieron de Madrás (Chennai), Bombay (Mumbai) ni Dehli. Vineron del Atma. Por lo tanto, regresen al Atma”.

Para todos los seres vivientes, el punto de destino es su propia fuente. A una olla de barro le damos muchos usos diferentes. Cuando se cae, se rompe y finalmente se convierte de nuevo en arcilla. Vino de la arcilla y se convirtió otra vez en arcilla. Una inerte olla de barro regresa a su estado original. La verdadera naturaleza de una persona es la consciencia (chinmaya), y debemos esforzarnos por regresar a ese estado. Pero lamentablemente el hombre sigue un camino equivocado, que lo lleva al estado de la materia inerte (mrinmaya). Hasta una olla de barro es superior a él.

¿Qué educación han adquirido ustedes? ¿A qué universidad asistieron? ¿Cuántos títulos se han ganado? ¿Qué tipo de elevada posición han ocupado? Todo esto es completamente inútil si no tienen aquella percepción.

Las aves y los animales siguen reglas y normas en su vida. Pero con toda su educación, las personas no tienen ni siquiera ese discernimiento (viveka). ¿Observa el hombre alguna regla o norma? ¿Hay algún límite a los deseos? ¡No! Hasta los perros y los zorros ejercen algún control sobre sus deseos. En cambio, la gente persigue locamente sus ilimitados deseos. En consecuencia, corrijan su manera de pensar y fomenten la condición humana. Contemplen su propia divinidad, y fúndanse en Dios.

[1] Maestría en Artes o Licenciatura en Artes. En el ambiente académico de habla inglesa, “arts” abarca no solo bellas artes sino tembién ciencias sociales.


Traduccion SBd