51. 23/11/72 Los tres cuerpos | 23 de Noviembre de 1972
Prashanti Nilayam
Cumpleaños de Swami
El HOMBRE se dedica a la búsqueda incesante de la felicidad, pero es incapaz de definir cuál es exactamente el componente esencial de la felicidad. Por lo tanto, pasa de un objetivo a otro, siempre descontento consigo mismo, siempre decepcionado. Intenta poseer, acumular, adquirir más y más basura externa, que le nubla su visión y le embota su apetito por los beneficios de valor duradero. ¿Cuándo puede un hombre decir: "Estoy completamente feliz; no necesito nada más"? ¿Cuál es la naturaleza de la alegría o el consuelo que pueden dar los objetos externos? El hombre no se detiene a indagar. No se da cuenta de que él mismo es la encarnación de la felicidad más elevada y duradera o Ananda (Bienaventuranza). Ese defecto lo ha llevado al desastre y la enfermedad.
Antes de buscar la felicidad a través de los sentidos, la mente y el intelecto, el hombre debe examinar si es un haz de sentidos, o una mente que juega con ellos o un intelecto que racionaliza los deseos de la mente. El cuerpo físico es el cuerpo denso; el agua que debe contener y transportar es el cuerpo sutil; la realidad del alfarero que le dio forma y lo quiso es el cuerpo causal. Los tres cuerpos que tiene cada uno se denominan respectivamente Sthula (burdo), Sukshma (sutil) y Karana (causal). Las envolturas físicas y vitales son sthula, las envolturas mentales e intelectuales son Sukshma, y la envoltura de la dicha o Aanandamaya es Kaarana o el cuerpo causal del hombre. Detrás de Ananda está la fuente de Ananda, el Atma.
Tres etapas de sabiduría relacionadas con tres cuerpos
Existen tres etapas de la sabiduría que se correlacionan con esos tres cuerpos: Jnaana, Sujnaana y Vijnaana. El conocimiento que se obtiene del análisis del mundo objetivo y las similitudes del comportamiento de sus componentes es Jnaana. Cuando este conocimiento se estudia y se practica más a fondo para servir los mejores intereses de la sociedad individual, se convierte en Sujnaana, o sabiduría beneficiosa. Las intenciones e impulsos que surgen de la conciencia purificada saturada con las cualidades Divinas que emanan de un sabio es Vijnaana, la Sabiduría Suprema. Cabe señalar que la palabra Vijnaana a menudo se usa incorrectamente para indicar mera Jnaana, o información coordinada o analizada sobre las percepciones sensoriales que surgen del contacto con el mundo material objetivo. La Cultura Bharatiya usa esa palabra para la Sabiduría Suprema, que detenta el vidente, el santo.
Inteligencia, intelecto, intuición, estos tres gobiernan los pensamientos y acciones del hombre. Uno lleva a otro. Este es el significado de la oración con la que Gandhi despertó el impulso de libertad en este vasto país, la liberación no solo de un gobierno extraño sino también de tendencias y corrientes de pensamiento ajenas.
Él causó la reverberación de un millón de gargantas en toda la tierra de la oración, Sabko sanmathi dhe Bhagavaan --- "¡Oh Señor! Concede a todos estar dotados de la inteligencia benéfica". Una vez que eso está asegurado, el progreso es seguro.
Lecciones que se pueden aprender de la misión de Hanuman a Lanka.
Una vez que la inteligencia está purificada y dedicada al esfuerzo espiritual, no debe haber retroceso cualquiera que sea el obstáculo, cualquiera que sea la tentación. Hanuman, encargado de la misión de descubrir el lugar donde Raavana había confinado a Sita, decidió que debía dar un salto sobre el mar hacia Lanka para buscarla en esa isla de Raam que llevaba en su corazón y en su lengua. Una montaña sumergida en el fondo del mar sintió un fuerte impulso de brindar algún pequeño servicio, pues ella era instrumento de Dios, ¡y estaba comprometida en una aventura agotadora! Su nombre era Mynaaka. Se elevó sobre las aguas y pidió a Hanuman que descansara un rato en su cresta, y que se refrescase con los frutos de los árboles que crecían en ella. Hanumaan se negó a retrasar su desembarco en Lanka; estaba comprometido en una Misión Divina, que no admitía descanso, ni demora, ni holgazanería. Hizo oídos sordos a las importunidades de Mynaaka y se apresuró a cumplir el mandato del Señor.
Reflexiona sobre este incidente: ¡considera la compasión y el anhelo de servir que sintió la enorme montaña 'inerte'! ¡Considere la firmeza, la fe inquebrantable, la lealtad absoluta del mono, Hanuman! ¿No enseña esto una lección invalorable al hombre?, lecciones de corazón que se derrite ante el sufrimiento, una cabeza que se niega a desviarse del camino del deber?
Todo el deber del hombre es comprometerse en buenos actos con el cuerpo denso, esparcir los buenos pensamientos y las buenas influencias a su alrededor con su cuerpo sutil y ganar la autorrealización y la Bienaventuranza a través de su cuerpo causal.
Traduccion Silvina Oviedo
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