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26 de Abril de 1993
Sai Sruti, Kodaikanal
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Las flores son de diferentes tipos, pero la adoración es una. Los nacimientos y los seres son diferentes, pero la vida es una. Las religiones son diferentes, pero el camino es uno. Las experiencias y las visiones pueden ser diferentes, pero Dios es uno. Hay diferentes caminos, pero la meta es una. Las joyas son muchas, pero el oro es uno. Las vacas son diferentes, pero la leche es una. La sociedad humana no comprende esto, y mientras vive en la Tierra está sujeta por cadenas.
Encarnaciones del divino Atma:
Desde tiempos antiguos, la cultura de Barath viene dando la máxima importancia a la vida espiritual. La cultura de Bharat enseñó a encontrar a la Divinidad, en primera instancia, en el padre y en la madre. ¡Matru devo bhava! ¡Pitru devo bhava! La madre es dios, el padre es Dios.
En realidad, la vida humana es toda dulzura. Si en la vida no existe la dulzura, la vida humana es un desperdicio. El hombre lucha por conseguir placeres mundanos y prosperidad, pero por encima de eso hay algo especial, la dulzura, que es esencial. Esa es la gema preciosa de la cultura de Bharat. La madre lo sacrifica todo por cuidar y criar al hijo. Esta dulzura no se encuentra en ningún objeto ni en lugar alguno, fuera de la maternidad. ¿Cuál es el sentimiento más dulce en nuestro país? ¿Hay algo más dulce que la maternidad?
El carácter es más importante que la vida. Actualmente, algo tan noble es menospreciado. Para cualquier individuo es esencial reconocer la divinidad de una madre. Cuando el Señor Rama estaba entrando en la selva, conversando con Sita (Bhujata) dijo: “Oh, Sita, no hay ningún Dios más grande que el padre y la madre. Si no comprendemos a la Divinidad en nuestra madre, que conoce nuestra mente y nuestros gustos, y nos desea siempre el bien, ¿cómo podríamos conocer a Dios? La Divinidad está más allá de nuestra experiencia y de los sentimientos humanos. ¿Cómo podríamos reconocerla? Si no podemos conocer el corazón de nuestra madre y nuestro padre, ¿cómo podríamos reconocer a la Divinidad, que está más allá de las palabras e incluso de la comprensión de la mente? Es esencial encontrar a Dios en la madre y en el padre. En consecuencia, cumplir la orden de mi padre es mi deber ineludible”.
Sin embargo, para comprender a la Divinidad más allá del nivel humano, tenemos que llegar a ese estado que está más allá del nivel humano. Hasta entonces, tenemos que experimentar a la Divinidad a este nivel actual. Viviendo como seres humanos, ¿cómo es posible reconocer a la Divinidad que está más allá del nivel humano? Hay que reconocer el secreto de la Divinidad en una vida humana. ¿Es el ser humano el cuerpo? ¿Es la mente? ¡No! La vida humana es la total divinidad y la total santidad. Manava (el hombre) tiene que tener fe. Tiene que confiar. Vivan ustedes con esa fe.
Hoy en día, esa fe no es estable. En esta Tierra, los seres humanos están totalmente ciegos, como si hubieran perdido ambos ojos, porque no tienen fe. ¿Por qué buscar a Dios en todas partes? Presten servicio (seva) y reciban amor. Este es el verdadero camino. El mejor camino para amar a Dios es amar a todos y servir a todos. La Divinidad es exactamente la misma en todos.
Ayer, Swami estaba diciendo a los estudiantes que, aun siendo la Divinidad la misma en cada ser humano, la capacidad y el potencial de cada uno varían. Su amplitud de miras puede ser amplia o estrecha, según sean la madurez de su corazón, sus méritos pasados, sus prácticas espirituales e incluso los antecedentes de sus progenitores.
Sreyo hi jnanam abhyasaj
Jnanad dhyanam visishyate
Dhyanat karma-pahla-tyagas
Tyagac chantir anantaram
(Bhagavad Gita 12:12)
(Si no pueden mantener esta práctica, dedíquense a cultivar el conocimiento. Mejor que el conocimiento es la meditación, y mejor que la meditación es la renuncia a los frutos de la acción, porque con esta última uno puede lograr la paz mental):
Por eso debemos practicar las buenas acciones en la vida cotidiana. Si cantan, pueden esforzarse por hacerlo bien. Si mastican neem, este debe ser dulce. Hasta una piedra se gasta si la frotan continuamente.
Un valioso diamante se hace más valioso cuanto más cortes reciba en sus caras. La Divinidad solo florece en las dificultades y en las prácticas espirituales. Cuando se frotan dos trozos de madera, brota el fuego. Cuando se bate la leche cuajada, brota la manteca. De la misma manera, si se piensa en Dios todo el tiempo, el practicante se conoce a Sí Mismo. Cuanto más se muele la madera de sándalo, más fragancia se obtiene. Cuanto más se mastica la caña de azúcar, más jugo dulce se saborea. Cuanto más se pone al fuego el oro, más se eliminan sus impurezas y más intensamente brilla. De la misma manera, el aspirante espiritual (sadhaka) en tiempos de dificultades, pérdidas, calumnias, con el sacrificio (thyaga y vairagya) tendrá experiencias divinas.
Con el sentimiento materno podemos tener toda clase de experiencias divinas. Los deseos de ustedes son bien conocidos por sus madres. Sus deseos y aspiraciones también, y su hambre también. Debemos esforzarnos por satisfacer a la madre, que conoce también nuestro temperamento y nuestros gustos.
¿Cómo pensar en esa Divinidad que está más allá del nivel humano? ¿Qué es lo que Dios ama? ¿Qué es lo que Dios espera? Para el aspirante espiritual (sadhaka) es muy difícil comprenderlo. ¿Cómo conducirse para ser aceptable ante Dios? La práctica espiritual que emprendan puede hacer que Dios sea adverso a a ustedes, o puede resultarle agradable. Rama dijo: “La Divinidad presente en todos está presente también en mis padres. Por lo tanto, obedezco la orden de mi padre”. Si ustedes quieren tener un poder superior a su propio nivel, si quieren tener una fuerza mayor que la que tienen, deben acudir a Aquel que está más allá de todas las cosas.
Aunque una persona esté en una elevada posición, dotada de poder y demás, hay algo que la hace bailar. Eso es la ilusión (maya). La ilusión está más allá de la comprensión del hombre; es más fuerte que la fuerza del hombre. Para conquiestar esta ilusión, tenemos que entregarnos a un poder superior que está más allá de la ilusión.
Con respecto a este punto, tenemos un buen ideeal en la figura de Sugriva, en el Ramayana. Vali y Sugriva son hermanos. El poder de Vali es infinito, no hay un poder superior. Para conquistar a alguien todopoderoso como Vali, se debe buscar la ayuda de alguien más poderoso aún. Cuando llegan pensamientos buenos, necesariamente llega la gracia de Dios. Para que los pensamientos se concreten, tienen que ser buenos. Mientras Sugriva estaba consultando a Hanuman, encontró muy cerca de la montaña a dos personas fuertes que conversaban. Sugriva envió a Hanuman a averiguar quiénes eran esas dos personas fuertes, porque podrían haber sido emisarios de Vali. Hanuman, el hijo del dios del viento, con toda humildad y obediencia se aproximó a esas dos personas fuertes y preguntó quiénes eran. Hanuman no es alguien ordinario; es todo paz, es virtuoso y es fuerte. Al escuchar las dulces palabras de Hanuman, Rama se sintió muy feliz, y supo que era una persona muy importante. Solo alguien que es erudito en los Vedas y todos los textos sagrados puede plantear tales preguntas.
Rama preguntó a su vez:
—¿Quién eres tú?
—Soy el ministro al servicio de Sugriva.
Rama preguntó nuevamente:
—¿Quién es Sugriva?
—Es el hermano de Vali.
Hanuman comenzó a relatar la historia de cómo había ido aumentando la diferencia entre Vali y Sugriva, y cómo Vali lo había expulsado del reino.
Rama y Lakshmana tuvieron el deseo de llegar a un acuerdo con Sugriva. Hanuman estaba sorprendido ante el comportamiento y la manera de caminar de los visitantes. Pensó que eran fuertes, pero a la vez tenían una gran refulgencia, y parecían serios y preocupados. Al estar privándose de alimentos y agua, estaban consumiendo solo hojas verdes y tubérculos, lo que puso muy débiles sus cuerpos, y esto se notaba cuando caminaban. Hanuman notó esto, y dijo:
—Hermanos, de este modo les llevaría demasiado tiempo llegar a la cima de la montaña.
Sugriva habitaba en la montaña llamada Rishyamukha. Hanuman dijo:
—Por favor, siéntense sobre mis hombros, y los llevaré.
Rama pensó: “No es aceptable utilizar como carroza a un ser humano, pero no hay otra manera de hacerlo. Es inevitable que a veces tengamos que conducirnos de acuerdo a las circunstancias. Debemos ser cuidadosos y evaluar el material a medida que experimentamos las situaciones. La manteca se puede cortar con un dedo, pero para el hierro se requiere un martillo. Bajo las actuales circunstancias, no es adecuado tener estos reparos”. De modo que Rama accedió a sentarse sobre el hombro de Hanuman.
Hanuman, el hijo del dios del viento, llegó a la cima de la montaña en un instante. Lakshmana pensó: “Si el ministro tiene tanto poder, el rey debe tener mucho más aún”. Sugriva los estaba esperando. Se aproximó con toda humildad, y ofreció su saludo. Se enteró de que Rama y su hermano viajaban y habían sido separados de Sita. Las posiciones de cada uno conducen a veces a la amistad. Vali había raptado a la esposa de Sugriva y había expulsado a este del reino. Sugriva se sentía muy triste al estar alejado de Vali. Rama también se sentía triste debido a la separación con Su esposa.
Sugriva dijo:
—Según las posiciones y las circunstancias, la amistad puede ser diferente. El sufrimiento que siento es el mismo que el tuyo. Ambos estamos en la misma difícil situación. Luego, no hay objeción para la amistad entre nosotros.
Se sintió feliz al decir esto, pero también expresó una duda:
—Mi hermano Vali es muy fuerte, posee todo tipo de capacidades. Solo puedo conquistar a Vali si tengo amigos más poderosos que él.
En la montaña Rishyamukha había árboles grandes y muy fuertes, que exudaban resina. Vali disparó una flecha que atravesó cinco de dichos árboles de una sola vez. Pensaba que si Rama era más poderoso que Vali, ciertamente debería cultivar su amistad. Rama, sonriendo, disparó una flecha. La flecha atravesó siete de los árboles.
Postrándose a los pies de Rama, Sugriva dijo:
—Debo tener tu amistad, te necesito.
Sugriva ofreció toda su fuerza, su reino y su familia a los pies de Rama, diciendo:
—Tú eres mi refugio, eres mi único socorro. Es mi buena fortuna tener relación con alguien tan poderoso. Con el fuego por testigo, a partir de ahora seamos amigos.
¿Cuál es el importante mensaje tras esta historia? Ese poder que les concede lo que desean tener, solo es posible si acuden a la persona más poderosa. Hoy, ¿quién es el enemigo que nos hace sufrir? Este poderoso enemigo es la ilusión (maya). Para librarnos de esta poderosa ilusión, debemos entregarnos a alguien más poderoso. ¿Quién es más poderoso que la ilusión? Dios mismo, porque Él tiene esta ilusión como Su vestidura. Si ustedes se entregan a Dios, podrán capturar y dominar el juguete que es la ilusión.
Hoy los seres humanos están cubiertos por la ilusión. Nacen en la ilusión, crecen en la ilusión y como necios, no saben lo que es la ilusión. El apego es una ilusión. La familia es una ilusión. La muerte es una ilusión. La vida es una ilusión. ¿Por qué seguir engañados? Estamos cubiertos por esta ilusión, que es muy poderosa. La ilusión pone en escena toda la obra teatral del universo.
A esta ilusión podemos llamarla Nartakhi. Esta palabra tiene tres letras: Nar-tha-ki. Si quieren tener el control de Narthaki, inviertan el orden de las sílabas y tendrán Kir-tha-na. en este Kali Yuga(edad del hierro), el kirtan Hare nama, el cántico del nombre del Señor, es lo más preciado, no el seva. Es lo que nos conducirá a la liberación.
Adi Sankara acudió a su gurú, su preceptor, a la edad de cinco años. Adi Sankara aprendió en tres años los uatro Vedas y los seis Sastras. Sraddhavan labathe jnanam: “Un hombre de fe logra el conocimiento”. (Bhagavad Gita 4:36). Siendo resueltos pueden tener éxito en cualquier emprendimiento grandioso.
A pesar de toda la educación que Adi Sankara tenía, su camino fue simplemente la no dualidad (advaita). ¿Qué significa no dualidad? Ekam sath viprah bhahuda vadanthi: “La verdad es una, pero los eruditos la llaman con diferentes nombres”. Solo uno, no dos. No hay un segundo. Sin embargo, vemos un segundo, y peor aún, vemos un tercero. ¡No, vemos doscientos mil! ¡No, vemos veinte millones! ¿Cómo encontrar allí la unidad? Hay un buen ejemplo para esto.
Pongan al número 1 en un lugar, y al número 9 en otro. ¿Cuál de estos dos números es el más grande? Naturalmente, decimos que el 9 es el más grande. ¡No! El 1 es el más grande. Uno más uno, más uno, más uno, más uno, más uno, más uno, más uno, más uno, da un total de nueve. Eko ham Bahusyam: “La unidad se manifiesta como multiplicidad”. Solo existe el Uno, pero se manifestó como los muchos, como la variedad. Esta unidad en la diversidad, esta unicidad, es el no dualismo.
Después de recolectar muchas cañas de azúcar y exprimirlas, se obtiene el dulce jugo. Las cañas son muchas, pero la dulzura es una. Los seres son muchos, pero el aliento es uno. Las naciones son muchas, pero la Tierra es una. Las joyas son muchas, pero el oro es uno.
Adi Sankara comenzó hablando de la unidad en la multiplicidad, o en la variedad. Se había percatado de que el jugo de muchas cañas es uno solo. Pero ¿cuánto dura el jugo? Tiene que ser convertido en una forma diferente para que se pueda disfrutar la dulzura de muchas maneras. Esto fue la teoría de Ramanuja (el visishta advaita): al convertir el jugo de caña en azúcar, puede ser mezclado en cualquier combinación, y con cualquier acompañamiento asegura la dulzura. Sin el jugo de caña no habría azúcar.
El jugo es no dualidad (advaita). El azúcar es el no dualismo calificado (visishta advaita). ¿Para qué sirve el azúcar? Si tenemos harina de arroz, o harina de trigo, o harina de lentejas, con todas se puede mezclar el azúcar y disfrutar de la dulzura, pero esta no proviene de la harina sino del azúcar. Con harina y azúcar se pueden preparar dulces como laddu, mithai, etc. El jugo de caña es el no-dualismo (advaita); el azúcar es el no dualismo calificado (visishta advaita); el azúcar asociado a la harina es el dualismo (dvaita). El primer exponente del dualismo fue Madhvaja. Todos ellos fueron preceptores (gurúes) y diseminaron la espiritualidad en el universo entero. Sin embargo, la dulzura es la misma, tanto en el dualismo como en el no dualismo calificado y el no dualismo.
Shankara propagó que uno tiene que tomar consciencia de la unidad en la diversidad. Ustedes son todo esto: Isa, Girisa, Naresa, Paresa, Bilebiyabhusha Namo Sambasadasiva Sambho Sankara Saranam Meythava Charanayugam. (Girisa significa amo de la colina, que representa la coronilla. Naresa significa amo de Naraha, y Naraha significa el hombre que no es ignorante. Para significa “por encima de todos”; luego, Paresa es aquel que lo trasciende todo). Ustedes son el ser humano. Ustedes lo son todo. Por lo tanto, están aquí, están allá, están en todas partes.
La Divinidad es una. Los cuerpos son diferentes. En todos los cuerpos, que son diferentes, está presente la Divinidad, que es una. Esto fue propagado por Shankara. El no dualismo debe entenderse en el ámbito de los sentimientos, no de la acción. En el tigre está Dios, en la serpiente está Dios, en el ser humano está Dios. Dios está en todos. Aunque Dios está en el tigre, no pueden dar un abrazo al tigre. Deben dar al tigre su posición correspondiente, y también a la serpiente. Ubíquense ustedes también en su posición, pero tengan total fe en que la divinidad es una, y es la misma en todos.
¿Cuáles son los tres aspectos de la Divinidad? Asthi, Bhathi y Priyam, es decir: Sat, Chit y Ananda.
Sat significa ser, aquello que es invariable, aquello que no cambia en los tres tiempos. Eso es la Divinidad. Chit es la consciencia que lo abarca todo. La consciencia no es el conocimiento de la fracción. Si se les muestra una pequeña parte (la punta de un pañuelo), ustedes dirían que es un trozo de tela. La consciencia no es así. Una vez que se lo despliega y expande, entonces dirán que es un pañuelo. (Swami muestra a la audiencia el pañuelo entero). La consciencia es aquello que exhibe un conocimiento completo y da pruebas del mismo. Es aquello que lo abarca todo. Eso es chit.
La combinación del ser y la consciencia es la bienaventuranza (ananda). Esta bienaventuranza es invariable. La bienaventuranza suprema o Brahmanandam, la auténtica bienaventuranza, está más allá de toda no dualidad.
La dulzura del azúcar no cambia, dondequiera que ella entre. El agua está presente en todas partes de la Tierra, en algunas partes con tres metros de profundidad, en otras treinta metros, en otras un metro, pero está en todas partes. El agua es como el conocimento que todo lo abarca.
La existencia (sat) es como el azúcar. La consciencia (chit) es como el agua. Se puede tener separadas al agua y al azúcar todo el tiempo que quieran, pero una vez que los mezclan, ya no es agua ni es azúcar; se han convertido en almíbar. No tenemos a los dos aspectos por separado, sat y chit. Juntos, dan la bienaventuranza. Finalmente, ser-consciencia-bienaventuranza es la Divinidad.
Los nombres y las formas son momentáneos. La forma del tigre es momentánea. La forma de la serpiente es momentánea. Ya que los nombres y las formas son momentáneas, dénles solo la importancia que ameritan. Sin embargo, los tres aspectos de asthi, bhathi y priyam son permanentes. Esta es la verdad.
Con estos ejemplos se enseñó la no dualidad. La no dualidad en el ámbito del sentimento, no de la acción. Supongamos que en el bolsillo tienen un bolígrafo. Otra persona tiene un bolígrafo en su bolsillo, y Yo tengo otro en mi bolsillo. Ustedes no pueden tomar el bolígrafo del bolsillo de otra persona. ¿Sería eso correcto? ¡No! En el ámbito físico, mundano, su bolígrafo es suyo y el mío es mío.
Supongamos que se caen y se fracturan una pierna, y les ponen un vendaje enyesado. Su madre los ama intensamente, y se siente triste porque sufren. Sin embargo, para la madre es imposible llevar el vendaje enyesado en lugar de ustedes. La diferencia es la diferencia; las cosas mundanas son diferentes, aunque el dolor sea el mismo para ambos. Ustedes tienen el dolor de la fractura, su madre tiene el dolor de que ustedes sufran, pero la madre no tiene el dolor de la pierna fracturada. La madre se siente triste por el sufrimiento del hijo, no por el sufrimiento de una fractura. De la misma manera se puede comprender que el dualismo está en el ámbito del sentimiento, no en el ámbito de la acción.
Ahora bien, si Shankara propagaba la idea de la no dualidad, ¿por qué prescribía la adoración de la Madre? ¿Por qué prescribía la adoración de alguien, en primer lugar? ¿Para qué la adoración? La razón es que la adoración se necesita hasta que la vida humana alcanza cierto nivel. Hay que cumplir con los rituales propios de cada uno, hasta que se alcance el nivel de Shankaracharya.
Una persona puede tener una elevada educación, puede tener encumbrada posición social, ser un funcionario público de primer nivel, etc. Pero cuando quiere enseñar a su hijo las primeras letras, tiene que escribirlas con su propia mano, diciendo en voz alta “A, B, C, etc.”. No lo hace para su propio provecho, sino solo para enseñar las letras a su hijo. Si él pensara “esto no me corresponde, debido a mi elevada posición”, entonces su hijo no aprendería. El padre tiene que descender al nivel del hijo, y comenzar a enseñar desde ese nivel. De la misma manera, hasta haber alcanzado el nivel de Shankara, uno tiene que hacer todas las formas de upasana, todas las formas de adoración.
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