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Discursos dados por Sai Baba

15/09/84 d-33 Desarrollando la visión interna

15 de Setiembre de 1984

Prashanti Nilayam

  

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Ya sea que uno esté trabajando activamente en el mundo o que se haya retirado de él, lo importante no es tanto el que se lleve o no a cabo el Karma, sino la remoción de las Vãsanas, las tendencias que se ocultan en el corazón. Esto y la eliminación de la suciedad que se ha ido acumulando en la mente son los objetivos principales del Sadhana y la meta del Yoga: desraizar a Rãga y a Dvesha[1] , al apego y a la aversión que han fijado su morada en nosotros. Sin llevar a cabo los ejercicios apropiados para remover a estos enemigos internos, seguirán produciendo pensamientos y acciones, aunque nos retiremos a la floresta o a una caverna, y aún en estado latente estas tendencias nos siguen atando. Las impurezas que llenan la mente y las Vãsanas que llenan el corazón permanecerán allí como simientes, causando una corriente de pensamientos que estarán saturados con este apego, esta ilusión engañosa o con el deseo y el odio y, como resultante, terminaremos olvidando nuestra verdadera naturaleza humana.

El Gita ha demostrado que, si nos es posible remover las impurezas de la mente y ahuyentar al apego y al odio y a los agrados y desagrados que se adhieren al corazón (chitta), podremos llegar a realizar cualquier acción sin que nos preocupen sus resultados. Cualquiera sea el Karma en que nos sumamos después de ello, no quedaremos atados por él. En otras palabras, estaremos libres de los frutos de tales acciones. Todos aquellos que no reconocen esta verdad pueden renunciar a todo tipo de actividades externas, pero terminan sumidos en la indolencia y en la pereza. El Gita ha advertido repetidamente que en el mundo de la espiritualidad no hay lugar para la pereza. Dentro de este contexto es que el Bhagavad Gita ha estado enseñando el Anasakti, el Yoga del desinterés, el Yoga más importante que ha de practicarse.

Anasakti significa el no tener ningún interés personal en las acciones que llevamos a cabo. En el capítulo sobre el Samkhya Yoga, se ha puesto un énfasis especial en el llevar a cabo acciones sin esperar ningún fruto de ellas. No obstante, ninguna persona podrá alcanzar el estado del Nishkama Karma mientras sean negativas sus Vãsanas surgidas de acciones pasadas. Una persona deberá atravesar primero la etapa de las cualidades negativas asociadas a acciones negativas para pasar a la etapa de las cualidades positivas asociadas con acciones positivas.

De esta última etapa deberá seguir a aquella en que renuncie a todos los frutos de sus acciones, vale decir, el Nishkama Karma. ¿Cuál es el secreto que encierra el llevar a cabo acciones? El mandamiento es que uno debe realizar acciones para obtener la pureza de corazón. ¿Y por medio de qué acciones puede una persona lograr la pureza de corazón? Ello se puede lograr únicamente realizándolas como ofrendas al Señor. Cada acción que se le ofrende al Señor traerá consigo la pureza del corazón. Por ejemplo, cuando se come el alimento después de haber sido preparado y cocinado de diversas maneras, todos estos procesos nada hacen para que no siga siendo sino alimento. En tanto que ese mismo alimento ofrecido a los pies del Señor antes de ser ingerido se transforma en Prasãd[2]. Y, en este sentido, la acción realizada por el hombre no es más que una acción o Karma. Sin embargo, si la misma acción, aunque no se trate sino de un acto mínimo, se lleva a cabo como una ofrenda a Dios, se convierte en Karma Yoga. También llega a ser Yagna o un sacrificio sagrado.

Una persona podría alcanzar la pureza del corazón únicamente a través de un Yoga de la Acción así. Pero también debemos considerar cuales han de ser las características de la acción que hemos de ofrecer a los Pies de Loto del Señor. ¿Cuán sagradas habrán de ser? Antes de ofrecerle cualquier objeto a alguien, uno se preocupa de ver si es de alguna utilidad, que sea relativamente puro y que la persona lo reciba con agrado, vale decir que tenga algo de sacro. Si ello es así respecto de un individuo cualquiera, ¿Cuán cuidadosos hemos de ser al ofrecerle una acción al Señor mismo? ¿Cuán pura y cuán sagrada habrá de ser? ¿Cuán satisfactoria para uno habrá de ser? Uno no puede ofrecerle todo tipo de acciones y todo tipo de objetos al Señor. Si quieren ofrecerle acciones, deberán primero asegurarse de que sean puras, que sean sagradas y que sean grandes. Recién entonces serán aptas para serle ofrendadas.

Por ejemplo, si desean ofrecerle una rosa al Señor, seleccionarán primero un botón bello y fragante, luego removerán de él los insectos que pueda tener, luego cortarán las espinas y sacarán las hojas que sean imperfectas; de muchas maneras harán que vuestra ofrenda sea bella y pura. Y sólo entonces se la ofrecen. Cada acción que lleven a cabo deberá ser como esta flor que la ofrecen al Señor. Y así como la dulce fragancia le es inherente a la flor, también vuestras acciones deberán estar llenas de santidad. Así como la flor que ha de ofrecerse debe ser hermosa y pura, también vuestra acción debe ser sagrada y pura. El verdadero Yoga del Bhagavad Gita es el de impulsarnos a ofrecer todas estas acciones al Señor.

Y bien, para poder distinguir entre una acción sabia y una imprudente, debemos comprender la diferencia que existe entre sabiduría e ignorancia. Samkhya hace referencia a la fusión total de la sabiduría con la Sabiduría, al desarrollar la sabiduría individual y fusionarla con la Sabiduría cósmica. Los que deseen experimentar al Señor, deberán haber desarrollado tal sabiduría con algunas otras importantes características. Estas cualidades son: paciencia, determinación, pureza de cuerpo y de mente, amor desinteresado, anhelo del Señor, más los seis tesoros espirituales: Shama, Dama, Uparati, Titiksha, Shraddhã y Samadhana[3].

Consideremos en primer lugar la paciencia. La paciencia o resignación representa una característica muy importante y toda persona debería tenerla. Muchos reyes han sido destruidos por haber perdido esta virtud. También grandes Rishis fueron destruidos por haber descuidado o abandonado esta cualidad de la paciencia. Hombres muy doctos se han arruinado por haber olvidado esta importante característica.

Esta particular cualidad, la paciencia, ha de considerarse como un importante escudo y una armadura para enfrentar la batalla de la vida. La humanidad o el ser humano pierden bien rápido sus cualidades humanas si no tienen paciencia. Esta particular cualidad es una importante cualidad de un Stithaprajna; sin la paciencia es imposible tornarse un Stithaprajna y mantenerse en ese estado. Una naturaleza resuelta, que es la cualidad de la determinación y de una firme resolución, son precondiciones indispensables para desarrollar la paciencia. Ahora bien, no hay que confundir una naturaleza resoluta con una necedad obstinada.

En tareas sagradas, en asuntos relativos a la espiritualidad, la firmeza y la naturaleza resuelta del hombre pueden describirse como una cualidad mental que está libre de ilusiones engañosas y de vacilaciones. Cualquiera sea el obstáculo que se encuentre, cualesquiera sean los problemas y dificultades que haya que enfrentar, se debe permanecer firme y resuelto en cumplir y llevar a cabo la tarea que se haya emprendido. Si se carece de determinación, la paciencia carecerá de fuerza. La paciencia y la determinación son como gemelas, no pueden vivir la una sin la otra. Sin la determinación, la paciencia no podrá establecerse. Y si se pierde la paciencia, la determinación degenerará en arrogancia.

Veamos luego la pureza de cuerpo y de mente. Asi como se lleva a cabo varios actos para purificar el cuerpo, también se debería llevar a cabo algunos actos positivos para purificar la mente. A través de estas acciones se pueden remover los apegos, los agrados y desagrados y el egoísmo que ha contaminado la mente. Solo así se podrá lograr autocontrol. Tal como una tortuga es libre de sacar sus miembros y salir de su caparazón y también de volver a encapsularse en ella, así se debería ser capaz de controlar los sentidos y usarlos cuando se los necesite. El Gita ha afirmado que estas son cualidades importantes para un Stithaprajna.

Es en el campo del Karma o de la acción que el hombre prueba que tipo de hombre es. Y es por ello que se le da esta importancia al Nishkama Karma. Asi como el espejo nos revela el tipo de facciones que tenemos, una acción revela el tipo de sentimientos que una persona alberga. Se puede descubrir fácilmente que tipo de persona es alguien con sólo examinar sus acciones. Puede que una persona aparezca como sátvica, puede aparecer como una persona de grandes sacrificios; se puede creer que es una persona con un corazón sagrado, pero sus acciones pueden mostrar algo diferente, pueden revelar una naturaleza animal o una naturaleza demoníaca. Se puede entender fácilmente la naturaleza de alguien a través de sus acciones.

Puede que otras personas parezcan ser muy crueles. Se puede sentir que son cortantes y abruptas y que carecen de cultura y buenas costumbres; pero si en sus acciones exhiben compasión y otras virtudes, se deberá concluir que su naturaleza es sátvica. Si desean decidir si una persona en particular es sátvica, rajásica o tamásica en su naturaleza, observen sus acciones. Basándose en las acciones que lleva a cabo pueden discernir respecto de su naturaleza.

El Bhagavad Gita ha clarificado que es el campo de la acción el que demuestra las cualidades predominantes en una persona, ya sea si es sátvica, rajásica o tamásica. El Gita ha mostrado qué tipo de acción debe ser llevada a cabo en la vida diaria. El Gita no nos ha ordenado de renunciar a todo, de asumir el Sannyãsa y retirarnos a una floresta. Sino que, más bien, ha mostrado que es importante como deber y responsabilidad de cada hombre, el emprender la acción en el mundo. Además, el Gita ha mostrado que el secreto de la vida humana es el emprender el camino del Dharma y que el deber de cada ser humano es el de reconocer y recorrer este camino. Resulta imposible pretender sostener el cuerpo gracias a la abstención de toda acción. Ya ha mostrado el Gita que el secreto de la vida humana reside en la acción. Por ello, tanto cualquier ser humano común como cualquier Sadhaka deberán ingresar al campo de la acción. Pero las acciones que se lleven a cabo deberán ser acciones sagradas; deberán ser conformes al Principio del Dharma.

Se deben desarrollar acciones como para que lleguen a ser acciones útiles para otros. Se deben llevar a cabo acciones ideales y deben ser practicadas sin ningún motivo egoísta. Sólo así las acciones serán de naturaleza sátvica. Y una vez que lleguen a serlo, pueden ser clasificadas como Nishkama Karma. Ninguna persona común es capaz de realizar acciones completamente libres de deseos. Se deben orientar tanto las acciones como los deseos hacia el propósito de buscar y experienciar al Señor. Cuando esta orientación sagrada deviene la base de todas las acciones, este Karma revela entonces el Anasakti[4] Yoga. Es el nivel de acción, el más elevado, aquel que conduce directamente a la meta. Pero el juego de Mãyã, la ilusión, se implicará en todo el proceso. Hay dos Shaktis poderosas que configuran Mãyã: uno es Ãvarana y el otro es Vikshepa. Para estos dos no hay forma o figura en particular que asignarles. Veamos si podemos entender estas dos importantes características del Mãyã.

Consideraremos a Ãvarana en primer lugar. Ãvarana se refiere a aquello que vela o encubre. ¿Cómo recubre? ¿Con qué recubre? ¿Cómo podemos develar esto que ha encubierto? Si en sí mismo no tiene forma, ¿por medio de qué recubre? ¿Cómo puede ser removido? Todo esto es inexplicable. Representa la naturaleza misma de Mãyã. Una cuerda esta tirada en el camino. En la obscuridad somos engañados por la idea de que se trata de una serpiente. ¿Qué es lo que ha recubierto la cuerda? Súbitamente nos embarga el temor porque imaginamos ver allí una serpiente. De modo que, en nuestra mente, la cuerda ha sido recubierta por la serpiente y nos asustamos. ¿Está allí la serpiente? No. No existe tal serpiente: Entonces, ¿cómo puede estar cubierta la cuerda con algo que no existe? Esto es lo que significa la ilusión engañosa. ¿Bajo qué circunstancias ejerce su influencia en nosotros esta ilusión engañosa? Cuando reina la obscuridad o la penumbra, es entonces que podemos tener esta sensación ya sea que una serpiente se ha superpuesto a la cuerda o que la ilusión se ha superpuesto a nosotros. Sin embargo, en verdad, no hay serpiente alguna que se haya superpuesto a la cuerda, sino que la ilusión ha nublado la mente del hombre y velado la claridad de su percepción. Esta ilusión es Mãyã. En cuanto alumbran el Área con una linterna, se dan cuenta que no hay ninguna serpiente allí, que no hay sino una cuerda. De modo que, en la luz, desaparece la ilusión y se ve sólo al objeto real. Aquello que existe, existe siempre, nunca deja de existir. Permanece invariable para siempre. No puede haber cambio alguno en su existencia. Sólo la ilusión que lo encubre es lo que va y viene. La forma que la ilusión asume en la mente es Vikshepa. En el caso de que hablamos, era la serpiente, en otro momento podrá ser otra cosa.

Los estados de ánimo, los dolores y los placeres son como los parientes: van y vienen. Los parientes vienen de visita, pero no se quedan permanentemente. De igual manera, Mãyã viene y va como ilusión entre los seres humanos. La ilusión en la mente con la cual Mãyã recubre la cuerda y la esconde a nuestros ojos es Ãvarana, el poder que vela; la ilusión que ha sido proyectada por la mente sobre la cuerda es Vikshepa, el poder de la proyección. Con la ayuda de la luz vemos la cuerda como cuerda y la serpiente se desvanece. Ello nos muestra que estos dos aspectos de Mãyã han aparecido con la obscuridad y desaparecido con la luz. Estas dos Shaktis, estas dos poderosas fuerzas, el poder que vela y el poder que proyecta, Ãvarana y Vikshepa, ¿pueden ambos aparecer y desaparecer al mismo tiempo o pueden aparecer y desaparecer en momentos diferentes?

El poder que vela y el poder que proyecta, pueden aparecer y desaparecer al mismo tiempo, pero,- como ocurre en el estado de sueño profundo en el que solo actúa el poder que vela -, pueden aparecer y desaparecer en momentos diferentes. Mãyã es inexplicable: no tiene comienzo, pero puede cesar definitivamente. Cuando la luz de la Sabiduría brilla sobre Mãyã, esta desaparece y entonces la Realidad una e invariable, se revela. Al enseñarle esta gran sabiduría, Krishna pudo liberar a Arjuna de la ilusión engañosa y lo hizo resplandecer con autorefulgencia.

Por el momento, ustedes están desarrollando solamente una visión externa y una comprensión superficial en tanto que es la visión interior lo importante. Es sólo la visión interior la que es verdadera y sagrada. Pierden de vista la realidad, que es vuestra propia Verdad, porque no prestan atención sino a la visión externa y efímera y olvidan completamente la visión interna que es permanente. Lo que hace Dios cuando viene como Avatar es devolver esta sagrada visión interior.

Krishna dijo: "Hijo, descubrirás que todas las acciones que lleves a cabo en este mundo son temporarias. Las relaciones, los apegos, el egoísmo, desaparecerán en el flujo de la vida. Aferrado a cosas que son víctimas de este flujo, ¿cómo alcanzarás la Perfección?, Estas cosas ya no estarán, la persona a la que intentas aferrarte también será llevada, ¿ para que aferrarte a estas cosas transitorias? Desarrolla esta convicción, esta fe : en el apego a las cosas temporarias, estás malgastando la sagrada oportunidad de alcanzar tu Verdadera Realidad. Entrégate a la Divinidad, a la Entidad Permanente. Alcanzarás la satisfacción eterna, la Felicidad Divina".

Y continuó Krishna diciéndole a Arjuna que se libere de sus apegos e ilusiones que lo sumían en la confusión: "Oh Arjuna, Debes purificar por ti mismo tu corazón y tus sentimientos, quita el velo de la ignorancia que está nublando tu mente, toma la vía de la acción justa, trabaja para el bienestar del mundo y dedica cada uno de tus actos a MI, que soy tu verdadero YO, a MI que resido en tu corazón”. Para el hombre no hay otra vía real que el Karma Yoga, la vía de la acción.

No se podrá entrar en el campo de la devoción sino después de haber establecido una base sólida por medio de vuestras buenas acciones. No es sino luego de haber purificado vuestros sentimientos y desarrollado vuestra devoción, que serán capaces de tomar la vía de la sabiduría o Jnana y avanzar así hasta el nivel más elevado de la realización de Dios. Es en el dominio de la acción que el hombre coloca los cimientos que lo conducen hacia las regiones elevadas del Espíritu o lo arrastran hacia las profundidades del sufrimiento; las circunstancias felices o desdichadas del hombre se entrelazan inextricablemente con sus acciones.

Como parte de la acción, el hombre puede realizar Yagnas y Yagas, los diferentes sacrificios y ritos ceremoniales prescritos en las Escrituras. Sin embargo, como se dijera anteriormente, todo ello no podrá sino llevarlo hasta el cielo. Krishna informó a Arjuna sobre la existencia de un estado que se sitúa más allá del Cielo y que es mucho más sagrado. "No consideres el Cielo como un lugar permanente —dijo- Cuando hayas agotado tus méritos, habrás de abandonar el Cielo y retornar a la Tierra. El Cielo no es más que un campamento transitorio, no te será posible residir allí de manera permanente. Tal vez piensas que en el Cielo podrás gozar de muchos placeres corporales y mentales, sin embargo lo que consigues allí no es más que un poco mayor que lo que consigues en la Tierra. Existe un estado que está mucho, muchísimo más allá y que es mucho más sagrado. Ese estado puedes alcanzarlo identificándote con Dios, asociándote con Atma, fundiéndote con Brahman. Para esto deberás tornarte completamente desapegado y sin ego. Deberás llevar a cabo todas tus acciones sin aspirar a ninguno de sus frutos".

Recuerden que cada vez que actúan, una consecuencia, un resultado o un fruto, resultará de ese esfuerzo. Sin embargo, no existe una norma que diga que solamente ustedes han de aprovechar los frutos de vuestras propias acciones. Por ejemplo, un abuelo podría haber plantado una semilla que se desarrolló hasta llegar a ser un árbol frutal. Y este abuelo puede que haya muerto antes de que el árbol diera frutos. Por otro lado, más tarde podrían ser cosechados y aprovechados por sus nietos. He aquí un caso en donde la persona que llevó a cabo una acción no goza personalmente de sus frutos, sino que otros reciben la alegría de compartirlos. El abuelo podría haber plantado el árbol, conscientemente, sabiendo de que quizás nunca iría a poder disfrutar de sus frutos; podría haber realizado esta labor originalmente con una visión amplia, pensando que el árbol en el jardín iría a entregar sus frutos a los que vinieran más adelante, frutos que serían un deleite para ellos. Y es así que los frutos de esta acción desinteresada serían cosechados por las generaciones posteriores de esta familia.

¿Cuál fue el objetivo o motivo que hizo que el abuelo cultivara este árbol? Podría haberlo hecho con algo de egoísmo, con El motivo de darles un beneficio a los miembros de su familia. No obstante, un egoísmo limitado al propio beneficio es mucho más mezquino y negativo que este egoísmo del abuelo. El sentimiento que lleva a una persona a actuar por el bien y el beneficio de cualquier otro, representa siempre un sentimiento superior al egoísmo puro, de modo que esta acción ha de considerarse como una acción superior a cualquier otra que se realiza únicamente para uno mismo. Sin embargo, hay una acción que es aún superior a esta, que se sitúa más allá de toda consideración egoísta, y es aquella que se realiza como ofrenda a Dios. Esta es la mayor de todas las acciones. Resulta, entonces, que debemos empeñarnos en realizar todas nuestras acciones de manera altruista y desinteresada, como ofrendas a Dios, sin esperar cosechar ninguno de sus frutos. Esto es el Anasakti Yoga.

El hacer uso de nuestro intelecto para planear una acción cuyos frutos beneficiarán a otros, como el caso del abuelo que plantó un árbol frutal para goce de las futuras generaciones de su familia, puede ser llamado Buddhi Yoga. En el Buddhi Yoga inquirimos en las consecuencias de nuestras acciones y las basamos en el poder de raciocinio de nuestro intelecto. El intelecto se eleva muy por encima de las estrechamente egoístas consideraciones de la mente inferior y los sentidos. Sin embargo, aún encontramos aquí trazas de egoísmo. Cuando estamos completamente libres de egoísmo, siendo indiferentes a los resultados, actuando sin apegos ni deseos y ofrecemos todas nuestras acciones a Dios, ello representa el Anasakti Yoga, que es muy superior al Buddhi Yoga. El Anasakti Yoga no es fácilmente accesible a la gente común. Pero ello no significa que debamos renunciar al empeño por lograrlo. Con esfuerzo, hasta lo que parece imposible puede lograrse. Debemos, por tanto, persistir en nuestros esfuerzos por lograrlo. Gracias a la práctica nos será posible alcanzar este elevado nivel del Anasakti Yoga en todas nuestras actividades.

Para tener éxito en esto, ha de desarrollarse la visión interna, y para que esta visión se establezca firmemente, se debe tener un principio particular constantemente presente en la mente. Este principio dice que cualquiera que sea la cosa que se busque tan intensamente en el mundo físico, en el mundo de los sueños o de la imaginación o en otro mundo, todo lo que se verá no serán sino las combinaciones y variaciones a partir de los cinco elementos en su forma grosera o en su forma sutil. Son las únicas cosas que podrán siempre encontrar en todos lados, no existe tal cosa como un sexto elemento. Y estos cinco elementos son todos reflejos de la ilimitada refulgencia de Dios.

Todos ellos son Sus aspectos. Su base es el Principio Uno e indivisible. Si cumplen todas vuestras acciones conscientemente, considerando cada cosa del mundo como una manifestación sagrada de la Divinidad, vuestras acciones se tornan automáticamente, ofrendas a Dios. Cuando actúan, si mantienen vuestra mirada fija sobre estos elevados ideales, transforman vuestra visión externa limitada en una visión interna liberadora y se transforman en seres humanos santificados al actuar manteniendo estos elevados ideales ante ustedes. Esta es la visión interna que se ha de desarrollar; no deben limitarse únicamente a vuestra visión externa.

He aquí una historia que ilustra esto. En una oportunidad, el rey Janaka convocó a una gran asamblea de eruditos. Participaron en ella notables académicos, famosos Pundits y dialécticos extraordinariamente articulados en sus argumentos, numerosos personajes capaces de asombrar al mundo con sus destacadas capacidades intelectuales y oratorias. La asamblea que se reunió constaba de tales gigantes que no había cabida en ella para la gente común. Las sesiones diarias eran presididas por el rey Janaka mismo y sólo los más sobresalientes y doctos estudiosos tenían la oportunidad de hablar y de presentar sus puntos de vista. El joven Ashtavakra solicitó se le permitiera entrar a esta augusta y solemne asamblea, pero ¿quién estaba preparado a permitírselo? No traía consigo ninguna credencial ni recomendación, no contaba con el apoyo de ningún maestro, nadie le auspiciaba. La única ayuda con la que contaba era su profunda fe en Dios.

Todo el que tiene una inamovible fe en Dios nunca se encontrará ante obstáculos insalvables, puede que se le presenten dificultades transitorias, pero es seguro que, al final, siempre triunfará. Ashtavakra tuvo que esperar por tres días ante las puertas del palacio de Janaka. Durante su espera, observaba a todos los grandes eruditos que llegaban a participar en la reunión. Pero, así y todo, no se sintió dispuesto a renunciar a su resolución por participar, aunque todos los presentes no eran sino estudiosos muy reputados y renombrados. Su único pensamiento era "Yo también tengo una oportunidad", y así continuaba esperando junto a las puertas. Un simpático anciano erudito, observador y compasivo, notó la diaria presencia del joven Ashtavakra quien de mañana y de tarde, se encontraba ante las rejas observando la entrada y salida de los participantes y dio cuenta de ello al rey. El anciano sabio indicó al rey que había un joven afuera esperando poder entrar a la asamblea, pese a que no parecía poseer ninguna de las calificaciones necesarias para ser admitido, puesto que era muy joven, no parecía tener mucha experiencia, no portaba ninguna de las marcas de logros en erudición, ni le era conocido a ninguno de los grandes Pundits presentes. En resumen, nada se sabía de esta persona, fuera del hecho que esperaba pacientemente poder entrar.

El rey Janaka dio orden a sus servidores de traerlo al salón de la asamblea. Justo después que el rey había tomado asiento y se iniciaba la reunión, en medio de una atmosfera solemne y sagrada de acuerdo a la augusta concurrencia, entró Ashtavakra en la sala. Tan pronto notaron su encorvada figura, los solemnes concurrentes estallaron en carcajadas. Sólo el rey Janaka, que había observado con atención a Ashtavakra desde que entrara, no se rio. Entretanto, Ashtavakra miró a su alrededor y comenzó a reír, incluso más fuerte que los asistentes. Al ver ésto, los eruditos se sintieron muy sorprendidos. Pensaban: “Es cierto que hay una razón para que riamos nosotros, pero no hay ninguna razón para que se ría esta persona..." La risa de Ashtavakra se les transformó en un problema, todos se preguntaban “¿Por qué se reirá este hombre de nosotros?" Es cierto que en el mundo uno se encuentra con una experiencia de ocurrencia más bien común: cuando gente ordinaria ve a alguien que es jorobado o encorvado o no muy bello de mirar, se siente inclinada a reír. Esto puede considerarse como ignorancia. Y esta risa es algo totalmente diferente de la cálida sonrisa de un niño inocente, el que le sonríe incluso a un desconocido que camine tras la madre que lo carga. Cuando un niño sonríe, todo el que lo observa sonreirá con él. Esta sonrisa contagiosa nace de la santidad de la inocencia. Sin embargo, las carcajadas que enfrentó Ashtavakra en esa sala, nada tenían que ver con la sonrisa inocente de un niño. La sala estaba repleta de grandes y notables estudiosos, personas que mostraban excepcionales logros en su quehacer, mas no había inocencia que se pudiera encontrar allí.

Y bien, todos estos doctos señores estaban esperando ansiosos el descubrir el porqué de la violenta risa de esta persona de extraña apariencia que acababa de entrar. Uno de entre ellos fue lo suficientemente osado como para preguntar: “Extraño, ¿quién eres? ¿Te conocemos? Cuando te vimos, tu extraña figura nos hizo reír. ¿Por qué nuestra risa te ha hecho reír tan fuerte?" Ashtavakra respondió: "Señor, entré en esta asamblea pensando que era una sagrada reunión convocada por el famoso emperador Janaka para discutir las sagradas escrituras. Pero, si hubiera sabido que tipo de personas asistirían, no me habría tomado la molestia de venir. Entré en esta sala, pensando que aquí estaban reunidos los más grandes de los sabios vivientes. Pero no encuentro más que una multitud de zapateros". El oírlo hablar de este modo enfureció a los presentes. Ashtavakra había utilizado la palabra 'Charmakaara’ que se refiere al que trabaja el cuero y hace Chappals[5] Estaban furiosos con Ashtavakra por haber usado una palabra tan insultante.

Este continuó en el mismo tono: “Charmakãra es la palabra adecuada para describirles. Solo los zapateros remendones, los que saben trabajar el cuero son capaces de reconocer el valor de algún cuero o piel en particular, cosa que otros no podrán hacer. Y todos ustedes se están riendo de mi piel, pero no han hecho ningún esfuerzo por conocer mi sabiduría. No parecen preocuparse por nada que no sea la cobertura externa. Los Pundits deberían poseer la capacidad de mirar dentro de las cosas. Las personas que carecen de la visión interior no pueden ser tildadas de eruditos en absoluto. No son sino remendones, Charmakãras". El rey Janaka quien entendió muy bien lo que Ashtavakra decía, y concordaba en todo con él, le rogó que pasara a formar parte en la asamblea y posteriormente le honró de varias maneras.

Tal como fue el caso entonces, situaciones semejantes se producen actualmente en el mundo entero. Cualesquier sean vuestra grandeza o renombre, no han sino desarrollado únicamente la visión externa. No se han molestado en cultivar la visión interna. Cuando examinan a otra persona, toman en cuenta sólo los rasgos físicos, su potencial físico, la riqueza, su posición social, la educación y los diplomas y otras cosas de este tenor. Pero cuando Dios examina a alguien, ÉL mira la pureza de su corazón, presta atención a la paz interior que haya en él. Deberían ustedes también desarrollar esta visión y esta paz interna. Sean cuales fueren las circunstancias, deberían permanecer calmos, y no dejarse llevar por la excitación. Deben darle tiempo a estos nobles sentimientos que hay dentro de ustedes a que surjan y se manifiesten.

Supongamos que alguien les insulta. ¿Pierden algo por el hecho de que les insulten? A una situación así, no deben responder agitándose o excitándose. Si se mantienen calmos y tranquilos, el otro puede darle rienda suelta a toda la ira que guarda en sí. Si tratan, en cambio, de obstruir la emoción de ira de la otra persona y la expresión de esta, la situación puede tornarse peligrosa.

Supongamos, por ejemplo, que una persona está vomitando. ¿Cuál es la razón para vomitar? Se debe a la entrada de alguna impureza, de alguna substancia tóxica al estómago. Cualquier impureza o tóxico que entre en el sistema atacará a la salud. Por eso debemos cuidar que no entren impurezas a nuestro cuerpo. Cuando una llega a entrar, de inmediato sentimos la necesidad de expulsarla. En momentos así sería inadecuado tomar algún medicamento para suprimir el vómito. Si se administrara, los tóxicos no serían expulsados y permanecerían en el estómago. Hay que permitir a las impurezas salir y no obstruirles el paso. Después de que hayan sido expulsadas, se puede proceder a tomar alguna medicina.

Después que la náusea y el vómito hayan pasado, la persona se sentirá débil. Y cuando se sienta débil hará todo lo que se le pida, obedecerá instrucciones. Así como este es el mejor procedimiento a seguir cuando una persona está vomitando substancias tóxicas, también resulta aplicable en los casos en que una persona esta enfurecida y pugna por decirles algo. Dejen que lo haga, no la obstruyan. Esto representa también una forma de vomitar. Sea lo que fuere lo que quiera decir, dejen que lo diga por todo el tiempo que quiera. Y hasta que todo haya aflorado, ustedes deben permanecer calmos y pacientes. Esta actitud no les alterará en absoluto, sino que realmente les hará felices. Esto mismo corresponde a la experiencia del Cielo. Y, ¿por qué habrían de privarse de tales sentimientos celestiales? ¿Por qué habrían de ser víctimas de perturbaciones y excitación?

Esta cualidad de la paciencia es realmente importante. De todas las buenas cualidades que pueda tener una persona, la paciencia y la longanimidad[6] son las de primer rango. Swami ha dicho en múltiples ocasiones que la longanimidad es Sathya (verdad), que es Dharma (rectitud), que es Ahimsa (no violencia), que es Veda (la escritura), que es Santosha (alegría). La longanimidad lo es todo en todos los mundos reunidos. Si una persona tiene el Kshama[6], la longanimidad, será capaz de adquirir otras cualidades importantes como Sama, Dama, Shraddhã, Uparati, Titiksha y Samâdhâna[7] o en otras palabras, control mental, control de los sentidos, fe, renunciación, resistencia y concentración. Todas ellas configuran el estado de la pureza interior. La aplicación externa de polvos, jabón y perfumes no nos purificará interiormente. Con ellos sólo nos podemos purificar en lo externo. No obstante, la pureza interior es sumamente importante. La razón para ello reside en que el Señor está presente tanto en el interior como en el exterior. Todo lugar en que se encuentre el Señor ha de ser purificado, y ello comprende lo interior y el exterior. Asi el morador interno, Dios, les brindara protección a donde quiera que vayan.

En el Samkhya Yoga Krishna enseñó las cualidades que configuran a una persona ideal, un Stithaprajna, un hombre de sabiduría establecida. Swami las mencionó no hace mucho, pero las repetiré. Ellas son: Sama: la paz mental; Dama: el control de los sentidos; Uparati: que se asocia a los sentimientos sagrados y a los deseos de renunciación; Titiksha: que representa un sentimiento de firmeza ante cualquier circunstancia, lo que implica cualquier prueba, cualquier tribulación, cualquier dificultad que hayamos de enfrentar, debemos hacerlo con una mente firme, despierta y resuelta; la quinta cualidad es Shraddhã: tener una fe firme en las palabras del Guru, de las escrituras y de las grandes personas; y Samâdhâna, lo que significa sentirse contento bajo cualquier circunstancia y mantener la concentración mental.

Sólo cuando una persona tiene concentración mental (Samâdhâna) podrá lograr la firmeza y la resolución (Titiksha). Sólo cuando ha logrado la resolución podrá desarrollar una fe firme (Shraddhã). Solo cuando cuente con una fe intensa tendrá sentimientos sagrados y renunciará a los deseos (Uparati). Sólo cuando sienta disgusto por los objetos del mundo logrará el control de los sentidos (Dama). Y entonces, cuando haya alcanzado el control de los sentidos, lograra la paz mental (Sama). Y en donde haya paz mental, habrá pureza interior y exterior. Y cuando hay pureza interior y exterior, la paciencia se habrá convertido en una segunda naturaleza en la persona y se dará de manera automática. Es por ello que a cada Sadhaka se le pide practicar estas cualidades básicas para el camino espiritual.

Nada se puede alcanzar con sólo memorizar todos los Slokas del Gita. Junto con la memorización deberán practicar una o dos cosas en la vida diaria. Sólo entonces entrará en nuestro corazón la fragancia del Gita. Es el deseo de Swami que todas estas grandiosas Enseñanzas que han estado escuchando y que les han deleitado cada día, sean llevadas a la práctica por ustedes, como para que lleguen a ser propiedad intima para cada uno y lleguen a formar parte natural de vuestra vida diaria.

Notas del revisor :

[1] Rãga y Dvesha: (NR) El par de opuestos constituido por el amor y el odio, apego y aversión, gusto y repugnancia, atracción y repulsión.

[2] Prasãd: (NR) alimento consagrado bendito por Dios. Los alimentos ofrecidos al Señor y luego distribuidos como alimentos consagrados a los participantes. La comida ofrecida a Dios está libre de las vibraciones maléficas que lastiman sutilmente al individuo. El alimento ofrecido al hambriento y luego comido tiene la misma propiedad. De acuerdo a muchos sistemas, son las ofrendas que primero son dadas al Señor y luego comidas. Se dice que purifican las impurezas inherentes a todos los objetos. Estos alimentos se consideran portadores de energía espiritual que se comparten con una actitud de aceptación luego de habérselos ofrecido al Señor. De acuerdo a Dvaita, es la causa última de liberación. Paz, tranquilidad, serenidad, placidez; gozo, contento; amabilidad, compostura, suavidad, dulzura; favor, gracia; claridad, esplendor, pureza mental., buen humor, buena disposición; bienestar, iluminada calma, dominio de sí mismo, lo que es logrado por una vida de karma yoga;

[3] Shama, Dama, Uparati, Titiksha, Shraddhã y Samadhana: (NR) Shama es considerada la virtud más importante para el principiante. Consiste en la tranquilidad y estabilidad mental, que se consigue mediante la erradicación de las vãsanas y los deseos. Mediante la desconexión de los sentidos (indriyas) la mente se enfoca hacia el Ser. Dama: es el control de los sentidos, mediante un uso razonable de los mismos. Una mente equilibrada, unos sentidos equilibrados, pueden llevarnos a una existencia equilibrada. Atención y elección adecuadas de lo que registramos a través de los sentidos. Uparati o Uparama, es la actitud de renunciar voluntariamente a dejarse llevar por la mente a través de los sentidos. Titiksha es la paciencia, la capacidad de soportar el dolor y de mantenerse en el medio entre los opuestos dolor-placer. frío, calor, etc. Shraddhã: consiste en una fe intensa en las palabras del Guru y en los dichos de las escrituras védicas y, sobre todo, en el Uno. Es la fe que toma su fundamento en razonamientos precisos, en evidencia y experiencias. Es importante entre las virtudes, porque es la que mantiene viva la fuerza del estudiante de Vedanta Advaita. Samâdhâna. A través de las prácticas anteriores, el estudiante obtiene un equilibrio mental que enfoca en Atman y no en los objetos. Con la práctica de la concentración se adquiere una buena base para la meditación.

[4] Anasakti (NR): desapego a los resultados de las acciones de uno .

[5] Chappals: (NR) Los chappals son zapatillas de cuero hechas a mano en la India que se curten localmente con tintes vegetales. Los Kolhapuri Chappals, como se les conoce comúnmente, son un estilo de sandalia con tiras en T con punta abierta.

[6] Kshama o Longanimidad: (NR) Paciencia con la que se soportan los insultos, las faltas de otros que podríamos castigar. Es perdón; virtud de dominio sobre sí mismo, una paciencia serena y de autocontrol bajo toda circunstancia, dando el bien a todos, aún a aquellos que quieran hacerles daño. La paciencia equivale a la verdad, es el núcleo mismo de la corrección, la esencia misma de los Vedas, es el Ahimsa, la no-violencia puesta en práctica, es el estado del contento, es la compasión; incluye la tolerancia y la indulgencia.

[7] Samâdhâna: (NR) Es el estado de ecuanimidad que es el estado de la No acción de la mente, en el que la mente está estable , en calma total y perfecta, y en el que el sujeto se hunde en el objeto


Traduccion Herta Pfeifer

Revision Marcos Erize