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Discursos dados por Sai Baba

14/09/84 d-32 El Yoga de la acción – renunciar a los frutos

14 de Setiembre de 1984

Prashanti Nilayam

  

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Krishna dijo frecuentemente a Arjuna: "Arjuna, tienes derecho a realizar tus deberes prescritos, pero no aspires a los frutos de tus acciones” [1].

            En el mundo, se realizan todas las acciones con la vista puesta en un  interés o recompensa por los frutos. Y si sus acciones no obtuvieran ningún fruto, no habría ningún ser humano que emprendiese alguna acción. Y es así que siempre habrá un fruto para cada acción. ¿Cuáles son las objeciones que interpuso Krishna al hecho que Arjuna aspirara a los frutos de sus acciones? Siendo que todo el mundo actúa por interés en los frutos, ¿cuál sería la importancia más profunda y el significado interno del pedido de Krishna a Arjuna para que llevara a cabo todas sus acciones sin expectativas por los frutos? El interés de Krishna era que todas las acciones ( karma ) emprendidas por Arjuna, se transformaran en Yoga. Sus órdenes se orientaban a que éstas no se quedaran en meras acciones, sino que llevaran a Arjuna hacia su meta espiritual, o, lo que es igual, que deban transformarse en Yoga.

            Cuando actúan con la conciencia corporal, vale decir, cuando se identifican a sí mismos como los hacedores de las acciones, estas no pueden llegar a convertirse en Yoga. Cualquier acción realizada con un sentimiento de egoísmo o sintiendo "yo lo hice" o con el sentido de apego de “mi” acto u otros de este tipo, no traerá sino sufrimientos. Tales acciones no desembocan sino en una esclavitud mayor. En cambio, si transforman la acción en Yoga, se liberan de la esclavitud. ¿Y cómo se transforma la acción en Yoga? Todas las acciones realizadas como ofrendas a Dios, carentes del sentimiento de “yo soy el individuo hacedor”, se transforman en Yoga.

            Son numerosos los problemas que surgen cuando uno actúa con el sentimiento de ego. Íntimamente, podemos sentir “esta acción la he realizado yo, de modo que debería obtener sus frutos. He trabajado, de modo que merezco el pago. Ciertamente tengo derecho a la recompensa que merecen estas acciones que he realizado." Este tipo de sentimientos sirven solamente para fortalecer más el Ahamkara[2], el sentimiento del ‘yo' y lo ‘mío!  A medida que este sentimiento de ego se incrementa, decrece la alegría de Atma. Y fue para destruir su sentimiento de ego que Krishna pidió a Arjuna que transformara todas sus acciones en Yoga.

            ¿Cuál es el método para transformar las acciones en Yoga? En primer lugar deben tornarse impersonales, deben concentrarse en la acción y ser indiferentes a los resultados que estas acciones generarán. Con ese sentimiento de desinterés pueden lograr cualquier cosa. Está, por ejemplo, el caso del rey Janaka cuya vida les demuestra que, si realizan las acciones sin deseo alguno por los frutos y sin ningún interés personal en el acto, vuestro logro será en verdad grande. Aunque gobernaba un reino y asumía todas las responsabilidades correspondientes a su mandato, el rey Janaka llevaba a cabo todos sus actos con la actitud de que él no era sino el testigo. Y, por el hecho de actuar sin ningún apego a los resultados, llegó a ser un Rajayogi. Toda acción realizada sin ningún interés personal, constituye un Yagna y se convierte en Yoga. En cambio, cuando la acción se realiza con interés personal en ella y en sus resultados, se transforma en una enfermedad. La causa raíz de todas estas enfermedades es el apego. Al apego lo siguen de cerca el odio y la ira. Estos son demonios que ocultan las cualidades humanas.

            Con todos pasa lo mismo. Una vez que comienzan a asomar Raga y Dvesha, en otras palabras, cuando empiezan a mostrarse el apego y el odio, ellos estimulan al resto de las tendencias demoníacas y uno termina olvidando su verdadera naturaleza humana. Es por ello que Krishna ordenó a Arjuna: "Realiza tus acciones libre de todo apego. Sé impersonal. Cuando llevas a cabo una acción sin interés personal alguno, su fruto no te tocará. En esta forma rijo sobre los tres mundos. ¿No podrías gobernar tan sólo a una familia del mismo modo? Debes cultivar una fe inamovible en que con desinterés se pueden llevar a cabo muchas grandes hazañas. En tanto que si mantienes el apego por los resultados de una tarea, tarde o temprano serás víctima del desengaño. Si obtienes los frutos que deseas te sentirás dichoso, si fracasas, te sentirás desdichado. Trata, por lo tanto, de controlar estos altibajos de entusiasmo y depresión. Transfórmate en un Stithaprajna. No te dejes controlar por estos vacilantes estados de ánimo".

            Todos los seres humanos actúan, sin excepción. Toda persona posee un cuerpo humano con el objetivo preciso de realizar acciones. Para santificar el cuerpo han de llevar a cabo acciones positivas. Para cada acción existe un fruto. Sin embargo, deben ser conscientes de que la alegría que pueden obtener de la realización misma de una acción, es de lejos mayor que la alegría que les brinda su fruto. Aquí va un pequeño ejemplo. Una familia cualquiera lleva a cabo alguna función auspiciosa como una puja [3] especial. Mientras están en el proceso mismo de la acción no sentirán cansancio alguno.

            Incluso aunque uno de ellos esté febril, ello no le preocupará, estará solamente absorto en la función. Sin embargo, si visitaran a esa familia más tarde, tal vez observen que todos ellos lucen fatigados. Uno deriva alegría mientras está realizando una acción, pero no experimenta la misma alegría una vez que la ha completado. Simplemente nos engañamos con la creencia de que hay alegría en los frutos de la acción, siendo que, en verdad, no es así. Este engaño nos entrega un reflejo de la alegría, pero no es sino una sombra de la Alegría Real; es sólo su fantasma, no es la Alegría permanente. Además, ¿cómo los frutos de una acción podrían no ser otra cosa sino sombras furtivas, dado que la acción misma no es sino temporal y efímera?

            Ustedes creen quizás que realizando actos de caridad, participando de diversos Yagnas o rituales auspiciosos, realizando penitencias o practicando la caridad, alcanzarán el cielo. Sin embargo, Krishna demostró que hasta el Cielo mismo es transitorio. Dijo: "Arjuna, hay algo que es mayor que el Cielo. Con ello no quiero decir que dejes de llevar a cabo Yagnas, Yagas u otros por el estilo, ya que debes realizar estas actividades de culto como parte de tu deber. No obstante, hagas lo que hagas por el bien del mundo, no actúes por motivos egoístas, sino realiza tus acciones desinteresadamente, de forma altruista, considerando únicamente la paz, el bienestar y la prosperidad del mundo entero. No te preocupes por alcanzar el Cielo, apunta tu mira más allá de él. El Cielo durará sólo en tanto duren los méritos por tus acciones. Una vez que estos méritos se agoten, tendrás que retornar a la tierra. Por eso debes renunciar a tu anhelo por alcanzar un Cielo que es temporal, transitorio e impermanente. Cultiva la cercanía y el cariño por Dios. Fúndete en Sus Pies de Loto. Esto es lo verdaderamente importante. El Principio de la Divinidad es mayor que el Cielo. Cuando entiendas los secretos de la acción y lleves a cabo esta desde una perspectiva correcta, podrás alcanzar la Divinidad misma."

            El Bhagavad Gita no pide que renuncien a todas las actividades mundanas y adopten el Sannyãsa. Algunas personas tienen la impresión de que el Gita no ha de ser enseñado a los niños, porque los jóvenes podrían formarse la idea de que deberían renunciar al mundo y retirarse a los bosques. Hay algunos que tienen estas falsas ilusiones. Piensen en el gran número de personas que han estado enseñando el Gita. ¿Han adoptado el Sannyãsa todas ellas? ¿Han renunciado a todas las cosas del mundo? Y Arjuna, quien escuchó directamente el Gita de labios de Krishna, ¿se convirtió en un Sannyãsi? El sentido interno del Gita ha de ser entendido en el contexto de la naturaleza humana tal como ésta se expresa en el mundo, en las actividades cotidianas de la gente. El más importante de los objetivos del Gita es el de llevar la invaluable sabiduría de antaño hasta el nivel del mundo y el de elevar la vida del mundo a los niveles de la más alta sabiduría.

            El Bhagavad Gita hace que el Vedanta se haga cotidiano y eleva la vida cotidiana a los niveles del Vedanta; ello no sólo implica el introducir la filosofía y la espiritualidad en la vida diaria, sino también  llevar la vida diaria hacia la filosofía y la espiritualidad. De allí que desemboque en la reconciliación entre la espiritualidad y lo cotidiano. La existencia humana no implica tan sólo las actividades cotidianas y seculares, no está en absoluto destinada  a acrecentar nuestros medios de existencia. El Bhagavad Gita enseña la santidad de la vida humana, orienta al hombre hacia su meta última. Le enseña a ganarse la vida en el mundo de modo que ello le permita trascender su condición humana y no seguir atado a nuevos nacimientos humanos. No quedaremos atados por nuestras acciones si estas se llevan a cabo con desapego y sin deseo por los frutos.

            El Bhagavad Gita nos enseña este Sadhana para desarrollar el Anasakti[4], desapego o acción desapegada en las actividades o deberes. Las acciones de aquel que alcanza Anasakti, se vuelven sagradas. El Bhagavad Gita no incita a renunciar al trabajo, al contrario, entusiasma a realizar el deber y a concretar todas las actividades que competan a la posición en la que uno se encuentre en la vida,  pero estas acciones deben convertirse en actividades sagradas, ofreciéndoselas al Señor.

Por ejemplo, tomemos el ejemplo de un cocinero. Lo consideramos un cocinero mientras lleve a cabo su propio Karma que es cocinar, pero si realiza sus acciones con la mente pensando en el salario y en las ganancias, su trabajo se resentirá y la comida no será buena. Sin embargo, cuando el cocinar se lleva a cabo con un sentido de Anasakti, se hace sagrado y puro y por ende, nutre y santifica. En general, cuando el sentimiento de Anasakti empapa las acciones de la gente, éstas se hacen sagradas y puras. Cuando poseemos este sentido de desapego, todas nuestras acciones llevarán la impronta de la firmeza y progresaremos hacia nuestra meta. Pero si tenemos un interés personal en el trabajo que realizamos, habrá altibajos, surgirán vacilaciones y muy pronto nuestros deseos comenzarán a multiplicarse.

            Krishna citaba como ejemplo al rey Janaka en cuanto persona ideal, porque regía su reino con un sentimiento de Anasakti, y gracias a eso logró la perfección. Hay personas que tienen únicamente la visión externa. Otras, en cambio, han desarrollado la visión interna. La visión externa no ve sino el ilusorio mundo exterior. La visión interna transforma la mente y llena el corazón de sentimientos sagrados. Al desarrollar la visión interna, habrá que desarrollar también este Anasakti.

            Aquí hay una historia para ilustrarlo. Hace mucho tiempo, un joven sabio, Suka, llegó en un viaje a las cercanías de Mittilapura. El rey Janaka oyó decir que Suka había llegado a su reino, pero no sabía en donde se quedaría. Para encontrarle, Janaka envió a varios mensajeros para recabar noticias sobre él. Estos recorrieron por una semana diferentes regiones del reino hasta que, finalmente, encontraron a Suka, quien se encontraba en un abrigo, en un bosque en las cercanías de la ciudad capital, Mittilapura. El rey Janaka fue a visitar a Suka, acompañado por sus ministros. Janaka no llegó hasta él en su calidad de rey y emperador, sino como servidor del Señor. Hacía tiempo que había removido toda traza de su ego, de modo que fue como humilde practicante espiritual. Suka estaba hablando con sus discípulos sobre algún tema espiritual. Janaka se quedó de pie cerca, escuchando su discurso con total concentración. Cayó la tarde. Antes de irse, el rey se acercó a Suka y le preguntó: "Swami, ¿puedo asistir a tus divinos discursos todos los días?" Suka le contestó: "Janaka, la espiritualidad y la filosofía no son propiedad de nadie. Todo el que tiene interés y que siente gozo al escuchar estas enseñanzas, todo el que cree que alcanzará la meta, todos ellos tienen derecho a este conocimiento. Ciertamente que puedes venir: ¡Eres muy bienvenido!" Janaka volvió entonces a su palacio, y regresó regularmente todos los días para asistir a los discursos.

            Y bien. Suka deseaba demostrarle al mundo que el rey Janaka poseía la visión interna, en tanto que la mayoría de la gente tiene sólo la visión externa. Con esto en mente, se cambió a un lugar más cercano a Mittilapura, un punto elevado desde donde podía ver toda la ciudad, y allí se construyó una vivienda. En este lugar comenzó a dar discursos sobre Vedanta. Un buen día, debido a algunos urgentes asuntos de estado, el rey Janaka se atrasó en llegar hasta allí. Suka postergó deliberadamente el comienzo de su discurso hasta la llegada del rey, sin importarle el gran número de gente que ya se había reunido, esperando que hablara. Para mostrar su interés, Suka hizo algunas preguntas para saber a qué se debía la tardanza del rey Janaka. Le pidió a unas personas que fuesen a averiguar qué era lo que demoraba al rey, en tanto que él mismo se acercó hasta el camino, para vigilar la llegada de éste.

            Pronto comenzaron las murmuraciones entre la multitud reunida. Los discípulos, los viejos y los jóvenes comenzaron a hablar entre sí. Uno dijo: "Miren a Suka...Se le considera un sabio tan grande, uno que ha renunciado a todo, pero parece que esto no es cierto... Ahí lo vemos esperando al rey, solamente porque Janaka es un emperador. A nosotros no nos presta ninguna atención, ni parece que le importara dictar su discurso". Otra persona dijo: "Observen esta rara conducta de Suka. ¿Por qué se muestra tan parcial por los reyes? ¿Debería un sabio hacer diferencia en su sentir por los reyes y por los demás?" Suka se había dado muy bien cuenta de todas estas habladurías. De hecho, había sido con la intención de darles una buena lección que mostró este comportamiento. Pasó una media hora... pasaron dos horas más. Suka seguía esperando el arribo de Janaka, sin mostrar intención alguna de comenzar con su discurso.

            Entretanto, todos aquellos cuyos corazones estaban algo sucios comenzaron a dar rienda suelta a sus sentimientos de enojo y de envidia. Comenzaron a salir a luz todos esos impuros sentimientos que les eran inherentes, pero que habían estado ocultos en su interior. Eso era, justamente, lo que Suka quería, porque hacía falta que saliera todo el veneno que guardaban en los corazones, para que pudieran entrar en ellos las enseñanzas del Vedanta. Cuando no hay nada dentro de la cabeza, no resulta difícil llenarla con enseñanzas sagradas. Mas si ya estuviera llena de material impuro, ¿cómo podría absorber algo puro y sagrado? Si no se procede a vaciar la cabeza de todo lo malo, nada bueno puede entrar en ella. Y fue por ello que el Sankalpa y deseo de Suka era que todos estos sentimientos negativos se manifestaran y expresaran. Quería que sus pupilos vaciaran toda la suciedad y la basura que había dentro de sus mentes. Sabía que, en tanto sus corazones albergaran apegos y sentimientos negativos, sus enseñanzas no echarían raíces. De modo que les llevó a pasar por este particular proceso de purificación.

           Mientras sucedía todo esto, el rey Janaka se apresuraba para llegar a escuchar el discurso de Suka, angustiado por su retraso. Suka se dio cuenta de que Janaka se aproximaba, se le podía ver a la distancia, ya que no era habitual que viniera solo. Pese a que el rey no gustaba de rodearse de sus ministros y servidores, éstos lo acompañaban siempre para protegerlo. Muy pronto el resto de la concurrencia se dio cuenta de la llegada del rey. Entrando en el área en que Suka dictaba sus discursos, Janaka se postró humildemente ante el Guru y le rogó que perdonara su retraso, luego extendió su esterilla de Durba y se sentó. Suka comenzó de inmediato con su discurso.

            Ya en esos momentos, había fructificado el odio en los corazones de los jóvenes seguidores. Sus rostros estaban cambiados debido a los sentimientos en contra del sabio y del rey. "Miren a ese Suka - pensaban para sus adentros— sólo se preocupa de agradar al rey. Hasta ahí no más llega su Vedanta..." Suka decidió dar una lección a todas estas personas reunidas allí y que albergaban tales sentimientos. Pasados unos momentos, interrumpió su discurso y dijo “Janaka, mira hacia tu reino... ¡Está en llamas!" El rey Janaka, quien estaba con los ojos cerrados, concentrado en las sagradas enseñanzas, no dio señales de haber escuchado estas palabras. Había ya fijado su mente en el Vedanta, de modo que su concentración se mantuvo en el Vedanta. Los demás vieron las llamas y el humo que se elevaban por sobre la ciudad. Algunos de los discípulos, pensando en sus familias y sus bienes, se levantaron y comenzaron a correr hacia Mittilapura. Todos los apegos que anidaban en sus corazones, escondidos allí, salieron a la superficie y quedaron plenamente expuestos. Algunos instantes después, Suka le dijo al rey Janaka: "Janaka, el fuego se ha extendido hasta tu palacio". Pero tampoco  el rey prestó atención a las palabras de Suka ni se movió de su asiento. Tenía el verdadero sentimiento del Anasakti, era completamente desinteresado e indiferente a todo lo mundano. Su interés se centraba únicamente en Atma y, aparte de ello, nada más llamaba su atención.

            Entre los que habían venido a escuchar el discurso, había un número de famosos Pundits y celebrados eruditos, todos con una gran reputación mundana. Suka deseaba demostrarles que, aun siendo muy doctos, no habían logrado eliminar aún su Sakti, su apego. Cuando estos eruditos vieron las llamas, se atemorizaron; se volvieron hacia el rey Janaka y suplicaron “Oh Rey, Oh Rey", pero Janaka había entrado en estado de Samadhi y estaba gozando de la dicha de Atma. Lágrimas de alegría rodaban por sus mejillas. No se apartaba ni por un momento de los santos pensamientos en que había fijado su concentración. Suka observaba el estado de transfiguración del rey Janaka y se sentía contento.

            Después de algún tiempo, los discípulos que habían corrido hacia Mittilapura, retornaron, con la noticia de que no había habido ningún fuego. Entonces Suka comenzó a explicarles a todos lo que había sucedido. Dijo: "Y bien, hijos, no postergué el comienzo de mi discurso por el hecho que Janaka fuera el rey y, por ello, un hombre muy importante. Lo atrasé porque se trata de una persona muy meritoria, un verdadero Sishya, y yo creo en esperar por una persona así. Debido a que se ha purgado de ego y de orgullo y a que es realmente humilde y dedicado, tiene la autoridad como para que un discurso se posponga hasta su llegada. Ustedes escuchan, pero no oyen lo que se dice, ni lo llevan a la práctica y eso hace que carezcan de esa autoridad. En lugar de enseñarle a cientos de personas que no han llevado a cabo esfuerzo alguno para aplicar estas enseñanzas en sus vidas diarias, puedo enseñarle al menos a una que tiene en verdad el derecho de que se le instruya, porque ha integrado estos sacros preceptos a su propia vida. ¿De qué sirve enseñarle a gente llena de apegos y egoísmo? Ello viene a ser como lanzar una piedra al agua. Una piedra puede estar sumergida en el agua por cualquier número de años, sin que logre absorber ni una gota de ella. Asi, puedo seguir adelante aunque consiga una sola persona como Janaka. ¿Para qué habría de tener un gran número de piedras lustrosas pero inútiles? Si entre ella hay una sola gema realmente valiosa con ello basta. ¿Para qué tener 10 acres de tierra estéril, si se puede tener un pequeño terreno fértil que entregue cosechas abundantes? Si un rey como Janaka puede llegar a ser santo, puede transformar a todo su reino y convertirlo en un ámbito sagrado que llegue a ser ejemplo para todo el mundo". La intención de Suka era la de convertir a Janaka en un rey santo, un Rajayogi, y, al mismo tiempo, enseñarle una valiosa lección a los engreídos discípulos que se habían reunido en torno a él.

            Krishna tuvo una intención similar cuando enseñó el Gita a Arjuna. Arjuna también fue una persona sagrada y había calificado para recibir las enseñanzas, gracias a su carácter y a sus altos ideales. Arjuna tenía control sobre los sentidos y había ganado para sí una serie de poderes espirituales gracias a las austeridades a que se había sometido. En gran medida, había logrado suprimir sus apegos mundanos. Poseía un intelecto altamente desarrollado y era diestro en muchas artes. Y se había entregado a Krishna lleno de real humildad. Krishna decidió que Arjuna estaba preparado para esta sabiduría y resolvió convertirle en un Stithaprajna. Se empeñó en entregar todas estas sagradas enseñanzas a Arjuna con el objetivo de que, al corregirlo, todo el mundo se beneficiara.

            Arjuna poseía tanto la capacidad como la virtud de elevarse hasta grandes alturas espirituales, manteniéndose bajo toda circunstancia en completo control de sus sentidos. Es por esta razón que se le han dado una serie de apelativos. ‘Arjuna’ mismo significa “aquel que es puro", "el blanco"; también se le dice "aquel cuyo corazón es sagrado" y "la joya entre los hombres". Era una persona tan poderosa que, si quería, podría haber llevado a cabo actos que habrían aterrorizado y espantado al mundo entero, pero siempre actuó con pureza y conforme al Dharma. Se ganó el derecho a utilizar un arma que no podía ser blandida por nadie más ni conquistada por ninguna otra persona de su época. Originalmente, esta arma perteneció a Shiva en la forma de Pinaka[5] durante el Treta Yuga.  Más tarde esta formidable arma pasó a manos del rey Janaka y se convirtió en Gandiva[6] en Dwapara Yuga. Habiendo ganado la gracia de Shiva fue que Arjuna pudo obtener esta gran arma. Este fue el sobresaliente héroe que Krishna eligió y fue Su voluntad y Su Sankalpa que, al enseñarle el Gita, el mundo entero se beneficiara  

            Es a través de nuestras bocas que ofrecemos alimento al estómago y a través de éste, dicho alimento es distribuido a todo el cuerpo. Del mismo modo en que el alimento llega a todos los miembros del cuerpo desde el estómago, el Gita se le entregó a una persona pura y desinteresada como Arjuna, para que, a través de ella, pudiera llegar a todo el mundo. Uno de los nombres dados a Arjuna es Parthiv, que significa ‘Hijo de la Tierra’. Todos nosotros somos hijos de la Tierra. Puesto que Arjuna puede considerarse como un representante sobresaliente del género humano, Krishna sintió que convirtiéndole en una persona sagrada, con el tiempo todo el mundo podría ser transformado.

            Las acciones realizadas sin deseo por sus frutos, el Nishkama Karma, serán mucho más grandiosas, comparadas con las acciones comunes que se llevan a cabo pensando en uno mismo como su ejecutante. Por otra parte, el Anasakti Karma, es decir la acción libre de deseos, llevada a cabo de manera impersonal, completamente desinteresada y sin ningún apego, es aún superior al Nishkama Karma. Sin embargo, la acción que le es ofrecida totalmente al Señor es más sagrada que éstas.

            Fue así que Krishna ordenó a Arjuna de ofrecerle todos sus actos al Señor. Cuando Arjuna alcanzó este nivel de evolución, es decir, el punto en que le ofrecía todos sus actos al Señor, Krishna comenzó a enseñarle el Gita. En una primera etapa, todos los seres humanos deben realizar acciones   - Karma- y empeñarse activamente en las tareas y actividades para las que son apropiados. Uno debe llevar a cabo acciones para no volverse perezoso, ya que una persona floja le es absolutamente inútil al mundo. Swami no aprueba en manera alguna que se estimule la pereza en nadie. En primer término, deben llevar a cabo un Karma ordinario. Luego deben seguir hacia el Nishkama Karma. Gradualmente lo convertirán en Yoga. Este Yoga se transformará finalmente, en Yagna. Cuando haya llegado a ser Yagna, ya habrán renunciado a todo. Esta transformación del Karma en Yagna y del trabajo en adoración es lo que implica el significado del Gita.

            Es para destruir totalmente al egoísmo, al apego, al odio, a la egolatría, al sentido de “lo mío", etc., que el Gita ha adoptado tantas formas diferentes y en el proceso ha ayudado a muchas y distintas clases de personas a desarrollar una naturaleza sagrada. El Gita puede compararse a un "árbol que cumple nuestros deseos". Todo lo que se desee del Gita, éste lo entrega. El sentido y significados que se le den a las diferentes Enseñanzas del Gita dependen de la perspectiva y del nivel de preparación espiritual. Nadie puede pretender que conoce el significado exacto de un versículo en particular; Nadie tiene la autoridad requerida como para decir que el suyo es el único y correcto significado de un versículo en particular. El Gita les entregará todo lo que pidan de él. Sus enseñanzas resultan aplicables a cualquier nivel espiritual del buscador. Es por ello que el Gita podría ser definido como la esencia misma del Vedanta. El Gita constituye un arca de tesoros de oro; el Gita representa un camino cubierto de pétalos de flores; el Gita es el soporte para todos los Sadhakas; el Gita les permite nadar y sobrevivir en el océano del Samsara; él Gita les ayuda a sortear todos los obstáculos y alcanzar su meta. Una persona a quien no le guste el Gita, perderá el propósito mismo de la vida.    . Cualesquiera sean los sentimientos de una persona, el significado que extraerá del Gita será proporcional a su nivel de desarrollo espiritual.

            Antes de comenzar este discurso, por ejemplo, Balaraju entonó el sloka de Ganapati: [7]“Suklham Baladaram Vishnu, Shashi Varnam Chatur Bhujam, Prasanna Vadanam Dhyayet, Sarva Vighna Upashaanthaye”. Vishnu significa el que es omnipresente y omnipenetrante. Se le describe como el que tiene el color de la ceniza, y también, como el que es del color de la luna, gris azulado, color ceniza.

            También se le ha descrito como poseedor de cuatro brazos y de un rostro atractivo y sagrado, que jamás muestra sentimientos de exaltación ni de decaimiento. Esto responde a los sentimientos de los creyentes y a la forma en que se rinde culto al Señor Vinãyaka. También los no creyentes pueden utilizar los mismos términos, aunque la imagen que esté describiendo con estas palabras sea totalmente diferente.

            Sukham Baladaram se refiere también a quien lleva vestimentas blancas. En cualquier situación que lo vean, se darán cuenta que no demuestra definición alguna; es de color ceniciento y tiene cuatro brazos. Evidentemente, cualquiera puede tomar todos estos atributos en conjunto y declarar que describen a un asno. Un asno podrá llevar vestimentas blancas que acarrea para el lavandero, tiene cuatro extremidades y su color es ceniciento; también su cara resulta muy atractiva. No está atado a lugar alguno, lo encontrarán vagando por los caminos, frente a su corral, cerca de las casas, en cualquier parte. Este es el sentido que los no creyentes le dan a Suklham Baladaram. Pueden observar, entonces, que el que se trate de un pollino o de Vishnu depende tan sólo de la forma en que se le mire, de si uno es un devoto o un no creyente o del que uno se interese en las cosas espirituales o estas le sean indiferentes.

            De manera similar, el Gita le entrega diferentes significados a diferentes tipos de personas. Sobre la base de los sentimientos de cada cual, cada persona encontrará el sentido apropiado al estado que haya alcanzado en su trayecto por la senda espiritual. Entonces, este Gita no es un árbol cualquiera: es el gran árbol que cumple los deseos. Es una vaca sagrada que entrega gratuitamente su leche. Pueden sacar de él todos los sentidos y significados que estén preparados para absorber. Hay agua suficiente en el océano, pero el agua que uno pueda llevarse de él dependerá de la capacidad del recipiente que uno haya traído hasta su orilla para llenarlo. El agua nunca dejará de ser la misma, la diferencia consistirá únicamente en la capacidad del recipiente. De manera similar, puede haber diferencias en nuestros sentimientos pero el Bhagavad Gita seguirá siendo uno solo. Su naturaleza fundamental es la misma para todos: su sagrado propósito es el de transformar a la Humanidad en Divinidad. No deberíamos tomar a la ligera un libro tan sagrado. Debemos acercarnos a él con un profundo sentido de devoción y de compromiso. Debemos entonar sus Slokas con genuino sentimiento y comprensión. Y deberíamos practicar diariamente, al menos uno o dos de los preceptos que se nos entregan en él. Solo así lograremos una real plenitud en nuestras vidas.

Notas del revisor :

[1] (NR): Verso que corresponde al Capítulo 2, Sloka 47 del Bhagavad Gita: Termina el Sloka diciendo: “Nunca te consideres la causa de los resultados de tus actividades, ni te apegues a la inacción".                                                                                                                          

[2] Ahamkara (NR): “Sentimiento de ego”

[3]  puja: (NR) ritual religioso realizado en una amplia variedad de ocasiones para presentar respeto a una o más deidades como una manifestación de "honra, adoración y devoción".

[4] Anasakti: (NR) Esfuerzo correcto en la acción con ausencia de preocupación por el resultado. El concepto se refiere a una acción intensa aunque desinteresada, realizada con un espíritu concentrado en el aquí y ahora de su circunstancia, donde la persona está atenta a su acción, siendo coherente entre lo que piensa, sus palabras y sus acciones,  sin nutrir expectativas o preocupaciones sobre el éxito o el fracaso, la pérdida o la ganancia, los gustos o disgustos. Un ejemplo de ‘Sakti’ es la persona que trabaja diariamente, esperando recibir el sueldo a fin de mes, el ascenso en el trabajo, o como la actitud de un vendedor, esperando que le compren.

'Anasakti' vendría a ser un desapego no compulsivo, un estado en el que el ser humano no se siente afectado ni por la atracción, ni por la aversión (Rãga y Dvesha). Usar ropa color azafrán, dejar todos los placeres mundanos o abandonar el hogar no hace que una persona se desapegue, pues se apega fuertemente a la sensación de rechazar todo. 'Sakti' significa compulsión, algo que uno está obligado a hacer o seguir, pero 'Anasakti' significa no- compulsión, vida sin compulsión alguna. Las actividades sin compulsión significan vida sin ningún sentimiento de atracción o aversión, reconocidas como las dos tendencias más dominantes que controlan la vida de un ser  humano corriente, ya que todos los sentimientos y acciones son el resultado de una de estas dos o de una mezcla de ambas en diferentes proporciones. Anasakti parece simple pero no es fácil de practicar; podemos ver que incluso personas que dicen estar desapegadas de los placeres mundanos y se declaran gurús o Sannyasis, están fuertemente apegadas a su propia forma de Dios (muchos se niegan incluso a aceptar esto como una forma de apego) o creencias o fe, y están tan apegados a estas cosas que casi repelen todas las demás cosas y encima se sienten felices por ello.

[5] Pinaka: (NR) También conocido como Shiva Dhanush, era el arco utilizado por el Señor Shiva.

[6] Gandiva: (NR) Cuenta la historia que el arco fue creado por Brahmã para proteger el Dharma. Luego le fue dado al Señor Shiva. Fue pasando a varios seres hasta llegar a Varuna quien fue el que entregó dicho arco a Arjuna. El arma fue temida por muchos durante la guerra de Kurukshetra por su enorme poder.

[7] “Oh Señor, que viste ropas blancas, Quien es omnipresente, quien tiene cuatro manos, Que tiene un rostro pacífico y alegre, meditamos en ti, quita todos los obstáculos”.


Traduccion Herta Pfeifer

Revision Marcos Erize