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Discursos dados por Sai Baba

10/09/84 d-28 La valentía es ver al Ser único en todas partes y en cada cosa

10 de Setiembre de 1984

Prashanti Nilayam

  

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Cada vez que el hombre ve algo que no sea él mismo, cada vez que ve a alguien que no sea Dios, puede entrar en él el temor. Es únicamente cuando una persona cree firmemente que en toda esta creación manifestada no hay nada sino los cinco elementos que llenan todo el universo, cuando sabe que todos los nombres y formas no son sino estos cinco elementos, únicamente entonces estará libre de miedos.

Todo, sin excepción alguna, está conformado por los cinco elementos. No existe ningún sexto factor. Aquí hay una mesa, acá una silla, allí tenemos una puerta, vemos también una ventana y aquí hay un estrado. Entre todos estos objetos mencionados la diferencia no consiste sino en nombres y formas separados; el contenido, que es la madera, es el mismo en todos ellos. Las montañas son rocosas, los árboles consisten de madera, la tierra consiste de barro, el cuerpo consiste de carne, el océano está hecho de agua... todos ellos no son sino formas y combinaciones de los cinco elementos; y podemos considerar a estos cinco elementos como cinco aspectos de la Divinidad. En todo el Universo no existe nada aparte de estas cinco imágenes o reflejos de la Divinidad. En los cinco, la Divinidad es la misma y Una. Excepto Brahman no hay segundo para nada. En esto debe creerse firmemente, entonces no existirá el miedo.

De todas las grandes virtudes, la intrepidez ocupa un lugar de importancia. Representa la virtud ideal. Ya sea en el mundo secular o en el del espíritu, el hombre no podrá vivir nunca confortablemente a menos que posea intrepidez. Ya sea en medio de la batalla por la vida en el mundo o en la batalla espiritual, no debemos dar lugar a que nos invada ningún temor; este no debe tener ningún lugar en nuestra vida. Cuando un hombre está obsesionado por el temor, se vuelve terriblemente tímido. No será capaz de llevar a cabo ni el más ínfimo trabajo. Mientras un hombre está lleno de temores no puede brillar en el mundo.  Es por ello que el Bhagavad Gita ha enseñado que debemos volvernos intrépidos. La intrepidez, Abhaya, no puede considerarse simplemente como la ausencia de miedo, el que se llama Nirbhaya. No son lo mismo. Tanto el miedo como la ausencia de miedo se asocian a la conciencia del cuerpo. La ausencia de miedo puede ser necedad a veces, como en el caso en que el cuerpo esté en peligro de daño. Mas la intrepidez, por otra parte, se encuentra más allá de la conciencia corporal. Se puede obtener solamente cuando uno reconoce la Verdad, la Divinidad, el UNO sin un segundo, que reside en su plena dimensión en cada corazón.

Se dice que una persona cargada de miedo muere a cada paso del camino, en tanto que la intrépida muere sólo una vez. “Por ello - le dijo Krishna a Arjuna -¡abandona tu miedo y vuélvete audaz! Sólo una persona intrépida puede lograr la victoria en las grandes empresas". Una persona que es realmente intrépida estará desapegada de todos los objetos del mundo y estará saturada por el amor de Dios. Por otra parte, la que es egoísta respecto de su cuerpo y sus logros mundanos, estará cargada de miedo. Los apegos a los objetos mundanos y el egoísmo no serán albergados por una persona que esté libre de miedo. En los Puranas encontramos a Hiranyakashipu, que era una persona llena de temores, en tanto que su hijo Prahlada era una persona plenamente intrépida. Hiranyakashipu se había refugiado en nombres y formas, había puesto su confianza en el mundo. Prahlada se había refugiado en los Pies de Loto del Señor, había puesto su confianza en Dios.

Chanda y Amarka, los gurus de Prahlada, fueron ante el rey demonio y le dijeron: "Señor, tu hijo no es en absoluto miedoso. A pesar de todos los problemas que le hemos creado, nunca se ha quejado ni llorado por nada. En lugar de derramar una sola lágrima por dolor personal, alaba continuamente al Señor Narayana, cantando interminablemente la Gloria y la Magnificencia del Señor". ¿Por qué no tenía miedo Prahlada? Ello se debía a que creía firmemente en que no había nada más en el mundo sino Narayana, y esa convicción le dotaba de una intrepidez inconmovible. En el Brihadãranyaka Upanishad encontramos también a Yajnavalkya enseñando respecto a la intrepidez. Él le decía a Janaka: "Oh Janaka, estás libre de temores y por ello no debes preocuparte por nada más. Has mantenido tu corazón absorbido por completo en el Señor. Existes únicamente como un instrumento de Dios en el mundo, sirviéndoLE en todo lo que haces. No tienes apego alguno por los objetos del mundo. Crees que todo en el mundo tiene la forma de Dios y está impregnado de Divinidad. A dondequiera que miras, no ves sino la Unidad en toda la diversidad. Y esa conciencia te ha hecho intrépido".

Hoy en día, el más prominente de todos los miedos que acosan al hombre, es el temor a la muerte. Ya sea que se trate de una persona valiente y llena de coraje, de una persona con una alta educación, de una persona con grandes talentos y habilidades, de una persona bendecida con incontables riquezas, a todas les asalta el pensamiento de la muerte, el que anula todos sus logros y destruye la confianza que tengan en sí mismas. La persona se sume en la desesperación cuando ve morir a otros. Tan pronto sabe de la muerte de alguien, considera que son noticias de mal augurio y trata de cerrar sus oídos a ellas. Incluso aunque muera una persona de más de 100 años, de todos modos se asusta al saber de ello. Siempre desea vivir un poco más. Pero por mucho más que aspire vivir, la muerte es algo cierto.

Todos los objetos y toda la gente en el mundo serán barridos por el flujo de la muerte. ¿De qué provecho le será a una persona el refugiarse en otra que también será arrastrada por la muerte? La persona que busque protección y refugio y aquel junto a la cual los busca, están ambas sujetas a la misma suerte.  Solo cuando nos agarramos fuertemente de los Pies de Loto del Señor, que es el inamovible pilar en este flujo de la muerte, podemos albergar alguna esperanza de salvarnos. El temerle a la muerte y el permitir que nuestras mentes permanezcan en las transitorias alegrías de la vida, de nada nos servirán al final. La intrepidez puede compararse a una gran montaña, como el monte Meru, en tanto que el temor es algo así como la débil brisa creada por nuestro aliento. ¿Podría alguna vez conmover a la poderosa montaña esta débil brisa de nuestra respiración? Obviamente, no. El débil viento del temor jamás podrá afectar a la montaña de la intrepidez. Cuando esta firme e inconmovible montaña de la intrepidez se pone a la par con una mente libre de ilusiones engañosas e inmersa en la dicha, y está acompañada de una inteligencia que sea clara y pura, podrá llevar el hombre a realizar a la Divinidad dentro de sí mismo y salvarse.

Nos volvemos audaces únicamente cuando mantenemos en el fondo de nuestros corazones la verdad de que hay solamente UNA Realidad, existente en todas partes y esta UNA es la Divinidad omnipenetrante. ¿Por qué debería alguna vez atemorizar algo a un ser humano? ¿Qué es lo que podría asustarle? La muerte no es en realidad sino una broma en este drama de la vida. Si vuestro rol exige que caigan y que mueran sobre el escenario, ¿será afectado por ello el actor, cada uno de ustedes? ¿Qué es lo tan terrible respecto a la muerte de un cuerpo que ha nacido para morir? El cuerpo, que está constituido por los cinco elementos, ha de ser destruido algún día. ¿Por qué habríamos de preocuparnos solo por amor a este cuerpo? “Arjuna, no eres tú el que va a matar, ni serán muertos aquellos contra quienes luchas. Lo único que puede ser muerto es el cuerpo. Tú mismo eres Atman y no el cuerpo". En el Samkhya Yoga esta verdad le fue enseñada a Arjuna y ello lo hizo intrépido. La intrepidez representa una cualidad que es tan vital y tan importante como el aliento vital mismo. Es la primera de las 26 virtudes que se enseñan en el Gita. La orden es: ¡Sé intrépido! ¡Ríndete a Mí! Y entonces Me haré cargo de todo lo demás". Verdaderamente hablando, el hombre no es una forma de miedo, es divino, y la intrepidez es su naturaleza misma. El significado divino es inherente a la palabra Manava que se emplea para identificar al hombre.

Una pequeña historia nos muestra esto: Había una vez una terrorífica selva en la que vivían muchos animales diferentes. En la mayoría de las selvas no habrá elefantes si hay leones, y si hay elefantes rondando, no habrá leones a la vista. Pero en esta selva había todo tipo de animales: leones, elefantes, chacales, perros, todo el reino animal se encontraba presente.

Un día particular, un astuto zorro pensaba acerca de una serie de cosas. Pensó para sí mismo: "Los hombres se vanaglorian de que hay algo especial y único respecto de la naturaleza humana. Dicen que es casi imposible conseguir un nacimiento humano. Pero los humanos nacen igual que lo hacen los animales. La palabra Jantu es un nombre que se le da a todos los seres que nacen del útero de una madre. La cuestión es, ¿por qué se le da el nombre de Manava al hombre, en vez de llamarlo simplemente Jantu? ¿De qué manera seremos nosotros inferiores a él?"

El zorro reflexionó para sí mismo respecto a todas las argumentaciones y contraargumentaciones relacionadas a esta interrogante que lo tenía perplejo y resolvió probar que no hay distinción alguna entre el hombre y los animales. Desde ese día en adelante, comenzó a plantearles este problema a todos los habitantes de la floresta. Fue buscando a todos los demás animales y les dijo: "¿Por qué habríamos de aceptar el presente estado de cosas? La gente considera la vida animal como inferior a la vida del hombre. Deberíamos tomar medidas para revertir esta creencia errónea". De este modo comenzó a envalentonar a todos los animales que vivían allí para que reflexionaran sobre este asunto y se entusiasmaran con él. Mostró como todas estas falsas creencias habían sido enseñadas y aceptadas por todos los animales, hasta por el poderoso elefante que era el más fuerte de todos y por el león que era su rey. El zorro decidió convocar a una inmensa asamblea de todos los animales, para discutir estos puntos y esbozar alguna resolución sobre la que todos pudiesen lograr un acuerdo. El nombre propuesto para esta reunión fue el 'Chatush Pada Maha Sabha’, lo que significa 'la gran reunión de los cuadrúpedos'. Se decidió que en un día en particular, a una hora en particular, todos ellos se juntarían en una gran zona abierta para celebrar esta reunión.

Inicialmente, hubo acuerdo sobre tres puntos de la agenda. El primero fue que los seres humanos, al igual que los animales, nacen desde el útero de una madre, por lo tanto, debería haber un solo nombre tanto para los hombres como para los animales. Ya sea que el hombre fuese llamado Jantu, o los animales Hombre, pero no debería haber dos nombres diferentes y dos apelativos diferentes. Esa fue la primera resolución que querían aprobar en la reunión. El segundo punto de la agenda era que, injustamente, los animales habían sido catalogados como ignorantes, en tanto que el hombre reclamaba haber sido dotado de sabiduría, cosa que los animales no debían aceptar. ¿De qué manera tiene el hombre una sabiduría superior a la de los animales? El zorro se mostró particularmente insistente sobre este punto. Preguntó: "¿Cuál es esta sabiduría que posee el hombre y que no tenemos nosotros? Debemos firmemente resolver que existe la misma sabiduría en ambos, hombres y animales".

El tercer punto de la agenda que propuso el zorro, era que “el hombre es considerado como un animal que habla, en tanto que a nosotros se nos considera mudos. Esto constituye una gran desventaja para nosotros, que denunciamos como una gran diferencia. Pero incluso si somos bestias, ¿qué es aquello de que carecemos? El haber adquirido la habilidad de hablar y el hecho de poseer ese talento, ¿qué gran felicidad ha derivado el hombre de ello? Propongamos que el lenguaje y la mudez se consideren más o menos lo mismo". "Habría también un cuarto punto que considerar —agregó el zorro— el hombre piensa de nosotros que somos Rajásicos, en tanto que él en cuanto a su naturaleza, se considera a sí mismo Sátvico. No deberíamos aceptarlo, ya que la naturaleza Sátvica que nosotros poseemos, ni siquiera el hombre la tiene. Merecemos la reputación y el reconocimiento de ser muy superiores al hombre en cuanto a naturaleza Sátvica".

Todos concordaron en que estos cuatro puntos deberían ser discutidos durante la reunión. Pero todos se preguntaban a quién deberían nominar para presidir esta asamblea. El zorro señaló que había un cierto número de Rishis y Mahatmas que estaban haciendo penitencia en la selva. "Deberíamos elegir a un sabio calificado para presidir nuestra reunión", sugirió. Todos manifestaron su acuerdo y eligieron al zorro para que encontrase a un Maharshi y le pidiese este servicio. El zorro fue hasta una cueva y encontró allí a un sabio que hacía penitencia. Se le acercó reverente y le rogó: "Swami, en el reino animal se ha decidido tener una reunión muy importante, un Chatush Pada Maha Sabha, y te rogamos que la presidas".  El Rishi, quien reconocía en todo la Divinidad viviente misma, dijo: "Muy bien, estaré feliz de poder presidir vuestra reunión". Y fue así que se decidió llevarla a cabo en un gran claro del bosque.

Todos los animales del bosque, desde el más pequeño al más grande, se dirigieron todos allá, trayendo consigo a sus hijos y algunos incluso llevaron consigo a sus nietos. Todos se mostraban entusiastas y felices de poder participar en esta reunión, Todos mostraron un gran respeto por el presidente. Se levantó una plataforma para que este se sentara y a su lado se instaló una silla para que se sentara el león. El Maharshi también estaba muy contento y no le temía en nada al león sentado a su lado. Este Maharshi reconocía la existencia de Dios en cada ser viviente, de modo que no sentía temor alguno. Una vez que todos los animales estuvieron sentados, se requería el darle una bienvenida apropiada al Maharshi por estar con ellos. El secretario de esta gran asamblea era el zorro y fue él quien tomó la palabra para abrirla.

"Venerado presidente, excelentísimo soberano, honorables ministros, queridos hermanos y hermanas. Este día será un día que se inscribirá con letras de oro en los anales de esta gran selva y del reino animal. Este será un día inolvidable, porque hoy coronaremos con éxito esta importantísima asamblea que nos ha reunido a todos aquí. Para venir, muchos de ustedes han tenido que hacer grandes sacrificios. Han dejado de lado muchas actividades y se han dado el tiempo para asistir. Es así que, ante todo, me permito expresarles mi profunda gratitud a todos”. Luego el secretario siguió adelante y explicó los puntos que se tratarían en la agenda. Tan pronto se presentó ésta, se levantó el león y se dirigió a la asamblea.

El león les dijo: "Todos ustedes han escuchado lo que mi hermano les ha dicho. Quiero que sepan que las grandes cualidades que poseen, como el valor y el coraje, el hombre no las posee en realidad. Yo mismo soy una prueba de esto. Si consideran el coraje y el valor, la osadía y la fuerza magníficas que me caracterizan, ¿en donde encontrarían a un hombre que me iguale? Pese a ser el rey de los animales, nunca caigo en acciones equivocadas o injustificadas. No mato a ningún animal sin una razón valedera. Tomo algo de alimento sólo cuando estoy hambriento, no desperdicio el alimento ni mato animales por diversión. Nuestra valentía, nuestro código ético, nuestro alto grado de moralidad, son cualidades que nunca encontramos entre los seres humanos. ¡No! ¡Ellos no las poseen en absoluto! Por ello, ¿por qué razón habríamos de temerle al hombre? ¿Por qué habría de considerársenos inferiores a él? Tomemos la decisión hoy día de borrar este ofensa que mancha nuestra reputación".

El elefante, que estaba sentado al lado del león, se levantó y dijo: "El hombre no tiene ni la mitad del tamaño de una de mis patas. En cuanto a mi forma, ciertamente soy poderoso y magnífico. He alcanzado una grandeza proverbial en lo que respecta a inteligencia. Reyes, emperadores, hombres distinguidos han llegado a poner gran confianza en mí. Incluso si se debía llevar a cabo alguna coronación, esta se posponía si no estaba yo presente. Si soy tan grande, ¿cómo pueden sostener que el hombre es superior a mí? Mi inteligencia es extraordinaria. De modo que, aunque consideren sólo dos cosas: mi inteligencia y mi forma física, deben concluir que el hombre jamás llegará a igualarme".

Se levantó entonces el zorro y dijo: "El león, nuestro Maharaja, se ha dirigido a ustedes y el gran elefante, nuestro distinguido ministro, también ha hablado claramente. Nos gustaría ahora invitar a algún representante de los animales más pequeños para que se adelante a hablarnos". Entonces un perro salvaje pidió el uso de la palabra. Ofreció sus humildes saludos al presidente, al rey, al ministro, al secretario y a toda la multitud reunida allí. Y entonces dijo:

"Pese a que soy pequeño y débil, en fe no hay nadie que se me pueda comparar. Tengo una fe inalterable y una lealtad ilimitada hacia la persona que me ha criado y que cuida de mí. Soy siempre agradecido y fiel, aunque tenga que sacrificar mi vida. Incluso si mi amo me hiere y lastima, no le retribuiré del mismo modo ni lo dañaré. Todos saben que los seres humanos no conocen el sentido de lealtad que tienen los perros. Respecto de esta cualidad no puedo ser considerado inferior al hombre. Muchas veces el hombre se ha vuelto contra su propio maestro, aquel que lo ha cuidado y guiado. Al hombre no le importa replicar con un mal al bien que se le ha hecho. Puede criticar y tramar engaños como para perjudicar al maestro que se ha preocupado de él. El hombre no conoce la gratitud. Carece de lealtad. Pretenderá ser obediente sólo mientras convenga a sus intereses. Tan pronto sus propios intereses egoístas se ven satisfechos, se vuelve en contra de su maestro. Si el hombre se comporta así, ¿por qué habremos de ser considerados inferiores al género humano?" Y de este modo, uno por uno, los animales se levantaron e hicieron uso de la palabra. De acuerdo a su status y experiencia, hicieron exposiciones destacando las múltiples cualidades positivas practicadas por los animales, pero que el hombre ignoraba.

Finalmente, se levantó el presidente para pronunciar su discurso. El Rishi se dirigió a la concurrencia: "Queridos animales. Todo lo que han dicho es verdad. Cada vez que un Maestro hace algo por nosotros o nos dice algo, es para nuestro propio bien. Ello busca promover la amistad y un buen entendimiento. Pero tan pronto florecen la amistad y el entendimiento, el hombre se vuelve suspicaz y piensa que algo se está tramando en su contra. De frente él ofrecerá saludos, pero por la espalda criticará. Cara a cara usará palabras de alabanza, pero por detrás usará palabras denigrantes y de crítica. Y al llenarse de este modo con este tipo de opuestos y con estas bajas formas de astucia, desperdicia su inteligencia y su vida. Todos los defectos que han sido ventilados aquí son reales y se encuentran presentes en el hombre. En tanto, en lo que respecta a la necesidad de alimentarse, de dormir, de respirar y otras cosas en este sentido, no hay absolutamente ninguna diferencia entre el hombre y el animal."

El Rishi continuó: "Deseo, sin embargo, señalar que existe una especialidad en el hombre que es única, y en cuanto a la cual no puede comparársele a los animales. Los animales pueden heredar un rasgo de crueldad y, una vez que lo han adquirido les es imposible cambiarlo. Un tigre, por muy hambriento que esté, no comerá Puri ni Idlis [1], sólo aspira a comerse un cordero.

El no irá detrás de una merienda con té. Por mucho que trate de cambiar sus hábitos, no logrará hacerlo. En cambio, si el hombre se esfuerza, le es posible cambiar su crueldad y puede también cambiar cualquiera de sus malos hábitos. La diferencia más importante entre el hombre y los animales, es que el hombre, esforzándose, puede producir una transformación de sí mismo, en tanto que el animal nunca podrá lograrlo. Estas capacidades y habilidades para transformarse, son solamente privativas del hombre.

El zorro se levantó y dijo: “Swami, concedemos que el hombre posee estas capacidades especiales para transformarse, pero si no hace uso de ellas, ¿merece la destacada posición de que goza ahora?" El presidente declaró: "Si la persona posee la capacidad, mas no la usa para cambiar, entonces es peor que un animal." Al escucharlo, todos los animales aplaudieron calurosamente. El Maharshi procedió a repetir el punto que había planteado, indicando que cualquier persona que poseyera la capacidad para hacer el bien, pero que no la usara para mejorar su comportamiento y para desarrollar lo bueno dentro de sí, era, sin lugar a dudas, peor que un animal. Y agregó: “¿De qué vale todo el saber que el hombre acumula?  ¿Cambiará ello su fe? Tan pronto como los malos pensamientos entran a su mente, su pensar se nubla y se transforma en un necio. Respecto del aprendizaje y del talento, el hombre ha alcanzado una posición elevada. Mas todo este saber es sólo para obtener su pan, utilizado para llenar su propio estómago y para ganarse la vida".

En ese momento se levantó nuevamente el zorro y agregó lo siguiente a lo dicho por el presidente: “En el proceso de ganarse la vida el hombre hace uso de todo tipo de medios carentes de ética. En este aspecto, es claro que nosotros los animales somos mucho mejores que el hombre. Siempre actuamos limpiamente para ganarnos el sustento. En todos los aspectos que se nos compare con el hombre, somos mejores. Realmente ¡somos los mejores!" Y recibió una entusiasta ovación. Mas el zorro se había excedido, de modo que el presidente dio unos golpes en el suelo y llamó a todos al orden.

Entonces, el Rishi explicó la segunda gran diferencia que hace del hombre algo único. Dijo: "El hombre tiene el poder, la autoridad y la capacidad para conquistar Mãyã, vale decir, la ilusión. Si realiza el esfuerzo y una vez que lo hace, es capaz de experienciar y ver Atman. Y entonces con la ayuda de ejercicios espirituales puede alcanzar el estado de Nirvana. Y ustedes, los animales, no poseen nada de esto y esta representa una diferencia vital entre el hombre y los animales".

El Maharshi agregó: “Queridos hijos, en el idioma inglés al hombre se le describe como 'Man', que se escribe m-a-n. Lo mismo se explica en telugu como 'Manava'. El significado interno de esto es que el hombre es capaz de separar y de remover esta ilusión, Mãyã; que puede obtener la visión de Atman y sumergirse en la sabiduría y la dicha. Este es el significado que implican estas letras m,a,n. La 'M' representa ‘Maya removido”. La 'A' representa ‘Atman visto’ y la 'N' representa ‘Nirvana alcanzado’. Alcanzar el Nirvana significa que el hombre se hace uno con la alegría y la bienaventuranza. Es así que un hombre verdadero es aquel que ha eliminado Maya, la ignorancia, que ha tenido la visión de Atman y que se ha fusionado en el Supremo Estado de la Bienaventuranza".

Cuando el Rishi terminó, todos los animales agacharon la cabeza y concordaron en que estos tres puntos eran cosas que ellos no pueden alcanzar. Mas entonces se planteó la interrogante: "¿Han sido capaces todos los seres humanos de alcanzarlos?" La respuesta fue unánime: "¡No! Solamente unos pocos." "Aquellos que no realizan el esfuerzo en ninguna de estas direcciones son iguales a nosotros y no hay razón alguna para diferenciarlos de los animales", decidieron y el Rishi se mostró de acuerdo. Dijo: "Pese a que los hombres tienen esta gran facultad de lograr la sabiduría y la dicha, no se han desarrollado en esta dirección y, por ende, no han logrado extraer mucha alegría de sus vidas".

Luego, hablando respecto de sí mismo, el presidente les explicó las razones que lo llevaron a retirarse a vivir en la selva. Dijo: “El hombre no se preocupa mucho por estas nobles cualidades. Los animales molestan solamente a aquellos que les molestan; no siendo ese el caso, viven en paz entre sí. Pero el hombre daña a gente que no le ha hecho daño alguno. Sin razón alguna se queja y promueve dificultades, perjudicando a gente inocente que no le ha provocado de manera alguna. El hombre, por otra parte, también se compromete con todo tipo de actividades incorrectas que no tiene derecho alguno de emprender". Y concluyó: “Es por estas razones que los Rishis han renunciado a la compañía de los hombres y se han internado en las selvas para vivir. El hombre se está volviendo cada vez más egoísta. Todo lo que dice, todo lo que hace, todo lo que piensa, está lleno de egoísmo. Los animales no tienen esta característica. Los animales no se perjudican recíprocamente ni acumulan riquezas. Es por lo tanto verdad que en ese sentido, el hombre se comporta peor que un animal”.

Dentro de este mismo contexto es que Krishna dijo: “Arjuna, no hay razón para que temas. Debes ser un verdadero hombre, no un animal. Hay dos cualidades de los animales que nunca deberás considerar como tuyas. No eres ni una oveja que es siempre tímida y temerosa, ni eres un tigre, que siempre se comporta de manera cruel. Recuérdalo siempre. No eres ni un tigre ni una oveja: eres un hombre. Puesto que al hombre le quedan restos de la naturaleza animal, se dedica a muchas actividades viles. Pero ellas no son apropiadas para ti, tú mereces cosas superiores. ¡Sé intrépido! Nunca te dejes llevar por el miedo". Arjuna juntó sus manos y dijo: "Querido Señor, obedeceré ciegamente tus órdenes".

Hay un infinito poder inherente en el hombre. Pero, pese a ese poder, este no tiene confianza en sí mismo. ¿Cuál es la razón de ello? La razón es que siente que es diferente de la Divinidad que está dentro y fuera de él. Esta misma Divinidad llena todo el Universo. Una persona que ha desarrollado una fe y una confianza firmes en Dios y que Le reconoce como la Divinidad Única presente en todas partes, en cada uno y en todo, jamás sentirá temores. Pero sin esa fe, la persona será atenazada por el miedo. Estará asustada en todo momento y en cada paso que dé. Si vuela en un avión, irá asustada. Si un camión viene en sentido contrario sentirá miedo. Si tiene que pasar un examen, tendrá miedo. Desde el momento mismo en que se levante de mañana hasta que vuelva a acostarse por la noche, sentirá miedo. E incluso en la cama tendrá miedo de que entren ladrones a su casa y le roben sus pertenencias.

Pasamos todo nuestro tiempo con miedo y ello no es correcto. Debemos volvernos audaces. Nuestra fe en el Omnipresente es la clave para desarrollar la intrepidez. Solo cuando perdemos la fe nos asalta el temor. Solo cuando el hombre se olvida de su verdadero Yo, crecerá el miedo en él. El hombre se ha olvidado de su real naturaleza; él ha olvidado a Atma. Se considera a sí mismo como este cuerpo de un metro y tantos. Pero el hombre no es una forma de un metro y tantos de estatura, posee un poder ilimitado. Cuando realiza esfuerzos para eliminar la ilusión engañosa y lograr la visión de Atma, el hombre puede llegar a sumirse en el Nirvana y puede llegar a ser llamado Hombre. Si una persona no hace esfuerzo alguno por esta senda se vuelve un N-A-M, en otras palabras es sólo un hombre nominativo. Tiene el nombre de hombre, pero no así la substancia. Una persona que tiene confianza en sí misma es la única que puede ser llamada Dama, la que tiene autocontrol. Una persona que carece de confianza en sí misma puede ser llamada Mada, nada sino un individuo vano y orgulloso que disipa toda su energía.

Una persona con confianza en sí misma puede ser denominada también Sãkshãra [2]. Ella tendrá pleno control sobre los sentidos, ya que Sãkshãra implica esto. En oposición a ella tienen a la persona que no tiene control alguno sobre los sentidos; ella será un Rãkshasã [2]. Cuando comienzan a leer estos términos al revés, comienzan también a ver a dos tipos de hombre, aquel que está lleno de Shanti y el que no tiene sino Ashanti; aquel que verdaderamente puede llamarse 'man' y el que es ‘nam’, el hombre artificial que sólo lleva el nombre de tal. Es por ello que debemos decidir con firmeza el conducir nuestras vidas de manera tal que, si somos denominados hombres, lo seamos realmente y vivamos de acuerdo a los elevados ideales que este apelativo encierra.

En este contexto, Krishna se dirigía a Arjuna como ‘Kuru-nandana’ [3]. ¿Cuál es el significado de Kuru-nandana? Arjuna era una persona que encontraba deleite en la acción. Para muchos de nosotros cuando tenemos algún trabajo que realizar rápidamente nos sentimos disgustados. Mas para Arjuna siempre había deleite en el trabajo. Cuando llega el domingo y tenemos un día libre, nos llenamos de alegría. Para Arjuna, en cambio, el que llegara un día en que no tuviera nada que hacer lo hacía profundamente infeliz. Siempre sentía alegría al poder utilizar sus manos para trabajar.

Y justamente por esta alegría con que tomaba el trabajo, se le había dado este nombre de Kuru-nandana a Arjuna. En el Gita, Krishna señaló el significado interno de muchos de los diferentes nombres que se le daban a Arjuna, los que se asocian a varias nobles cualidades y virtudes. Nos será dado entender la divina naturaleza de

Atman, si cada día nos dedicamos a una virtud y tratamos de comprenderla.

La paciencia, la indulgencia, la compasión, la compasión hacia los animales, Ahimsa..., son algunas de las cualidades de las que ya hemos tratado. También aprendimos respecto de la intrepidez. Hay una serie de otras. Sólo cuando las desarrollemos en nuestras acciones diarias podremos adquirir la Gracia del Señor. Si no logramos desarrollarlas no seremos facultados para ganar un lugar en la Mansión de Dios, sin que importe la educación, la posición, la fortuna, etc. que hayamos logrado adquirir. Del mismo modo en que es imposible para una persona viajar a otro país sin tener su pasaporte, es necesario tener las buenas cualidades como pasaporte para merecer la Gracia de Dios. Debemos desarrollarlas.

Junto con la educación deberíamos adquirir también Samskaras positivos. Sin ellos, de nada vale tener una buena educación. Todo el aprender y el saber son buenos para vivir en el mundo físico, pero no nos llevarán hasta Dios. En el mundo de hoy, los científicos han descubierto una serie de secretos de la naturaleza. Pero, ¿han logrado la paz mental? ¿Han logrado sacar alegría y felicidad de las máquinas que han inventado? La felicidad y la paz no vienen de ellas. Sólo de la Divinidad podemos lograr la paz.

La felicidad mundana y la paz que obtenemos no son sino momentáneas, son transitorias e impermanentes. Nunca nos llevarán al permanente estado de Bienaventuranza. Nos será posible alcanzar el Accharatva [4] permanente sólo cuando hayamos desechado este Charatva que es temporal. En el capítulo sobre el Samkhya, el término Samkhya significa sabiduría. Samkhya Yoga refiere a 'alcanzar a Dios a través de la sabiduría'. Samkhya se refiere al Principio que nos ayuda a reconocer la Divinidad omnipenetrante y siempre muy próxima a nosotros. El capítulo sobre el Samkhya es bastante extenso, contiene 72 Slokas. No nos podremos liberar del sufrimiento con el mero aprendizaje de los Slokas y cantarlos cada día simplemente no servirá de mucho. Deberemos realizar un gran esfuerzo para practicar el sentido interno de estos Slokas, aplicándolos constantemente en nuestra experiencia de cada día. Sólo al practicarlos en nuestra vida cotidiana nos será posible alcanzar la unión con Dios.

[1] Puri e Idli: (NR) El Idli (Idly) es una preparación elaborada en India a base de lenteja negra descascarillada y fermentada, y arroz, que se emplea frecuentemente como alimento para el desayuno. El Puri o Poori es como un bollo de pan que también hace parte del desayuno.

[2] Sãkshãra; Rãkshasã: (NR) Su significado ha sido ya explicado por Bhagavan en el Discurso 26 de esta serie de 34 Discursos.

[3] Kuru-nandana: (NR) BG Cap. 2, Sloka 41: ¡Oh, alegría de los Kurus!, el intelecto de aquellos que están en este camino es resuelto y su objetivo es unidireccional. Cuando Krishna dice "en este", se refiere al Karma Yoga.

[4] Accharatva: (NR) Según el diccionario de Sri Aurobindo y otros, como Monier Williams, Accha significa Brillante, Puro, claro y transparente. Personalmente no he encontrado en ningún diccionario ni en internet, el término completo; tampoco Charatva.


Traduccion Herta Pfeifer

Revision Marcos Erize