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Discursos dados por Sai Baba

09/09/84 d-27 Bondad y compasión, distintivos de un verdadero ser humano

9 de Setiembre de 1984

Prashanti Nilayam

  

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            La Enseñanza básica del Gita es que deberíamos amar a todos, que no debemos albergar enemistad u odiosidad hacia ninguna persona. La Divinidad existe en toda su plenitud en cada corazón humano. Todo aquel a quien odien, es Dios Mismo a quien estarán odiando. Todo aquel a quien critiquen o reprendan será vuestra deidad elegida, la deidad a la que veneren, y estarán criticándola y envileciéndola solamente a Ella. Esta es la enseñanza de la fraternidad universal que ha sido entregada por las Escrituras de Bharat.

            El Bhagavad Gita se eleva incluso a un nivel superior. Desde tiempos remotos, no solamente se ha enseñado que la Divinidad se encuentra presente en todo, sino que el Espíritu universal es uno con el Yo interior, Atman. Y es así que, además de enseñar la fraternidad universal, el Gita ha enseñado también la existencia universal de Atman. Ha mostrado que el mismo Atman que existe en nosotros como Yo, existe en todos los demás seres humanos y también en todo otro tipo de seres. Al igual que se ha enseñado que debe enfrentarse del mismo modo tanto la felicidad como la desgracia, también se enseña que uno debe tratar a Atman como existente en todos los seres. El Gita ha enseñado que la Divinidad única existe en todos los seres, ya sean estos humanos, animales o vegetales. Desde los insectos y las criaturas microscópicas hasta Brahmã, existe uniformemente la misma Divinidad en todos. Es por ello que Thyagaraja le rezaba a Rama, cantando: "Oh Señor, Tú vives tanto en la hormiga como en Brahmã, Tú vives en la forma de Keshava y de Rama; en verdad, Tú vives en cada forma".

            Mas, hoy en día la naturaleza del hombre es tal que no le importa matar a las hormigas en donde las vea y, al mismo tiempo, cuando ve una imagen que representa alguna forma particular de Brahmã, ora ante ella. El decir una cosa y hacer lo opuesto es el distintivo del hombre de hoy. Y es por ello que, en vez de alcanzar el status de un Mahatma, un hombre divino, ha estado alcanzando el de un Duratma, un hombre perverso. Por otra parte, el Bhagavad Gita ha enseñado que la armonización de pensamientos, palabras y actos responde a la verdadera naturaleza del hombre y lo convierte en un Mahatma.

            Debemos desarrollar la fe y la creencia de que en cada ser viviente existe la misma Divinidad. Debemos expandir el amor, que representa la esencia misma de la naturaleza divina de todos los seres vivientes. Debemos mirar a cada persona con compasión y con amor. Si no enfocamos así nuestro contacto en todas nuestras relaciones con otros, todos nuestros ejercicios espirituales no serán sino un desperdicio. El adorar a Dios mientras herimos o perjudicamos a nuestros congéneres, no nos llevará jamás hasta nuestra meta. Lo que ha estado enseñando el Bhagavad Gita es que el hombre mismo es Dios y que Dios es hombre.

            La unidad de Dios y hombre ha sido repetidamente enfatizada en el Gita. "Sólo aquel que trata a todos por igual es un verdadero ser humano" proclama el Gita. Toda la educación que uno haya podido adquirir equivaldrá a cero, a nada, si no contiene bondad humana. La bondad hacia todos los seres vivientes es una de las más importantes virtudes del ser humano. Debemos hacer uso de nuestra discriminación e inquirir sobre cómo desarrollar y aplicar esta bondad. Bhutadãya o bondad hacia los seres vivientes, se refiere al preocuparse por la gente y cosas que están en peligro y salir en su ayuda y rescate. Debemos realizar todos los esfuerzos necesarios para reducir su dolor, su pena o sus problemas. De nada sirve la simple repetición de la palabra ‘bondad', ‘bondad', 'bondad' un sinnúmero de veces, debemos practicarla y convertirla en parte de nuestra vida. Debemos creer que la bondad es lo mismo que Divinidad. Debemos creer que el corazón que alberga la bondad es el templo de Dios.

            Hay un sinnúmero de flaquezas que han invadido a los seres humanos y, como resultante han perdido su bondad y se han vuelto crueles. Se comportan como los animales salvajes que moran en la jungla. Krishna enseñó que esto no representa la verdadera naturaleza de un ser humano, que es la oposición misma de la humanidad. La misma palabra humano y también humanitario se emplean para denotar bondad. De todas las 8 flores del Bhakti, Dios acepta con el mayor amor la flor de la bondad humana. El traerLE flores corrientes y el adorarLE con los pensamientos y las intenciones corrientes que las acompañan, no llevará a que Dios nos acepte o se sienta agradado por nosotros. ¿Qué es lo que Él acepta? ¿Qué es lo que aprecia? El acepta y alaba las flores de la bondad humana, las flores del amor y las del corazón. Es por ello que, ante todo, debemos reconocer que Dios existe en cada corazón humano. ¿Cómo debemos darle expresión a este sentimiento de bondad y a la omnipresencia de Dios? Y bien, no es una cosa que logremos por la mera práctica. Literalmente, debemos transformar nuestro corazón. Debemos vivir la certeza de que es el mismo Dios el que existe en todos los corazones. Entonces podremos llegar a reconocer el dolor y el pesar del otro como nuestro propio dolor y pesar.

            En una aldea en particular, vivía una familia que tenía una hija. Era una pequeña familia de sólo tres miembros. No era una familia pudiente, de hecho eran bastante pobres; pero aun así, pobres como eran, los padres decidieron que su hija debía recibir educación en una escuela. Como no había ninguna institución educacional en la aldea en la cual vivían, tuvieron que enviar a la niña a una aldea vecina. El camino hacia la escuela pasaba por una floresta. Puede que los habitantes de las ciudades tengan temor de atravesar una floresta, pero los aldeanos no se preocupan, ello forma parte de su vida diaria. De modo que la chica pasaba su tiempo yendo a la escuela de la aldea vecina, estudiando allá sus lecciones, y volvía a su hogar al atardecer.

            En aquellos tiempos era cosa habitual y natural para la gente practicar libremente la caridad. En el camino, en la floresta, se había levantado un pequeño refugio para brindar descanso y protección a los caminantes. Un buen día, al pasar, la niña encontró en ese refugio a un anciano que estaba en miserables condiciones. Ella se dio cuenta que el anciano no llegaría hasta la próxima aldea, donde podría recibir protección y cuidado médico. La falta de alimento había debilitado en extremo su cuerpo, y la chica vio que cada día que pasaba, la condición del anciano iba empeorando. Ella llevaba todos los días algo de comida para sí misma, pero empezó a dársela al anciano enfermo. Al pasar en las mañanas rumbo a la escuela, le dejaba su comida y en las tardes, al volver a su hogar, pasaba a recoger la vasija vacía. Después de diez días de alimentarlo así, el anciano había recuperado algo de sus fuerzas.

            Un día, cuando la niña retornaba a su hogar, él la tomó las manos y le dijo: "Mi querida niña, me has estado dando alimento todos los días. Dime, por favor, ¿de dónde sacas esta comida? ¿Están informados tus padres de que me estás alimentando a diario? ¿Estás sacando la comida de alguna parte sin que lo sepan? ¿O es el alimento que te corresponde a ti y tú, en cambio, me lo das a mí? Dime qué es lo que haces, por favor, contéstame".  La niña le contestó: "Honorable señor, me han educado como para que nunca tome nada sin permiso y le puedo asegurar que mis padres saben que le traigo comida. La nuestra es una familia muy pobre, pero siempre nos las hemos arreglado para proveernos de alimento y para darle algo a los que están necesitados. Es así que he estado trayéndole esta comida de parte de mi familia". Él le preguntó: “¿Y cómo te ganas esta comida?" Y la niña contestó: "En el camino hay un árbol frutal, recojo la fruta y la vendo antes de entrar a la escuela. Con el poco dinero que junto me alcanza para comprar los alimentos que le puedo traer".

            El anciano se mostró muy contento por el espíritu de sacrificio y la inteligencia y sinceridad de la niña, y le preguntó: "¿Cómo has Ilegado a adquirir una tan noble actitud mental?" La joven respondió: “Todo viene de la educación y las enseñanzas que me han dado mis padres. Desde muy chica me han dicho siempre que debemos compartir con otros y que debemos servir a otros. Pese a lo pobres que somos, siempre hemos tratado de ayudar a otros. Esta bondad la he visto desde muy pequeña y siempre me llena de satisfacción". Y así fue contándole al anciano algunas cosas respecto a su familia y luego partió de regreso a casa. Gradualmente, el anciano fue recobrando sus fuerzas, hasta que fue capaz de caminar hasta la aldea en que vivía esta familia. Y, ¿cuál fue el resultado de toda esta bondadosa acción de la dulce niña para con el anciano? El hombre le contó a la familia que había estado orando, pidiéndole a Dios: "Oh Dios, dale salud, prosperidad y bendiciones a los padres de esta niña. Cuando estuve enfermo y desamparado, no podía ser de utilidad alguna para el mundo. Ahora que estoy recuperado y que puedo ser útil a otros, estoy orando a Ti con el corazón lleno de gratitud". Y les contó que había agradecido al Señor por haber provisto al mundo de familias que eran tan generosas con su ayuda.

            Deben notar que todo lo que esta niña hiciera por bondad, lo hizo sin esperar ninguna recompensa por sus acciones. Sin esperar resultados ni frutos, había servido fielmente, día tras día, al anciano enfermo. Ahora, Dios derramó Su Gracia sobre ella. Un buen día, al atardecer, el Señor tomó una gran cantidad de dinero y fue hasta la casa de esa familia y preguntó: “¿Es esta la casa de donde proviene una niña que le ha dado tanto alimento y agua a un hombre en desgracia? — y continuó el Señor— Era Yo Mismo el que se refugió en ese albergue bajo la forma del anciano enfermo. Ahora traigo este dinero para que esta niña pueda crecer y recibir una educación completa. En ese refugio pude observar por diez días a esta niña para probarla. Su corazón es muy sagrado, es puro y está lleno de bondad: su corazón es mi templo. Y luego entregó a los padres todo el dinero para que lo emplearan para la felicidad, el progreso y la prosperidad de su hija.

            Los padres, sin embargo,  se sintieron sobrecogidos  ante la posibilidad de recibir una cantidad tan grande de riqueza. Cayeron a los pies de tal Divina Persona que los había bendecido con su visita, y le dijeron: "¡Oh Mahatma! No tenemos necesidad alguna de tanto dinero. Las riquezas que sobrepasan la capacidad de uno, resultan perjudiciales, pueden robar la paz mental. Pueden hacer que nuestro ego aumente y nos haga olvidar el principio de la espiritualidad. No deseamos esta fortuna". Este fue su ruego. Entretanto esta Persona había desaparecido, dejando la fortuna con ellos.

            La Persona no había sido solamente un gran hombre; aquella familia la reconoció como al Señor mismo. No quisieron usar el dinero sólo para sí mismos, sino para el bienestar de la sociedad en la que vivían. Le pidieron a todos de creer, y de comportarse de acuerdo a ese credo, que la plena manifestación de Dios está presente en cada ser. Y de tener fe, como ellos, en que Dios puede obtenerse por medio del amor y la compasión, y que alcanzaremos a Dios en la medida en que creamos en El.

            No debemos creer que Dios existe únicamente en algún lugar determinado. Debemos llegar a experimentar y a declarar que Dios lo llena todo.  ¿Y cómo podemos desarrollar este sentir? Tal como lo expresaran los estudiantes en sus oraciones, hace algunos instantes, Dios existe tanto en el interior como en el exterior. Si Dios existiera únicamente en el interior, bastaría con la pureza interna. Mas como Dios existe en el exterior también, se requiere igualmente de la pureza externa. Es así que, debido a que Dios existe interna y externamente,  debemos llegar a la pureza interna y externa, y solo así podremos llegar al sentimiento pleno de la omnipresencia de Dios. ¿Cuál es el significado de la pureza exterior? La pureza exterior significa mantener el cuerpo puro y el llevar ropa limpia. Pero implica más que esto. También deben mantenerse limpios los libros que leemos. Ya sea el cuerpo, nuestra mente o los libros, no debemos dejar que se acumule la suciedad ni las malas cualidades. La indicación de que deben bañarse dos veces todos los días significa que se debe también limpiar toda impureza del cuerpo y de la mente. En donde se acumulan la suciedad y las impurezas, se reúnen insectos y gérmenes que son causa de enfermedades. Es por ello que deben impedir la formación de impurezas.            

            Cada día deberemos limpiarnos los dientes con ayuda de una escobilla y de pasta dental. Y no sólo deberemos limpiar los dientes, sino también la lengua: que no haya impurezas en la entrada principal. En cualquier lugar que se acumule agua sucia, proliferarán los mosquitos, los gusanos y las bacterias indeseables. De igual manera, se acumularán gérmenes e insectos en dondequiera que haya suciedad en vuestro cuerpo. Y no sólo con esto basta, también debemos mantener limpios nuestra casa y entorno. Hay un dicho en el estado de Andhra [1] que reza: “Mira la casa y conocerás a sus residentes." En otras palabras, la limpieza de la casa refleja la limpieza de sus moradores. Todo esto se hace por nuestro propio bien. Ya sea la casa o los alrededores, si se mantienen limpios podremos gozarlos. Y debemos mantener todo limpio y ordenado para gozar de buena salud, y cuando tenemos buena salud, también somos felices.

            Puede que no tengamos más que dos juegos de ropa, pero cuando estemos usando uno, debemos asegurarnos de que el otro esté limpio. Asi, cuando cambiemos de muda, haremos lavar el usado. En realidad, aunque no tengamos sino un juego de ropa y lo usemos a diario, no importará si es que lo mantenemos limpio. Cualquier cosa que sea, debe mantenerse limpia; no debemos dejarnos estar respecto de la suciedad.

            El llevar ropa limpia y mantener impuro el corazón, no sirve de nada. Debemos realizar todos los esfuerzos posibles para lograr también la pureza interior. Para ello debemos mantener sagrados todos nuestros pensamientos y sentimientos. Dejen que sus pensamientos sean orientados hacia el servicio a los demás. No permitan que entren en ustedes ni la envidia ni el odio. Desarrollen siempre sentimientos plenos de alegría. No hay necesidad de preocuparse innecesariamente de los asuntos de otros. Simplemente piensen siempre bien sobre los demás. En este contexto, los Vedas declaran: "Dejen que todo el mundo sea feliz". Este promover de la alegría y el bienestar universales constituye la base del credo Védico y el objeto de la práctica Védica. Para ello hay que contemplar de continuo en el corazón el sagrado y puro Nombre de Dios. Sólo cuando velamos por mantener la pureza interior y exterior, nos será posible cerrarle la entrada a los malos pensamientos y cualidades como la envidia y el odio.

            Prahlada declaró que únicamente cuando se conquista a los seis enemigos internos puede uno ser considerado un gran hombre. A su padre le dijo: “Ahora no eres más que un rey, pero si puedes dominar a los seis enemigos internos que te han invadido, puedes llegar a ser un emperador." Estos enemigos son el deseo, la ira, la codicia, el engaño, el orgullo y la envidia. No deberíamos permitirles la entrada a nuestro corazón; si los mantenemos fuera, nos libraremos de todas las dificultades y problemas. Para lograrlo, debemos enfrentar alegrías y pesares, beneficios y pérdidas, calor y frío como iguales. Cuando desarrollemos una ecuanimidad así, ninguno de los seis enemigos nos tocará. Pero nos resultará difícil tratar de igual manera la alegría y el pesar, la desgracia y la felicidad, si no nos hemos afincado firmemente en la certeza de que Dios mora en cada corazón. Cuando lo hayamos reconocido, habremos conquistado también a todos los pares de opuestos. Thyagaraja dijo: "Oh Rama‘, Si sólo contara con Tu Gracia, no habría ningún planeta, ni el más desfavorable, que pueda afectarme".

            Si creemos firmemente en que la misma Divinidad existe en todos los corazones, podríamos vencer cualquier obstáculo. Si logramos la plena fe en la Divinidad que reside dentro de todos, nos hacemos capaces de conseguir cualquier cosa y todo. Esa fe representa la raíz misma y es la meta de todo. En ella deberíamos afianzarnos. Ese es el Principio de Atman.

            Aquel que desea cortar un árbol, no tiene necesidad de comenzar por cortar las hojas y las ramas, si corta a la altura de las raíces, todo el árbol caerá. Si podemos aferrarnos a la Divinidad, todo quedará bajo nuestro control. Para aferrarnos a la Divinidad en nuestra vida diaria, debemos practicar el Sadhana del Sarvatma Bhavana, la compasión por todas las cosas, sin olvidar de desarrollar tanto la pureza interior como la exterior, manteniendo tanto la mente como el cuerpo relucientemente limpios. Sólo entonces seremos capaces de reconocer la Divinidad.

            Necesitamos darnos cuenta que cuando, en nuestra devoción, le oramos a Dios y le ofrecemos nuestra obediencia, se trata del mismo Dios que mora en cada corazón. De modo que debemos cuidar de no criticar a otros, debemos desarrollar la firme convicción que cualquier crítica que dirijamos hacia otro ser irá directamente a Dios, que reside en ese corazón. Nuestra vida puede compararse a un río. Si permitimos que este flujo de nuestra vida avance de manera incontrolada e irrestricta, es probable que destruyamos muchos poblados. Tenemos que tomar todas las medidas necesarias para cuidar que este río permanezca dentro de su cauce y llegue hasta el océano. Solamente el océano puede acoger y absorber a la totalidad del río. ¿Y cómo hacemos que este río de la vida llegue hasta el océano?

            En el Bhagavad Gita se dice que hay que construir dos orillas. Cuando el río cuenta con dos orillas, puede fluir con seguridad y llegar hasta el océano. ¿Y cuáles son estas dos orillas? Ellas han sido descritas como dos poderosos mantras de ocho sílabas. No hay nadie que no conozca el mantra de ocho sílabas: Om Namo Narayanaya... ¿es este? No. Por una parte tenemos el mantra Samsayatma Vinasyate [2], que significa ‘aquel que alberga dudas, perecerá', Y, por otra, tenemos el mantra Shraddavan Labhate Jnanam [3], que significa ‘aquel que tiene fe plena, ganará Sabiduría’. De modo que las orillas son, por una parte, la confianza y, por otra, la fe. Si contamos con estas orillas para canalizar nuestro río de vida, este logrará su meta y se fundirá con el océano. Esta enseñanza que nos ha entregado Krishna representa la esencia misma de la devoción, que permite al río de nuestra vida alcanzar el océano de Anugraha, el Océano de la Gracia.

              Krishna dijo: "Hijo mío, este Océano de la Gracia Divina es la meta de la humanidad, es la meta final de toda vida. No te olvides de esa meta. No creas en el mundo ni le temas a la muerte, sino que recuerda siempre a la Divinidad que es la razón misma por la que has nacido. He aquí los tres mantras que te doy: 

La meta es Dios. Jamás te olvides a Dios.Nunca creas en el mundo.Nunca le temas a la muerte.

Toma estos tres mantras e inscríbelos en tu corazón, y recuérdalos como los tres mantras que Yo te he dado y que santificarán tu vida”.

Notas del revisor :

  

[1] Andhra: (NR) Andra Pradesh, Estado donde se encuentra Prashanti Nilayam, el Ashram donde Bhagavan dictó su Discurso.

[2] Samsayatma Vinasyate: (NR) Se encuentra en el Capítulo 4, Sloka 40

[3] Shraddavan Labhate Jnanam: (NR) Se encuentra en el Capítulo 4, Sloka 39


Traduccion Herta Pfeifer

Revision Marcos Erize