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Discursos dados por Sai Baba

34 Disc. en 1984 sobre Bhagavad Gita, caps. 12 y 2

28/08/84 d-22 Los mundos denso, sutil y causal

28 de Agosto de 1984

Prashanti Nilayam

  

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Hacia dondequiera que uno mire en este mundo, no podrá encontrar sino los cinco elementos y nada más. No habrá un sexto elemento en parte alguna.

En la terminología espiritual, nos encontraremos con tres tipos de Akashas o espacios. Un Sadhaka que se interese en aprender sobre el Principio de Atman y el Principio de Brahman, ha de saber acerca de estos tres tipos de Akashas. El primero es el Bhutakasha, el segundo es el Chittakasha y el tercero, el Chidakasha.

El Bhutakasha se refiere a los cinco grandes elementos: éter, aire, fuego, agua y tierra. Ahora bien, el éter, el primero de los cinco que también se denomina espacio, es muy sutil. El éter no tiene ningún atributo específico, salvo el sonido. Después viene Vayu o aire. El aire posee dos atributos: sonido y tacto. A continuación viene el fuego, que puede ser visto y que tiene tres atributos: sonido, tacto y forma. El próximo es el agua. El agua, al igual que el fuego, también puede ser vista y posee cuatro atributos: sonido, tacto, forma y gusto. El último, la tierra, posee los cinco atributos: sonido, tacto, forma, gusto y olor. Podemos observar que únicamente los tres últimos elementos o Bhutas tienen forma, los dos primeros poseen otras cualidades, pero no la forma.

Todas las cosas que se encuentran en el Bhutakasha son impermanentes y están sujetas a un cambio continuo. Con el tiempo, todos los objetos sufren una modificación completa de un nombre y forma a otro y otro, indefinidamente. En el Bhutakasha todo está en movimiento constante. Indaguemos un poco más profundamente en la naturaleza de los objetos físicos constituidos por estos cinco elementos. Tomemos, por ejemplo, los múltiples átomos que existen en un cierto lugar en un momento dado. En ese momento configurarán una forma particular. A medida que los átomos se muevan y cambien de posición, también cambiará la forma que constituyen. Los átomos en todos los objetos sufren cambios tan rápidos en sus posiciones, que resulta difícil decir cuando, exactamente, se ha producido algún tipo de cambio particular. Los átomos que conforman el cuerpo humano, - como los que constituyen cualquier otra forma -, cambian de momento a momento, haciendo que el cuerpo sufra modificaciones. Estos cambios son algo así como una ola interminable, como las que encontramos en el océano. Para las olas en el océano no hay ni principio ni fin. Las gotas de agua en una de ellas se funden en la próxima. Y las olas en que se han fundido las gotas, se funden ellas mismas, a su vez, en otras olas y en otras, así sucesivamente. Este proceso de formas que cambian y se funden, sucede continuamente. Esta es la verdadera naturaleza del Bhutakasha.

También la humanidad puede ser descrita como una ola y los demás seres vivientes, como los animales, como otra. Las fuerzas demoníacas también pueden ser descritas como una ola y, como otra, las fuerzas divinas. Dentro de la naturaleza resulta imposible decir qué aspecto de cualquier ola se fundirá con otra. Por ello, al igual que las gotas de agua de una ola del océano se mezclan y funden en otra, una ola que contenga características humanas puede fundirse en otra que contenga características de otros seres vivientes. Constituye un continuo proceso de cambio y de interacción.

De acuerdo a esto, la vida puede ser descrita como una serie de olas. La naturaleza humana se asocia al proceso del pensar, lo cual resulta en una secuencia continua de pensamientos. Estos procesos de pensamiento son todos impermanentes. Están de continuo sometidos al cambio. Así, también el cuerpo sufre cambios. A menos que seamos capaces de reconocer los seis tipos de cambio que se producen en la vida humana - nacimiento, crecimiento, madurez, declinación, deterioro y muerte - nos engañaremos y pensaremos que la vida humana es permanente. Esta falta de comprensión se debe a la ignorancia.

El Bhutakasha contiene miles de millones de soles, cada uno con su propio orbe; hay incontables planetas, grandes y pequeños, e innumerables seres. En el total de este vasto universo, la Tierra es más pequeña que la más ínfima gota. En esta Tierra, la India no es más que un pequeño país. En este pequeño país hay un pequeño Estado. En este pequeño Estado hay un más pequeño distrito. En este tan pequeño distrito hay una ínfima aldea. En esta aldea hay una casa insignificante y en ella mora un cuerpo minúsculo. ¿No resulta risible pensar que un cuerpo tan insignificante pueda alguna vez sentirse ególatra y henchirse de engreimiento, considerando su nadería ante el inmenso universo? Cuando pensamos en este Bhutakasha y en nuestro lugar en él, debemos reconocer que, físicamente, no somos sino un punto ínfimo en su vasta totalidad. ¿Podría alguna vez este punto minúsculo esperar entender la totalidad? ¿Puede una mera gota esperar alguna vez poder medir al vasto océano? No obstante, este océano, él mismo, está sometido constantemente al cambio ... y así sucede también con toda la Tierra ... y con todo lo demás en el Bhutakasha.

El mundo en el que vivimos es temporal y transitorio en su totalidad. ¿Cómo es posible que una entidad insignificante y temporal que vive en un mundo transitorio pueda tratar de entender a la entidad infinita, ilimitada y permanente? Para entender la entidad permanente, han de tener una ubicación permanente dentro de ella. El cuerpo, la personalidad y la individualidad son todos temporales. Puede comparárseles a un espejismo. El hombre trata de calmar su sed en un espejismo. Un espejismo aparenta ser agua, mas no hay agua allí. En un espejismo no se puede mojar ningún paño, no se puede llenar ningún balde, nunca podrán calmar su sed en él.

Todo el vasto Bhutakasha es algo como un átomo en el Chittakasha, tal como nuestro cuerpo no es más que como un átomo en el Bhutakasha. Y este increíblemente inmenso Chittakasha es también como sólo un átomo en el Chidakasha. El Bhutakasha conformado por los cinco elementos densos, puede ser aprehendido por los cinco sentidos de la percepción. Puesto que todo lo que hay está constituido únicamente por los cinco elementos, el Bhutakasha es inerte e inconsciente. Sin embargo, el Principio Divino es inherente en él. De manera similar, este Principio Divino se encuentra también en el Chittakasha, el cual, constituido por los aspectos sutiles de los cinco elementos, también es inerte e inconsciente. ¿Cómo es ello posible? Encontramos que, así como el Principio Divino, en cuanto morador interno, es inherente en el cuerpo, también lo es en el Bhutakasha y en el Chittakasha.

Buscando entender ésto, consideren un reflejo en un espejo. La imagen o reflejo no tiene existencia independiente propia. Se mueve únicamente cuando lo hace el objeto reflejado en el espejo. En este caso, este objeto que está siendo reflejado, proviene del Chidakasha y el Bhutakasha y el Chittakasha pueden imaginarse como representando al espejo. Así como el resplandor del sol es reflejado por la luna, el resplandor presente en el Chidakasha se refleja en el Chittakasha y en el Bhutakasha.

Supongamos ahora que deseen decorar un reflejo en un espejo. ¿Podrían hacerlo? Cuando ven sus rostros reflejados en un espejo, ¿pueden pintar un lunar en el entrecejo de vuestra imagen? No. No sería sino un esfuerzo vano. Pueden pintar el punto en el entrecejo de la imagen, pero tan pronto se muevan, ese punto que estaba en la frente, estará ahora sobre una oreja. En otras palabras, cuando se mueven hacia un lado, la imagen también se mueve con ustedes y el punto ya no está en el centro de la frente. ¿Cómo pueden, entonces, poner el lunar en la frente de la imagen en el espejo y hacer que se mantenga allí pase lo que pase? Deberán estampar el lunar en el objeto mismo; luego podrán mover el espejo en cualquier dirección y el lunar no se moverá de la imagen.

Aquí hay una pequeña historia para ilustrar esto. Había una vez un artista famoso. Tenía un extraordinario talento en lo que respecta a figuras y retratos. Fue a visitar a Krishna que estaba en Dvaraka, porque deseaba retratarlo. Con una amplia sonrisa, Krishna le dijo: "Bien, si deseas pintar Mi imagen, puedes hacerlo. Dime qué he de hacer yo". El artista le pidió: "Swami, si tan sólo pudieras sentarte sin moverte por una hora en un mismo lugar, dibujaré los contornos y podré terminar los detalles más adelante". Krishna se sentó inmóvil y el artista comenzó su boceto preliminar. Después de un rato se postró ante los Pies de Loto y dijo: "Swami, he terminado por ahora". Sonriendo, Krishna le preguntó: "¿cuándo vas a terminar el retrato?" Y el artista le contestó: "Swami, mañana a esta hora pienso que podré terminarlo". Durante toda la noche trabajó y trabajó en la difícil tarea de retratar con fidelidad al Señor sobre la tela. Cuando terminó la pintura a la mañana siguiente, se sintió muy complacido con su obra. Cubrió la tela con un hermoso paño y se la llevó a Krishna. Mas cuando fue retirado el paño, pudo verse que en las 24 horas la forma de Krishna había sufrido un completo cambio. El artista colocó la tela al lado de Krishna, la miró y luego lo miró a Él y pudo darse cuenta que había muy poco parecido entre ambos. Krishna también miró el retrato y señaló: "Mi estimado amigo, parece haber una serie de defectos" El artista respondió: "Swami, perdóname. Déjame hacer otro intento. Por favor, dame otra oportunidad".

Las cosas sucedieron del mismo modo por diez días. El artista retocaba el retrato día tras día, pero le era imposible lograr un retrato fidedigno. Al cabo de ese tiempo, el pintor comenzó a sentirse avergonzado y decidió que era mejor no seguir en su intento, de modo que partió. Cuando estaba dejando la ciudad de Dvaraka, sucedió que Narada, el hijo de Brahma, se encontró con él en el camino. Narada le preguntó: "Pareces muy deprimido. Cuéntame, que es lo que te hace tan desgraciado". El artista procedió a explicarle todo lo sucedido, y Narada dijo: "Lo que pasa es que Krishna es un Actor Maestro y un Director Maestro. Él está actuando todo este drama, de modo que si empleas tus métodos no podrás retratarle. Si quieres tener éxito, presta atención a mis palabras y síguelas al pie de la letra". El artista prometió hacer exactamente lo que Narada le dijo. Al día siguiente volvió donde Krishna llevando consigo un retrato cubierto con una fina tela, y le dijo: "Swami, finalmente he podido traerte tu retrato exacto. Por favor, míralo, esta es tu exacta imagen. Todos los cambios que muestre tu expresión y tu forma, los mostrará fielmente la imagen que se ve aquí”. Se aprestó a retirar el paño y dijo: "Por favor, - acepta ésto como mi mejor retrato tuyo -." Cuando retiró el paño, quedó al descubierto un perfecto espejo.

Si desean pintar un retrato del Señor, quien es permanente, con materiales temporales como pinceles, óleos etc., jamás lo lograrán. En el Bhutakasha todo es temporal. Todas las formas están continuamente cambiando. Estas formas transitorias no pueden entregar una visión correcta del Señor permanente. Si desean tener una visión clara e inalterable del Señor, lo lograrán únicamente en vuestro propio corazón purificado. Es por ello que la búsqueda del Señor en el Bhutakasha, vale decir el tratar de conocerle a través de las cambiantes formas que se encuentran en el universo físico, representa un tipo de engaño. La entidad permanente e inalterable no puede ser verdaderamente conocida a través de formas impermanentes y cambiantes. Cualquier conocimiento que obtengamos de este modo será, en sí mismo, impermanente. Cualquiera sea la alegría que podamos derivar al tratar de conocerle de este modo, será sólo transitoria. La naturaleza básica de estos cinco elementos es el que están constantemente sufriendo un cambio continuo y completo. Para alcanzar el estado de lo permanente debemos ir más allá de estas formas cambiantes constituidas por los cinco elementos.

Supongan que emprenden una peregrinación hasta un templo para lograr una visión del Señor. El llegar hasta allí puede que les suponga muchas dificultades. Luego, una vez que han llegado y tienen la oportunidad de entrar al templo, se detienen frente a la imagen con el corazón lleno de anhelos. Miran a la imagen, pero de inmediato cierran los ojos y vuelven la visión hacia el interior. Después de haber vencido toda clase de obstáculos para llegar hasta allí y ver la imagen sagrada, se encuentran cerrando los ojos una vez que han llegado frente a ella, y mirando dentro de sí mismos. ¿Qué significado interno tiene ésto? Se introvierten, porque se dan cuenta que para lograr una visión permanente y real del Señor, deben mirar dentro de sus corazones. Saben intuitivamente que las imágenes captadas a través de los ojos no serán sino impresiones fugaces, superimpuestas a pensamientos pasajeros. Después de haberlas registrado en los pensamientos, han de ser fijadas y convertidas en impresiones inalterables en el corazón.

Pese a que no podemos lograr una experiencia directa de la Divinidad en el Bhutakasha, la visión indirecta que podemos lograr en él nos entregará algo de alegría temporal. Mas el hecho que el Bhutakasha sea transitorio y cambiante no debe hacernos renunciar a esta alegría pasajera. Debemos asegurárnosla y luego, lenta y gradualmente, debemos realizar el trayecto hacia la alegría permanente. En este trayecto hay tres etapas. La primera es lo que se puede llamar "Mithyã en Mithyã [1]" o la ‘no verdad’ en la ‘no verdad’. La segunda puede ser llamada "Mithyã en Sathya" o la ‘no verdad’ en la ‘verdad’. Y la tercera etapa es "Sathya en Sathya" o la ‘verdad’ en la ‘verdad’. Estas tres etapas corresponden al Bhutakasha, al Chittakasha o al Chidakasha.

La ‘no verdad’ en la ‘no verdad’ (Mithyã en Mithyã) responde al reflejo que encontramos en el Bhutakasha. La ‘no verdad’ en la ‘verdad’ (Mithyã en Sathya) corresponde al reflejo que encontramos en el Chittakasha.

La ‘verdad’ en la ‘verdad’ (Sathya en Sathya) representa a la esencia de la verdad misma que se encuentra en el Chidakasha. Podemos lograr comprender esto reflexionando sobre lo que Swami ha declarado tan frecuentemente: "Ustedes no son una persona, sino tres: aquella que piensan que son, aquella que otros piensan que ustedes son y aquella que son realmente" Sea cual fuere la vida que llevan actualmente, sean cuales fueren las experiencias que viven, todo ello es transitorio. Tanto el objeto como la imagen en estas experiencias son temporales. Esto es la naturaleza misma del Bhutakasha. Y es por ello que se le denomina 'Mithyã en Mithyã'. Un trozo de hielo en vuestra mano comenzará a derretirse hasta que vuelva a transformarse en agua. ¿Por qué? Porque el derretirse representa la naturaleza misma del hielo. De manera similar, el cambio o la transitoriedad, pertenece a la naturaleza misma de todo lo que aparece en el Bhutakasha. Incluso mientras tratamos de entender el Bhutakasha, debemos pensar en los Akashas internos.

El Bhutakasha es lo denso. Lo vivenciamos durante el estado de vigilia. De la misma manera en la forma sutil, se asocia con el Chittakasha el cual experienciamos en el estado del soñar. En el estado de vigilia somos capaces de ver los objetos debido a la luz de que nos proveen el Sol y la Luna, pero el Sol y la Luna en nuestro estado de vigilia, no están presentes en nuestro estado del soñar. Es solamente la luz que emana del Chittakasha la que nos ayuda a ver los objetos de ese mundo. Tan pronto desechamos lo material, la luz sutil se hace evidente dentro de nosotros. Durante el día no nos es posible ver las estrellas. Mas el hecho de que no las podamos ver no significa que no existan. Las estrellas continúan brillando incluso durante el día, pero el resplandor del Sol es tan fuerte que no podemos verlas. Cuando la luz se va haciendo más débil, podemos ver nuevamente brillar las estrellas. Detrás de lo material denso se encuentra lo sutil, y en lo sutil se puede encontrar lo denso. Ya en la infancia existe la vejez en su aspecto sutil, y en la vejez se puede encontrar el trazo sutil de la infancia.

Hay algo que trasciende a ambos, lo denso y lo sutil. Eso es el Chidakasha. El Chidakasha no tiene movimiento alguno, no sufre cambio alguno. Dentro de él se puede encontrar al Paramjyoti, la auto-refulgente luz de Atman. Se debe a esta luz omnipresente de Atman que brilla en y a través del Chidakasha que somos capaces de experienciar el Chittakasha y el Bhutakasha. Si no existiese el Chidakasha, no existirían en absoluto ni el mundo sutil ni el mundo denso, ni Chittakasha, ni Bhutakasha. Es por ello que debemos basar nuestra vida en el Chidakasha, y al mismo tiempo utilizar al Bhutakasha para alcanzar al Chittakasha y el Chittakasha para alcanzar el Chidakasha.

Para ilustrar ésto, consideren al océano. Las olas y el mar no son diferentes. Tampoco son diferentes las olas y la espuma. La espuma, las olas y el mar son todos uno y la misma cosa. El agua es el elemento común a los tres. Sin embargo, la espuma, las olas y el mar aparecen como si fueran diferentes.

En el mundo fenoménico, debemos descubrir el elemento subyacente de unión que emerge entre Bhutakasha, Chittakasha y Chidakasha. Podemos asociar estos tres Akashas con los tres estados de la Conciencia. Podemos disfrutar del estado de vigilia como el Bhutakasha, podemos considerar al estado del soñar como el Chittakasha y al del sueño profundo como el Chidakasha. Más allá de estos tres estados se encuentra un cuarto estado, el Turiya, el estado supraconsciente, el estado trascendental que interpenetra y es común a cada uno de ellos.

Sushupti, que es el estado de sueño profundo, no nos otorgará una real experiencia de dicha. Sólo cuando se retorna del sueño profundo al estado de vigilia, es que podemos sentir que hemos gozado de paz. Pero es en Turiya, el estado supraconsciente, en el que nos es posible disfrutar de verdadero Ananda y ser plenamente conscientes de ello.

Shankara describió el dormir como un estado de Samadhi. ¿Qué significado tiene Samadhi? Erróneamente, se considera a menudo al Samadhi como un estado emocional, en el que una persona actúa anormalmente, como si estuviera en trance o sobreexcitada. Nosotros pensamos que el Samadhi representa algo distinto de los estados de vigilia, del soñar o del sueño profundo. Mas, en verdad, el Samadhi es algo que le es común a los tres. Su significado está en la palabra misma. 'Sama' significa ‘lo mismo’ y 'dhi' se refiere al ‘pensar’. De modo que Samadhi significa 'pensar con mente equilibrada'. Mantener la mente equilibrada tanto en el frío como en el calor, en la ganancia como en la pérdida, en la alabanza como en la crítica ... eso es Samadhi. Es por ello que la persona inmersa en Samadhi, cuya mente está en ecuanimidad, estará en un estado de dicha, ya sea se encuentre en el Bhutakasha (el estado de vigilia), en el Chittakasha (el estado del soñar) o en el Chidakasha (el estado del sueño profundo). Cada cual ansía un estado beatífico así, pero para alcanzarlo es necesario un serio empeño en el Sadhana. Y, además, uno tiene que ganarse la Gracia del Señor. Para ganarse esta Gracia, uno debe desarrollar la cualidad de la ecuanimidad y practicar las virtudes que Le son gratas.

Después de describir las nobles características de un Stithaprajna, Krishna le dijo a Arjuna: "Arjuna, no hay valor alguno en el que bases tus acciones en consideraciones que le atañan sólo al cuerpo. ¡Sigue Mis mandamientos! Lleva a cabo tus deberes mientras, en todo momento, piensas en Mí. Entonces podrás experimentar y disfrutar la Divinidad que está en todas partes. Esta Divinidad es la Unidad que subyace a toda la diversidad en el mundo; basa tus acciones en Ella. Sólo cuando mantengas tus pensamientos constantemente en la Divinidad, se comprometerá Mi corazón y se concentrará plenamente en ti. "Para un Stithaprajna, sea cual fuere el estado en que se encuentre, no habrá cambios para sus pensamientos y sentimientos, ya que habrá desarrollado una actitud invariable, enfocada en todo momento en la Divinidad.

¿Se sorprendería alguien que el fuego produzca calor? Arder es el estado natural del fuego, así como el frío es el estado natural del hielo. De igual modo, todo el que nace ha de morir, y esto es algo que debería considerarse tan natural como lo anterior. Todo el que reconozca esta verdad, la tomará con naturalidad y sin pesadumbre. Lo que han de hacer es empeñarse en desarrollar este equilibrio mental y mantenerlo en todo lugar y bajo cualquier circunstancia. Pase lo que pase, siempre mantengan su mente firmemente fija en la Divinidad. 

Para poder desarrollar esta capacidad de pensar en la Divinidad en todo lugar y en todo momento, habremos de adquirir primero un profundo entendimiento de los rasgos característicos del Bhutakasha, del Chittakasha y del Chidakasha.

Consideren la siguiente situación. Al anochecer se sirven la comida y poco después se retiran a dormir. Mientras duermen, sueñan una serie de cosas. Son muchos los eventos por los que pasan en sus sueños, sin embargo, al levantarse al día siguiente, nada queda del estado del soñar. En el estado de vigilia, por otra parte, realizan un sin número de actividades diferentes y viven numerosas experiencias, no obstante, más tarde, cuando vuelven a retirarse para dormir, todas estas actividades del estado de vigilia son desalojadas por los eventos del estado del soñar. Muchos cambios ocurren en sólo 24 horas.

Hay una serie de asombrosas diferencias entre nuestras experiencias del estado del soñar y las del estado de vigilia. En estas circunstancias ¿que hemos de creer y qué no hemos de creer? ¿Qué es verdadero y qué no lo es? ¿Soy yo el que experiencia todos estos acontecimientos en el estado de vigilia o soy 'yo' el que experiencia todos esos otros en el estado del soñar? Vedanta entrega la respuesta: ¡Yo no soy ni lo uno ni lo otro. Yo no soy el que experiencia el estado de vigilia, ni soy el que experiencia el estado del soñar, ni soy el que está dormido en el estado de sueño profundo. ¡Yo los trasciendo a todos! ¡Yo soy el Principio Trascendental mismo! Eso que pensamos que existe, en realidad no existe. Cuando adquirimos sabiduría, nos damos cuenta que es sólo el Uno lo que realmente existe y es eternamente verdadero. Aquello es Brahman, el Principio Trascendental. Pero Brahman no resulta fácilmente accesible a la gente común. -

Todo lo que leemos, lo que escuchamos y experimentamos constituyen atributos del Bhutakasha. A partir de allí, tenemos que intentar alcanzar y lograr nuestra Meta. De la forma debemos progresar hacia lo sin forma, de lo cambiante debemos avanzar hacia lo inmutable. Esto ha sido también descrito como el avanzar del Savikalpa hacia el Nirvikalpa. El Savikalpa es asociado a ‘con atributos’. Cualquier cosa que trascienda estos atributos y vaya más allá de los tres Gunas es Nirvikalpa. Nirvikalpa no sufre cambio alguno, permanece inmutable. Alcanzar este estado invariable e inmutable representa la meta para el aspirante espiritual. Aquel que logre quedar inmerso en este estado es descrito como un Stithaprajna. Podrán preguntarse si Arjuna realmente logró alcanzar este estado. Y la respuesta es afirmativa. Krishna mismo le confirió este estado a Arjuna, lo convirtió en un Stithaprajna y lo llevó a realizar todo como instrumento de lo Divino.

Si un sabio no participa y se compromete en actividades, no le será posible sentar un buen ejemplo para la gente común. Piensen, por ejemplo, que en un Instituto habrá un director encargado de la educación física y un docente encargado de los ejercicios, el cual recibirá las órdenes del director. Pero durante la práctica de los ejercicios, el director permanecerá observante, en tanto que el docente será el que los dirija y vaya marcando el ritmo con un "1... 2... 3..." y realizando los movimientos ante los alumnos. Él debe dar el ejemplo, ya que sólo así se puede esperar que los demás lo sigan. Al igual que el que dirige los ejercicios, el Stithaprajna brinda el ejemplo como para que la gente común pueda seguirlo. Fue por ello que Krishna convirtió a Arjuna en el ideal de un hombre. Krishna le dijo: "Te voy a convertir en Mi instrumento para realizar Mi labor" ¿cuál sería el sentido profundo de todo lo que hizo Krishna con Arjuna? El nombre “Arjuna” significa ‘el de corazón puro’. Arjuna vivía permanentemente en Krishna. En varias ocasiones Krishna hacía referencia a él como 'Bharata'. Este término significa 'aquel que ama a Dios•. 'Bha' significa 'refulgencia' Aquel que ama la auto-refulgencia omnipresente de la Divinidad es Bharata. Todo el significado interno y el sentido se encuentran incorporados en el nombre mismo.

El único deber de Arjuna era el de acatar implícitamente las órdenes de Krishna. Arjuna decía: "Swami, obedeceré Tus órdenes, cualesquiera que ellas sean. Todo lo que pidas de mí, lo haré. No haré nada por mí mismo, separadamente de Tus directivas". Esta es la verdadera actitud en un Stithaprajna. Un Stithaprajna no tendrá sentimientos de 'yo' y de 'mío'. No guardará ni egoísmos ni apegos. Las nobles cualidades de un Stithaprajna son el aceptar y seguir los mandamientos del Señor, en tanto destruye en sí mismo toda traza de Ahamkara y de Mamakara. Es por esta razón que las cualidades de un Stithaprajna son analizadas y descritas en detalle en el segundo capítulo del Gita.

No obstante, su sola descripción no habría sido de mucha utilidad, de modo que Krishna comenzó a explicar las características de los tres Akashas, Bhutakasha, Chittakasha y Chidakasha. Arjuna poseía la perspicacia intelectual como para captar el sentido interno y la importancia de ésto. Luego de habérsele otorgado la visión de la Forma Cósmica del Señor, comprendió de inmediato el profundo significado del Vishva Virãt Svarupa. Comprendió que significa la unión entre el Bhutakasha, el Chittakasha y el Chidakasha. Después de haber tenido la visión de la Forma Cósmica, Arjuna veía continuamente a Krishna cada vez que cerraba los ojos, como una indeleble impresión en su corazón. Entendió que lo que había visto con sus ojos bien abiertos se encontraba en el Bhutakasha. Que, luego de cerrar sus ojos, todo lo que aún se registrara en su mente y que viera internamente se encontraba en el Chittakasha. Luego, la indeleble impresión de esta Visión que se mantenía en su corazón, se encontraba en el Chidakasha. Esto viene a ser algo como una impresión sobre un papel. Una vez que una imagen está impresa, resulta imposible volver a separarla del papel. De manera similar, la Forma Cósmica de Krishna se convirtió en una impresión permanente en el corazón de Arjuna.

Arjuna representaba al hombre ideal, y, sin embargo, emprendió todo tipo de actividades comunes como cualquier otra persona para servirle de ejemplo a todo el género humano. Internamente, dentro de sí mismo, mantuvo siempre su mente fija en los Pies de Loto de Krishna. Arjuna sabía que su cuerpo físico servía únicamente para el propósito de obedecer los mandamientos de Krishna. Krishna había establecido esto como la cualidad ideal de un Stithaprajna. Algunas de las actividades que Arjuna llevó a cabo como tal, serán discutidas más adelante.

Notas del revisor :

[1] Mithyã: (NR) Término muchas veces traducido como falso o Ilusión; pero es incorrecto. De acuerdo a Advaita, tiene una condición especial ya que no es lo Real (Sat), ya que es modificable; y no es lo irreal (Asat), ya que es percibido. Una combinación de real e irreal, es aparente. El estado del sueño y el estado de vigilia son irreales, son ambos Mithyã. No son falsos, son aparentes frente a lo Real, Sathya. Mithyã no significa falso. En el mundo, la relación entre lo real y lo aparente se entiende comprendiendo el significado de Mithyã. Mithyã no es una ilusión ni indica nada irreal o falso. No puede descartar las cosas como inexistentes, pero tampoco puede afirmar que existen independientemente de su causa. Por ejemplo, una camisa que usted use, puede ser de tejido. Usted ve la camisa y la usa porque le es útil pero ella no existe sin el tejido. Ella se manifiesta y es aparente, no verdadera. El tejido es lo verdadero. La "camisa", Mithyã, es un atributo superpuesto y circunstancial, al tejido. La camisa no puede descartarse como inexistente, ni falsa ni irreal.


Traduccion Herta Pfeifer

Revision Marcos Erize