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Discursos dados por Sai Baba

34 Disc. en 1984 sobre Bhagavad Gita, caps. 12 y 2

24/08/84 d-19 El control de los sentidos es la llave para la más alta sabiduría espiritual

24 de Agosto de 1984

Prashanti Nilayam

  

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Los Sastras han declarado que un hombre que posee verdadero Vairagya o desapego, considera como trivial e insignificante incluso el logro del Brahmãloka. Arjuna le dijo a Krishna: "Krishna, aunque se me otorgara el dominio y el gobierno de los tres mundos, no lo aceptaría. No tengo interés en nada de ello". Estas palabras muestran la fuerza interior del desapego que había llegado a desarrollar Arjuna. Él se había propuesto firmemente como meta el desapego del mundo y sus objetos, reemplazándolo por el apego al Principio Trascendental. Esto deberá convertirse, eventualmente en la meta de cada individuo, porque todos deberíamos desarrollar el desapego y la renunciación frente a los objetos sensoriales y el apego y una intensa aspiración por Atma. Cuando deseamos construir aunque sea una casa pequeña y ordinaria, pondremos gran cuidado en levantar los cimientos adecuados. Cuánto más cuidadosos deberíamos ser para levantar un cimiento apropiado y resistente para la mansión del Brahma-Jnana. Y fue para proporcionar este fundamento que Krishna enfatizó, en sus enseñanzas a Arjuna en el Gita, la necesidad de ejercitar control sobre los órganos sensoriales y renunciar al apego a los objetos sensoriales mediante la renuncia frente al mundo; esto resulta esencial para la construcción de este cimiento sólido. Si el fundamento no es lo suficientemente firme, la mansión del Brahma­Jnana no durará mucho, se desmoronará muy pronto.

Desapego y renunciación no son cosas que surjan de improviso, obedeciendo a un impulso, para convertirse en la base del Brahma-Jnana. Si desean encender una lámpara, son esenciales el depósito, el combustible y la mecha. Del mismo modo, para encender el Brahma-Jyoti o Luz de la Sabiduría, se requiere del desapego, de la devoción y del control de los sentidos. Se puede pensar en el desapego como representando al recipiente. La devoción se puede comparar al combustible y el control de los sentidos vendría a ser la mecha. Reuniendo estos tres elementos se puede hacer posible el encender la luz del Brahma-Jnana, el Atma-Jyoti. Y Krishna le advirtió a Arjuna que debía controlar sus órganos sensoriales, para poder encender la lámpara en su corazón.

La mayoría de la gente no logra alcanzar un estricto control sobre los sentidos. Incluso aunque hicieran un esfuerzo y lograran una cierta medida de control no continuarían con ello, porque la gente común está firmemente convencida de que los variados deleites que experimenta, llegan a ella únicamente a través de los órganos de los sentidos y los objetos sensoriales. Si tuvieran que renunciar en forma permanente a todos estos goces sensoriales, sentirían como si la vida misma se les acabara. Consideran como verdaderos estos goces, porque es algo que pueden ver y experimentar, en tanto que el Atma-Jnana es algo que no han visto ni experimentado. No han sido capaces de lograrlo ni una sola vez, en tanto que han experimentado diariamente los objetos sensoriales; de modo que no están dispuestos a renunciar a aquello de lo que se sienten seguros. Si tuvieran un pájaro en la mano, ¿irían a buscar a otros dos entre los árboles? Del mismo modo, consideran una locura el concentrarse en el Atma-Jnana que jamás han experimentado y dejar de lado los goces sensoriales que disfrutan a diario.

Debido a ello encontraremos que mucha gente critica la doctrina del desapego y del control de los sentidos que ha enseñado el Bhagavad Gita. Opinan que no resulta realmente útil ni aplicable a la gente común. Esta crítica, empero, proviene del hecho que son ignorantes del proceso que está teniendo lugar. Todos los placeres sensoriales de que disfrutamos, no son sino reflejos que se producen en la mente, de la verdadera y permanente alegría que existe en el corazón. De manera continua, una y otra vez, al pensar en una persona u objeto en particular, la mente sale de su sitio y se manifiesta en la forma de aquella persona u objeto, engañándose a sí misma al pensar que la o lo está disfrutando. Pero esto no es verdadera alegría. Ello es únicamente una alegría limitada que se imagina en la mente y que viene como reflejo de la verdadera alegría que representa la fuente de todas las alegrías. Para aclarar esto, veamos un ejemplo.

Un bebé puede estar chupándose el pulgar y tragando su saliva. Lo encuentra delicioso, porque cree que está succionando leche de su pulgar, mas de hecho, la saliva que toma por leche, proviene de su boca y no de su pulgar. De este modo se engaña a sí mismo. Consideren otro ejemplo. Un perro ha encontrado un hueso. Como el hueso es algo que le encanta, no quiere compartirlo con ningún otro perro, de modo que se lo lleva hasta un sitio solitario. Allí lo mira y lo admira y empieza a roerlo. El hueso es muy duro. El perro, con todo su entusiasmo y su fuerza, lo muerde y lo roe hasta que llega a soltarse uno de sus dientes. Mana algo de sangre y mancha el hueso. El perro, pensando que la sangre proviene de ese hueso, goza con su sabor. Pero la sangre no viene del hueso, sino que viene de su propio hocico. Como el perro no se da cuenta de la verdad, se engaña.

De manera similar a estos dos ejemplos, el hombre ignorante piensa que obtiene alegría de los objetos sensoriales mientras los disfruta, mas no es así. Se trata de la verdadera alegría que está presente en su corazón y que se superpone a un objeto particular, lo que hace que el objeto aparezca como si fuese la fuente de la alegría, y eso hace al hombre creer que está derivando alegría de ello. De este modo, el hombre se engaña y llega a pensar que las alegría y placeres que producen los objetos sensoriales son experiencias directas, y que la alegría que pudiera derivar del otro mundo no es sino una ilusión. Es por ello que prefiere renunciar a este y quedarse con el primero, siguiendo con los goces que cree está derivando directamente de los objetos sensoriales.

Investiguemos esto un poco más profundamente para encontrar la verdad de esta situación. Si un objeto particular en realidad nos proporciona alegría, entonces la alegría que este objeto entrega debería ser la misma para cualquier persona. Pero sabemos que este no es el caso. Si un objeto en particular le proporciona alegría y placer a una persona, puede que a otra le haga sentir pena y sufrimiento. Si la alegría le fuera inherente al objeto mismo, debería producir el mismo efecto en todo el mundo. Hay gente que disfruta mucho con el pepino amargo, en tanto que a otra no le gusta en absoluto. Si la alegría formara parte integrante del pepino amargo, le proporcionaría la misma experiencia a todos, y no le daría alegría a unos y disgusto a otros. ¿Por qué se produce esta diferencia en la reacción entre diversas personas? ¿Por qué existen cosas que les gustan a algunos y les disgustan a otros? Ello debe significar que, sea cual fuere la alegría que experimentemos, ella no se asocia directamente con el objeto con el que la hemos identificado equivocadamente, sino que proviene de dentro de nosotros mismos. Es un reflejo de nuestra propia alegría interior.

Estos agrados y desagrados que sentimos son sólo fenómenos pasajeros, no son permanentes. Una persona puede sentirse inmensamente hambrienta; alguien le sirve comida que el hambriento encuentra extraordinariamente apetitosa. ¿Cuál es la razón para este gusto tan delicioso? El hambre. Mientras estaba hambriento, encontró que todo lo que había en la comida que le sirvieron, era de lo más delicioso. Después de haber saciado su hambre, hasta los más deliciosos manjares que le fueron servidos le daban igual y no le apetecían en absoluto. Al estar hambriento, hasta la comida más corriente le parecía excelente y le producía gran alegría. Pero, una vez que ha saciado su hambre, hasta la comida más deliciosa deja de serle apetecible. Este cambio de actitud lo podemos entender reconociendo que los gustos y disgustos se originan en el individuo y no emanan del objeto como tal. Todos nuestros sentimientos de alegría o de pesar emanan del hombre interno, no de los objetos exteriores.

El hombre común piensa que obtiene alegría o satisfacción de la gente que le agrada y de los objetos y situaciones que le gustan, mas son sus propias preferencias o aversiones las responsables de su alegría o su pesar. Si una persona quiere a otra con cariño, no importa que actitudes tenga esta persona, la querrá igual. ¿Cuál es la razón por la que quiere a esa persona, pese a las cosas desagradables que ella pueda hacer? Se debe a que al tenerle cariño a alguien, todo lo que la persona haga parece grato. Imaginemos que alguien quiere y ama mucho a otra persona. Este amor representa un apego del primero hacia el segundo; en ese apego se encontrarán implícitos tanto el amor como la alegría. Mas todo ello existe en la primera de estas personas y no forma parte en absoluto de la segunda. Algo similar fue dicho por Yajnavalkya a Maitreyi en el Brihadãranyaka Upanishad.

Yajnavalkya dijo a Maitreyi: "Querida, tú no me amas por mí, sino por ti misma. Todo lo que amamos y que nos es caro, lo queremos por nuestro propio yo. Nuestro yo es lo que nos es más caro, y es por él que todo lo demás despierta cariño en nosotros: todo ello no representa más que una manifestación parcial de ese gran amor. De modo que todo el mundo, cada persona quienquiera que sea, amará a otros sólo por sí misma, no por el otro en sí y, de manera similar, ama los objetos a quienes les toma cariño, sólo por sí mismo y no por el objeto en cuestión. Veamos un pequeño ejemplo".

“El cuerpo es algo que no tiene permanencia: la muerte es algo cierto para todos. Aunque alguien llegara a vivir 100 años, algún día deberá enfrentar la muerte, esto todos lo saben. ¿No resulta extraño, entonces, que una persona que está muriendo sienta pesar por alguien que ya murió? Tenemos a una persona que va hacia la muerte y que, sin embargo, piensa, ama y se conduele por una persona ya muerta. Esto resulta explicable únicamente por este apego del que hablamos. Después de saber con certeza que la muerte es algo seguro, el que una persona siga preocupándose de otro cuerpo no puede responder sino al apego que ha desarrollado por este otro cuerpo. Es por ello que la razón primaria para el pesar es el apego y no el amor."

"Básicamente, todo ser humano es, en todo momento, un amante de la alegría. Está sediento de alegría y nunca desea el sufrimiento. El hombre siempre aspira a ganar, nunca a perder, ello representa su real naturaleza. Ganancia, alegría y dicha le son inherentes a su hechura: son el núcleo mismo de su ser. Desde un comienzo mismo, todo hombre desearía solamente ganar. Un hombre de negocios no piensa sino en sus ganancias, como primera cosa.

Aquí en Andhra [1], por ejemplo, cuando se mide algún tipo de producto como el arroz, y el número de kilos sube de seis y se acerca al siete, nadie dirá siete que representa pérdida, sino dirá 6 + l. ¿qué sentido interno tiene ésto? La palabra Telugu 'Yedu', siete, también significa 'llorar', y es por ello que se usará otra para evitar de pronunciar esta palabra triste. Por lo tanto, cuando llega al 7, usa el 6 + 1.

Ello demuestra que el hombre no desea nunca tener que enfrentar la infelicidad ni la pérdida, sólo desea provecho y ganancia y la felicidad que traen consigo. De todos los posibles provechos y ganancias, el supremo y el que otorga la mayor alegría, es el ganar al Atman. ¿Cómo podemos lograr esta alegría? ¿De dónde la podemos conseguir? Para encontrar la respuesta, recurramos a algunas ilustraciones simples. Piensen en una bella rosa. Desde el momento en que la miramos, emana alegría desde nuestro corazón. De manera similar, sentimos alegría instantánea cuando vemos a una persona bella o alguna cosa hermosa en este mundo . No son pocos los que salen a visitar puntos o lugares de interés. ¿y por qué lo hacen? Para derivar alegría de ellos! Así, podemos ver la belleza en la naturaleza, podemos ver la belleza en la gente y encontraremos que hay alegría en la belleza de las cosas. Mas ¿cuánto duran esta belleza y esta alegría? La rosa que corten hoy, se habrá secado mañana; su belleza se habrá perdido y también habrá desaparecido la alegría que ésta les producía.

En el momento en que se desvanece la belleza, se apaga también la alegría. Lo mismo sucede con referencia a la niñez, la juventud, la edad adulta y la vejez. De la niñez se dice que refleja la Divinidad. Durante esta niñez, el individuo no sufre de ningún sentimiento de odio, de celos, de ira y los demás de este tipo. Jesús decía que, puesto que en la niñez los individuos carecen de cualidades y de atributos negativos, podemos considerar a los pequeños como divinos. Durante este periodo de la vida, no hay malos pensamientos ni rasgos malos ni en la mente ni en el cuerpo. El niño es bello porque en él no surgen malos sentimientos provenientes de malos pensamientos. A medida que crece, va desarrollando gradualmente las malas cualidades. Tan pronto estas malas cualidades crecen, se desvanece la belleza del niño. ¿Cuál es la razón por la que pierde la belleza? La producción de malos pensamientos que conducen a malas palabras y malos actos.

Podemos observar que la belleza de una persona va desapareciendo gradualmente. Este tipo de belleza transitoria no entrega una alegría permanente. Saben que hasta un asno recién nacido es hermoso, mas, gradualmente, a medida que crece, comienza a desarrollar una gran panza y deja de ser un animal agraciado.

Mientras no haya cualidades negativas, todo luce hermoso. Vemos entonces que en el mundo, sea quien sea la persona o el objeto sensorial, poseerán una belleza limitada y, por ende, también será limitada la alegría que derivemos de ellos. Es por esto que se dice "Resulta imposible tener belleza sin alegría o alegría sin belleza". ¿Y cuál es el único principio que posee en sí mismo tanto la belleza como la alegría? Es Atman. Atman posee alegría permanente y belleza permanente, y no sufre jamás de modificaciones y de cambios. De hecho, no tiene forma alguna, sólo la belleza y la alegría son su forma.

Pese a que la alegría emana desde el núcleo de su corazón, lo que es natural, el hombre cree que deriva su alegría de los objetos y órganos sensoriales. Esto no es así. Aunque la alegría proviene de su interior, el hombre se engaña a sí mismo pensando que proviene de algo externo a él. La alegría como tal, emana de los alcances etéreos de Brahmã y se describe como Brahmãnanda. Si se compara con ella la alegría que proviene de los objetos sensoriales y de los sentidos, esta última resulta insignificante. La alegría sensorial puede señalarse como una gota en el océano de Brahmãnanda. No obstante, ese mismo Brahmãnanda viene a ser tan pequeño como un átomo en el Daivananda. De modo que Daivananda viene a ser la fuente primaria de toda alegría. Constituye la alegría que irradia desde el corazón espiritual. Es dable comparar al corazón con la más esplendorosa y fulgurante luz que brilla por doquier. Tratemos de entender algo más respecto de esta radiante luz espiritual que brilla en todas partes.

Durante el estado de vigilia, el Sol durante el día y la Luna en la noche, iluminan los diferentes objetos y cosas en el mundo. Declaramos que el Sol y la Luna son causales de la naturaleza luminosa del mundo y sus objetos. Y bien, durante el estado de sueño también vemos una serie de objetos y de cosas, mas, ¿en dónde se encuentran el Sol y la Luna cuando soñamos? Durante el estado del soñar, no hay Sol ni Luna, ni ningún otro tipo de luz que ilumine los objetos, sin embargo, podemos seguir viendo todo el mundo. ¿Qué es aquello que ilumina el mundo? En el estado de sueño profundo vemos Tamas. No podemos describir esto como un estado de conocimiento o de Sabiduría, muy por el contrario, en este estado reina absoluta obscuridad. No obstante, ¿cuál es la luz que ilumina este Tamas y que nos permite ver y saber de esta obscuridad? El estado de sueño profundo puede ser descrito como el ‘estado inconsciente’; el del soñar puede describirse como el 'estado subconsciente' y el estado de vigilia, como el 'estado consciente'. El estado que los trasciende a todos puede ser descrito como Turiya o 'estado supra consciente'.

En el estado de Turiya somos capaces de verlo todo en todos lados y gozar de la Dicha Suprema. ¿De quién es la luz que ilumina este Estado de Dicha? "Se trata de la luz y del resplandor que emanan de Atma. Ella es la luz que ilumina todos los estados y que nos capacita para percibirlos. En los Vedas, los Rishis han hablado de este estado del Turiya. Ellos dijeron: "Somos capaces de ver un estado que trasciende a los demás, incluyendo la obscuridad del estado carente de sueños. Más allá de este estado se encuentra el ‘Paramjyoti’, la Luz Suprema. Es el poder de Atman el que ilumina los estados de vigilia, del soñar y del sueño profundo. Esto lo podemos entender tomando como ejemplo al estado de vigilia. Cierran los ojos por un momento, ¿qué es exactamente lo que ven? Dirán que no hay nada, que sólo hay obscuridad absoluta. Entonces surge la interrogante, ¿y quién es el que ha visto esta obscuridad? Porque son ustedes los que la 'ven' como obscuridad y la describen como tal: hay una luz que les permite ver incluso esta obscuridad. "Esta es e Atma-Jyoti, la luz de Atman. Es sólo a través de esta luz de Atman que brillan todas las demás luces."

Durante el festival de Dipãvali [2], encendemos una vela y con ella encendemos otras velas y luces. La primera luz constituye la base para encender muchas otras. Y, por el hecho de tener esta luz única es que podemos seguir adelante y encender muchas otras. La luz que es la base, es Atma-Jyoti y las que se han encendido con ella son los Jivana-jyotis. Todas las múltiples luces del Jiva se han encendido con la ayuda de Atma-Jyoti único. Es así como los ojos están facultados para ver. Ven con ayuda de Atma-Jyoti que brilla desde dentro e ilumina a todos los seres y objetos, como también de las fuentes externas de luz como el Sol, la Luna y otras. Puede que se pregunten: "Si no podemos ver a Atma-Jyoti, ¿cómo concluir que ilumina todos estos demás objetos y luces?" Tenemos el ejemplo de una pila que será instructivo.

No podemos ver el poder eléctrico que está en las pilas, pero si conectamos el flujo de la corriente, podemos ver la luz en la bombilla. Si no hay carga eléctrica en la pila, no podríamos conseguir luz en la bombilla. El cuerpo puede compararse a una linterna. Nuestros ojos son las bombillas, nuestra inteligencia es comparable al interruptor y nuestra mente es la pila. En esta pila de la mente se encuentra almacenado un tipo particular de energía que podría ser descrito como la Energía Atmica, derivada de Atma. En algunas pilas, la carga se agota muy luego, pero la corriente de Atman seguirá fluyendo continuamente a través de la mente.

Los Vedas han declarado que la mente es el receptáculo fundamental para el almacenamiento de la Energía Atmica. Es esta fuente inagotable la que provee el pasajero flujo del placer cuando se percibe algún objeto agradable. Todas las alegrías y placeres de que gozamos en este mundo son sólo pasajeros y son sólo reflejos de la alegría inconmensurable que se encuentra dentro de nosotros. En nuestra ignorancia, creemos que nuestra alegría proviene de los objetos sensoriales y creemos que estas limitadas alegrías que experimentamos a través de la ayuda de Atmananda, son verdaderas. Mas las alegrías del mundo no son verdaderas. No son permanentes, se sienten sólo transitoriamente. Todas las cosas que vemos en el estado de vigilia desaparecen en el estado del soñar. Todas las alegrías y pesares que experimentamos durante el estado del soñar quedan atrás cuando retornamos al estado de vigilia. La gente y los objetos que vemos en el estado de vigilia aparecen como reflejos en el estado del soñar y son absorbidos por completo y desaparecen en el estado de sueño profundo. Es así que nuestras alegrías van y vienen en la medida en que cambian los estados.

Todas las alegrías mundanas que pensamos ser tan permanentes, terminan por darnos muchos problemas y sólo pueden llevarnos al sufrimiento. Fue así que Krishna le dijo a Arjuna: "Arjuna, préstale atención únicamente a la base, a la Verdad fundamental, y de este modo no te importunen las manifestaciones". La base es invariable, en tanto que las manifestaciones que dependen de ella la cambian de manera continua. Si sucediera que, junto con las manifestaciones cambiantes también cambiara la base, resultaría imposible siquiera vivir. Veamos este pequeño ejemplo.

Utilizamos diferentes vehículos de transporte, como automóviles, buses, trenes etc. El automóvil se puede mover a gran velocidad y también pueden hacerlo los buses y los trenes, incluso al caminar, podemos hacerlo con rapidez. Sin que importe la velocidad a la que se muevan todos estos vehículos, todos ellos se mueven sobre un camino que permanece estable. Supongan que, junto con el automóvil y el bus que corren a gran velocidad, también se moviera con rapidez el camino... ¿Qué pasaría? No nos sería posible continuar el viaje. Para llegar a la meta, el camino debe ser estable. De manera similar, tenemos la facultad de gozar de las cosas del mundo que son pasajeras y cambiantes, debido a que es permanente y estable la entidad del Corazón. Veamos otros ejemplos.

Swami está en este momento parado sobre un estrado. Si el estrado se moviera, Swami también se movería. Si estamos en un bus y el bus se mueve, nosotros también nos movemos. El más leve movimiento de la base se refleja también en el objeto. Todos nos estamos moviendo, aunque pensemos que no es así. ¿No refleja ignorancia el que creamos que no nos movemos, siendo que estamos sobre la Tierra que se desplaza a gran velocidad? Estamos sobre una Tierra en movimiento, y, no obstante, pensamos que no nos movemos. Una persona puede estar viajando en un barco o un barco a vapor, y, por ir firmemente sentada en cubierta, piensa que no se mueve, pero cuando las olas hacen que el barco se balancee, de seguro que la persona también se balanceará. Sólo es signo de ignorancia el pensar que no se está moviendo si navega sobre las olas del mar. Puede que la persona mantenga su cuerpo firme y estable, pero no por ello deja de moverse. "Arjuna, el mundo es transitorio y está lleno de sufrimiento. Es voluble y cambiante. Al vivir en un mundo que sufre tantos cambios y modificaciones, se hace imposible gozar de una Dicha y Alegría invariables”. Es por ello que se ha dicho: "Penetra en el Principio de Atman que es firme e invariable."

Es posible que algunas personas estén pensando que si se les enseña control de los sentidos a estos niños, se correría el riesgo de convertirlos en seres inertes. Mas no se trata de que uno no deba tener sentidos, sino de que uno debería 'controlarlos'. El automóvil está dotado de frenos y, cada vez que hay peligro, utilizamos los frenos para detener el vehículo. Los estudiantes deben reflexionar cuidadosamente al respecto. Cuando Swami les pide controlar sus sentidos, controlar la mente etc., puede que algunos se pregunten si en definitiva estarán viviendo y podrán seguir llevando a cabo sus funciones de rutina. Swami no les está recomendando que manejen sin sacar el pie del freno, sino de echar mano del freno cuando sea necesario controlar el automóvil, cada vez que surja algún peligro. Es justamente cuando aparecen peligros como los malos pensamientos o los malos sentimientos, que debemos ejercitar el control. Y si carecemos de frenos, no cabe duda que caeremos en el sufrir. Un buey que no pueda ser controlado, un caballo sin riendas, un automóvil sin frenos, una persona que no controle sus sentidos ... todos ellos son cosas realmente peligrosas.

“Por ello, Arjuna” - dijo Krishna- “controla tu mente y tus sentidos y reconoce los defectos que son inherentes a los objetos. Asi podrás vivir en el mundo”. Vedanta jamás ha enseñado que debemos renunciar a nuestra familia o abandonar nuestros deberes mundanos. Hagan uso de sus sentidos de manera correcta y ética, de acuerdo al momento y las circunstancias. Fue dentro de este contexto que el Bhagavad Gita ha enseñado sobre disciplina y límites. Todo lo que se lleve a cabo dentro de ciertos límites y de manera correcta no puede ser perjudicial. Mas cuando se lleva al exceso, hasta la actividad más inocente puede resultar lesiva. Podemos observar, por ejemplo, que una ilimitada ingestión de alimentos terminará por causar problemas. Y, así como el exceso de alimentos le crea problemas a la mente, el exceso en el pensar es peligroso para la cabeza. El apego extremo constituye un tipo de enfermedad mental, en tanto que un apego limitado no resulta peligroso. De la misma manera en que se usan los frenos en el coche para la protección y el bienestar del pasajero, deben ponerse bajo control los órganos sensoriales para ser utilizados en bien del residente del cuerpo. Por este motivo fue que Krishna le dijo a Arjuna de desarrollar su control de los sentidos.

Este control de los sentidos es algo como la mecha en la lámpara de vuestro corazón. No basta con tener solamente la mecha del control de los sentidos, deben tener al mismo tiempo el combustible de la devoción. El combustible de la devoción en sí mismo no será suficiente si no tienen también el recipiente, que podemos comparar con el desapego. Y si tienen el recipiente, el combustible y la mecha, les será fácil encender la lámpara. Mas tiene que venir alguien a encenderla: ese alguien es Dios. Una vez que cuenten con el desapego, el control de los sentidos y la devoción, en otras palabras, una vez que tengan el recipiente, el combustible y la mecha, la lámpara estará lista para ser encendida. En el caso de Arjuna, fue Krishna quien llevó a cabo aquel acto de encender la luz.

Supongan que tienen algunas flores, una aguja e hilo, ¿se transformarán ellos automáticamente en una guirnalda? Deberá haber alguien que la haga con estos elementos. Puede haber oro y piedras preciosas de diversos tipos, mas sin un orfebre no nos será posible obtener diversas joyas con ellos. De manera similar, puede haber educación y puede haber inteligencia, pero ¿se hará automáticamente educado un hombre? No. Se requiere de la presencia de un profesor. O, puede que haya un libro con todas las letras del alfabeto; estarán allí la A, la B, la C, nuestros ojos las verán, ¿pero podremos leer el texto? No, necesitaremos de un instructor que nos describa cada palabra y cada frase.

En el caso concreto de Atma-Vidya, el instructor es el Jagath-Guru. Él es Dios mismo. Si quieren reconocer la Realidad que subyace a todas las cosas del mundo y si desean reconocer la Divinidad, habrá necesidad del Sadguru o del Jagath-Guru para que les enseñe. En el caso de Arjuna, Krishna comenzó por instruirle en el control de los sentidos. Deben dedicarle algún tiempo a reflexionar sobre el significado más profundo de estas Enseñanzas de Krishna.

Notas del revisor :

[1] Andhra: (NR) Bhagavan se refiere a Andhra Pradesh, el Estado en donde se encuentra Prashanti Nilayam, el Ashram donde en su momento Él dictó este Discurso en 1984.

[2] Dipãvali (NR): Divãli, Diwali o Devali. “El Festival de las Luces”, alude al triunfo del Bien sobre la Oscuridad, la victoria de Rama sobre el demonio Ravana. Representa también el día en que Krishna indicó a su consorte Satyabhãmã destruir al Asura Naraka, símbolo de la oscuridad o a quien que no conoce la luz de Atma. La madre de Krishna le pidió que se recordara el día en memoria de Naraka, como el Día de Luz o la Dicha.


Traduccion Herta Pfeifer

Revision Marcos Erize