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Discursos dados por Sai Baba

34 Disc. en 1984 sobre Bhagavad Gita, caps. 12 y 2

22/08/84 d-17 Controlen sus sentidos y el mundo será vuestro

22 de Agosto de 1984

Prashanti Nilayam

  

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"Hacia dondequiera que miren, ya sea en esta Tierra, en el Cielo o incluso en el Mundo Inferior, todo lo que encuentren en todas partes, no serán sino los cinco elementos. Nada más existe. Todo lo que hayan podido desear alguna vez, todo lo que hayan podido obtener, todo a lo que puedan haberse aferrado, todo lo que puedan haber perdido... toda esta miríada de cosas no han sido otra cosa que diferentes combinaciones en la manifestación de estos cinco elementos. Y todas estas innumerables variaciones de los cinco elementos han sido, son y serán para siempre impermanentes; estarán continua y eternamente sujetas al cambio".

            "La flor que se haya abierto hoy, mañana estará seca. La flor que se haya secado mañana, se habrá descompuesto en algunos días más. Los alimentos que se hayan cocinado hoy, mañana estarán añejos y, ese mismo alimento se tornará en veneno un día después. Y, una vez que se haya añejado, ya no lo podemos volver a convertir en el alimento original. La bella forma de hoy se volverá fea mañana. Hasta los átomos que conforman la luna, irán cayendo hacia la tierra con el tiempo y puede que átomos que formen hoy la materia de la tierra, vayan con el tiempo hasta la luna. Cada siete años, todos los átomos que conforman el cuerpo humano sufren un cambio total. Resulta realmente estúpido que el hombre piense que el cuerpo y los órganos sensoriales que están constituidos por los cinco elementos, son algo estable y permanente, o que cualquier objeto constituido por ellos tenga algún valor duradero. Sólo los sentidos exteriores apetecerán cosas tan transitorias".

            "El Gita ha mostrado que este fenómeno impermanente que llamamos el cuerpo, la mente y los sentidos, consiste de 24 principios. Está conformado por los cinco Jnana Indriyas, vale decir, los cinco sentidos sutiles; los cinco Karma Indriyas que son los cinco órganos activos o físicos asociados a los cinco anteriores; los cinco Koshas o envolturas, los cinco Pranas o energías vitales, Manas o la mente, el Ahamkara o ego, el Chitta que es el asiento de los sentimientos y de la facultad de recordar y, finalmente, el Buddhi o intelecto. En total son 24 y, junto a Atma, son 25. Este capítulo se denomina el Samkhya Yoga, por tratar de estos 24 principios que conforman el cuerpo, los que en el fondo no son más que un reflejo de nuestra ignorancia, y ayudar a que los entendamos".

 

            Sonido, tacto, vista, gusto y olfato son los cinco Jnana Indriyas. Los cinco Karma Indriyas son los oídos, la piel, los ojos, la lengua y la nariz. Es posible que tengan ojos sin tener visión. El ojo es un Karma Indriya y la visión es un Jnana Indriya. Pueden tener boca, pero no ser capaces de hablar. La boca es un Karma Indriya y el habla, un Jnana Indriya. Del mismo modo pueden tener orejas, pero no oír. Es por ello que hay una relación inextricable entre los Karma Indriyas y los Jnana Indriyas.

            Sigamos examinando estos principios corporales. Los Karma Indriyas, que son los órganos de actividad y los Jnana Indriyas que son los órganos sutiles internos asociados con los sentidos, son cinco respectivamente. De manera similar, también son cinco las envolturas. Ellas son el Annamaya relativa al cuerpo, el Pranamaya relativa al aliento vital o Prana, el Manomaya relativa a la mente, el Vijnanamaya relativa al intelecto y el Anandamaya, la así llamada envoltura de la dicha. Luego hay cinco Pranas, que son: el Prana relativo a la respiración, el Apana relativo a la eliminación, el Vyana relativo a la circulación, el Udana relativo al flujo ascendente de energía y el Samana relativo a la digestión. Sumados todos, son 20. Al agregar la mente, el intelecto, la memoria y el ego, llegamos a los 24 principios todos los cuales están bajo el imperio de la ignorancia. Si dependemos en nuestra vida únicamente de estas 24 facultades que están sufriendo continuamente cambios, ¿cómo podríamos alcanzar la dicha eterna, que no puede ser influenciada por estas cosas?

            Es probable que todas las alegrías que experimentemos nos produzcan sólo pesar. Estas alegrías son transitorias, vienen y se van. Krishna ha enseñado: "No creas en estos órganos sensoriales, y no dejes que te hagan extraviarte."Por muy educada que sea una persona y sin importar el cargo que desempeñe, si no tiene control sobre sus sentidos, no logrará paz mental. La paz interior se logra únicamente gracias al control de los órganos sensoriales. En general, se sostiene que es más bien difícil controlar los órganos sensoriales, mas Krishna enseñó en este capítulo del Samkhya Yoga, una serie de maneras de controlar estos órganos que nos garantizan el éxito.

            Krishna decía que había dos tipos de personas: los Arios y los Anarios. Los Arios son los que siguen el camino correcto, el camino de lo sacro y lo resplandeciente. Se refugian en los grandes seres y practican sus enseñanzas y, como resultado, experimentan y gozan de las nobles verdades espirituales. Aquellos que están llenos de pensamientos impíos y tienen corazones impuros, que están bajo el hechizo de la ignorancia y viven una vida inicua, son los Anarios. Puede decirse que su conducta representa la directa oposición a la conducta justa, así como la obscuridad es el opuesto del fulgor de la luz. Es así que podemos describir estas cualidades como las que corresponden a dioses y a demonios. Krishna dijo: "Arjuna, hasta ahora había pensado que eras un Ario, pero veo que estás yendo por el camino equivocado; ¡estás siguiendo lo profano! Te estás ahogando en la tiniebla. Te estás mostrando como un Anario. Sería erróneo y vergonzoso llamarte Ario".

            Luego, Krishna aconsejó de varios modos a Arjuna con el objeto de animarle a convertirse en un Ario. Le dijo: "La causa primaria del pesar y del sufrimiento es tu apego, y la base para tu apego es la ignorancia. Si quieres liberarte de él y del pesar, debes controlar tus sentidos. Deberás entender claramente la naturaleza de los órganos sensoriales. En el trayecto de la vida estos órganos sensoriales son como los caballos que pueden llevarte hasta la meta. Mas sólo cuando se controlan los caballos, pueden viajar salvos tanto el carro como la persona que va en él. Si dejas que los caballos se descontrolen, es muy probable que tanto el carro como el viajero tengan problemas. De modo que, si quieres llegar a salvo a la meta, mantén un control absoluto sobre estos caballos, vale decir, tus sentidos."Krishna le ha dado un nuevo nombre a estos órganos: Matraha, lo que significa 'el que mide'".

            ¿A qué nos referimos al decir que estos órganos sensoriales tienen la capacidad de medir? Tomen como ejemplo lo siguiente: ¿qué es lo que mide e identifica lo amargo o dulce del alimento? La lengua es la que mide y determina el sabor de los alimentos, y la que determina si son amargos o dulces. O, podemos decir, al describir las facciones de una persona, que todos sus rasgos son normales, - pero que su nariz es larga. ¿Qué es lo que mide la longitud de la nariz? Nuestros ojos. De igual manera, nuestros oídos determinan si una música es melodiosa o no. Vemos, entonces, que todos los órganos sensoriales miden diferentes cualidades. Este término Matraha tiene aún otro significado que es ‘límite’. Tenemos que decidir, entonces, cómo aplicar este sentido de límite a nuestros órganos sensoriales. Dios nos ha dado una nariz como para que podamos usarla para oler y para respirar, inhalando y exhalando. Debemos emplear la nariz para las cosas que se han especificado para ella y estar contentos. Si la usamos correctamente, estaremos obedeciendo los mandamientos del Señor, ya que la emplearemos para lo que fuera destinada.

            Al conducirnos de manera correcta y obedecer los mandatos del Señor, siempre obtendremos buenos resultados. Si es así, al usar la nariz, por ejemplo, para inhalar rapé [1], no estaríamos empleándola de la manera especificada por el Señor y, por ende, desobedeciendo sus mandamientos.

            En lo que respecta a la lengua, contamos con la gentil advertencia del Señor: "Hijo, usa la lengua para hablar dulcemente, sin lastimar los corazones de los demás. Usa las palabras que les den alegría". La otra función de la lengua también debe ser considerada. Usa tu lengua para ingerir alimentos saludables y sátvicos, alimentos que estén llenos de proteínas y de vitaminas.

            Si, por otro lado, la usan para fumar cigarrillos, beber alcohol, comer cordero y otras cosas así, estarán dándole un mal uso y estarán desobedeciendo los preceptos del Señor. De modo que deberíamos emplear todos los órganos sensoriales para las tareas específicas que les han sido asignadas por Dios; y entonces, en cada caso, estaremos cumpliendo con el propósito para el cual fue otorgado cada instrumento : ayudarnos a alcanzar la meta de nuestra vida.

            Cada vez que estos órganos sensoriales se ponen en contacto con los objetos de los sentidos, miden diversas cualidades. El sentido del tacto, por ejemplo, puede medir cualidades como el calor y el frío y, como resultado, experimentamos alegría o pesar. No obtenemos alegría o pesar por el mero hecho de tener órganos sensoriales, sino que los experimentamos únicamente cuando estos entran en contacto con objetos apreciables por los sentidos. Ustedes están aquí ahora, y ello implica que también vuestros oídos están aquí con ustedes. Supongan que algo pasa en vuestras aldeas, sea bueno o malo, no experimentarán ni alegría ni pena en tanto vuestros oídos no hayan escuchado la noticia. Luego reciben una llamada telefónica y se enteran de lo que ha pasado: si es algo bueno, experimentarán alegría, si es malo, sentirán pesar. Sólo cuando los órganos sensoriales se asocian con los objetos de los sentidos, se produce en nosotros la alegría o el pesar.

            En el mundo hay un número incontable de objetos de los sentidos y debemos cuidar de que los órganos sensoriales no tomen contacto con ellos. Todas estas cosas son transitorias. Si llega a ser capturada por cosas pequeñas, toda nuestra vida se empequeñece y se hace impura. Esto lo podemos observar en un sinnúmero de seres vivientes que han caído víctimas de uno o dos órganos sensoriales. Por ejemplo, cuando un ciervo escucha música, ésta lo cautiva; el ciervo llega a quedar atrapado por el sonido. Un elefante puede ser controlado y cautivado por el sentido del tacto. Muchos son los animales que son atrapados por diferentes órganos sensoriales. Vean el ejemplo de la polilla; ve luz y se siente atraída por ella, y la luz la atrapa. El pez es atrapado por su sentido del gusto. La abeja entra a la flor atraída por el aroma y es atrapada por ella. Cada uno de estos cinco animales es apresado por alguno de los órganos sensoriales, más el hombre es dominado por los cinco sentidos y, debido a ello se sitúa por debajo de estos animales. Aquí va una pequeña historia.

 

           Hace mucho tiempo, Dakshina Murthi emprendió un viaje por el país. Consideraba a cada uno de los cinco elementos como su Gurú. Una vez llegó hasta las playas y se deleitó con las olas y los diferentes aspectos del océano. Mientras observaba, una ola dejó algunas suciedades en la playa y Dakshina Murthi notó que, tan pronto cae alguna suciedad en el océano, vienen las olas y la echan fuera. Reflexionó por un tiempo: "¿Por qué habría de botar fuera una suciedad tan pequeña el océano que es tan vasto y profundo? ¿No podría dejarla y absorberla? Y se puso a meditar al respecto. En esa meditación entendió que si el océano permitiera que la más mínima impureza quedara en sus aguas, esta impureza se iría acumulando y, con el tiempo, cubriría el océano y lo contaminaría. Llegó a la conclusión que el océano debe haber determinado desde un principio el no permitir ninguna suciedad o impureza en él, y de este modo había logrado mantenerse limpio y puro.

            Del mismo modo, desde un comienzo, deberíamos preocuparnos de que no entren en nuestra mente, ni en la más mínima medida, los malos pensamientos y las malas ideas. Ni debemos permitir la entrada en nuestro corazón a la más nimia impureza. Debemos desecharla antes de que logre establecer un punto de apoyo. Si le abrimos un espacio, pensando que no se trata sino de algo insignificante que no puede perjudicarnos, empezará a crecer en el corazón, Por ello, si comprendemos el funcionar de los órganos de los sentidos y aprendemos como usarlos correctamente, nos será posible sacarles provecho en lugar de que nos perturben. Una persona dominada por los órganos sensoriales no podrá encontrar alegría ni paz mental. Aquí viene una pequeña historia para ilustrar esto.

            Había un gran rey que tenía cinco mujeres, pero ellas jamás le escuchaban. Para todos los demás era el rey, pero no era el Señor para sus mujeres y ello le causaba un gran sufrimiento. Sobre la cabeza llevaba la corona, mas dentro de ella sólo llevaba preocupaciones, “me he convertido en un esclavo de estas mujeres y estoy sufriendo" pensó para sí mismo. "¿habrá alguien en el mundo que no le tema a su mujer? Si existe, ¿cómo la controlará? ¿Cómo se las arregla para no ser dominado por ella?" El inquirir personal y directamente al respecto, le resultaba difícil. De modo que decidió convocar a una reunión pública, a la que invitaría a todos los ciudadanos del país. En un gran campo abierto, se hicieron levantar dos pandales [2], uno a cada lado del campo.

            El rey anunció que uno de los pandales estaría destinado a los que hubieran logrado controlar a sus mujeres y el otro, a los que eran controlados por ellas. Cuando el rey llegó, pudo comprobar que el segundo pandal estaba rebosante de hombres. Ello le hizo cobrar algún ánimo, ya que se dio cuenta que no era el único que sufría por esta situación. Poco antes de comenzar la reunión, el rey observó que en el primer pandal había sólo un hombre y nadie más. El rey se alegró inmensamente al verlo. Se acercó a él y le expresó su contento al ver que al menos una persona en el reino tenía el control sobre su esposa.

         

            El rey le preguntó: "Dime, por favor, ¿cuál es tu secreto? ¿Por qué medios lograste controlar a tu mujer?" El hombre le replicó: "No, señor, ella me controla a mí, yo no la controlo". El rey inquirió: y, entonces, ¿por qué ingresaste a este pandal?" El hombre respondió: "Mi mujer me ordenó venir a este pandal, por eso estoy aquí. Me dijo que no debía ir al otro en donde estarían los esclavos de sus mujeres, sino de venir a este." El rey le ordenó entonces, con voz firme; "No. No puedes quedarte en este pandal. Ve y únete a los que están en el otro." El hombre, uniendo sus manos en gesto de súplica, le imploró al Maharaja: "¡Oh Rey! Puedes castigarme, hacerme todo lo que quieras ... Pero no estoy dispuesto a desobedecer a mi mujer e ir al otro pandal".  Entonces el rey se dio cuenta que no había nadie en su reino que no fuera esclavo de su mujer.

            Este rey en particular, es la mente, y jamás tiene la capacidad de satisfacer a todas sus mujeres, vale decir, los sentidos. El ojo exige "Llévame a un lugar en que todas las vistas sean bellas. Quiero ver todos los hermosos lugares que hay en el mundo". La lengua exige que se la aprovisione con todos los alimentos sabrosos. Los oídos ordenan que se le toquen todas las melodías agradables y se le canten todas las canciones dulces. La nariz desea oler los mejores perfumes del mundo. ¿Quién puede satisfacer todos estos deseos de los sentidos? Entre ellos no existe ni la coordinación ni la cooperación. Si cedemos ante los órganos de los sentidos, estaremos exponiéndonos a que nos den muchos problemas. Debemos encontrar, desde un comienzo, un método para controlarlos. Debemos mantenerlos bajo absoluto control. El único individuo valiente es el que controla sus sentidos.

            Cada vez que los órganos sensoriales exijan algo en particular, no deberíamos escucharlos. En vez de ello, deberíamos tener nuestra mente en contacto con el intelecto. Luego, lo que sea que el intelecto decida, la mente ordenará y los órganos sensoriales deberán obedecer. Esta es la manera correcta de someter a los sentidos. Una persona que pase su vida en su mente, llegará a la ruina y será peor que un animal. El sabio basa su vida en su intelecto, su inteligencia, su Buddhi, y llegará a ser un Purushottama [3]. El basar nuestra vida en nuestro intelecto significa hacer uso de nuestros poderes de discriminación. Si basamos nuestra vida en nuestro intelecto, él nos llevará directamente hacia la meta. Si pasamos nuestra vida en la mente, se producirán nuevos cambios en cada momento y será difícil predecir lo que nos sucederá y a donde llegaremos. Viene a ser como cruzar el océano o un río caudaloso en un bote pequeño, no sabremos cuándo comenzará a hacer agua y podríamos ahogarnos.

            Hubo un hombre llamado Mohammed. Era una persona extremadamente virtuosa; un hombre verdaderamente sabio. Tenía completo control sobre los sentidos. Un día sintió que se acercaba su fin y todos sus discípulos se reunieron en torno a él. Sufría de intensos dolores en la garganta. E hizo heroicos esfuerzos por sobreponerse al dolor. Trataba frenéticamente de decir algo, pero no podía hablar. Los discípulos estaban ansiosos por descubrir que mensaje trataba de entregarles su Maestro en sus últimos momentos, de modo que trataban de ayudarle de diversas maneras, pero él no podía hablar. Los discípulos reunidos en torno suyo le imploraban: "Swami, querías decirnos algo, por favor dinos qué era".

            Mohammed habló: "Hijos, fui seguido por Mãyã, el poder de la ilusión. Mãyã me dijo: 'Todas las otras gentes se han convertido en mis esclavos, nadie ha logrado conquistarme; mas, de alguna manera, tú lo has logrado.' Entonces le respondí: 'Oh Mãyã, no digas que te he conquistado plenamente. Aún me queda algo de vida, me restan algunas respiraciones. Hasta que se haya inhalado el último aliento, resulta difícil creer que uno te haya conquistado por completo'. Mis queridos niños, hasta ahora he logrado conquistar a Mãyã, pero no sé si seguiré teniendo éxito hasta mi último aliento. En estos últimos momentos y para librarme de Mãyã, he estado pensando en Al-lah [4] y rezándole". Entonces se quedó en silencio y consumió su vida.

            Esta historia muestra que hasta el último aliento uno no debe ceder ante los órganos sensoriales. Krishna enseñó extensamente en el Samkhya Yoga el cómo controlar los sentidos. Si llegan a controlar los sentidos, podrán dominar fácilmente también el Bhakti Yoga, el Karma Yoga y todos los demás Yogas. Hasta que dominen el arte de nadar, requieren de ayudas especiales, pero una vez que lo logran, pueden prescindir de ellas. De la misma manera, hasta que lleguen al control total de los sentidos requerirán del Samkhya Yoga. En el comienzo deben someterse a un cierto número de dificultades y problemas.

            Si quieren aprender a conducir, tendrán que ir a un lugar abierto y practicar allí a controlar el automóvil. Será sólo después que hayan dominado la conducción que podrán manejar en las calles estrechas. Si tratan de hacerlo antes, no sólo les resultará difícil, sino también peligroso. En este contexto, Krishna le dijo a Arjuna de crecer primero en el principio de la sabiduría. Una vez que hayamos desarrollado este aspecto de la sabiduría, podremos internarnos en cualquier campo sin problemas ni preocupaciones.

            Es por ello que se ha señalado que ante todo debemos desarrollar el espíritu de la indagación y descubrir qué es Atma y qué es Anatma. Y entonces, después de haber desarrollado este poder discriminatorio, podemos entrar a salvo en cualquier campo.

            Los vacilantes órganos sensoriales jamás pueden otorgarnos una alegría permanente. Alcancen y gocen de Atma Tattva permanente. Esa es alegría verdadera. Logren el conocimiento de Atma. Si carecen de este conocimiento de Atma, todo otro saber o educación que tengan sólo podrá ayudarles a ganarse a duras penas la vida. Únicamente el conocimiento de Atman es verdadera educación. Con ello podrán disfrutar la Unidad. Esto es lo que ha sido declarado. Una vez que se identifican con la Divinidad que está en Todo, no habrá ya cuestiones de diferencias, no surgirán ya antagonismos provenientes del sentido de diferencia. Una vez que experimenten que no hay sino Un objeto, ya no hay lugar para la cuestión de la discriminación. Todo es Vãsudeva [5], el mundo entero no es sino Dios. Si desean entender esta Verdad, deben controlar su mente, esa mente que hace tanto tiempo ha sido inestable y vacilante.

            Los órganos sensoriales son muy peligrosos; son como caballos lanzados a toda carrera. Si no hacen uso de las riendas para controlarlos, se desbocarán en la dirección que les plazca, arrastrando consigo el carro. El cuerpo es el carro y los órganos sensoriales son los caballos, la mente representa las riendas, la inteligencia es el auriga y el Jiva o individuo es el residente dentro del carro. Los caballos necesitan ser controlados con las riendas o, en otras palabras, los sentidos requieren ser refrenados con la ayuda de la mente. Esta mente no tiene forma específica alguna y, por esa razón resulta difícil contenerla. Puesto que tenemos que vivir con esta mente informe, debemos tener especial cuidado.

            El primer esfuerzo que debería realizar cada hombre, es el de controlar su mente. Nuestra alimentación, nuestro olfato, nuestra visión, nuestro escuchar, nuestro tacto ..., todas estas impresiones sensoriales deben estar bajo nuestro control. En repetidas oportunidades, Swami les ha dicho que no deben ver ni oír demasiadas cosas, porque únicamente cuando ven u oyen algo es cuando comienzan a pensar en ello. Y, una vez que piensan en ello, desarrollan apego hacia ello o desean poseerlo. Tan pronto hablan de algo en particular, piensan en su forma.

            Es por él, sea cual fuere el objeto, que lo primero que deben preguntarse es: '¿tiene algún defecto o imperfección?' Cuando nos damos cuenta de sus imperfecciones, no desarrollamos apegos hacia ello. Si desean llegar a Dios, deben estar libres de sentidos defectuosos, no tener una visión, un tacto, un lenguaje, un oído, defectuosos.

            El Sadhana comienza con el control de la lengua. La razón para ello es que la lengua cumple dos funciones. Los ojos, en cambio, poseen sólo un poder: el de la visión y, de manera similar, también los oídos tienen un solo poder: el de escuchar, como también sucede con la nariz, que sólo tiene el poder de oler. La lengua, en cambio, tiene dos poderes: puede hablar y puede saborear. Y, debido a ello es que debemos realizar un esfuerzo especial para controlarla. No tenemos derecho alguno para pensar mal de otros, mucho mejor es pensar en nuestras propias carencias. Busquen enfatizar y expandir lo bueno y destruir lo malo. No tienen derecho alguno para criticar a los demás. Si no han llegado a desarrollar siquiera el poder de inquirir en sí mismos, ¿cómo se atreven a asumir el poder de mirar dentro de otros? Primero deben lograr la plenitud en sus propias vidas, porque sólo una vez que hayan llegado a salvarse a sí mismos pueden convertirse en instrumentos para salvar a otros. Para ello, no debemos usar malas palabras, ni lanzar miradas airadas ni albergar malos pensamientos hacia ninguna persona. Debemos ocupar nuestro tiempo en prestar atención a lo bueno, en expresar el bien, mantener buenos pensamientos etc.

            Con el objeto de ejercer una cierta medida de autocontrol debemos llevar a cabo algo de Sadhana. Para tener control sobre nuestros sentidos son esenciales la práctica y el desapego. Si sentimos y comprendemos que todas las cosas son transitorias, llegaremos a lograr el control sobre nuestros órganos sensoriales y a desarrollar desapego. Todos somos Arios y no Anarios. Deberíamos internarnos por las sendas correctas y apropiadas. Deberíamos desarrollar santidad. Deberíamos llenarnos de luz. Sólo cuando tengamos la luz de la sabiduría seremos capaces de emplear un buen lenguaje, y desarrollar un buen pensar y una buena visión. Todos los que lo han logrado son verdaderos dioses. Los que exhiben los rasgos opuestos, son demonios. Jamás deben aspirar a cosas malas y a la obscuridad. Los demonios buscan únicamente las tinieblas. Vibhishana cayó a los pies de Rama y, al verlo, Sugriva le advirtió "Es el hermano de Ravana, es un demonio. Ama la obscuridad. Y no debes creerle sólo porque ha tenido alguna discusión con su hermano y le ha abandonado. Resulta peligroso confiar en un hermano menor que se ha transformado en el enemigo de su hermano mayor".

            Rama le sonrió dulcemente a Sugriva y le dijo: "¿No te has convertido tú en enemigo de tu propio hermano Vali? Piensa primero en tus propios defectos". Y luego declaró: "Yo le daré protección a quienquiera que venga a Mí y se entregue a Mí, diciendo: soy Tuyo. Y no Me preocupa saber de quién se trata". Ante estas palabras, Sugriva dijo: "Swami, Tu les has dado Tu protección y les has asegurado que le harás rey de Lanka. Mas, supón que Ravana mismo viniera y se rindiera a Ti, ...¿qué reino le darías?" Rama contestó: "Si Ravana tuviera tan buenas ideas y se rindiera a Mí, le pediría a Bharata que descendiera y haría a Ravana rey de Ayodhya misma. Nunca le he pedido nada a nadie, el pedir favores no es mi estilo. Mas si Ravana comenzase a tener tan buenos pensamientos, estoy preparado para pedirle a Bharata que renuncie a su posición."

            Los Avatares han podido sentar ejemplo para el mundo, justamente porque se han llenado de estos sagrados pensamientos y esta amplitud de mente. ¿Cuál es la cualidad primaria que constituye la base para todo esto? Es el control de los órganos sensoriales. Krishna dijo: "Para una persona que ha logrado el control de los órganos sensoriales, no hay nada en este mundo que no pueda lograr. Incluso puede crear el mundo mismo. Mas, si uno es esclavo de los órganos sensoriales, también es esclavo del deseo y, debido a ello, esclavo de todo el mundo."

            Krishna le advirtió a Arjuna: "Los órganos de los sentidos deben convertirse en tus esclavos, sólo entonces serás capaz de ser un instrumento en Mi misión. ¡Arjuna! ¡Levántate! Aprende el método apropiado para controlar los sentidos: no te regocijes en la alegría ni te desanimes por el dolor. La primera causa para este sufrimiento tuyo es la ignorancia. No conoces la diferencia entre Atma y Anatma, de modo que comienza desde ya a discriminar entre ellos. Entonces llegarás a controlar tus órganos sensoriales y el mundo será tuyo".

Notas del revisor :

[1] El rapé es tabaco finamente molido y envasado en latas o bolsas que se vende como tabaco seco o húmedo.

[2] Pandal (NR) En la India es la estructura temporal o permanente, en un área abierta, que se usa para llevar a cabo rituales, fiestas o actividades varias. En occidente también se usan generalmente en casamientos y otros, al aire libre. Protege del sol o la neblina.

[3] Purushottama (NR)  En el Mahabharata es un nombre de Vishnu. En los Puranas también se llama así a Krishna.

[4] Al-lah (NR) En occidente: Alá; Nombre de Dios en el Islam.

[5] Vãsudeva: (NR) El Ser Omnipresente, TODO lo que ES…. Es también el nombre patronímico de Krishna, como hijo de Vasudeva.  Por eso, en la Bhagavad Gita se denomina a Krishna como Vãsudeva  aunque en el Mahabharata se interpreta esta denominación en el sentido de que Krishna es “el que habita en todo”.


Traduccion Herta Pfeifer

Revision Marcos Erize