.



 

Discursos dados por Sai Baba

34 Disc. en 1984 sobre Bhagavad Gita, caps. 12 y 2

11/08/84 d-09 El deseo y la ira – los males gemelos

11 de Agosto de 1984

Prashanti Nilayam

***************************************************

Sólo aquel que pueda acallar sus pensamientos podrá imponerse a sus deseos y, sólo después de haber controlado sus deseos será capaz de conquistar la ira. De modo que el primer paso para la conquista de los deseos y la ira es el liberarse del proceso de pensar. Este principio resulta aplicable tanto a los Sadhakas como a la gente común, sin embargo y como se ha enseñado en el Bhakti Yoga, el acallar la mente es algo especialmente importante para los Sadhakas. Los pensamientos están cargados de energía y de vida. Pueden ser incluso más fuertes que la materia más fuerte.

Los pensamientos de una persona se inician ya desde el momento de nacer. El material que conforma los pensamientos es extremadamente sutil y surge del alimento que ingerimos. Es por ello que si consumimos únicamente alimentos sagrados, albergaremos únicamente pensamientos sagrados. Cuando una persona está llena de pensamientos sagrados, todas sus acciones y todas sus palabras serán sagradas. Estos pensamientos sagrados pueden compararse a una espada o a un cuchillo filoso. Podemos usarlos para descubrir a los pensamientos, sentimientos y actos negativos y hacerlos picadillo. Si ingerimos alimentos nocivos, en cambio, brotarán sentimientos, pensamientos y actos negativos, se debilitará el cuerpo y perderá su capacidad de digestión, terminando por sufrir todo tipo de molestias e incomodidades.

El Gita Acharya ha enseñado que en pro de la prosperidad mundana tanto como para desarrollar el potencial espiritual que le es inherente al hombre, resulta esencial un cuerpo fuerte y puro. Si los pensamientos se orientan hacia el mundo fenoménico y hacia las cosas que se relacionan con él, los procesos pensantes se centran en la riqueza y los bienes, puesto que ambos representan la base misma de la vida en el mundo fenoménico. La palabra riqueza habitualmente se refiere a las posesiones y apegos mundanos, como el oro, el dinero, la tierra y también el número de hijos que se tienen. Otra forma de riqueza la constituye el renombre que uno adquiera y la posición a que se encumbre en la vida. Sin embargo, el Bhagavad Gita no hace equivaler los bienes y el status con riqueza y ha declarado, en cambio, que la verdadera riqueza la constituye el carácter, la buena conducta, el conocimiento de Atma. El renombre y la fama, la propiedad y la familia no son sino cosas efímeras, pueden desaparecer incluso durante la vida de una persona; hay catástrofes y desgracias que pueden hacer que el renombre y la fama se desvanezcan y que se pierdan bienes y familia. Y, lo que es más, ninguno de ellos tendrá alguna conexión con el individuo después de su muerte. El carácter, la conducta, el conocimiento de Atma y la sabiduría, en cambio, todas estas buenas cualidades, no solamente ayudarán al individuo durante su vida, sino también después de la muerte, manteniéndose como sus compañeros fieles, ayudándole a llegar hasta el Señor y, finalmente, a fundirse con Él.

La verdadera fama de una persona no depende de su belleza física ni de su encanto personal. No depende de sus riquezas. Depende únicamente de la calidad de su carácter. En las escrituras encontramos la historia de Vishvãmitra, quien, basándose en su destreza física, esperó vengarse del Sabio Vasishtha. Vasishtha, por su parte, basaba su fuerza únicamente en el principio de Brahman, era un Brahmarishi y se cubría con el invisible escudo protector del Brahmatattva, vale decir, la protección que brinda el estar inmerso en el Principio Divino. Cuando fue atacado por Vishvãmitra, quien en ese momento era un rey Kshatriya, el sabio Vasishtha no se impresionó en absoluto. Las flechas que Vishvãmitra disparó en contra suya, perdieron todo su poder, como si hubieran sido disparadas hacia una montaña de roca pura. Todos los proyectiles que Vishvãmitra usaba, se desintegraban en el momento en que tocaban el cuerpo de Vasishtha y caían inermes al suelo. De hecho, la fuerza física es en realidad, una forma de debilidad. La verdadera fuerza es la que se basa en Brahman, es la fuerza de la justicia. Cuando Vishvãmitra se dio cuenta de ello, comenzó a llevar a la práctica duras penitencias como para alcanzar el mismo estado de alto desarrollo espiritual de Vasishtha. Después de dedicarse por largo tiempo a los Tapas, llegó finalmente al conocimiento de Brahman y a convertirse también en un Brahmarishi.

Los Kauravas eran cien hermanos. También basaban su poder en su fuerza física, en el dinero y en el potencial militar de varios reyes que eran sus aliados. Al final, empero, todos los hermanos murieron en la misma guerra que habían provocado y no quedó ni uno solo de sus hijos para llevar a cabo los ritos funerarios para su padre. i Qué terrible destino! En vez de dirigirse a Krishna para pedirle ayuda en la guerra, Duryodhana y los demás hermanos Kaurava confiaron únicamente en su fuerza, su riqueza y sus aliados. Los hermanos Pãndava, en cambio, buscaban únicamente la fuerza que provenía de su total entrega a Krishna. No querían sino Su ayuda. Cuando Arjuna cayó a los pies de Krishna, rindiéndose a Él, Krishna se sintió muy complacido, le hizo levantarse y dijo: "Levántate, Dhananjaya. El poder real reside en la fe. Al final es siempre la justicia la que triunfa y la egolatría perece ... Este es un Dharma que se aplica a todas las eras. Tenlo en cuenta. "El día de la batalla le dijo a Arjuna que todo el que no busca refugio en el Señor, no ·podrá tampoco ganar Su gracia y, así, tampoco tendrá éxito en nada que emprenda."

Un Sadhaka que quiera ganarse la Gracia del Señor habrá de controlar sus deseos mundanos. Todo lo que resulta de nuestras actividades en el Bhutakasha, el mundo fenoménico de nuestro estado de vigilia, no son más reales que los resultados que obtenemos en nuestros sueños. Las mansiones y grandes casas que vemos en los sueños se desvanecen tan pronto despertamos; no son reales y nunca lo fueron. Las experiencias de nuestro estado del soñar desaparecen en nuestro estado de vigilia y las de nuestro estado de vigilia desaparecen en nuestros sueños. El Gita ha enseñado que el Chittakasha es una forma sutil del Bhutakasha y el Chidakasha es una forma mucho más sutil del Chittakasha. De estos tres mundos que se interpenetran de nuestra conciencia despierta, soñante y dormida, el Chidakasha es el más sutil, el más reducido y, al mismo tiempo, el mayor; todo lo invade. No obstante, más allá de los tres está el Señor infinito, Brahman, Paramatma, el Supremo Principio de la Divinidad. Este Principio Divino, es lo más sutil de lo sutil, lo más pequeño de lo pequeño y lo más grande de lo grande. Entre todo lo poderoso, la Divinidad es lo más poderoso. No puede haber nada más grandioso. Esta es la verdad de Brahman, la verdad de Atma. Aquellos que desean alcanzar al Principio de Brahman, que representa la meta suprema, han de iniciar su trayecto desde el nivel de Dasoham, como se ha explicado anteriormente. Esta primera etapa del recorrido es aquella en la que el Sadhaka se considera un servidor o mensajero de Dios; corresponde a la etapa del Dvaita o dualismo. Gradualmente uno ha de sobrepasar y eliminar la sílaba 'Da' y quedarse con sólo el Soham, yo soy Él.

Al hacerlo, entrará en la etapa del Vishistadvaita que representa el segundo paso de importancia en el camino. Luego, si uno continúa con el Sadhana del Soham, desaparecerá la segunda sílaba del Dasoham, 'So', quedando únicamente el 'Aham'. Viene a ser algo como la tela protectora que se forma sobre las heridas y que, eventualmente, cae cuando ésta ha sanado. Cuando tanto el 'Da' como el 'So' que cubren al puro principio del 'Yo' hayan desaparecido, entonces estaremos en la etapa final de la senda, la del Advaita o No-Dualismo. Entonces reconoceremos la verdad única, Aham Aham ... Yo soy Yo.

Cuando alguien declara "Aham Brahmasmi'' ...''Yo soy Brahman ... Yo soy Dios'', se trata aún del Vishistadvaita, queda aún algo de dualismo, porque se conservan todavía dos entidades, 'Yo' y 'Brahman'. De modo que esto no puede considerarse como Advaita pleno. En un comienzo cuando decían 'Dasoham ... Señor, soy tu servidor', el Señor está separado y el servidor está separado y sus posiciones son claramente diferentes. Por otra parte, si dicen 'Yo soy Brahman', aunque queda aún una traza de dualismo, la distinción entre ambos no implica un sujeto y un objeto separados, sino más bien algo como el ver la propia imagen en un espejo. Cada vez que la gente es diferente, cuando hay muchas entidades separadas, también habrá muchas imágenes o reflejos. Mas en la etapa del Vishistadvaita, la persona no ve sino su propia imagen en todas partes, debido a que no existe sino la persona única, el Ser Uno, que se refleja como otras tantas imágenes del Sol único visto en muchos recipientes llenos de agua. En el Vishistadvaita la persona está sola; no hay otra, en absoluto. Lo único que todavía se interpone entre ella y la Divinidad es el espejo. Percibe el reflejo, de modo que se ve muy próximo y cara a cara con el Señor, siempre junto a Sus Pies. Mas cuando percibimos únicamente a Dios Uno que está en todo, entonces, ¿en dónde quedaría la necesidad para alguna imagen? ¿En dónde está el lugar en que Él no esté? Si todo el orbe constituye la mansión del Señor omnipresente, ¿en dónde buscaríamos la puerta para entrar en ella? Si hubiera una calle u otra casa separada, habría una puerta que se abriría a ella, mas, en verdad, no hay calle alguna. Cuando el Señor omnipresente está en todas partes, ¿cómo habría de haber algún lugar en especial en que tuviéramos que buscarLe o encontrarLe? Mas, ese lugar especial en que reside ya no existe tan pronto como nos demos cuenta que está en todas partes al mismo tiempo. Entonces, la verdadera percepción de la Divinidad no es ya la de un objeto cuyo reflejo se ve en varias partes, sino que es Él mismo en toda Su plenitud el que esté presente en todo lugar y en cada cosa. Esta percepción todopenetrante de la Divinidad en cuanto al “Uno sin segundo” es lo que se llama Advaita.

En la adoración ritual, la gente a menudo reza: ''Señor, soy un pecador, mi alma está llena de pecados, son tantos los actos pecaminosos que he llevado a cabo''. Sin embargo, ¿quién es esta persona que peca? ¿Cómo puede haber alguien que esté separado del Señor? ¿Puede existir alguien así? Estas declaraciones respecto al pecar y a ser un pecador no son en absoluto estimulantes para los Sadhakas. Uno debería pensar más bien, 'Soy Shiva... soy Govinda... soy Ananda ... soy Bienaventuranza pura sin fin'. El mantener estas elevadas ideas y pensamientos en nuestra mente representa la mejor manera de llegar a la meta. En la lista de nobles cualidades que ha de poseer un Bhakta, el Gita Acharya comienza por el Adveshta Sarva Bhutanam, “No albergues odio contra ningún ser”. Cuando una persona llega a tratar a la felicidad y la miseria con la misma serenidad, la cuestión del odio no surgirá para nada.

Si una persona reconoce que el mismo principio trascendental está corporificado en el hombre y en todas las demás criaturas por igual, no le quedará lugar al odio. Si uno realiza que la Divinidad Única reside por igual en todos, ¿cómo podría odiar a otro? ¿En dónde está el otro? En este contexto, podríamos preguntar para quién se acuñó la frase ''Adveshta Sarva Bhutanam''? ¿Se dirige a quienes han realizado el principio trascendental único que existe por igual en ellos mismos y en todos los demás? No, obviamente no es para ellos.

Este mandato lo entrega el Gita Acharya para el bien de aquellos que no han realizado aún esta verdad de la Unidad de todos los seres. Y bien, en ciertas circunstancias, hay una alegría extraordinaria que una persona puede obtener si se sume en la actitud de Dasoham. Lo que siente es que, si hubiera de abandonar el estado de ser un servidor y llegar al de 'Yo soy Brahman', no podría vivenciar ni disfrutar esa consumada dulzura que es el Señor Mismo. Para entender mejor este punto de vista, podemos tomar el ejemplo del azúcar. El azúcar no conoce su propia dulzura. Una persona en la etapa de Dasoham es la que puede disfrutar la dulzura del azúcar de manera plena. Muchos desean seguir en esa etapa como para poder seguir disfrutando de esa dulzura, en lugar de convertirse en el azúcar mismo. Hanuman, por ejemplo, mantuvo este sentimiento a lo largo de toda su vida y experimentó una Dicha inmensa en base a su inalterable actitud de 'yo soy el servidor del Señor Rama'. Mas, ¿cuánto dura este sentimiento? Dura en tanto uno cuente con la Gracia del Señor, si uno llega a separarse del Señor, se experimentaría angustia extrema. En la etapa del Soham, no surge en absoluto la cuestión del sufrimiento, ya que uno se encuentra incesantemente con el Señor y, por ello no puede enfrentar sufrimiento alguno. En la etapa del Dasoham existe la posibilidad de una separación entre el Señor y el servidor, en tanto que en la del Soham no puede haber discontinuidad alguna en la Dicha, puesto que no hay posibilidades que se produzca una separación.

Un Sadhaka que desee alcanzar la verdad última de su ser y sumergirse en la dicha de Atma Tattva, deberá desarrollar control sobre sus deseos. Tan pronto surja cualquier pensamiento, el Sadhaka habrá de inquirir en su naturaleza: ¿le es deseable o es perjudicial para su progreso espiritual? Los Sadhakas han de ser extremadamente cuidadosos, ya desde un comienzo, para cautelar que no permanezcan en sus mentes los pensamientos negativos. Resulta imposible para cualquiera el no tener pensamientos en absoluto, mas, tan pronto surgen los pensamientos negativos, los Sadhakas habrán de transformarlos en positivos.

De igual manera, deberán aprovechar cualquier oportunidad para transformar todas sus actividades en culto al Señor. Al transformar todos los pensamientos en positivos y toda labor en un acto de adoración, el Sadhaka avanzará de manera natural por la senda sagrada. Al controlar por este medio sus pensamientos, también le será posible controlar los enojos que surjan en él. Son bastantes las personas que se preocupan por este aspecto, preguntándose cuál será la mejor manera de controlar los arrebatos de ira que suelen dominarles. La manera más fácil de controlar el enojo se encuentra explicada en el Bhagavad Gita.

En el momento en que se den cuenta que comienzan a enojarse, hagan el esfuerzo de reírse con ganas. O vayan a la sala de baño y dense un baño frío. También pueden beber un vaso de agua helada y relajarse en algún lugar fresco. Tan pronto surja la ira, lo mejor es abandonar el lugar en el que estén y dirigirse a otra parte. Si todas estas medidas no logran aún controlar vuestro enojo, vayan a pararse frente a un espejo y examinen sus rostros. Después de observar vuestra apariencia, de seguro que no se sentirán complacidos ante lo que vean y ello les permitirá calmarse de inmediato. Como ven, hay muchas formas de controlar la ira. Además, otra cosa que pueden hacer cada vez que se comiencen a enojar, es inquirir en la proveniencia, en la causa de esta ira. ¿Es justificada? ¿Tengo una buena razón para enojarme? Reflexionen profundamente antes de actuar. Recuerden que si alguien pudiera salir lesionado en el proceso de vuestra ira, estarán cometiendo un pecado y ello no puede augurarles nada bueno.

Puede ser que todos los métodos mencionados resulten difíciles de aplicar para una persona corriente, mas les bastará recordar que deben tratar de impedir que entre en acción vuestra lengua y vomite un torrente de palabras iracundas. Dense tiempo para pensar sobre la situación. La ira es capaz de debilitar de muchas maneras a una persona que está tratando de llevar adelante su Sadhana. Gracias al permanente control de la ira, nuestro cuerpo se fortalecerá y otro tanto pasará con la mente.

El Gita ha declarado que una persona débil jamás alcanzará la Auto-Realización, de modo que para adquirir el conocimiento de Atma resulta de extraordinaria importancia el que uno logre un completo control sobre Rãga y Dvesha, los apegos y la ira, o el deseo y el odio. En verdad, esto es algo necesario para todo el mundo y no solamente para los Sadhakas. Rãga y Dvesha son los responsables de todo lo que pasa en el mundo. Ambos deberán ser expulsados de manera definitiva tanto de la mente como del corazón, y entonces podrá echar raíces el conocimiento de Atma en ellos. Entonces, podrán disfrutar de paz, la fragancia de la paz se expandirá en torno vuestro.

Por otra parte, si están llenos de pensamientos y sentimientos negativos y realizan acciones negativas, todo ello irá contaminando vuestro corazón e infectando a otros con el mismo veneno. Ya sean buenos o malos, todos los pensamientos que invadan vuestro corazón y se alberguen en él, muy pronto se extenderán hacia los que les rodeen y toda esa gente comenzará a irradiar los mismos sentimientos. Hay veces en que puede haber dificultades en distinguir entre el bien y el mal. Si sostienen una rosa en la mano derecha, su fragancia no sólo será perceptible para ustedes mismos, sino también llegará hasta todos los que estén en torno a ustedes. La misma rosa, sostenida en la mano izquierda, exhalará su fragancia del mismo modo hacia la misma gente. Puede que ustedes establezcan diferencias entre derecha e izquierda, en tanto que para la fragancia no existen distinciones de ningún tipo. Así también, ya sea que se declaren ateos o teístas, esto no se relaciona sino con sus propios sentimientos y creencias. En lo que concierne a Dios, si tienen pensamientos positivos, pronuncian palabras positivas y se ocupan de actividades positivas, sin que importe el que sean teístas o ateos, Su amor les abarcará y Le serán gratos. El Gita Acharya declaró: "Me es caro todo aquel que tenga control sobre sus deseos y su ira, todo aquel que haya sometido a Rãga y Dvesha, sin importar quien sea."

En la filosofía de India se han distinguido categorías de acuerdo a los que creen en Dios tal como ha sido proclamado por los Vedas y a aquellos que no creen en Dios, mas siguen los preceptos de los Vedas. Los primeros son denominados Ãstikas y los segundos, Nãtiskas. Sin embargo, la distinción real entre Ãstikas y Nãtiskas se basa más bien en las características del carácter que en las creencias. Ãstika se refiere a una persona que tiene confianza en el Ser, en tanto que Nãstika es el que carece de confianza en sí mismo. Existe también el Ãstika-Nãstika, que es la persona que desarrolla la fe en Dios y dirige a Él sus oraciones cada vez que se ve en dificultades, y que, tan pronto se siente tranquila y contenta, se olvida por completo de Dios.

Prahlada es alguien a quien se puede considerar como un Ãstika. Este principio del Ãstika se inicia desde el momento mismo del nacimiento, no es algo que se adquiera con posterioridad. Prahlada pudo continuar disfrutando de la Bienaventuranza de su propio Ser y conocer la presencia del Señor en su corazón. 'Ahlãda' dice relación con la alegría o la dicha, 'Pra' se refiere a la floración de lo anterior. Es por ello que Prahlada es aquel que se encuentra y siente permanentemente feliz.

Si uno piensa de manera permanente en el Señor, los sentimientos de alegría que esto genera se irradiarán también de continuo con un brillante resplandor y llegaremos a ser uno con Brahman mismo. Se ha dicho "Brahmavid Brahmeva Bhavati", 'aquel que conoce a Brahman, en verdad se convierte en Brahman". En primer término, en la primerísima etapa, debemos realizar algún esfuerzo para controlar a Rãga y a Dvesha, nuestros deseos y nuestra ira. Esto hará que brille dentro de nosotros el principio de la divinidad. Rãga y Dvesha no son buenos para nadie. De modo que el controlar al deseo y a la ira constituye la primerísima tarea de todo Sadhaka. Comiencen vuestro Sadhana partiendo desde esta base y lograrán justificar sus vidas y alcanzar la meta. De lo contrario, todo el esfuerzo que realicen no será sino un desperdicio y toda vuestra vida resultará algo inútil.


Traduccion Herta Pfeifer

Revision Marcos Erize