.



 

Sus cartas

32 La presencia de Dios 6/12/75

Se despiertan del sueño y al sueño van nuevamente. Entre dos periodos de sueño se comprometen en actividades, actividades que sólo tienen como meta llenar sus estómagos. La vida no tiene la única intención de satisfacer el hambre física; es una oportunidad para recordar, querer y buscar la presencia de Dios. El escenario del mundo está lleno de personajes. El Señor, el director, le ha dado a cada uno un papel separado. Uno debe aprender a actuar su papel perfectamente. Esto sólo puede suceder si al director se le obedece al pie de la letra cada indicación que da. Cualquier cosa que el personaje haga en contra de Su dirección en el drama de la vida, hace al individuo inútil y desolado. El ego y el apego impiden que el hombre obedezca las instrucciones del director.

Sólo cuando Arjuna se rindió y confesó su ignorancia, su cansancio y desesperación y buscó la guía de Krishna, el Señor empezó a confiarle la Verdad Suprema. En tanto que el sentimiento de “yo” y “mío” reinen sobre el individuo, el Señor no dará un paso en los terrenos de la vida de uno, en los recintos del corazón. De tal manera que aprendan a vivir por la satisfacción del verdadero Ser volviéndose seres sin egoísmo. La autoconfianza, el autosacrificio, la autosatisfacción y la autorrealización son los postes indicadores de la realización de la vida. La autoconfianza —confianza en el propio ser— es la cimentación, el autosacrificio es el techo, la autosatisfacción es el pilar y la autorrealización es la mansión.

No es suficiente obtener un título universitario; uno debe esforzarse por obtener el título universal. Para poder llegar a estar cerca y ser querido por el Señor, uno debe convertirse o bien en la flauta o en el par de chappals (sandalias). Las chappals soportan todo el peso de la persona que las usa así como el dolor de las espinas, los arbustos y las piedras del suelo. Aprendan a cultivar fortaleza, paciencia y amor y busquen dar y vivir.

Es mucho mejor y más fácil convertirse en la flauta. La flauta está hueca, no tiene gustos ni disgustos, deseo, ira, envidia, malicia, codicia o “yo” y “mío”. Tengan la meta clara ante ustedes y esfuércense por alcanzarla.

Su avance se mide con la vara del autocontrol. El oído debe oír, el ojo debe ver, la lengua debe gustar, las manos deben trabajar y las piernas deben caminar de acuerdo con los dictados del Atma.

Con bendiciones,

Baba

6-12-1975.