.



 

Sus cartas

26 Meditación silenciosa 5/8/74

¡Queridos muchachos!

Acepten mis bendiciones y mi amor. En el mundo de hoy, tan lleno de gente egoísta, carente de amor e incapaz de dar amor, esta clase de ateísmo es casi una religión.

¿Qué es el Ser? ¿Es el ser que dice “no yo”? Porque si él lo dice así, en realidad es el ser irreal, ya que el verdadero Ser no tiene pensamiento propio. El verdadero Ser es el Ser no egoísta que no tiene pensamiento ni de él ni para él.

El Ser es el que se ha olvidado de sí mismo porque de alguna manera se acuerda de él sólo en los demás. Es el Ser que busca la verdad sin un pensamiento de ser porque la verdad es la Sabiduría sin ser (ego). Es el Ser que está silencioso porque el silencio es el cese del ser mediante la mente sin palabras. Es el Ser en la meditación sin palabras porque la meditación silenciosa es el detener la mente mediante la unión con la Divinidad.

El Ser es el que no juzga, no evalúa, no compara, no condena, no separa, no busca seguridad de ningún tipo y ni siquiera se busca a sí mismo. Es el Ser que se ha abolido completamente y sin embargo, de una manera extraña y mística, nunca ha estado más completo, más real, más él mismo de lo que jamás ha sido. Éste es el verdadero Ser.

Dios es amor; amor es no egoísmo, no egoísmo es la abolición de todos los conceptos de ser (ego) y de separación, de todos los pensamientos en ustedes, de toda identificación con la vida aislada de la engañosa entidad llamada ser. Éste ser es separación, separación es la negación del todo. El todo es Dios.

La negación de Dios es privarse de Dios. La privación de Dios, ateísmo; por lo tanto, el ateísmo como ahora se comprende no es la negación de una u otra religión o la negación de este u otro concepto de Dios, es más bien la negación de una vida de amor que es la naturaleza de Dios. Es la afirmación de la vida del ser, que es la negación del ser de Dios. En pocas palabras, el verdadero ateísmo es la negación del amor, la afirmación del egoísmo.

El proceso hacia Dios, llamado autosacrificio o sacrificio del ego, en su más verdadera esencia, es amor, porque Dios es amor y sólo el amor puede guiar hacia Él. El acto que más lleva hacia Dios es el acto de amor, así que el acto que más aleja de Dios es el acto de no amor, o sea odio. Pero el odio, que es separatividad, sólo puede surgir cuando hay egoísmo o cuando uno está lleno de uno mismo. Así, sucede que el acto más alejado de Dios, el menos amoroso y más ateo es el acto de egoísmo o el de estar lleno de uno mismo.

El amor debe ser carente totalmente de egoísmo para ser un amor que lleve hacia Dios, para ser divino. Su creación debe ser “el bienamado primero”, su técnica debe ser “tu felicidad, no la mía”. Este camino a la felicidad es olvidarse de uno mismo y recordar a Dios (Sai Krishna).

Todo lo que hacemos rebota en nosotros mismos. Si hacemos el bien tendremos felicidad, y si hacemos mal, seremos infelices. Dentro de ustedes está la verdadera felicidad, dentro de ustedes está el poderoso océano del néctar divino. Búsquenlo dentro de ustedes, siéntanlo, libérenlo. Está aquí, el Ser. No es el cuerpo, la mente, el intelecto, ni el cerebro, no es el deseo ni el que desea, no es el objeto del deseo. Por sobre todo esto están ustedes, todo esto son simples manifestaciones. Ustedes son como la flor sonriente, como las estrellas centelleantes, ¿qué hay en este mundo que los haga desear algo?

El corazón puro es el que alcanza la meta; sigan al corazón. Un corazón puro busca más allá del intelecto, se inspira.

Con amor y bendiciones,

Sri Sathya Sai Baba

5-8-74.