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Libros escritos por Sai Baba

16.MANTENGAN LIMPIOS CUERPO Y MENTE

El estudiante que aspira a Vidya deberá poseer bondad, compasión y amor hacia todo ser viviente. La bondad para

con todo ser deberá formar parte de su propia naturaleza. Si ésta llegara a faltar, el individuo no sería más que un patán. Más que ninguna otra cosa, el Vidya implica la cualidad de la compasión hacia todo ser viviente. Si una persona alberga mala voluntad hacia cualquier ser, toda su educación carece

rá de sentido. El consejo que se da en el Gita: "Adweshta Sarva Bhuthanam" ("Sin mala voluntad para con ningún ser"), encierra el mismo precepto. De igual manera, el Gita advierte que cualquier insulto, lesión o incluso descuido respecto de cualquier ser viviente equivale a insultar, lesionar o descuidar a lo Divino. "Sarva Jiva thiraskaram Kesavam prathigachathi". El amor y la compasión no deben limitarse tan sólo al género humano, sino abarcar a todos los seres vivientes.

El Gita dice: "Suni chaiva svapakecha, pandithah sama darnisah". Esto quiere decir que el hombre docto que haya

adquirido humildad gracias a Vidya deberá tratar con igual consideración a la vaca, al brahmín, al elefante, al perro y al que come carne de perro. Esta compasión uniforme se convierte, por sí misma, en un bien uniforme para todo el que la recibe. Desearle el bien a todos denota a aquel que ha asimilado el Vidya. Ha de desechar la visión estrecha que lo limita únicamente a la comunidad a la que se pertenece. La cultura hindú ha enfatizado siempre la más alta Verdad, la más amplia visión. El propósito de Vidya es impartir este ideal, tal como ha sido establecido en Bharath (India). Ningún otro país ha levantado ante su pueblo un ideal tan sublime, tan amplio y tan beneficioso.

Hoy en día, sin embargo, el país enfrenta la ruina por haber descuidado este ideal ancestral. Vidya ha sido groseramente constreñido y el sistema educativo está contaminando al organismo social con mezquindad y perversidad. Y esto exige que se requiera producir cambios drásticos en el sistema. En la actualidad tenemos una educación meramente libresca, siendo que lo que se haya aprendido en los libros debe ser confirmado y corregido mediante su puesta en práctica en la vida social. Sólo así llegará a adquirirse el conocimiento del parentesco entre los hombres. Y con ello la erudición podrá transformarse en Vidya. Vidya jamás podrá adquirirse mediante el mero dominio de la lectura, la escritura y la aritmética.

Después de una indagación inteligente, cada estudiante deberá elegir, para que le sirva de guía en cada ocasión, la meta que considere mejor y la acción que considere más adecuada para su realización. Tanto la meta como la acción deberán servir a los requerimientos de la sociedad y ayudar a su progreso. Nadie debiera llegar a involucrarse con la injusticia, con la violencia o con la inmoralidad. Ni tampoco habría de considerar en primer término el provecho propio.

Los estudiantes deberán prestarle mucha atención a otra cualidad importante: la limpieza, tanto exterior como interior. Cualquiera de las dos que falte hará que la persona se vuelva inútil para cualquier labor. Las ropas que vista, los libros que lea y el ambiente que la rodee deberán estar limpios. Esto representará la limpieza exterior. Ello significa que cada objeto material que tenga que ver con su vivir tiene que mantenerse limpio. Los dientes, los ojos, el alimento y la bebida, todo debe estar libre de suciedad. Al mismo tiempo, esto también ayuda a que uno se mantenga saludable. El cuerpo debe ser lavado y cepillado a diario, pues en caso contrario la suciedad se irá adhiriendo y terminará por causarle problemas a la piel, cosa que puede llevar también a contagiar infecciones a otros. Aunque no se posea sino una o dos mudas de ropa, hay que preocuparse por lavarlas después de cada uso y no dejar nunca que acumulen suciedad.

Los libros que se usan para estudiar no deben dejarse tirados en cualquier parte que le plazca a uno. Hay que evitar hacer anotaciones en sus páginas, hay que mantenerlas limpias y sin manchas. Todo quien los vea debe poder apreciar el cuidado que los estudiantes ponen en mantener limpios todos sus efectos personales. Deberán también mantener limpias y ventiladas las habitaciones que ocupan, y mantener aseada toda el área cercana. Dentro de las habitaciones no hay que colgar ni poner cuadros o imágenes indecentes, sino sólo aquellos que inspiren pensamientos e ideales elevados.

Por muy rica que sea una persona, no podrá ser feliz si su salud es mala. Una salud precaria le impedirá incluso gozar de su fortuna. Una comida la hará sentirse exhausta, y el no comer la hará sentirse débil. Así, solamente se arrastrará por la vida sin sentirse feliz jamás. Y la limpieza exterior promueve la salud y el contento.

Consideraremos a continuación la limpieza interior, es decir, el mantener libres de suciedad, serenos y sagrados la mente y los pensamientos. Cuando los pensamientos y los sentimientos son impuros o agitados, uno no puede mantenerse calmo ni contento. Cuando la mente está contaminada, también se contaminan las reacciones de la persona. Para mantener la mente limpia, uno deberá analizar con simpatía las situaciones tocantes a otros y a sus actividades, y sólo entonces decidir la forma en que se ha de reaccionar frente a ellos. Uno no deberá sacar conclusiones apresuradas. Tampoco resulta deseable adoptar como propias las reacciones de otros. Cada cual deberá determinar cualquier acción únicamente después de someter cada situación a una indagación y discriminación inteligentes. "Este rumbo de acción es seguido por algunos que son de los nuestros, por ende, también lo seguiremos nosotros". Esta actitud, además de significar un signo de debilidad, es algo despreciable y degradante. Es consecuencia de una ignorancia básica. Representa la forma en que se comportan las ovejas.

Ya que han nacido como hombres y andan por ahí como personas educadas, deberán evitar seguir estúpidamente a otros, como lo harían las ovejas, y contaminar sus mentes con ideas prestadas, expresadas por otros.

Las ideas y los pensamientos de otros a menudo pueden llegar a ser personales y llegar a producir sentimientos de odio entre la gente. ¿Por qué hemos de aceptarlos como propios y moldear nuestros sentimientos de acuerdo con ellos? Nunca debemos tratar de conformar los propios sentimientos o nuestros patrones de conducta a los de otros. No debemos renunciar a nuestra fe, a nuestra experiencia ni a nuestra santidad innata.

Puede que no sepamos cuáles son, exactamente, las razones para nuestra fe. Ella se originará y configurará gracias a nuestros gustos y aversiones propios, a nuestros sentimientos dominantes. Debemos, empero, mantenernos alertas para no caer víctimas del odio, la ira o la envidia, y de los malos actos a que pueden arrastrarnos. Un estudiante deberá cultivar sentimientos amplios. Sólo así se hará merecedor de la adquisición del conocimiento superior. Sólo así podrá ganarse el respeto de la sociedad. Por ende, deberá mantenerse alejado de pensamientos, sentimientos y planes mezquinos y egoístas.