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Libros escritos por Sai Baba

9. Upanishad Chandogya

ESTE UPANISHAD SE encuentra incorporado al Sama Veda. Tiene ocho secciones; las primeras cinco se ocupan de varios upasanas o formas de acceder al ideal, y las últimas tres explican la forma de adquirir el verdadero Conocimiento. El requisito previo para el upasana es la pureza de conciencia, y para el conocimiento de Brahman resulta esencial la concentración en un solo punto. Ambas se pueden adquirir mediante el karma y el upasana, y así se logra el Brahmajñana. Esta es la razón por la cual en los Shastras se describe en primer lugar al karma, a continuación el upasana y, en último término, el jñana.

En el primer capítulo del Upanishad Chandogya se detallan los upasanas que forman parte del Sama Veda. En el segundo se describe todo el ritual del Sama. En el tercero, se entregan el upasana de Surya conocido como el Madhuvidya, el Gayatri Upasana y el Sandilya Vidya. En el cuarto se enseñan el Samvarga Vidya y las dieciséis fases del Brahmavidya. En el quinto se habla sobre los tres vidyas, el prana, el panchagni y el vaiswanara.

Udalaka le enseñó a su hijo Svetakctu aquel conocimiento que, cuando se conoce, se pueden conocer todas las cosas. El conocimiento del lodo y del oro permitirá el conocimiento de todas las vasijas de barro, así como de todos los brazaletes y collares de oro. El barro y el oro representan la verdad; sus modificaciones y transformaciones son temporales, meros nombres-formas. De manera similar, el mundo, al igual que la vasija y el brazalete, sólo es un efecto cuyo origen se encuentra en Sat, que significa existencia o la esencia del Ser y que es común a todos los objetos; la vasija "es", el brazalete "es". Esta esencia se hace evidente en la asociación con vasijas, brazaletes y collares. Tal vez este Sat o Ser no sea claro para las inteligencias densas y burdas, porque requiere sutileza el darse cuenta de ello. El color rosado que se manifiesta en la rosa "es" aun en ausencia de la flor, y se hace evidente cuando se adhiere a la rosa.

De manera similar, la esencia de ser, que es la característica universal de todos los objetos, persiste incluso en ausencia de éstos. Antes de la creación no existía sino esta esencia, no era la nada, sino esta esencia en todas partes. Cuando el Ser se reflejó en maya o la actividad primigenia, dio por resultado a Ishvara, quien participó de dicha actividad para manifestarse como el universo con los tres elementos: fuego, tierra y viento. Toda la creación no es más que una permutación de estos tres.

El linaje de Uddalaka estaba empapado en el estudio de los Vedas y de allí que haya adquirido renombre como una noble familia de alta alcurnia. Sin embargo, Svetaketu, el hijo, estaba desperdiciando años preciosos en el ocio después de su Upanayama , sin aprovecharlos en el estudio de los Vedas. Esto constituía una preocupación para Uddalaka, pues el que desatiende el estudio de los Vedas habiendo nacido como brahmín, puede llegar a perder el derecho de ser denominado como tal, y únicamente podrá ser llamado brahmanabandu, o sea uno que tiene a brahmines por parientes. Por ello, Uddalaka lo llamó al orden y lo obligó a ir con un maestro. Con él, y ejercitando su inteligencia superior, llegó a dominar los cuatro Vedas y sus significados profundos antes de cumplir los 24 años. Regresó soberbio, hinchado de egoísmo, declarando que no había alma viviente que pudiera superarlo en erudición y rectitud.

Con el propósito de herir su orgullo, Uddalaka le preguntó un buen día: "Te has vuelto arrogante diciendo que no tienes igual en saber y en virtud. Bien, ¿buscaste aprender con tu maestro el mensaje que revela al Absoluto, la lección que sólo la práctica de los Shastras puede impartir, el mensaje que cuando se escucha te hace escuchar todas las cosas que pueden escucharse? ¿Aprendiste eso? Ese mensaje te habría mostrado el Atma que representa la culminación de todo estudio y de todo saber".

El Atma es la base para individuos como Svetaketu. La Conciencia pura se convierte en algo aparentemente limitado en una variedad de individuos. En el sueño profundo, la variedad desaparece y cada individuo cae en este estado de esencia del Ser y con ello se destruyen las diferentes actividades y experiencias como "yo soy Ranga", "yo soy Ganga", "yo soy padre", "yo soy hijo", etcétera. La dulzura de una gran variedad de llores se recolecta y funde en una sola dulzura, la miel, en la que se destruyen las individualidades diferentes. Los nombres Ganga, Krishna e Indo se pierden cuando se integran al océano. De ahí en adelante, simplemente se les llama "mar".

El jivi que es eterno e inmortal nace una y otra vez como transitoriamente mortal. Continuamente acumula actividad, acicateado por impulsos heredados, y dicha actividad provoca consecuencias que tiene que sufrir y enfrentar. Mas es el cuerpo el que se deteriora y muere, no así el jivi o alma individualizada. El árbol de baniano brotará aunque la semilla haya sido pisoteada. La sal puesta en el agua podrá ser reconocida por el sabor, aunque sea imposible retirarla nuevamente del líquido.

El jivi oscurecido por la ignorancia es incapaz de reconocer la realidad. El discernimiento le revelaría la verdad. Un príncipe es raptado y abandonado en la jungla, pero de algún modo descubre el camino para salir de allí y regresa a su hogar. Sigue siendo príncipe, y nunca dejó de serlo. De la misma manera el jivi es devuelto a la riqueza de su origen. Y una vez que alcanza su verdadera condición, se libera de todo el cambio y el azar que implica el samsara, o la corriente de tiempo-espacio y de nombres y formas. Si no llegara a alcanzar esa posición, volverá al mundo de la decadencia y de la muerte, al igual que el feliz durmiente que despierta de nuevo a la confusión del día.

Brahman es descrito como Ekameva-advitiyam, el Uno sin segundo. Todo este mundo visible se señala como That-swarupa o la forma de Brahman; puede ser realizado mediante Saguna-upasana o la adoración de la Divinidad calificada y limitada, tal como lo hicieron Sathyakama y otros. La senda del Brahma-upasana se denomina también como Sushumna Marga. El Brahman omnipresente tiene cabida y puede ser descubierto en el cielo del corazón, el cual constituye la capital del reino de este rajá. Puesto que el Ser tiene allí su asiento, el corazón es llamado Brahmavesma, La Casa de Brahman. Es obvio que ese cielo no puede imponerle límites al ilimitable Brahman.

Los yoguis que le han dado la espalda al mundo objetivo pueden alcanzar al Parabrahman, con su esplendor de conocimiento realizado, dentro del espacio puro de sus corazones. Los mundos están fijos como los rayos de la rueda en el eje de Brahman, a quien no le afectan el deterioro, la decadencia o la muerte. Puesto que aquella suprema entidad puede lograr todo lo que decida, se le llama Sathyakama y Sathyasankalpa. Y entonces, ¿qué es exactamente el Parabrahman? Lo podemos saber gracias a una prueba muy simple. Aquello que queda después de que todo ha sido negado: "No es esto, no es aquello...", eso es Brahman.

Ésa es la verdad que todos los aspirantes están buscando. Cuando la poseen, alcanzan el nivel de emperadores y pueden viajar a donde deseen. El jñani que se ha establecido firmemente en la Realidad pura, ve todos los deseos que asoman en su corazón sólo como expresiones de esa verdad.

El Atma trasciende todos los mundos. Es inmaculado. Aquel que no percibe concientemente otra cosa que el Atma, se asienta en una permanente bienaventuranza. La etapa de brahmacharya representa un importante paso para el logro de la sabiduría átmica. Igualmente útiles resultan los yajnas, los ayunos y los demás votos. La energía solar fluye por los numerosos nervios del cuerpo; los sentidos se fusionan con la mente en el momento de la muerte; el jivi que ha comprendido todo esto escapa entonces hacia el Hridayakasa a través de los nervios. Finalmente, en el instante de morir, el jivi sale a través del Sushumna hacia los rayos solares y desde allí hacia el Suryaloka mismo. Pero la jornada no termina allí. Se extiende también hasta el Brahmaloka.

En cambio el jivi que está atrapado en el cieno del ajñana, que está identificado con la mente y sus divagaciones, escapa a través del oído o del ojo o de cualquiera de los otros sentidos y cae en los lokas en que rige el karma. El contento y alegría que se sienten durante el sueño profundo se deben a la persistencia de ajñana en el individuo.

El chita es la fuente y soporte de la resolución. Las decisiones y los planes son producto de chita, toman su forma, se registran y se originan en él. Por eso, cuando la muerte le llega a un estudioso de los Shastras, esto lo hace igual de ordinario que los hombres comunes, y su destino es el mismo que el de un ajñani. El chita debe saturarse con el esfuerzo bráhmico, sólo entonces se convertirá en un instrumento de liberación y quedará libre de los grilletes del sankalpa . La mente no puede liberarse por sí misma como el chita, el cual discrimina entre las resoluciones, las somete a prueba en cuanto deber o no deber y puede justificar con razones adecuadas la decisión que ha tomado. Una vez llevada a cabo esta selección, la palabra la expresa y el nombre la indica. En este sentido, la palabra forma el mantra, da cuerpo a las resoluciones que se han aceptado como deber por el chita purificado. Entonces los ritos se hacen uno con los mantras. No puede existir ningún karma correcto sin chita.

Veamos a continuación dhyana, que es superior a chita. Dhyana consiste en fijar al budhi en lo Divino, luego de haber trascendido el uso de imágenes, estatuas o cosas por el estilo. En dhyana cesan todas las agitaciones de la mente y dejan de advertirse las diferencias y modificaciones en el mundo. Debido al efecto del tamoguna e inclusive del rajoguna, todas las cosas creadas, como las aguas, los montes y montañas, las estrellas y los planetas y los hombres, con la chispa de lo Divino en ellos, están sujetas a agitación y cambio.

Vijñana es aún mejor que dhyana. El jñana que surge del saber empapado en los Shastras es aquel que se denomina vijñana, el cual se logra a través de dhyana y por eso es más valioso que éste.

Superior al vijñana es el balam: la Fuerza (vigor, resistencia). Balam ilumina al mundo objetivo, agudiza la intuición. La intuición es el poder mediante el cual se puede percibir la Conciencia en todos los objetos de conocimiento. Pero hay aún algo que es superior a la intuición: el annam, el alimento. Este es el sustentador de la vida. Si lo privan de él por diez días, el hombre se torna impotente para captar cualquier cosa. Es la -vida la que hace posible el estudio, el servicio al maestro, el atender a sus enseñanzas, la reflexión sobre lo que ha enseñado y lograr el tejas.

El tejas o iluminación está por encima de la intuición y del alimento. Tejas es fuego, calor y luz. Tejas crea el agua y el agua produce alimento. Tejas puede hacer incluso al viento más liviano. Relumbra como el relámpago y resuena como el trueno.

Superior a tejas es akasha, el éter o espacio, recuérdenlo. Es a través del akasha que se transmiten y escuchan los sonidos. Amor y diversión son producto de akasha; la germinación de las semillas tiene su causa en akasha. Ahora consideren esto: smarana, la memoria, es superior a akasha; sin ella, todas las experiencias carecerían de sentido, todo conocimiento sería un desperdicio y todo esfuerzo quedaría sin resultado. Nada se puede experimentar sin la ayuda de la memoria. Los objetos no se reconocerían en ausencia de ella. Se podría decir que la memoria crea a akasha y a los otros objetos.

Así, al analizar el valor y la importancia relativa de los objetos y los poderes, el hombre debe renunciar a la identificación del ser con el cuerpo físico y reconocer su verdadera realidad. Un hombre de esta clase se eleva hasta las alturas de un uttamapurusha, el más noble de los hombres, riéndose, actuando y moviéndose sin preocuparse de las necesidades o comodidades del cuerpo. El hombre está atrapado en el samsara, pero para el que se ha liberado de esa esclavitud, el swaswarupa (forma verdadera de la divinidad) es el campo de actividad. El viento, el relámpago y el trueno carecen de existencia permanente; y cuando llega la temporada de lluvias, aparecen en el cielo y se pierden de nuevo en él. De la misma manera, el jivi aparece por algún tiempo como algo separado contra el trasfondo de Brahman, hasta que finalmente se funde en él. El Upanishad Ashtadyayi enseña la serie de objetos que evolucionaron desde Hiranyagarba, Kasyapaprajapati, Manu y Manushya; este linaje y las lecciones para ennoblecerlo son vitales para la humanidad. Debe ser aprendido de padre a hijo y de maestro a discípulo.