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Libros escritos por Sai Baba

5. Conciencia, no materia, causa del cosmos

(Kshather Nâ Sabdam)

Los Vedas aseguran que Brahman es la causa prima de Jagath (Cosmos). Ellos no postulan una entidad no consciente (achetana) como la causa. La sabdam o la voz de Dios o Veda no apoya la visión de no consciente como el origen de la creación. El Ser es impuesto para ser resuelto desde el comienzo, para recrear un sankalpa (decisión). Resolución, decisión, diseño, esos son actos de conciencia; las entidades no conscientes son incapaces de dichos ejercicios de voluntad. Brahman que es todo conciente tiene que ser aceptado como la causa prima.

La no conciencia o achetana es llamada el pradhâna. Los Vedas no hablan de ello. Esto es lo que este sutra revela muy claramente. Pradhâna es la designación por la cual el Nombre -Forma -Flujo, a saber, el Jagath o Cosmos, es denominado por algunas escuelas de pensamiento. Otras escuelas se refieren como el compuesto atómico o prakriti, (lo Hecho). Otros dicen, en términos de elogio, “tú eres la Voluntad Omnipotente, El Ser Absoluto, Paramatma. Porque de Ti toda esta diversidad es proyectada”. Hay quienes argumentan que las tres gunas o cualidades son las constituyentes fundamentales, las cuales a través de la preponderancia de una u otra causan la diversidad en la naturaleza.

Estos puntos de vista no son aceptados por la autoridad védica. Los Vedas mantienen que Brahman tuvo la voluntad y la creación apareció. Esa Voluntad es el prólogo, el acto preliminar. La escuela sankhya postula el prâdhana y basa la creación en las gunas. Cuando las tres gunas (sathwa-serenidad; rajas-actividad; y thamas -pasividad) están bien balanceadas, ninguna decisión consciente puede erigirse, dicen los sankhyas. Ese estado tiene que recibir el impacto de un Purusha que es El Testigo y que es Percepción o Conciencia. En otras palabras, el impacto de la Voluntad de Dios. Eso hace al pradhâna conocido y conocible.

Considerando cada una de esas teorías, la conclusión más correcta es que Brahman es la Causa Primera. Por supuesto la más Alta Verdad accesible no es el Sin Atributos. Sin Cualidades, Intangible, Inexplicable Brahman. Es el saguna Brahman, el Brahman reconocible a través de las Cualidades que Se ha impuesto a Sí Mismo. Este Cosmos que está compuesto de conciencia y no conciencia es el cuerpo que Él ha asumido.

El individuo tiene que ser dotado con conciencia (chaithanya) de modo tal que pueda tanto cometer u omitir, hacer o desistir, acciones que él siente que debería llevar a cabo. Lo que ha sido dado hoy o aplazado para mañana, cuales son los sembrados que crecerán el año venidero - tales pensamientos, planes y proyectos surgen solo en el campo de la conciencia y no en la no-conciencia de la leña y la piedra, la colina y el valle. La voluntad es el signo de la concienciación; aquello que no la tiene, no ejerce voluntad.

Cuando la voluntad emerge, Brahman llega a ser Ishwara, Dios. Y por aquella sola voluntad, Dios creó el Cosmos o Jagath. Desde un punto de vista superficial (sthula drishti), Dios y Jagath impresionan como distintos. Pero cuando son examinados con la comprensión sutil (sukshma drishti), uno encuentra que no hay una distinción fundamental entre lo material (padârth) y el Hacedor (Param-ârtha), la unidad viviente (Prâni) y el Principio de Vida (Prâna). El Principio de Vida impone un cuerpo a Sí Mismo y aparece como Prâni; y luego desde Prâni, Prâna emerge.

Las escrituras védicas tratan el Principio de Brahman y sus manifestaciones. Dan al hombre el tesoro de la sabiduría y la experiencia intuitiva de aquella riqueza (jñana y vijñana). Pero con el paso del tiempo, los himnos, versos y fórmulas sagradas (mantras) fueron interpretados ritualísticamente. Fueron elogiados y expuestos como útiles para alcance de objetivos mundanos y no mundanos. Los ritos actuados con la recitación de ellos eran considerados como Karmas beneficiosos. No hay en el Cosmos aparte de o distinto de Brahman. Todo está emanado y absorbido en Brahman, todo se mueve y tiene su comienzo en Brahman solamente.

Esta verdad se hace clara por el Sutra, Thaijâllâth: Thath (de Aquel), ja (nacido), la (absorbido), âth (crece). Esos son los cuatro pies en los cuales la proposición se para y es establecida. Nacimiento, crecimiento y muerte forman un Yajna o Sacrificio del Purusha, la Persona.

El Cosmos (Prapancha), los cinco elementos, han emanado del Ser Omnisciente, el Paramatma, Brahman. No hay lugar donde Su manifestación no esté. El Jagath esta siempre en movimiento; el Señor del Cosmos (Jagadiswara) es el sujeto de la acción. EL amor mundano no es amor genuino; el amor del Atma es la fuente de todos estos amores. Las upanishad-s anuncian que esta fue la enseñanza que Yâinavalkva impartió a Maitreyi. “Âtmanastu kâmâya sarvam priyam bhavati”(Es por nuestra Atma que todo es querido). Amor por el Ser es lo primero; amor por todo lo demás es secundario. Si uno ama otro, eso no puede ser llamado amor. El Ser necesita ananda, y ama porque de allí deriva ananda. Anurâga o afecto o amor surge del Ser hacia el Ser. Entonces, cuando la realidad átmica es entendida como El Principio, sabemos que todo sucede a través de la Conciencia Suprema, Brahma Chaithanya.

Chara y achara ( el aparente movimiento e inmovilidad, la actividad e inercia) son ambas dispuestas por la Divinidad (Daiva Sankalpa). Aquella Voluntad es chaithana, una conciencia activa; no es a-chetana, una forma de inercia. Esta es la verdad revelada por este Sutra –Êkshater nâ sabdam.

Cualquiera de los argumentos y contra-argumentos son adelantos para cualquier persona, la verdad es que Daiva Sankalpa es la raíz inconmovible de todas las cosas manifestadas. Aquellas personas son embaucadas por las apariencias o están solo probando sostener sus fantasías favoritas eludiendo pruebas más profundas.

El cuerpo humano es un soporte, un receptáculo (âlam-banam) para el Atma. Elementos como el agua y el viento están íntimamente ligados al cuerpo. Por lo tanto, el principio átmico, el principio de Brahman, el cual es el centro, no es reconocido. El hombre ha perdido la conciencia de este principio o thatva, el cual es la verdad. Está “en” el cuerpo, pero no es “del” cuerpo. Es el asareîra thatva, el principio que no pertenece al cuerpo aunque lo activa. Eso es el Atma.

La capacidad de los ojos para ver y los oídos para oír es dada por el Atma. ¿Cómo, entonces, pueden los ojos verla y los oídos oírla? Los ojos y los oídos son (âdheya) lo sustentado; La Omni-Conciencia (Sarva Chaithanya), el principio de Braman, Atma, es Âdhâra, el Sustentador. Eso es el real “Tu”, la Voluntad, Sankalpa.

Los seres vivientes del mundo entero (prâna koti) están sustentados por aquel mismo prajña. Lo fijo y lo movible ( stâvara y jangama) están ambos firmemente basados en prajña. La Sabiduría Suprema es Atma; la Sabiduría Suprema es Brahman. La Sabiduría Suprema es el Loka, el Visible, el mundo objetivo. El Cosmos es prajña, de cabo a rabo; el prajña es la chaithanya que llena el Cosmos (Prapancha).

Los elementos ( espacio, aire, fuego, agua y tierra) que constituyen el Cosmos operan solo impulsados por la Sabiduría Suprema (Prajñana). Los dioses (devathas) o los iluminados, son luminosos a través de la sabiduría que los energiza. El mundo entero de los seres vivientes (prâna koti) está sustentado por el mismo prajña. Lo fijo y lo móvil (el sthâvara y el jangama) ambas firmemente basadas en el prajña. La Suprema Sabiduría es Atma; la Suprema Sabiduría es Brahman. La Suprema sabiduría es el Loka, lo Visible, el mundo objetivo. El Cosmos es prajña, de un lado a otro; el prajña es chaithanya que llena el Cosmos (Prapancha).

Los Vedas aseguran que Brahman es la causa del Cosmos (Jagath) usando la palabra Sath para denominarlo. Sath es “ la continua conciencia Es”. los Vedas no hablan de nada que sea no conciente o A-chethana. Todo es chethana. Todo Es, todo es Brahman.