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Libros escritos por Sai Baba

08. El significado de la superposición

Swami: ¡Oh! ¿Cómo es esto? Te has adelantado esta vez.

Devoto: Tú me hiciste venir, y aquí estoy. ¿Hay algo mío?

Swami: Es verdad. Pero, ¿aun un pedazo de papel no se moverá sin algún motivo? Así también, para que tú vengas antes, debe haber alguna razón.

Devoto: ¡Ninguna, Swami! Pero escuché que te vas a Trivandrum el mismo 16, por invitación de Sri Ramakrishna Rao, Gobernador de Kerala, y sentí que no tendría mucha posibilidad de hablar contigo si venía sólo ese día. Entonces, vine ahora, perdóname.

Swami: ¡Está muy bien hecho! Pero por qué pedir que te disculpe. Hablando con propiedad, uno no debiera pedir disculpas, aun cuando se equivoca. Luego, qué gracia tiene pedirlas, cuando has hecho lo correcto.

Devoto: ¿Por qué, Swami? ¿Por qué no debemos pedir perdón, cuando hacemos algo mal?

Swami: No, no debes pedir perdón cuando has obrado mal, ni aplauso cuando obras bien. Hacer el bien es la obligación del hombre; es su propia recompensa. ¿Qué otra recompensa puede haber? ¡La alegría de haber realizado el propio deber es tu recompensa! Obrar mal es contrario a los deberes del hombre. Después de ello, uno debe orar con arrepentimiento, para obtener la inteligencia y el criterio suficiente para no repetir el mal ya realizado. Más allá de esto, depende de Su Gracia, si El castiga y protege o si perdona y corrige.

Devoto: Esto es magnífico. De aquí en más, así lo haré, Swami.

Swami: Déjalo así. ¿Estás atesorando las joyas recibidas en el cumpleaños y utilizándolas bien?

Devoto: ¡Todo lo que puedo! Con mi máximo esfuerzo, utilizando la cualidad de la inteligencia que Tú me diste, las estoy poniendo en práctica.

Swami: ¿Qué quieres decir con "todo lo que puedo"? Para los devotos como tú, ¿qué otra tarea hay mayor que ésta? ¿Por qué no es esto posible? Tú solamente necesitas Fe y Voluntad. Luego no debiera ser difícil en nada cumplir el Deber.

Devoto: Swami, Tú mismo has dicho que aun cuando hay Fe y aun cuando uno tiene la Voluntad, poner las cosas en práctica puede ser difícil por no ser las circunstancias favorables y también porque el significado de las cosas puede no ser aprehendido claramente.

Swami: ¡Oh! Eso significa que estas dos necesidades: de circunstancias favorables y de comprensión, te están preocupando. Bien, si no has comprendido, pregunta; y si no tienes una atmósfera favorable, dime, ¿cuál es el obstáculo?

Devoto: La duda es el mayor obstáculo; ¿qué puede ser peor que esto? Aun después de escuchar tanto, el demonio de la duda se apodera de mí de tanto en tanto. Yo no sé por qué.

Swami: La primera razón de esto: El no tener fe en ti mismo, que surge de la no convicción de que tú eres realmente la Conciencia Interior (Dios). La segunda causa de la duda es que tomas la Divinidad Encarnada sólo como humanidad, y te pierdes en la persecución del placer de los sentidos. Estos demonios se afincan en ti sólo por esas dos razones. En cambio, si tú te estableces a ti mismo en Dios, comprendiendo que la Divinidad en el hombre es la Divinidad propiamente dicha, este demonio de la duda no te atacará. Simplemente debes deshacerte de esta superposición (adhyasa), que te hace confundir las cosas.

Devoto: ¡Eso es! Tú utilizas de vez en cuando palabras incomprensibles. Esto me confunde aún más, Swami.

Swami: Nunca te diré palabras incomprensibles. Tú no tienes capacidad para comprender, entonces te sientes preocupado. Yo las uso, realmente, para hacerte comprender su significado. Ahora, en lo que te he dicho, ¿cuál es la palabra difícil?

Devoto: Tú utilizaste la palabra "superposición" (adhyasa). ¿Qué significa, Swami?

Swami: ¿Cómo? ¡Tú no conoces su significado! "Viendo una forma y tomándola como si fuera otra, superponemos una cosa sobre otra".

Devoto: ¿Cómo es eso? ¿En qué objeto superponemos otro? Dime.

Swami: Bien, ver una soga e imaginar que es una serpiente; viendo olas de aire caliente en el sol e imaginar que son caballos; ver un espejo reflejando el sol y tomarlo por una lámpara...

Devoto: ¿Pero qué es lo que yo veo y por qué lo tomo?

Swami: Tú ves a Dios en esta Forma de la Creación, y lo tomas meramente por el mundo, y tienes miedo. Es a causa de este engaño que te has convertido en la víctima de todas las variantes de la debilidad y vas declinando a través de la duda y la ilusión. Si tú ves correctamente el engaño, la ilusión y el miedo desaparecerán; la fe de que eres el Alma Suprema estará firme y valientemente arraigada en ti. Para obtener esa firmeza, es necesario la facultad de razonar y el discernimiento. ¡Cuánto sufre un hombre, mientras ve la cuerda como una serpiente! ¡Grande es el temor! ¡Qué ilusión! ¿Puede uno darse cuenta de cómo todo esto desaparece, tan pronto como es visto bajo la luz? Igualmente, estas dudas y engaños también desaparecerán de improviso, tan pronto como tú sepas que la Creación es Dios. Superponer un engaño sobre otro, imaginar que un objeto es otra cosa, ¡eso se llama Superposición, mi muchacho!

Devoto: Pero Swami, ¿cómo se puede decir que la Creación es Dios? Cuando Tú me pediste que distinga este mundo que aparece como el mundo creado compuesto por los cinco elementos ante nuestros ojos, y también como Dios, la duda seguramente aparecerá.

Swami: Cierto. Pero si se razona la Realidad, aun lo que ahora ves, aparecerá como Dios. El tejido no puede formarse sin hilo, ¿no es cierto? El hilo es esencial al tejido. De hecho, todo es hilo. A pesar de esto no se habla del hilo como tejido, ni el tejido es llamado hilo. Tal es, exactamente, la relación entre la Creación y Dios. Dios es el hilo del cual se forma la Creación. ¿Se han separado el hilo y el tejido? No. El hilo se usa de una manera, y el tejido de otra. Pero sólo por esta razón sería incorrecto considerar el hilo y el tejido como distintos.

Devoto: Sí, Swami. Desde que la Creación es formada de Dios, es claro que no están separados. Ahora, si ambos son lo mismo, ¿cuál entre éstos es el individuo?

Swami: Esa es exactamente la duda que te está atormentando, mi muchacho. El individuo es el "Yo" consciente. El individuo (jiva) está asociado con las limitaciones del cuerpo y los sentidos. Pero El es el Alma, el Hacedor, el Ser, la Esencia, el Gozador, Todo.

Devoto: Nuevamente otro significado. ¿Qué es el jada? ¿Qué es la materia inerte o inanimada, etcétera...?, ¿cómo opera? Dímelo.

Swami: De la inteligencia al cuerpo, todas las transformaciones de la naturaleza son irreales o inconscientes. Debes tomar todo lo que no es la Unica Realidad (sat) o Conciencia (chit) como materia inerte (jada), como lo que está limitado por el tiempo, el espacio y la objetividad. En esencia, el mundo es verdaderamente esto último (jada) y nada más; pero es inseparable de la Esencia Divina, de la Unica Realidad, tanto como el aire es inseparable de la atmósfera. Por eso, ya ha sido dicho en el pasado en el Gita (Texto de la Rectitud, cuyo mensaje no pertenece a ningún idioma, raza o época en especial), que toda la Creación móvil e inmóvil se debe a la unión de la Naturaleza y el Supremo, el Creador del Universo; ¿no lo sabías?

Devoto: Entonces, ¿cuál es la relación entre la inteligencia y la mente por un lado y el Alma por el otro?

Swami: Bueno, verdaderamente no hay una especial relación entre ellos y el Alma. El Alma es pura y sin manchas; la inteligencia también es pura y sin mácula. Y así como el sol se refleja en un espejo, el esplendor del Alma se refleja en la inteligencia. Entonces, la refulgente Naturaleza Divina de la inteligencia se refleja en la mente, los resplandores de la mente caen sobre los sentidos, la luz de los sentidos cae sobre el cuerpo. Ahora, ¿cuál es la relación entre todos éstos? La relación es el esplendor del Alma, ¿no es cierto? La actividad de cualquier otra cosa es causada por el hecho de que existe una inteligencia que puede reflejar tal esplendor, ¿no es así? Así pues, fíjate cómo se relaciona la inteligencia: de este lado con el Alma, y del otro lado con la mente y los sentidos.

Devoto: Entonces, ¿cuál es la relación entre el individuo (jiva) que dice "Yo" y los sentidos y el cuerpo?

Swami: ¡No hay ninguna relación! El "Yo" está separado del cuerpo, la mente, etc. El "Yo" simplemente se superpone al individuo, o sea, al Ser, a la conciencia del cuerpo, a la conciencia de los sentidos y a los comportamientos internos de la mente, etc. "Yo soy justo" dice el individuo, superponiendo sobre si, alguna cosa con la cual no tiene conexión. "Yo soy torpe", dice, cometiendo el mismo error con respecto a los sentidos. Dice que tiene este deseo y aquel otro, y superpone sobre sí las actividades de la mente, etc. Todo esto es mera superposición. La Verdad básica es sólo Una: el Ser Supremo, la Luz Divina. ¡El Eterno, el Verdadero, es sólo Uno! Entiéndelo bien.

Devoto: Ah, qué enseñanza magistral, Swami; si sólo esta enseñanza del Principio del Alma, que aun los niños pueden aprehender, se extendiera a todo el mundo, el mundo emergería de las tinieblas a la Luz.

Swami: Este es el motivo por el que Yo converso contigo sobre cada punto y permito que todos participen. La luz del sol cae sobre el espejo, la luz del espejo sobre una cabaña, la luz sobre la cabaña cae sobre el ojo. Asimismo, estos diálogos que disuelven las dudas han sido pensados para que la iluminación de Mi Enseñanza pueda caer en el espejo del devoto, y luego sobre la cabaña llamada "El Eterno Conductor", a fin de que de su resplandor pueda extender la Luz de la Paz y Armonía en el mundo.