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Libros escritos por Sai Baba

8y9. 9=Llena cada acto de servicio, devoción, sabiduría

08. Consagra cada acto como adoración al Señor

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Cuando llegan las lluvias, la tierra y el cielo se confunden en la cortina del aguacero. Es en verdad una escena hermosamente inspiradora, una escena por la cual la misma creación está enseñando que se vuelvan Uno, al unísono con ella. Hay tres lecciones que pueden ser aprendidas: lo pasajero de las cosas creadas, el papel del hombre como el sirviente y Dios como el amo. Esta creación es como los implementos para el culto; el hombre es el adorador y Dios es el adorado. El juego llamado vida es jugado con éstos.

El hombre debe estar feliz de que el Ser Supremo haya colocado alrededor de él materiales cada vez más nuevos para que le sirva a El y ofrezca adoración de varias formas. Debe orar y agradecer por cada nueva oportunidad de servir que reciben sus manos. Esta actitud da inmensa alegría. Llevar una vida plena de esta alegría es verdadera bienaventuranza.

Cualquier cosa que se haga, del alba al ocaso, debe ser consagrada como si fuera adoración a Dios. Así como se tiene cuidado de cortar únicamente las flores frescas y de mantenerlas limpias e inmarcesibles, así también deberá hacerse un esfuerzo incesante para realizar acciones puras e inmaculadas.

Si cada día se mantiene esta visión ante los ojos de la mente y de esta manera se vive la vida, entonces llega a ser un largo e ininterrumpido servicio a Dios. El sentimiento de "yo" y "tú" desaparecerá pronto; toda huella del "yo" será destruida.

Entonces la vida se transmuta en una vida totalmente dedicada a Dios (Hariparayanam). "Yo soy el servidor. Este mundo es la ofrenda y Dios es el Señor que es adorado". Cuando se alcanza este nivel de pensamiento, sentimiento y acción, toda diferencia entre lo "mío" y lo "tuyo" desaparece.

09. Llena cada acto de servicio, devoción, sabiduría

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No hay diferencia entre la Devoción (Bhakti) y el Conocimiento (Jñana). Precisamente como Saguna (Dios con atributos) se convierte en Nirguna (Dios sin atributos), la Devoción también se convierte en Conocimiento. No estaré de acuerdo en que el Karma (la acción), la Devoción y el Conocimiento estén separados. Ni aun me agrada clasificar a ninguno de estos como el primero, al otro como el segundo y al siguiente como el tercero. No aceptaré una mezcla de los tres ni una fusión de los tres; el Karma (la acción) es Devoción y Devoción es Conocimiento.

Un trozo de dulce tiene dulzura, peso y forma; los tres no pueden ser separados el uno del otro. Cada pequeña parte de él tiene dulzura, peso y forma. No encontramos forma en una parte, peso en otra y dulzura en una tercera. Cuando es colocado en la lengua se reconoce su sabor, el peso es aminorado y la forma es modificada, todo al mismo tiempo. Así también el individuo (jiva), el Alma (Atma) y el Alma Suprema (Paramatma) no están separados; ellos son uno y el mismo.

Por lo tanto, cada acción individual debe estar llena del espíritu de Servicio, Amor y Conocimiento. En otras palabras, cada grupo de actividades de la vida debe estar saturado de Acción, Devoción y Conocimiento. Este es en verdad el Yoga del Señor.

El tiene que ser realizado en la práctica y no simplemente mencionado en palabras. La Práctica Espiritual deberá hacerse constantemente, siempre con el corazón expandido, lleno de Devoción y Conocimiento. La dulzura del néctar del mundo de Dios es el encanto de la vida; la alegría interna derivada del nombre es afin a la alegría externa de la vida exterior.