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Libros escritos por Sai Baba

69. Desarraiga a enemigos internos y externos. Defiende la justicia

68. Busca la soledad, medita y adquiere concentración

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Pero aquellos que anhelan establecerse en la "Contemplación" deben buscar la soledad y practicar Meditación y Repetición del Nombre a horas establecidas, y adquirir concentración mediante ejercicios espirituales y estar siempre ansiosos de realizar acciones que traerán el bienestar a todos los seres, siempre dedicados a ejecutar el trabajo sin ningún interés por los frutos que surjan de él. Es solamente cuando tales hombres vienen a la Tierra que cesa todo el sufrimiento. Esta es la señal del Kritha Yuga (primera edad del mundo).

Así como en el mundo hay doctores bondadosos que dirigen instituciones médicas aquí y allá, curan a los enfermos y sirven a los afligidos, si tuviéramos también ashramas (ermitas, moradas de ascetas) de personajes santos, expertos en el tratamiento y curación de la enfermedad de los nacímiéntos y muertes, entonces la gente podría ser curada de las aflicciones de la ignorancia, la mentira, la inmortalidad y el autoengrandecimiento. La ignorancia produce la maldad y puede ser curada solamente por la medicina de la Liberación con dosis suplementarias de medicamentos de Tranquilidad, Fortaleza, Autocontrol, etc.

¡En lugar de esto, los "grandes hombres" de hoy en día les dan a aquellos que piden su diagnóstico las medicinas que ellos exigen y las drogas que sus pacientes apetecen! ¡Por lo tanto, ellos se vuelven instrumento de sus seguidores y por causa del nombre y la fama, se comportan como doctores comandados por sus pacientes! ¡Los así llamados "grandes" caen en la perdición, aun antes de que ellos mismos saboreen la felicidad, a causa de su debilidad y torpeza, convirtiéndose en presa de los engaños de la codicia por nombre y fama! La razón principal de la pobreza contemporánea se debe a que estos santos y "grandes hombres" de la actualidad no han comprendido este hecho y no actúan en consecuencia.

Esa esencia sagrada tiene que ser experimentada y realizada. Las necesidades egoístas tienen que ser sacrificadas. Debe haber esfuerzo constante para hacer el bien a otros. El deseo del hombre debería ser el de establecer el bienestar del mundo. Lleno el corazón con todos estos sentimientos, uno debe meditar en Dios. Este es el sendero correcto. Si esos "grandes hombres" y aquellos con autoridad se empeñan de esta manera en el servicio de la humanidad y en promover el bienestar del mundo, los ladrones de la pasión, el odio, el orgullo, la envidia, los celos y la vanidad no invadirán la mente de los hombres; las divinas posesiones del hombre, como el Deber, la Rectitud, la Piedad, la Verdad, el Amor, el Conocimiento y la Sabiduría estarán a salvo de todo daño.

69. Desarraiga a enemigos internos y externos. Defiende la justicia

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La policía y las autoridades pueden vencer solamente a enemigos externos; no tienen poder para destruir a los enemigos internos; encontrarán la tarea imposible. No son las autoridades indicadas para eso. El enemigo interno, los seis enemigos que operan dentro del hombre (lujuria, ira, codicia, apego, arrogancia y envidia) pueden ser arrancados de raíz solamente por las enseñanzas de los hombres buenos, el amor a Dios, el conocimiento de Dios y la compañía de los santos y los grandes.

Precisamente como cuando la policía y las autoridades responsables de aprehender a los ladrones se vuelven dependientes de ellos, el mundo sufrirá daño a manos de los hombres malvados, si los que están "absortos en la contemplación de Dios" y los "grandes Santos" abandonan el sendero del bienestar del mundo y se vuelven víctimas del goce de los sentidos y de la ambición por ganar nombre y fama; el mundo llegará a estar envuelto en oscura ignorancia y el Deber y la Rectitud serán destruidos. Ahora, ambos son como se describen. De ahí también el aumento diario de sufrimiento.

El mundo entero reposará en paz y alegría solamente el día en que estos grupos asuman las actitudes justas y, con el bienestar de todos en el corazón, ponderen la omnipotencia de Dios.

Estos dos son los gobiernos para los dos estados del hombre: los maestros espirituales son los gobernantes del estado interno; las autoridades administrativas son los gobernantes y los gobernadores del estado externo. Si estos dos grupos actúan y se dirigen adecuadamente, ambos estados funcionarán para crear felicidad. La culpa de haber causado la presente miseria debe ser, por lo tanto, compartida por ambos. Es en tales épocas que el Señor resuelve conceder felicidad a todos los estados y suprimir la ignorancia y la injusticia. Para aclarar esto es para lo que el Señor dijo en el Gita:

Oh Bharatha, siempre que el Dharma declina y el Adharma levanta su cabeza, entonces me hago nacer.

Yada yada hi dharmasya glanirbhauathi Bharatha.

Abhyuthanamadharmasya thadatmanam sirjamyaham.