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Libros escritos por Sai Baba

56. Realizar buenas obras, recordando constantemente a Dios

56. Realizar buenas obras, recordando constantemente a Dios

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El sabor del alimento o de cualquier cosa ingerida no puede ser percibido si la persona está enferma o si su mente está sumergida en otra cosa. Así también, aun si uno está empeñado en la Recordación y Repetición del Nombre del Señor, Cánticos Devocionales o Meditación, si el corazón está lleno de ignorancia, o si se es desobediente, no puede ser experimentada ninguna alegría; la alegría nunca puede brotar en tales circunstancias.

La lengua está dulce todo el tiempo que hay azúcar en ella; si en el corazón existe el pilar de la luz de la devoción, mientras la lámpara esté encendida no habrá oscuridad. El corazón estará iluminado de bienaventuranza. Una cosa amarga en la lengua hace que toda la boca esté amarga; cuando cualidades tales como la codicia y la cólera entran en el corazón, desaparece la claridad, la oscuridad domina la escena y el hombre se vuelve blanco de incontables dolores y pérdidas.

Por lo tanto, aquellos que aspiran a obtener la santa presencia de Dios deben adquirir ciertos hábitos, disciplinas y cualidades. Los caminos usuales y acostumbrados de la vida no conducirán a Dios. Tienen que ser modificados por medio de la práctica espiritual.

¡Miren la grulla! Camina con rapidez en el agua. Pero mientras camina, ¡no puede atrapar ningún pez! Para ese propósito, debe volverse lenta, tranquila y permanecer sin movimiento. De esta manera, si uno procede con codicia, cólera y rasgos similares, uno no puede asegurarse la pesca de la Verdad, la Virtud y la Paz (sathya, dharma y shanti). Sea cual fuere la práctica espiritual que una persona pueda realizar o no, debe practicar ininterrumpidamente la recordación del Nombre del Señor. Solamente entonces podrá dominar los atributos naturales de la codicia, la cólera, etc. Todos los Sastras (Escrituras) no enseñan sino esta lección; puesto que Dios es la meta universal y el viaje de la vida lo tiene a El como destino, manténganlo constantemente ante la vista y subyuguen la mente que los hace desviar del sendero.

Todas las buenas cualidades, automáticamente, rodean a la persona que practica el control del lenguaje y la constante contemplación de Dios. ¡Miren! En la segunda edad del mundo, los Kauravas , mientras experimentaban los frutos de sus actos meritorios anteriores, estaban empeñados en actos reprensibles; por otra parte los Pandavas , aun cuando experimentaban los sufrimientos causados por sus actos reprensibles anteriores, solamente estaban pensando y haciendo actos meritorios. Esta es la diferencia entre el sabio y el ignorante. Los Kauravas eran esclavos de los apetitos del hambre y del sexo, y los Pandavas hicieron cada acto por el amor a Dios, teniendo a la Verdad, la Rectitud y el Deber como base.

Aquellos que están abrumados por la congoja nunca pueden sentir interés por una fiesta o por una contienda; similarmente, el verdadero aspirante cuyos pensamientos están sumergidos en Dios, nunca puede saborear o aun pensar en objetos terrenales de placer.