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Libros escritos por Sai Baba

53. Las disciplinas externas e internas son necesarias

53. Las disciplinas externas e internas son necesarias

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Muchos arguyen acerca de cómo puede conducir esta disciplina al despertar del conocimiento. Preguntan si estas no son simplemente limitaciones del cuerpo. El conocimiento puede surgir sólo por la realización del principio. Arguyen, ¿cómo puede algo que no contiene el principio de la autorrealización ser llamado conocimiento?

Pero esto se basa en un gran error. Por medio de tales regulaciones físicas, los vasanas (rasgos del carácter) son destruidos y se establece la concentración. Las enseñanzas de los Upanishads sirven para nutrir y vigorizar esta atención centrada, pero solamente la experiencia de las afirmaciones de los Upanishads producirá el despertar del conocimiento. ¿No son los Upanishads el conocimiento mismo? Con esta forma del conocimiento mismo como compañera, realizándola en la propia experiencia, ¿qué necesidad hay de buscar el conocimiento en otra parte? Para establecer firmemente el Conocimiento en el corazón es necesaria la atención centrada y esta puede ser fácilmente obtenida por las disciplinas corporales y austeridades antes mencionadas.

El control externo ayuda al control interno en muchas formas. ¡Tener éxito en lograr los controles externos es comparativamente más dificil que obtener éxito en controlar lo interno! Un giro del volante en las manos de uno, en cualquier dirección, hace que las ruedas del automóvil, que no están en nuestras manos, se muevan en la misma dirección. Las ruedas no girarán en otra dirección cuando el volante vira en un sentido. ¡Las ruedas internas están conectadas con el volante exterior!

Esta es la base natural. Algunas veces, cuando el volante es girado hacia un lado, las ruedas pueden tirar con fuerza hacia el otro, pero esto es a causa del abandono de la caracteristica natural. Las ruedas internas, si no tienen aire, que es la verdadera esencia, pueden comportarse como si no tuvieran relación con el volante. Sin embargo, no pueden ir más allá de los límites del volante. El volante que está en las manos está relacionado con las ruedas de abajo. Si no hay tal relación, el viaje se vuelve imposible. La conexión es indispensable. Por lo tanto, para aquel que ha luchado con las tendencias externas y las ha conquistado, las tendencias internas llegan a ser fácilmente controlables.

Las tendencias externas tienen nombre y forma, y atraen porque se vuelven objetos de la experiencia. Por lo tanto, superarlas es bastante difícil. En cambio, las tendencias internas no tienen forma aunque pueden estar dotadas de nombre; ellas también son experimentadas como Bienaventuranza, y de esta manera pueden ser superadas más fácilmente o ser domadas con más facilidad. La preocupación se centra más en la conducta y el comportamiento externos. Estos están asociados con el gusto, la forma y el peso. Las tendencias internas no tienen forma, gusto ni peso. Son como el agua pura. El agua impura es diferente en los tres aspectos. Por lo tanto, clarificar el agua impura es verdaderamente difícil; sin embargo, al agua pura se le puede dar con gran facilidad cualquier forma que se requiera.

Similarmente, toda la dificultad consiste en purificar el comportamiento mental, el cual está corrompido por las ilusiones del mundo; no hay necesidad de corregir el comportamiento mental que esté libre de tales ilusiones. El comportamiento sin ilusión es necesariamente puro. No tiene ninguna huella de defecto y duda. ¿Por qué habría de corregirse? Por lo tanto, si los hombres primero controlan y conquistan tanto como les sea posible la ilusión externa, las tendencias externas se moverán fácilmente en la dirección de la bienaventuranza del Alma.

Los ejercicios espirituales y las prácticas ascéticas son solamente otros nombres para el sendero del control y la conquista de estas tendencias e ilusiones externas. Las reglas del anacoreta no son sino métodos para tener éxito en estos ejercicios y prácticas. Cuando el hombre conquista las ilusiones de toda clase en el nivel de anacoreta, el viaje termina en Moksha, la Liberación. Sin embargo, no podemos decir que la Liberación tenga solamente este único sendero. A través de cualquier sendero se obtiene la gracia; ese sendero puede escogerse.

La liberación se logra por las reglas y observancias del anacoreta y puede alcanzarse al seguir este sendero. También lo libera a uno de las ilusiones. Le da concentración y unidad de propósito.