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Libros escritos por Sai Baba

52. La vida de un habitante del bosque

52. La vida de un habitante del bosque

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Después de ser un padre de familia y haber experimentado el dolor, la felicidad, la alegría, y haber aprendido el verdadero significado de todo esto, el hombre tiene que retirarse al bosque cuando llegue a la edad de 45 ó 50 años, abandonando el hogar que ha construido y el lugar donde vivió. Si su mujer todavía vive, tiene que pedirle su consentimiento y confiarla al cuidado de sus hijos o sus parientes o bien llevarla consigo, tratándola como a una hermana que se dedicare al celibato.

Aun en la dieta hay un gran cambio. El tiene que comer raíces, frutas y tomar solamente leche. Las cosas no deberán ser horneadas completamente sino hasta una tercera parte solamente. El arroz no deberá utilizarse mucho. Si no es posible arreglar la dieta para uno mismo sobre estas condiciones, se deberá visitar el pueblo más cercano y mendigar la comida. Pero tiene que traer el alimento al bosque y comerlo allí, en su propia vivienda. Tiene que dar a las personas que dependen de él el mismo alimento que él tomó, porque ellas no pueden preparar el alimento que prefieren o lograr que les sea proporcionado. Si a ellas no les agrada, tienen que contentarse con leche y fruta solamente; no debe cambiar su rutina para satisfacer a otros. La disciplina no debe ser modificada ni abandonada, no obstante lo molesta que pueda ser.

Esto tiene que ser cumplido especialmente. No puede realizar ningún culto, dar limosnas ni contraer deber alguno. Aun si da alimento o algo a otros, ello no puede ser considerado como limosna. El tampoco puede recibir como limosna (dana), cualquiera cosa de otra persona, debe tener el mismo amor puro hacia todos en igual medida. Desechando la ropa vieja una vez al año, debe ponerse otras ropas durante Septiembre-Octubre (el mes Aswija).

El llamado Sendero de la Luna es el más importante de los retiros o votos religiosos realizados por los anacoretas. Durante ese mes, debe comer en los primeros quince días un bocado menos, y durante los quince restantes un bocado más. Tiene que tomar solamente agua en la cual se ha hervido el arroz en los días de Luna nueva y Luna llena. En la temporada de lluvias debe hacer prácticas ascéticas, de pie, en la lluvia; en el invierno debe usar ropas mojadas mientras efectúa su práctica. Ha de realizar sistemáticamente tal ascetismo, y bañarse tres veces al día. Tiene que estudiar los relatos diversos de los Upanishads y sus significados comprendidos y experimentados. Si tal anacoreta cae víctima de cualquier enfermedad, la rutina de la dieta debe ser cancelada y tendrá que vivir de agua y aire. Caminará sin cesar con dirección al Noreste hasta morir. Por otra parte, si no padece enfermedad corporal y está sano y vigoroso, experimentará después de que haya adoptado las disciplinas antes mencionadas, el despertar espontáneo del verdadero conocimiento. Por medio de este conocimiento alcanzará Moksha, el Estado de Liberación.