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Libros escritos por Sai Baba

3y4. 4=Cultivar la unidireccionalidad y la visión equitativa

03. Leer historias de vida de santos y sabios

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Hay libros disponibles en abundancia, a precios muy baratos. Los Vedas, Shastras y Puranas pueden ser conseguidos y leídos por todos. Tampoco hay escasez de maestros pletóricos de sabiduría, que están concediendo manifiestamente la dádiva del conocimiento. Hay abundancia de facilidades para el entrenamiento de la mente y están al alcance. Pero no obstante, de ninguna parte se escucha la nota de alegría por haber participado del néctar del Conocimiento Supremo (Jñana).

Cuando veo los libros que yacen amontonados en todas partes, siento que la sabiduría dentro del libro no puede pasar la espesa cubierta y emerger a la luz. Dios está oculto por las cadenas de montañas de lujuria, cólera, envidia y egoísmo. Así también, el sol de la sabiduría está oculto por estos enormes montones de libros. Aunque estos libros están esparcidos entre todos los habitantes de la Tierra, no podemos decir que la cultura ha crecido o que la sabiduría ha aumentado; el hombre todavía no está distante del simio. Una encuadernación y título atractivos, una hermosa fotografía; éstas son las cosas que busca el lector; esto es, placer transitorio y alegría momentánea.

Solamente aquellos que por medio del discernimiento seleccionan los libros que leen y practican lo que leen, pueden percatarse de la verdad y gozar eterna felicidad. Solamente estos viven vidas dignas de tomarse en cuenta. De este modo, aquellos que buscan el sendero más elevado y que se regocijan en los pensamientos de Dios, deberán empeñarse en leer sólo las biografías de santos y sabios, y libros que ayuden a la contemplación de lo divino. La lectura de libros a trochemoche y lo que venga a la mano provocará embrollo y solamente los confundirá más. Esto no da ningún beneficio; no proporciona paz.

04. Cultivar la unidireccionalidad y la visión equitativa

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Cultiven más que nada la atención centrada (ekagrata) en todo lo que hagan. Vean todo de manera igual o imparcial; esto es auspicioso.

El león, aunque es el rey de la selva, mientras camina a través de ella mira hacia atrás cada pocos pasos, ya que teme ser perseguido. El temor en la mente hace que la visión vacile. La violencia dentro del corazón distorsiona la visión.

El hombre debe tener visión equilibrada. Toda la creación debe aparecer a sus ojos igualmente propicia. Debe ver a todos los seres con el mismo amor y fe que tiene en sí mismo, puesto que no hay nada malo en la creación; no, ni un ápice. El mal aparece como tal solamente a través de una vista defectuosa. Según el color de los anteojos que usamos, así vemos al mundo. Por sí mismo, él es eternamente puro y santo.

Siempre ha habido, hay y habrá maestros que revelen al hombre y que le enseñen a alcanzar las alturas a las que puede llegar a través de la plena manifestación de sus facultades físicas, mentales e intelectuales, mediante una atención firmemente centrada. La mente del hombre se embriaga con los objetos externos y la observación y crítica sin objeto, del mundo exterior. ¿Cómo, entonces, puede entrenársela para que sea firme?

Cada uno deberá hacerse a sí mismo la pregunta. Las Grandes Almas (mahatmas) y los Grandes Hombres Santos (mahapurushas) también fueron personas como yo; también fueron seres encarnados. Si ellos pudieron lograr la perfección, también yo puedo lograrla, si sigo sus métodos. ¿En qué me beneficio si empleo mi tiempo en descubrir las faltas y las flaquezas de los demás?