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Libros escritos por Sai Baba

26. El viaje de la vida depende de los deseos innatos

26. El viaje de la vida depende de los deseos innatos

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Los hombres están sumergidos en muchas actividades y están comprometidos en varias empresas. Este es un hecho bien conocido. Estas son tantas en número que algunas veces uno puede pensar que el espacio de 24 horas es demasiado corto para la actividad diaria: beber, comer, leer, caminar, sentarse y además, dormir, odiar, jactarse, alabarse, llorar, reír, entristecerse, tener esperanza; se desarrolla todo tipo de actividades. Ellas llenan el lapso de la vida. Todas estas actividades están íntimamente ligadas a la mente. Esto hace que la vida sea una simple colección de Samskaras (impresiones) que producen impacto en el carácter y la personalidad.

Hay dos clases de actividades: las buenas y las malas. Tiene que considerarse el efecto de ambas en la vida del hombre. Los actos de un niño durante esa tierna edad se desvanecen como la escritura de ese mismo niño en su pizarra de estudios. Si los acontecimientos de esa edad infantil son de esta manera echados al olvido, ¿cómo pueden retenerse en la memoria los de la vida pasada?

Dejando este punto aparte, será erróneo inferir que solamente los sucesos recordados han sucedido o formado el carácter. Los actos y actividades que han acontecido y que han sido empujados al olvido por los subsiguientes, han dejado una huella de sus efectos en la mente. El residuo está ahí. Cuando traten de traer ala memoria, a la hora de acostarse, los hechos del día, todo lo que sucedió, desde lo insignificante hasta lo significativo, ellos no contestarán al llamado. Los que están llenos de significado, profundamente incrustados, adentro, solamente estos pueden ser recordados.

Cuando tal es el caso con los acontecimientos de un solo día, en el que olvidamos todos los sucesos que no están asociados con alegría y pena, ¿qué puede decirse de lo vivido de la última semana, mes o año? Solamente los hechos principales son registrados claramente. El resto se vuelve vago, borroso y desaparece. Esos pocos son los Samskaras.

Al realizar innumerables acciones, al reunir experiencia y conocimiento, al aprender una extensa variedad de lecciones de una intensa variedad de actividades, el hombre retiene como su capital solamente unas cuatro o cinco de ellas, fuertes, bien arraigadas, vitales.