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Libros escritos por Sai Baba

9. El camino de la devoción

Para gozar de tan perfecta seguridad se debe tomar el Sendero de la Devoción total, dedicándose por entero al Señor: ése es el único camino. El Camino del Conocimiento es posible solamente para uno en un millón, está más allá del alcance de todos. ¿Es posible negar el cuerpo y el mundo objetivo, tan patente para los sentidos, repitiendo "neti, neti" ("esto no es, esto no es")? Y, a menos que esto sea posible ¿cómo puede aplicarse el argumento de "esto no es"? Bajo las condiciones presentes, el Camino del Conocimiento (Jñanamarga) es sin duda muy dificil. Además, el Camino de la Acción (Karmamarga) tampoco es de tránsito fácil, ya que está igualmente sembrado de dificultades. Para triunfar es necesario trabajar con el espíritu correcto: Amor y Devoción (Prema y Bhakti). Así también el Camino del Yogas (Yogamarga) tiene muchos obstáculos; por eso el Camino de la Devoción (Bhaktimarga) es el más suave, más orientado hacia la meta y el que proporciona mayor Bienaventuranza.

Nadie puede definir el Camino de la Devoción como esto o aquello; es imposible describirlo completa y exactamente, puesto que hay distintas formas de experimentarlo. Cada devoto obtiene Bienaventuranza en base a su experiencia individual. A través de la experiencia de otros devotos puede, a lo sumo, conseguir aliento y guía, pero la vivencia cambia de una persona a otra, eludiendo así toda comparación o descripción. Si alguien es capaz de describirla mediante ejemplos o estableciendo límites, pueden estar seguros de que dicha experiencia no es real.

El Alma limitada está sumergida en el ilimitado amor del Señor y ¿cómo pueden las palabras describir lo que las Upanishads llaman "akhandaikarasa", o sea, el ininterrumpido flujo unidireccional de dulzura? El hombre no puede expresar en su lenguaje tal estado de infinita devoción. Solamente mediante los signos externos que se detectan por los sentidos uno puede saber que el devoto se encuentra en el estado de Bienaventuranza; pero ¿quién puede estimar la profundidad de tal júbilo? Eso no tiene relación alguna con los sentidos. La devoción tiene que ser producto de la experiencia propia. Las grandes almas pueden iluminar un poco el camino con el ejemplo de su vida . Ustedes pueden con su ayuda transitar algo del camino, pero recuerden siempre que las palabras fallan cuando se acercan al más allá. Son útiles sólo para los propósitos del mundo objetivo; pero se vuelven instrumentos sin valor en las regiones de la vivencia, donde son imposibles las comparaciones.

Consideren los siguientes ejemplos. Una de las mejores mujeres devotas, Maitreyi, comparaba a la mente de un devoto con un lago inmóvil; cuando toda la agitación cesa, la mente se vuelve inactiva, inefectiva. Kapilamaharshi compara a la devoción con el flujo de un arroyo. Los arroyos y los ríos fluyen ininterrumpidamente hacia el mar. Así, desde el momento del nacimiento, el devoto anhela llegar hasta el océano de Gracia del Señor. La devoción es esa relación eterna, no importa cuál sea la tarea por ejecutar o el camino a seguir; la mente descansa sólo en la meta: llegar al Señor. En el Devibhagavatham también se dice que la devoción es como el flujo de aceite de un recipiente a otro; ejemplo similar al del río. Sankara caracteriza a la devoción de manera diferente en el Shivanandalahari. Como el trozo de hierro que es atraído por el imán, el ser individual es atraído por Dios y se pega firmemente a El. Todas las modificaciones de la mente se disuelven a los pies del Señor. Ramanuja, por su parte, explicó que devoción y meditación, ejecutados con amor, son esencialmente lo mismo.

A pesar de las diferentes interpretaciones, dichas opiniones son correctas debido a que se basan en vivencias que no pueden ser negadas. Estos ejemplos no agotan el repertorio de la devoción, ya que la devoción es de mil formas, mil torrentes que buscan llegar al océano de la Gracia Divina. El objetivo de todas esas formas de devoción es la unión del Alma individual y Dios, absorción que es toda una experiencia.