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Libros escritos por Sai Baba

27. Devoción y sabiduría

Por supuesto, ese Amor sólo nacerá después de conocida la gloria y el esplendor del Señor, como así también sus cualidades innatas: omnisciencia, omnipotencia e inmanencia en toda la Creación. Cínicamente aquel que profesa un Amor de esta naturaleza, y que vive siempre en el Señor, podrá liberarse.

La expresión "Conocer a Dios" significa amar a Dios. El conocimiento sin devoción produce odio, induce al despreciable poder; y además es indigno de ser llamado así porque no es más que mera ignorancia. El conocimiento se instala sólo a través de la devoción.

¿Cuál es la característica de un sabio? Es el Amor, la posesión de Amor cada vez más firme. Cuando la devoción o el amor a Dios comience a crecer, la ignorancia irá desapareciendo. La devoción y el odio no pueden coexistir, son contradictorios; en cambio, la devoción y el amor son de la misma naturaleza.

El hombre materialista está infectado por el amor hacia los objetos sensoriales; pero ese mismo amor, cuando asume la forma de devoción o amor a Dios, conduce a la comprensión de la Suprema Personalidad de Dios. La palabra "rasa" indica atracción hacia los objetos mundanos, pero también significa un deseo vehemente por gozar de la realización de Dios.

Las consecuencias del karma disminuirán si se sufren desde ahora en esta vida, aunque luego nacerán de nuevo. Pero los frutos de la devoción nunca disminuyen, siempre perduran. La Liberación perdura, no tiene fin; y es la devoción la técnica ideal para que los hombres la logren. Es la disciplina espiritual por excelencia: todas las demás técnicas espirituales derivan de la devoción.

Devoción y conocimiento son como los bueyes de un arado; ambos tienen que tirar al mismo tiempo y en la misma dirección, haciendo la carga más ligera para el otro. Mientras el conocimiento tiene que trabajar por el incremento de la devoción, ésta tiene que contribuir al crecimiento de aquél.

Gracias a esta ayuda y colaboración mutua las gopis (vaqueras devotas de Brindavan) obtuvieron la Liberación; además su devoción hacia el Señor Krishna las dotó del último conocimiento.

Ahora bien, la esencia de la devoción, así como del conocimiento, es la Paz y el tipo más alto de Paz es la Paz Suprema. La Paz Suprema conduce a la gloria de la refulgencia espiritual, y de ahí a la suprema refulgencia de la más grande revelación.

El conocimiento es concomitante de la devoción, es parte de ésta. El amor es más benefactor cuando se concentra en Dios y produce el más grande agrado. No atará al hombre a la Tierra, lo llevará de la mano por el camino de la liberación, y automáticamente lo liberará de todo tipo de lazos y apego. Uno tiene que esforzarse por evitar las malas compañías, porque no son éstas las que promoverán el sentimiento de desapego.

Los que siguen el Camino de la Devoción son más afortunados y superiores que aquellos que se adhieren al del Karma, Conocimiento o Yoga. El devoto es mejor que el yogui, el asceta, el erudito y el aspirante que siguen la disciplina del karma.

Esta es la razón por la cual Krishna le aconsejó a Arjuna que se volviera un gran yogui; además le dijo: "De los yoguis, el que medita en el ser como parte de mí, en forma constante, está practicando la más elevada devoción".

Seguidamente, Arjuna le preguntó: "De aquellos que te adoran en esta forma y piensan en ti como indestructible, imperceptible, etc., ¿quién ¡oh Señor!, ha triunfado más en el Yoga?"

A esto, Krishna replicó: "Quienquiera que fije su mente en mí, me adore, se afirme y se recree en esto, habrá logrado el más grande éxito".

De modo que en asuntos espirituales relacionados con Dios, la fe es siempre esencial. La fe no tiene limitaciones, por lo que sus resultados no declinan. Los frutos de todos los actos hechos con miras a la realización de Dios dependen de las prácticas espirituales.

Cuando Brahman mismo es el objeto se vuelve conocimiento. La devoción florece completamente cuando se llevan a cabo sin interrupción el escuchar lecturas de las Escrituras, el reflexionar sobre lo escuchado y meditar sobre estas cosas almacenadas en la memoria. En vez de eso, los devotos a menudo tratan a Dios con un espíritu de regateo comercial. Esta actitud debe eliminarse y quienquiera que sea no deberá pedir a su Dios otra cosa que no sea devoción o amor. Si él lo hace no es un verdadero devoto. El flujo ininterrumpido de amor hacia los pies del Señor es verdadera entrega. Sólo tal entrega garantiza y asegura la Paz, la Shanti genuina.