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Libros escritos por Sai Baba

24. La práctica del silencio

Disfruten la paz resultante del cese de las agitaciones mentales. No permitan que su mente corra tras esto o aquello, adiéstrenla a permanecer quieta. Conserven a distancia las reacciones mentales causadas por el contacto con el mundo exterior. Luego solamente podrán llegar a ser mera existencia (sat); éste es el estado del nivel más allá del mundo de los sentidos, donde su poder no domina. Esto es la verdadera autorrealización, la meta de la vida.

Se dice: "voto de silencio”. Pero, ¿qué es eso? No significa permanecer con la boca cerrada, sino estar por encima de la influencia de todos los sentidos y establecerse siempre en la conciencia de la realidad. Ananda perpetua es Paz perpetua. Cuando la mente se retrae del mundo exterior y la lengua y los sentidos se inmovilizan, es lo que se llama un voto de silencio genuino.

Dicho estado no puede describirse con palabras; no puede ser explicado como esto o aquello. Pertenece al reino de la vivencia. Voto de silencio significa la forma de la Encarnación del Eterno Absoluto Universal, que está más allá de todo esto. Aquel que lo alcance vivirá en la Paz y la Ananda Supremas. Si las actividades de la inteligencia se aquietan, y ésta se refugia en Brahman, uno se fundirá con Brahman o el Absoluto Universal. Hay que observar el mundo desde lejos con una actitud desinteresada; por este medio puede ser vencido el mundo de la materia, y las personas que lo logren escaparán a los engaños del intelecto, que sólo crea dudas, ilusiones y dualidades ajenas a la realidad del Alma.

El intelecto es un instrumento primordial que hay que limpiar de la herrumbre del mundo sensorial y hacerlo brillar con su refulgencia natural propia. El intelecto no debe estimularse, agitarse, ni siquiera activarse porque cuando así acontece el mundo aparece variado y multiforme; en cambio cuando el intelecto está quieto, la Paz envuelve al hombre, lo sumerge en esplendor y lo sitúa en Bienaventuranza plena y continua.

Por lo tanto, que todos los aspirantes espirituales se establezcan en el conocimiento de su propia realidad íntima, mediante una vida disciplinada y de esfuerzo constante; que puedan mantener su mente alejada del mundo, que disfruten de la contemplación del Espíritu Supremo, se saturen de Ananda y se conozcan a sí mismos como el Uno sin Segundo.

Este es el estado de desinterés o condición de la persona que ha comprendido la Verdad. Nunca más existirá otro; todo lo que existe es este mismo estado. Suka, Sanaka y Sananda alcanzaron la Bienaventuranza de esta Paz incomparable. Dejaron de padecer aflicción, duda y distracciones y ya no necesitaron más pensamientos de indagación; ya no los afectaron los cambios, pues el Alma no los tiene. Una vez que la persona ha saboreado esa dulzura, nunca más dará importancia a opiniones o argumentos discrepantes; no tendrá más pensamientos dispersantes y no lo atraerá ningún apego; se mantendrá firme y fiel a su convicción.