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Libros escritos por Sai Baba

13. Desapego y renuncia

¿Qué es exactamente la Liberación? Es el equilibrio o la paz que se obtiene mediante la limpieza del hombre interno; es el ejercicio de negar las impresiones que uno recibe a través de la vista, el oído, la lectura, el aprendizaje, la acción y el logro de cosas. Una persona que sufre una agonía física insoportable no siente interés por ninguna diversión, ¿no es así? De la misma manera, un aspirante y devoto sincero no puede demostrar interés por el teatro de placeres y pasiones banales que es el mundo. Estos deseos inferiores deben ser examinados y eliminados porque son ellos la raíz de toda miseria. La pasión es el producto de la ilusión que habita en la mansión de raja (actividad febril) y la renunciación, en cambio, reside en el satvaguna (equilibrio). La pasión, la ignorancia y el egoísmo nacen de la ilusión y, mientras que la pasión trae como consecuencia la muerte, el resultado del desapego es la liberación y la sabiduría.

El ascetismo más elevado, o sea el voto más difícil, consiste en establecerse firmemente en el desapego, y para lograrlo hay que ser constantes e intentar una y otra vez. Como los niños que aprenden a caminar, darán algunos pasos inseguros, tropezarán y caerán, pero tendrán que levantarse con una sonrisa y comenzar de nuevo. La Paz es esencial para mantener esa perseverancia; recuerden: los fracasos no son obstáculos que bloqueen el camino, sino peldaños hacia la victoria.

Apéguense al Alma, descansen, refúgiense y mediten en ella permanentemente. Luego, todos los lazos se soltarán por sí solos, porque el nudo que los ata al Señor o al Alma tiene el poder de liberarlos de todos los otros nudos.

Los desapegados sienten amor real hacia todo, amor que es puro y también divino, es la encarnación de Shanti (la Paz). Uno puede alcanzar al Señor si se deshace de toda pasión o apego y pone en práctica la disciplina explicada anteriormente.

Desapego no significa renunciar al corazón, al hogar, al poder o, inclusive, a reinos; es la comprensión de la Divinidad inmanente a todo, la desaparición de los distintos nombres y formas, la dicha de experimentar en cada cosa y todo lugar a la Divinidad que es su realidad. Este es el significado correcto del axioma: "La renunciación es igual a menos apego". Tan pronto como uno conoce el mundo del nombre y la forma se ata a él mediante el apego. ¿Cómo puede haber desapego cuando la mente está embebida en pensamientos, sentimientos y experiencias propias del mundo objetivo? Algunos dicen haber renunciado a todo; sin embargo, están llenos de eso mismo y por lo tanto no puede decirse que sean desapegados. No hay duda alguna de que para la adquisición de ese espíritu puro de desapego, la paz es muy necesaria.