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Libros escritos por Sai Baba

24. Servir desinteresadamente, sin apego a sus frutos

24. Servir desinteresadamente, sin apego a sus frutos.

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Ultimamente han proliferado las personas de ideas extrañas, que se jactan con gran orgullo porque no tienen anhelo por Dios y ni siquiera necesitan de El. ¡Ellos se consideran servidores y están satisfechos con el Servicio! Sin embargo, la esencia del Servicio es el desinterés y la renuncia a sus frutos. Pero los servidores no tienen derecho a despreciar lo Divino ni tratar a los aspirantes como inferiores, ya que esto equivale a buscar la fruta al mismo tiempo que se desprecia el árbol. El Servicio desinteresado es el fruto final de la disciplina dirigida a Dios. ¿Cómo puede ser obtenida la fruta sin la larga y laboriosa nutrición del árbol? La verdadera base del karma realizado sin apego a los frutos de los propios actos ("nishkama karma") es Prema, el Amor hacia todos los seres, que no busca la recompensa. Sin la experiencia espiritual de este elevado Amor, el servicio desinteresado es imposible.

Actualmente el mundo está lleno de personas que claman por una buena ganancia para ellos, pero son renuentes a darle el justo valor a las cosas que reciben. ¡Quieren a Dios, pero están enfrascados en el cultivo de alguna otra siembra! No buscan a Dios ni se esfuerzan noche y día por El. Tienen instalado al Dios de la riqueza en sus corazones y gastan todo su tiempo y sus energías adorándolo y pidiéndole favores.

¡Cuán puro es el corazón que está lleno de Devoción hacia Dios y de Amor hacia todas las cosas! El servicio desinteresado sólo es posible de esta manera; el resto es puro parloteo acerca de él y pretende estar impulsado por él. Sólo aquellos que están bien establecidos en la fe de que todos somos hijos de Dios y que El es la fuerza motriz interna de cada Ser pueden considerarse dentro de la clase de los servidores sociales.

Pero para aquellos que dicen no necesitar de Dios o de la Devoción, el egoísmo es el centro de su personalidad y la exhibición es su corteza exterior. No importa cuánto se escriba o se lea; ese egoísmo no podrá marchitarse. La "conciencia del yo" conduce hacia el autoengrandecimiento, y cuando el "yo" gobierna sobre el corazón, no puede emanar un acto digno de ser llamado Servicio. Es la pura avidez egoísta la que hace llamar Servicio a esos actos.

La ignorancia nunca se desvanecerá hasta que se asome este discernimiento:

"Este mundo no es sino Dios y nada más.

Todos los seres y cosas no son sino su manifestación,

llevando al mismo tiempo un nuevo nombre y una nueva forma".

Amen ustedes esta Verdad, crean en ella y entonces tendrán el derecho de hablar de Servicio, Devoción y Rectitud y la autoridad de predicar acerca de tales caminos. El Conocimiento de la Realidad les mostrará que Servicio, Devoción y Rectitud son todos uno y el mismo. Sin este conocimiento el "Servicio desinteresado" se convierte en un simple ejercicio de hipocresía.

Cada acto hecho con la conciencia del cuerpo está destinado a ser egoísta: el Servicio desinteresado nunca se lleva a cabo cuando se está inmerso en la conciencia corporal. Sin embargo, la conciencia de Dios en vez de conciencia del cuerpo, traerá a su manifestación el esplendor del Amor. Tomando esto como inspiración y guía, un hombre puede obtener mucho provecho sin siquiera saber o proclamar que si. actitud es desinteresada; para él, todo es la voluntad de Dios y sus "lilas" o Juegos Divinos son su obra.