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Libros escritos por Sai Baba

3. El defecto básico

Uno no puede escapar a la inquietud con sólo cambiar de ocupación, mientras persista la ignorancia fundamental. Impelido por el deseo de mayor comodidad y la necesidad de satisfacer algunos gustos pasajeros, uno no puede lograr satisfacción duradera. Es como tratar de mejorar las condiciones en un cuarto oscuro, cambiando de sitio el mobiliario. Por otro lado, si se enciende la luz, aunque los muebles permanezcan en su lugar original, la iluminación facilita el transito en el cuarto. No hay entonces necesidad alguna de cambiar los muebles.

Similarmente, en este mundo en penumbras resulta difícil desplazarse en concordancia con la Verdad, con corrección y en forma pacífica, sin chocar con algún obstáculo. ¿Cómo podemos entonces triunfar? ¡Enciendan la lámpara! Dejemos que ella revele la realidad: obtengamos la luz de la sabiduría Ello resolverá todas las dificultades. Uno puede declarar que vive de acuerdo con los preceptos de la virtud y la moralidad. Pero el defecto básico consiste en no llevar a cabo nuestros actos con un espíritu de dedicación. Si fuesen actos de dedicación, llevarían la estampa de la virtud auténtica, del auténtico Dharma.

Algunas personas pueden sentir una duda y decir: "¿podemos entonces herir y matar en nombre de Dios, dedicándole la acción?" Pero, ¿cómo puede concebirse que una persona logre dedicar todas sus acciones a Dios, sin ser, al mismo tiempo, puro en pensamiento, palabra y obra? El Amor, la Ecuanimidad, la Rectitud, la No-violencia son las virtudes que acompañan al siervo de Dios. ¿Pueden la crueldad y la insensibilidad coexistir con estas virtudes? Para exhibir desprendimiento, espíritu de sacrificio y eminencia espiritual, hay que actuar, para empezar, desde el ángulo de la dedicación. Hay que conquistar, como paso primero, cuatro características: Ecuanimidad, Verdad, No-violencia y Amor. Si uno no posee estas cualidades, con sólo hablar, las obras no serán una ofrenda.

Las obras que son expresión de la virtud, son inmortales y sólo aquellos que lo saben pueden llevarlas a cabo. Ese es el destino más elevado del hombre. En vez de alcanzarlo, está entregado a cometer actos contra la virtud, actos inmorales. El hombre está degradándose por doquier, desmintiendo su condición de hijo de la eternidad y convirtiéndose en criatura de futilidad. -teniendo el néctar de los dioses a su alcance, está bebiendo el veneno de los placeres sensuales. Descuidando el gozo de la contemplación de la fundamental Realidad Espiritual del Universo, se va enredando en los lazos externos que pertenecen a este mundo tangible y que son sólo apariencias. Uno no puede más que lamentarse de que esta fatalidad se haya apoderado del ser humano.

También en el Gita (Evangelio; verdadero texto de la Rectitud) se declara en el cap.14 :

"Yo soy el Principio Universal, la Verdad básica del Universo, de la Inmortalidad Positiva, de la Virtud Eterna y de la Dicha Perenne".

Brahmano hi prathishtha aham amrithasya avyayasya cha. Shaashvathasya cha dharmasya sukhasya aikaanthikasya cha.

Esta virtud que conduce a la inmortalidad, es la que describen las Upanishads, (parte de las escrituras del Hinduismo, que siguen a los Vedas y constituyen la parte mística e intangible de ellas) y puesto que el Gita es la simiente o esencia de las Upanishads, lo mismo es enfatizado allí. La vida virtuosa, la vida dhármica, es como el aliento mismo del hombre: es el camino a la autorrealización. Aquellos que lo recorren son amados por Dios;

El mora en todos los que son sinceros, cuyas obras surgen del impulso de la virtud. Esa es la razón por la cual el Gita instruye a Arjuna a que desarrolle ciertas cualidades que ayudan a practicar la virtud espiritual. (Cap. XII, versos 13-20). Los que han penetrado hondamente en el significado del Gita, lo recordarán. Lo más importante en ese pasaje es :

Pero aquellos que veneran este camino dhármico a la inmortalidad y que se comprometen completamente con la fe, haciendoMe su meta suprema, son muy queridos para mí.

Ye thu dharmyaamritham idham yathoktham paryupaasathe. Shraddhadhaanaa Math parama bhakthaasthe atheeva me priyah.

¡Qué gran idea transmite este versículo ! es el verso final de la serie que les da las cualidades que tienen que desarrollar. Hace un llamamiento a todo el grupo de caminos dhármicos a la inmortalidad (dharmya-amritham)! El Señor ha declarado alli mismo que quienes tienen estas cualidades, quienes confían en Él como el único objetivo final, quienes se unen a Él con ese solo propósito, son los más queridas y más cercanos a él.

Pongan atención en la expresión: camino dhármico a la inmortalidad. Hay que pensarla, meditarla e inspirarse en ella. El Néctar de la Gracia Divina se concede sólo a aquellos que se adhieren a la virtud que El prescribe. La gente simple cree que le tiene devoción a Dios, pero no se detiene a preguntarse si El les tiene Amor a ellos. La gente que se desvive por descubrir esto es escasa, y ello representa la verdadera medida del éxito en el esfuerzo espiritual.

La misma persona es rey para sus súbditos, hijo para sus padres, enemigo de sus enemigos, esposo de su esposa y padre de su hijo. Interpreta varios papeles. Sin embargo, si se le pregunta quién es él, seria erróneo si se definiese sobre la base de cualquiera de estas relaciones. Estas relaciones son características pertinentes a las relaciones o las actividades físicas. Todos los términos denotan parentesco físico o relaciones profesionales, nombres relacionados con condiciones temporales. Tampoco podría definirse diciendo que es la cabeza, los pies, las manos, etc., pues éstos son nada más que extremidades de la forma física. El es más real, más auténtico que todas las extremidades, está más allá de nombres y formas que son todas falsedades que ocultan su Realidad básica. El es conocido por el nombre “Yo”; reflexionen bien acerca de esa identidad, y descubran quién es realmente ese “Yo”.

Aun cuando es tan duro analizar y comprender vuestra propia identidad, ¿cómo se atreven a formar juicio sobre otras identidades con precisión y certeza? Aquello que llamamos “Yo” y “Tú” se refiere al cuerpo, a la apariencia, estos no son Realidad. El Alma es Una e indivisible; la virtud basada en ese conocimiento es verdadera virtud.

Algunos preguntan: "Tú mencionas continuamente Alma, Alma, pues bien, ¿cómo se relaciona la forma con esa Alma?". Pero, ¿puede acaso el Alma adquirir forma? Es eterna, no se ve afectada por cambio alguno, es inmortal. Es bondad, rectitud, caridad, justicia. Es inmutable e inmaculada No puede ser limitada por ningún nombre o forma en particular. Puede ser captada por la sabiduría que alborea en el cuerpo apegado a la actividad, el cuerpo que se adquirió como resultado de esa actividad. El cuerpo es el que tiene nombre y forma y por eso, en cada actividad del cuerpo, deben manifestar virtud espiritual, la virtud basada en la conciencia del Alma.

Se ha dicho que el Alma no es masculina ni femenina, no es oveja ni vacuno, no es caballo ni elefante, no es ave ni árbol, pues está por encima de tales categorías. Estas distinciones y diferencias surgen de la actividad como base. El Alma es incapaz de modificación; lo único que se puede afirmar a su respecto es que ES. La suma y sustancia de todo esto es que el Alma es lo Absoluto, la meta que trasciende todo. Todo el resto es particular, insignificante, falso, irreal, capaz de ser distinguido e identificado.

Tornemos un palanquín- Antes de ser transformado en ese objeto, era un árbol que fue transformado en tablas de madera y finalmente en un palanquín. Con cada cambio de forma el nombre también fue cambiando. Al ir sentado en el palanquín, nadie diría que está sobre un pedazo de madera o parte de un árbol. Los objetos sufren cambios, no son eternos, por lo tanto no son reales.

Los objetos pueden ser distinguidos mediante nombre y forma. Pueden ser descriptos solamente gracias a sus características, pues son artificiales y temporales.

¿Qué es exactamente una silla? Es una modificación particular de la madera, ¿no es cierto? Quiten la madera, y la silla también desaparece. Piensen en la madera que es la sustancia y la “apariencia” de la silla desaparecerá. ¡De la misma manera sucede con la virtud! Las obligaciones morales inherentes a las profesiones y oficios como miembro de la comunidad; los deberes inherentes a la etapa de la vida correspondiente a la de jefe de familia, estudiante, monje, asceta, etc., estas y otras obligaciones... Los mandamientos de las diversas religiones son modificaciones de la virtud básica, como la silla, el banco y el palanquín lo son de la madera. Las variedades separadas desaparecerán tan pronto penetren hondamente en su naturaleza. Las virtudes y obligaciones corporales se desvanecen y la virtud espiritual prevalece. Desaparecen los diferentes artículos mobiliarios y queda sólo la madera. De la misma forma las obligaciones objetivas desaparecen y solamente la virtud del Alma brilla en su prístina gloria.

Naturalmente para la carrera mundana las virtudes corporales son importantes. No voy a decir que no lo son. Así como la madera se hace mueble y se utiliza, la virtud espiritual, la virtud eterna debe ser moldeada en las obligaciones de condición social, de estado temporal y de religión. La esencia es la misma en todas ellas, la sustancia es idéntica en cada forma separada. ¿Cómo podría la sustancia agotarse? Puede solamente ser transformada, cambiada y sus varias modificaciones, denominadas en forma diferente cuando se usan para propósitos diferentes.

La virtud espiritual puede visualizarse por separado y dividirse en categorías para diferentes propósitos, así como la madera es aserrada, martillada, ensamblada, arreglada y reacondicionada pero pese a ello es siempre la básica virtud espiritual. Mientras se deriven diferentes sistemas de virtud y moralidad de esa "madera", no hay perjuicio alguno. ¡Sin embargo, recuerden que los muebles jamás podrán reagruparse para reconstituir el árbol original! Apliquen esa virtud espiritual en los campos de la actividad seglar, pero no se la llame virtud espiritual, pues eso equivaldría a una infidelidad. ¡Sería engañar al Absoluto, al Ideal!

La virtud, el Dharma, es la senda moral, el sendero moral es la Luz, la Luz es Bienaventuranza. La virtud se caracteriza por Santidad, Paz, Verdad y Ecuanimidad. La Virtud es Unión, Fusión, es Verdad Eterna. Sus atributos son justicia, control de los sentidos, sentido de honor, Amor, dignidad, bondad, meditación, simpatía y no violencia Tal es la virtud que persiste a través de las edades. Conduce al individuo al Amor y a la Unidad universal. Es la disciplina más elevada y la más beneficiosa.

Todo este "florecer", este desarrollo, comenzó con la virtud. Todo se halla establecido en la Verdad inmutable, Verdad que es inseparable de la Virtud. La Verdad es la ley del Universo, que hace que el sol y la luna giren en sus órbitas. La virtud es los Vedas, las fórmulas sagradas (mantras) y la sabiduría que ellas confieren. La virtud es la trayectoria, el sendero y la ley. Dondequiera que haya adherencia a la moralidad, allí se ve la virtud de la Verdad en acción. En el Bhagavata (escrituras sagradas antiguas que describen los actos y las maravillas de la encarnación de Krishna) se ha dicho: "donde se practica la virtud, allí está Krishna; donde la virtud y Krishna se encuentran juntos, allí está la victoria". La virtud es la personificación misma del Supremo Hacedor; y como el mundo mismo es el cuerpo místico del Hacedor, el mundo no es sino una denominación alternativa para el Orden Moral. Nadie puede negar esto, ni ahora, ni nunca.