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Libros escritos por Sai Baba

18. El escape de Takshaka

EL ESCAPE DE TAKSHAKA

Cuando Vyasa le concedió esto en respuesta a su insistencia, Parikshit, que era todo atención, le contestó con una voz confusa por la emoción: "Maestro, no veo claro las razones por las cuales mi abuelo destruyó el bosque de Kandava por medio de una conflagración. Dime cómo lo ayudó el Señor Krishna en esta hazaña. Hazme feliz relatándome este episodio". Parikshit se postró a los pies del santo y le rogó que él describiera esto. Vyasa le hizo un cumplido diciéndole: "Bien, has hecho una pregunta que te da un buen crédito, te daré gusto".

El continuó : "Una vez que Krishna y Arjuna estaban descansando felices en las arenas del Yamuna, ajenos al mundo y sus enredos, un anciano brahmín se aproximó a ellos y les dijo: "Hijos, tengo mucha hambre, denme un poco de comida para calmarla. No podré permanecer vivo a menos que ustedes me den esto". Al oír estas palabras ambos se dieron cuenta de su extraña presencia. Aunque exteriormente parecía normal, había un resplandor divino alrededor de él que lo señalaba como alguien especial. En ese momento Krishna fue hacia él y le habló así: "Gran Brahmín, tú no pareces un simple humano. Tú no te saciarás con alimento ordinario, puedo adivinarlo. Pídeme la comida que desees en verdad que Yo te la daré". Arjuna se mantuvo a cierta distancia observando esta plática con admiración, pues había oído a Krishna (quien alivia el hambre de todos los seres en todos los mundos) preguntarle a este magro y hambriento brahmín cuál era el alimento que lo complacería. Krishna le preguntaba tan suavemente y con tanta consideración, que Arjuna estaba lleno de curiosidad y sorpresa.

De repente el brahmín estalló en risas y le dijo: "Señor, ¿no me reconoces? No existe nada en este mundo, nada en todos los catorce mundos que esté más allá de Tu alcance. Yo soy prana, un principio vital en Tu Creación. Yo soy Agni, el principio del fuego. Tengo mucha pena en informarte que incluso yo he caído enfermo. Siento que para curar mi indigestión debo consumir el jugo arbóreo del bosque Kandava. Este bosque debe arder en llamas, sólo eso puede calmar mi hambre y restablecer mi apetito".

En ese momento Krishna le contestó: "Bueno, consúmelo, ¿por qué vienes a Mí para esto? ¡Esto es verdaderamente asombroso, tú tienes el poder de reducir el universo a cenizas! ¿Por qué imploras la ayuda de otros?" Cuando Krishna respondió así, pretendiendo no saber nada, Agni le contestó: "¡Señor! Tú sabes todo. ¿No vive en el bosque de Kandavavana la gran serpiente Takshaka con sus parientes, ayudantes y asociados? Indra, el dios de la lluvia, es su más cercano amigo. Por lo cual él asumió la responsabilidad de proteger la selva contra el fuego y otras calamidades. El ha dado su palabra de honor de que salvará el bosque y de esta forma protegerá a Takshaka. Así que tan pronto como yo empiece a devorar la selva, Indra enviará a sus ayudantes e inundará el lugar con lluvia y yo estaré tan lastimado e inactivo, que no podré comer nada más; es por esto que busco refugio en Ti".

Krishna se rió de sus temores y le dijo: "Si eso sucede nosotros te ayudaremos, dinos qué debemos hacer y estaremos listos". Agni estaba complacido y exclamó: "¡En verdad que me has bendecido, estoy salvado! Si Tú lo decides, puedes retener la lluvia que Indra verterá, cubriendo la selva con un techo de flechas que me permitirán consumir el bosque sin perturbarme". Krishna le aseguró que su petición sería cumplida. Tu abuelo le aseguró a Agni lo siguiente: "Tú puedes quemar el bosque sin titubear. Mis armas tienen suficiente poder para oponerse y vencer no sólo a Indra sino incluso a diez millones de ellos. Pero no tengo conmigo las flechas necesarias para esta operación ni el carruaje que pueda cargar todo ese peso. Si me consiguen esto, yo llevaré a cabo esta tarea, con el permiso y la Gracia de Krishna".

Agnideva, el dios del fuego, estaba feliz por esto y le concedió a Arjuna los dos dones: una funda de flechas interminables, de la cual se podían sacar flechas en forma continua, y un carruaje con la bandera de Maruti. Además creó el Agneyastra, el arma flamígera, y colocándola en las manos de Krishna, se alejó de ellos.

"Hijo, Parikshit, debes recordar que Krishna aceptó esa arma sólo para satisfacer al dios del fuego, El no tiene necesidad de dichas armas. No existe arma más efectiva que su voluntad, la cual puede en una fracción de segundo transformar la tierra en el cielo y el cielo en la tierra. El actúa el papel humano cuando se mueve entre la gente y por lo tanto, el hombre lo encasilla con sus propias suposiciones, sin entender el significado interno de sus actos. Esto no es sino la consecuencia de la ilusión que vela la visión del hombre".

"Después de alejarse de Krishna de esta forma, Agnideva empezó a consumir el bosque de Kadava y en ese preciso instante, tal como lo había anticipado, lndra envió a sus ayudantes en la misión de salvar el bosque de la destrucción. Sus esfuerzos por protegerlo fallaron y regresaron a informarle a su señor sus problemas, por lo cual Indra en persona junto con sus más aguerridos seguidores se lanzó hacia la escena para salvar al bosque de Kandava y se arrojó sobre tu abuelo Arjuna.

Arjuna lo recibió con una ráfaga de flechas de su famoso arco Gandiva. Indra también peleó con todo su poder. En pocos minutos los seguidores de Indra retrocedieron, incapaces de soportar las andanadas de flechas que los herían por todas partes. Indra se dio cuenta en ese momento de que la persona que lo estaba derrotando era su propio hijo Arjuna. Estaba agobiado por la vergüenza de esto. Aceptó que no podía derrotar a su propia descendencia y regresó triste y lastimado".

"Mientras tanto, el dios del fuego consumía el bosque alegremente y con gran apetito, devorando todo con sus miles de rojas lenguas y produciendo una gran conflagración. Después de esto sólo quedaron cenizas. Al ver esto, las aves y las bestias del bosque trataron en vano de escapar al holocausto, pero no pudieron lograrlo y fueron atrapadas por las llamas y asadas vivas. Krishna recorrió los alrededores del bosque en su carruaje, previniendo a todos sus habitantes para que corrieran hacia algún lugar abierto para mayor seguridad, especialmente por los animales y las serpientes. El descubrió a la serpiente Takshaka, una gran amiga de Indra, en su intento de escapar del fuego. Krishna llamó a Arjuna cerca de El y le señaló esto, lo cual le dio tiempo a Takshaka para arrastrarse y apresurarse hacia el Kurukshetra".

"Sin embargo Agni persiguió a la serpiente utilizando la ayuda del dios del viento para atraparla con su veloz rapidez; debido a esto Takshaka buscó refugio en Maya, el arquitecto de los dioses protectores y de los demonios; ella y Maya se movían velozmente hacia el Kurukshetra. Al hacerlo Krishna los descubrió y persiguió. En ese preciso instante Maya se rindió a Arjuna y le pidió su protección para él y para su protegida Takshaka. Arjuna les concedió su deseo y Maya, lleno de gratitud, de postró a sus pies y le dijo: '¡Oh, hijo de Pandu, nunca olvidaré tu amabilidad. Cualquier cosa que esté a mi alcance la haré gustosamente para ti. Sólo tienes que decirme lo que deseas.

Tu abuelo reflexionó por algunos momentos y le contestó: `Maya, si en verdad estás ansioso de satisfacerme, te pido una sola cosa: Construye un salón de asambleas como no haya otro igual en la tierra, para que mi hermano pueda tener su corte. Debe ser tan grandioso que ningún dios o demonio tenga opción de construirlo por sí mismo. Debe dejar maravillados a todos aquellos que lo vean. No tengo ningún otro deseo más que éste'. Krishna también agregó una sugerencia: 'En este salón maravilloso deberás construir un trono excelso, único, para que Dharmaraja se siente. Sólo así el salón podrá ser completamente majestuoso'.

¿Te das cuenta, Parikshit, cuánto amaba Krishna a tu abuelo? ¿Necesitas una prueba más convincente que ésta para comprobar que El siempre está plenamente atento al bienestar de sus devotos?". "El malvado Duryodana estaba desquiciado por la envidia al ver el asombroso salón. ¡Duryodana, Dusasana y sus acompañantes estaban desconcertados y turbados por la humillación, cuando fueron víctimas de la ilusión de creer que había agua en donde no había y que había puertas en los lugares en donde no había puertas! Ellos tropezaron en muchos lugares y se golpearon las cabezas contra muchos muros; de esta forma desarrollaron un odio inextinguible en contra de los Pandavas. Los Kauravas planearon incesantemente la aniquilación de los Pandavas, pero éstos tenían la Gracia de Krishna en gran medida y fueron capaces de vencerlos como si se hubiera tratado de un juego de niños. También pudieron gozar de las variadas manifestaciones de su benevolencia. Los Kauravas, también cultivaron un violento odio contra Krishna porque sabían que el hijo de Yashoda era el que les otorgaba la fortuna a los Pandavas; pero, ¿quién puede hacer algo en contra del Señor mismo de toda la Creación? Abrigar odio contra El era una señal de ignorancia por parte de ellos, eso era todo".

Cuando Vyasa le relataba en esta forma la historia de Takshaka, Parikshit lo escuchaba con atención absorta y cuando terminó le preguntó sorprendido: "¿Cuál fue la razón que provocó que los malvados Kauravas maltrataran e insultaran a mi abuela Draupadi? ¿Cómo soportaron mis abuelos todos los insultos que le hicieron a su esposa; a qué se debió que sólo fueron meros testigos, incapaces de vengarse o de castigarlos a pesar de su valentía y su indudable hombría cuando su esposa era deshonrada públicamente en la corte real? Está más allá de mi comprensión el por qué pudieron suceder estos incidentes. Dime los hechos reales, e ilumíname. Tú puedes aclarar mis dudas, estoy seguro".