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Libros escritos por Sai Baba

17. Recapitulando el pasado

RECAPITULANDO EL PASADO

El emperador Parikshit viajó por los Estados a lo largo de todo el continente indio y al escuchar las experiencias de muchos santos y eruditos que vivieron en esos dorados días se enteró de las excelencias administrativas del reinado de sus abuelos, de la relación tan especial que se estableció entre ellos y el Señor Krishna, quien había venido a la tierra como un hombre. Cuando efectuaba sus viajes reflexionaba sobre esos regocijantes recuerdos. Algunas veces sentía remordimientos que lo abrumaban, cuando pensaba que él no había nacido en esos días, en los cuales sus abuelos estaban inmersos en esas celestiales bendiciones.

Mientras estaba así, inmerso en esta forma de regocijo por los recuerdos de los anales históricos de sus abuelos y la gloria de esos días ya pasados con Krishna, Vyasa, el gran santo, apareció delante de él en forma realmente inesperada. Parikshit le dio la bienvenida con grandes reverencias y lo sentó en un asiento elevado. El santo elogió el reinado de Parikshit y dijo que le recordaba el de los Pandavas. El joven rey escuchó respetuosamente su plática. Después de un tiempo, Vyasa le dijo: "Debo irme ahora, hijo", pero Parikshit le contestó: "Es como colocar un plato de manjares enfrente de un hombre hambriento y en el preciso instante en el que él estira la mano, retirarlo. Tus cúmulos de experiencias con mis abuelos y con el esplendor de Sri Krishna son como los más preciados tesoros esparcidos ante mí; pero me causas la más dolorosa decepción al rehusarte a contármelos. Tu partida en este instante me hace sentirirremediablemente triste".

Le suplicó al santo que permaneciera un poco más de tiempo. "Por favor, dime en qué misión has venido. Quédate conmigo por unos momentos más y calma esta hambre que me corroe. No tuve la gran fortuna que mis abuelos tuvieron al pasar sus vidas con el Señor en persona. Podría salvarme del decaimiento al escuchar al menos sus aventuras y acerca de su devoción, que los hizo merecedores de su gracia". Viendo que el rey le rogaba con gran interés y humildad, Vyasa le dijo: "Hijo, no sientas que eres inferior en alguna forma o menos dotado de buena fortuna. Yo afirmo que nadie ha tenido una suerte como la que tú has obtenido, porque tú atrajiste la gracia del Señor en el momento en que naciste. El Señor Vasudeva te dio el aliento de Su vida, te levantó en sus brazos y jugó contigo cuando aún eras un bebé. Tú también te aferraste tanto a él y tan íntimamente que difícilmente podías permanecer indiferente a él. El más joven de tus tíos abuelos, Sahadeva, tenía que separarte a la fuerza de Krishna y llevarte con las mujeres a las habitaciones interiores. Tú fuiste nombrado ceremoniosamente por el propio Vasudeva. ¡Qué escena tan memorable fue esa! Tú nos mostraste que eras un niño maravilloso, seguías con tus ojos al Señor Krishna hacia cualquier lugar que se dirigiera o se situara. Tú estabas siempre empleando la búsqueda intensa para saber dónde estaba, como si nadie más existiera en el salón ese día. Krishna se escondió muy hábilmente detrás de las columnas y trató en varias formas de distraer tu atención, ¡pero probaste ser muy listo aun para El! Tus ojos lo buscaban solamente a El, sólo veían hacia El y a su espléndida figura. Todos los que estuvimos presentes nos quedamos maravillados de tu devoción y concentración. Parecía como si examinaras cada rostro tratando de saber si era de Krishna o no; tu cara se entristecía cuando veías que no era la Suya y se iluminó cuando tus ojos lo vieron a El, solamente a El. Los sabios y eruditos, gentes del pueblo, rajás y mercaderes se daban cuenta de que tú eras un niño notable. Por esta razón, cuando tu abuelo Dharmaraja le rogó a El que te pusiera un nombre adecuado, te dio el nombre de Parikshit (aquel que examina o trata de encontrar algo determinado) debido a tu extraño comportamiento".

"Cuando el Señor le anunció este nombre a Dharmaraja ante la vasta congregación de gentes de la corte, eruditos y ascetas, todos aplaudían y exclamaban: "¡Muy apropiado, excelente, muy bien!" Siendo tan ricamente favorecido por la fortuna, no es correcto que te condenes tú mismo como desafortunado. Tú fuiste consentido por el Señor, jugó contigo y observó tus gracias; te dio el nombre. ¡Muy pocos tienen esa fortuna! No consideres éstos como simples obsequios de gracia".

De los ojos de Parikshit fluyeron lágrimas de alegría al oír estas palabras. Tenía una pregunta queriendo surgir de su boca; Vyasa lo vio y lo animó a hacerla, dándole una palmada en el hombro: "Hijo, parece como si desearas hacerme alguna pregunta, exprésala sin titubear, no temas". Ante esta actitud Parikshit se dio ánimos y le dijo: "¡Preciado maestro! El hombre no puede conocer el valor de la alegría ni de la pena, a menos que esté consciente de ella. Los felices contactos de los que tú me hablaste hace un momento me fueron brindados cuando difícilmente podía estar consciente de la bendición inherente en ellos. La verdadera alegría puede ser probada solamente cuando uno está conciente de su valor. Si se le regala un diamante de un billón de rupias a un niño, él lo tratará solamente como un trozo de vidrio. La felicidad de compartir un momento con el Señor, que obtuve en mi niñez, es tan inefectiva como la felicidad experimentada en vidas pasadas. Por lo tanto, no sé lo que fueron esos preciosos momentos. Si los hubiera tenido cuando era capaz de comprenderlos, entonces podría haber atesorado esa alegría para siempre. Ahora todo esto es una simple inferencia. No tengo una prueba visual de la gracia del Señor que recibí en ese entonces; por lo tanto, ahora dependo solamente de una prueba auditiva. Por favor, cuéntame acerca de la grandeza y gloria de Krishna, permite que mis oídos disfruten el néctar de esas historias".

Vyana se conmovió por sus ruegos y accedió: "Hijo, ¿acaso crees que sus lilas son solamente uno o dos? ¿Cómo puedo relatarte los lilas (Juegos Divinos) que están más allá de la capacidad de conteo de alguien? Así que entonces pregúntame acerca de lo que hizo en conexión con alguna persona en particular o durante algún incidente o situación específica y yo te describiré con mucho gusto todos los detalles". Parikshit estaba muy halagado con esto y le suplicó con las palmas de sus manos juntas: "Maestro, cuéntame cómo nació esa gran relación entre mis abuelos y el Señor Krishna".

Vyasa estalló en risas y le dijo: "Hijo, me sorprende mucho tu ansia, pues un individuo puede obtener sabiduría sólo con una vehemencia de tal naturaleza. Estoy muy complacido de que tengas este profundo anhelo, así que te contaré lo que me has pedido; escucha". Al decir esto Vyasa se acomodó en su asiento. Parikshit también se alistó a escuchar con su corazón desbordándose de alegría y con sus oídos que se aguzaban por las ansias de escuchar.

"Hijo, el rey Drupada empezó a preocuparse por el deseo de darle a su única hija un novio apropiado en su matrimonio. Sin embargo, no había tenido éxito en encontrar uno solo, a pesar de lo afanoso de su búsqueda. A causa de esto tuvo que anunciar un festival para la selección de esposo. Reyes de gran poder y majestad se congregaron en su capital, al igual que eruditos y sabios dotados de personalidades encantadoras, todos deseosos de casarse con la princesa cuya belleza era inigualable en los tres mundos. Todos ellos estaban orgullosos de sus riquezas y valor, por lo cual sentían que podían ganársela a través de estas cualidades".

"El rey mandó erigir un artefacto en el salón de asambleas, el cual tenía una rueda que giraba a gran velocidad en lo alto de un pilar, la cual se reflejaba en un espejo de agua situado debajo de esa columna. La rueda tenía un pez atado a ella. Se les pidió a los que competían por la mano de la princesa que pasaran al frente uno por uno y utilizando sus arcos y viendo el reflejo tiraran y acertaran al pez que era el blanco allá arriba. Drupada anunció su intención de dar en matrimonio a su hija a quien acertara al blanco dispuesto en esa forma. La ciudad estaba llena de príncipes y reyes que habían llegado para probar su suerte en este festival de arquería tan especial".

"Las noticias de este festival llegaron a oídos de tus abuelos. Ellos habían asumido el papel de brahmines para eludir a los malvados Kauravas. En un principio sintieron que no deberían salir en forma abierta en esa ocasión, pero tu abuelo Arjuna logró persuadir a sus hermanos de asistir al festival del valor, pues, como él les dijo, ningún guerrero debería permanecer lejos cuando todos los arqueros competían por un valioso premio".

"Así sucedió que los cinco hermanos se sentaron entre los concurrentes portando la vestimenta de brahmines semejando a una manada de leones, luciendo un halo de heroísmo alrededor de ellos. Todas las miradas se dirigían hacia el lugar donde estaban ellos sentados; la gente comentaba acerca de su presencia, muchos con admiración, algunos en forma sarcástica; otros los alababan como campeones, otros se mofaban de ellos tildándolos de cazadores de premios o improvisados. Los murmullos que se levantaron con su presencia se esparcieron por todo el recinto".

"El Señor Krishna había llegado al festival. Sus ojos estuvieron atentos a Arjuna todo el tiempo. Esto fue notado por Balarama, su hermano, quien le hizo un comentario a Krishna. Finalmente, el torneo del festival comenzó; uno tras otro, los candidatos se dirigieron hasta la imagen que se veía en el agua y lanzaron sus flechas hacia elpez que giraba arriba. Todos fallaron y retornaban pálidos por la humillación. Muchos regresaron a sus asientos apesadumbrados por la decepción y la vergüenza y se sentaron cabizbajos.

Krishna no tenía intenciones de levantarse y tratar de probar sus flechas, por lo que se sentó tranquilamente en su lugar. Si él hubiera querido, podía haber acertado fácilmente en el pez y haber ganado; pero, ¿quién puede sondear las profundidades de su mente?"

"En cierto momento Arjuna se levantó y se acercó hacia el aparato despidiendo un relámpago de deslumbrante brillo sobre la asistencia, por el aura de heroísmo de su personalidad. La princesa Draupadi levantó su cara y lo observó con admiración. Su mente se fundió en ese relámpago de luz. En un instante, la flecha de Arjuna partió el pez y ganó. Los aplausos de la multitud se elevaron hasta los confines. La princesa llegó hasta él y lo tomó en matrimonio colocándole una guirnalda de flores alrededor del cuello y tomándolo de la mano".

"Cuando Arjuna salió del salón tomado de la mano de la novia, un tumulto de reyes y príncipes vencidos gritaban que las reglas del torneo se habían violado, ya que un brahmín no tenía derecho a competir en arquería y le había sido permitido participar y ser declarado vencedor. Todos ellos se precipitaron sobre tu abuelo como una masa furiosa, pero Bhima arrancó un enorme árbol de raíz y lo usó como arma contra los derrotados reyes".

"Krishna y Balarama se sonreían para sus adentros al observar la pelea entre los decepcionados grupos de aspirantes y los hermanos Pandavas, apreciando la exitosa hazaña de Arjuna. Tus abuelos no sabían quiénes eran ellos, nunca antes los habían visto".

"Los Pandavas llegaron a su residencia, la humilde casa de un alfarero, con su recién ganada novia, la hija de Drupada, y cuando Dharmaraja, el hermano mayor, estaba describiendo con gran emoción los incidentes del día, entraron en esa humilde cabaña Balarama y Krishna, quien iba vestido con seda amarilla en una forma majestuosa que llamaba la atención. Ambos se postraron a los pies de la ya entrada en años Kunti, la madre de tus abuelos, y le dijeron presentándose: '¡Tía! Somos tus sobrinos, somos los hijos de panda y Yashoda'. Después tocaron los pies de Dharmaraja, postrándose ambos ante él. Krishna se aproximó a Arjuna y lo puso a un lado de El, como una sencilla expresión de su afecto. 'Yo te conozco pero tú no me conoces, te estoy viendo por primera vez, soy el hijo de Vasudeva, mi nombre es Sri Krishna. Soy más joven que tú, pero aun así, cuando lograste la victoria en el palacio real, los reconocí como los hermanos Pandavas y así supe que ustedes habían escapado del palacio de laca, en donde estaban alojados cuando fue incendiado. En el momento en que mis ojos se posaron en ustedes, entre esa multitud de aspirantes, de alguna manera sentí que tú eras Arjuna y se lo dije a mi hermano. El es mi hermano Balarama. Estaba muy contento de haberlos reconocido y mi hermano también compartió esta alegría. Al fin pude conocerlos. La novia es la encarnación de la virtud y la inteligencia".

"Después de hablar así, Krishna llamó a Arjuna aparte y le murmuró al oído: 'Primo, no es aconsejable que salgas al descubierto tan pronto. Permanezcan disfrazados por períodos cortos en un lugar y después en otro por algún tiempo más'. Después se despidió de su tía y de los demás y se retiró con su hermano mayor Balarama".

"Desde ese día, el afecto entre Krishna y Arjuna creció más y más intensamente, se convirtió en un enorme árbol que dio ricos frutos llenos de dulzura que ellos compartieron. Sus mentes se fundieron en esa dulzura y se convirtieron en una. ¡Presta atención! La primera vez que tu abuelo se encontró con el Señor Krishna, El se encontraba en la sala matrimonial de Draupadi. El significado de esto estriba en el hecho de que ellos estuvieron muy unidos a través de los años con lazos de amor, afecto y amistad inquebrantable. Para consumar esa amistad, Krishna le reveló la más elevada sabiduría. ¿Te das cuenta cuán cercano estaba tu abuelo de ese Consumado Tramposo?" Con esta frase Vyasa se levantó y juntó sus cosas en un intento de retirarse de ese lugar.

Al observar esto, Parikshit le suplicó conmovedoramente, limpiando las lágrimas de alegría que llenaban sus ojos: "¡Maestro! Con la descripción de sus lilas y Su gracia has hecho que el Señor se pose claramente ante mí. Por favor, cuéntame más acerca de las muchas ocasiones en que el Señor derramó Su misericordia sobre mis abuelos; de cómo El se movió tan cerca de ellos y cómo los rescató de las catástrofes; el sueño ha abandonado mis ojos y esto me impulsa a oír las historias de Dios. Haz esta noche sagrada relatándome la gloria del Señor. Sólo esto puede darme satisfacción. Déjame pasar la noche en los pensamientos de El... Tu silencio me está causando un gran sufrimiento".

Al ver el gran interés y devoción de Parikshit, Vyasa cambió su decisión y le dijo: "Si los poderosos milagros de Krishna fueran uno o dos, podría habérteles descrito ya. Aunque alguien tuviera un billón de lenguas y toda la eternidad ante él, no podría nunca terminar la descripción de su majestuosidad. Todos los dioses se han postrado ante El con las palmas de las manos juntas. En ocasiones El puede elevar a sus devotos hasta los cielos y muy pronto los arrastra hasta las profundidades. El trata al mundo como una obra de marionetas. El siempre está radiante con su sonrisa, nunca ha conocido la ansiedad, la decepción o la preocupación. A veces se comportaba como un hombre común, algunas veces como un inocente niño, otras como un pariente cercano o como un amigo íntimo o como un monarca pleno de maestría. En otras ocasiones se comportaba como un juguetón niño vaquero. El tiene la capacidad y la habilidad de actuar todos los papeles con una distinción única. El amaba a tu abuelo Arjuna con especial fervor, acostumbraba a llevarlo con El a cualquier lugar y en toda ocasión. Arjuna incluso podía andar libremente en las habitaciones interiores de la residencia del Señor. El Señor acostumbraba a jugar con tu abuelo en las aguas del río Yamuna, sumergiéndose en un lugar y surgiendo en un punto distante para sorprenderlo, desafiándolo a tratar de hacer lo mismo si podía; competía con El en varios juegos de tal naturaleza que desafían cualquier descripción o nombre. En ocasiones, repentinamente, solía llevar a Arjuna a un lugar solitario y conversar con él acerca de algunos misterios. Frecuentemente prescindía de la suave cama de seda y en su lugar dormía poniendo su cabeza en el regazo de Arjuna".

"Tu abuelo también correspondía plenamente a ese amor. Aunque algunas veces se les veía enojados el uno contra el otro, discutiendo, cambiaban muy pronto su actitud y rápidamente reanudaban su conversación amistosa. Querido hijo, se puede decir que ellos eran como Nara y Narayana, como el cuerpo y el aliento vital; no había Arjuna sin Krishna ni Krishna sin Arjuna. No había secretos que tu abuelo no compartiera con Krishna o que El no compartiera con Arjuna. ¿Qué episodio en particular te puedo contar ahora? Pregúntame de alguno del cual quisieras saber más y gustosamente te lo relataré".