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Discursos dados por Sai Baba

14. 29/03/67 Miembros del Cuerpo Divino

Miembros del Cuerpo Divino

Miembros del Cuerpo Divino

29 de Marzo de 1967

Bombay

Ustedes son llamados sevaks (servidores) porque se dedican al seva (servicio). ¿Qué es exactamente el seva? ¿Es la manera en la cual se manifiesta la devoción; una consecuencia de ella? ¿O es la causa de la devoción, uno de los métodos por los cuales la devoción es expresada y desarrollada? No, no es ninguno de ellos. No es la condición sine qua non de la devoción ni tampoco es el resultado de ella. Es la esencia misma de la devoción, el aliento mismo de un devoto, su naturaleza misma. Surge de la experiencia real del de voto, una experiencia que lo convence de que todos los seres son hijos de Dios, de que todos los cuerpos son altares donde Dios está instalado, de que todos los lugares son su residencia.

Consideren el servicio como la mejor práctica espiritual. Es una gran oportunidad que han tenido. Su trabajo en estas grandes asambleas es más beneficioso para su desarrollo espiritual que días de repetición del Nombre o de meditación. Pero no crean que pueden reformar al mundo por medio del servicio. Puede que lo hagan o puede que no. Esto no importa. El valor real del servicio, su resultado más visible, es que los reforme a ustedes. Hagan servicio como una práctica espiritual; entonces serán humildes y felices. No anden de un lado para otro alardeando de que están mejorando a otros; mejórense a sí mismos. Hagan del servicio una extensión de su repetición del Nombre y su meditación, o sea, éstas dos puestas en práctica, por decirlo así. ¿Cómo puede al guien meditar sobre un Dios que ama a los pobres y a los afligi dos y sin embargo permanecer indiferente cuando los pobres y los afligidos están a su alrededor?

No le doy el más mínimo valor a la repetición del Nombre que se hace a puertas cerradas y a eso de darle vueltas al rosario con ma nos que no saben ayudar. No aprecio la meditación que los hace sordos al grito del dolor. La meditación no debe endurecer al corazón; debe ablandarlo, como la mantequilla que se derrite al menor contacto con el calor. Seva es una gran oportunidad de ver al Dios que mora en todos. Rama habría podido rescatar a Sita sin ayuda; pero decidió otorgarles ese servicio a las huestes de los Vanaras, ya que eran los dioses que habían venido para reclamar esa oportunidad.

Cuando ustedes se destacan por su cualidad de servidores –deben de haber experimentado esto durante estos días– se encuentran con toda clase de personas: algunas muy cooperadoras, algunas que pelean, otras que obstruyen y algunas que discuten, unas que ame nazan, y otras más que cuestionan su motivo o autoridad.

El con tacto con ellas es una buena oportunidad de educación.

Fortalece su carácter y los adiestra a recibir con igual alegría tanto la alaban za como los vituperios. Déjenme preguntarles: ¿qué es lo que ustedes anhelan más? Es la gracia, ¿no es así? Mientras sus palabras y acciones estén de acuerdo con la verdad y la rectitud, mientras estén endulzadas por el amor e iluminadas por la paz, no necesitan preocuparse; tendrán la gracia en amplia medida.

Ayudar a las personas a que tengan el darshan que buscan tan ansiosamente, es un servicio loable. Ustedes son voluntarios aquí para ayudar a las personas que se agolpan en grandes números para obtener el darshan; no se lo impidan. Deben velar por que no se muevan demasiado o presionen hacia adelante o empujen a las personas mayores o más débiles. Vean que se sienten en filas silen ciosas para que puedan obtener un buen darshan cuando yo venga. Deben ayudar a los inválidos, a los ancianos y a los enfermos para que entren sin problemas y tomen sus asientos. No se agolpen ustedes para el darshan, como he visto a algunos hacer, abandonan do la tarea que les ha sido asignada. No pierdan el control; sean suaves y dulces, no importa la provocación. Tengan siempre una sonrisa en la cara. No se coloquen entre yo y aquellos que ansían el darshan. Pueden, en su resentimiento, empujarlos a un lado con fuerza y ustedes no tendrán ningún derecho de responder.

Deben contestar con una sonrisa, una disculpa, una explicación cortés acompañada de un saludo con las manos juntas.

Sé que aquellos de ustedes que están apostados en las rejas externas o en el jardín, en el recinto de bhajans o en el cuarto de zapatos, se sienten envidiosos de aquellos que están en los apartamentos internos de la residencia, algunos de ustedes salen a hacer diligencias a la ciudad y están ausentes de los bhajans, etcétera.

Debo decirles esto: no tengo ninguna marca especial de gracia para aquellos que están en mi puerta ni descuido al hombre que está en la reja. De hecho no tengo ningún “lejos” ni “cerca” geográfico; mi “lejos” y mi “cerca” no se calculan en kilómetros o metros.

La cercanía a mí no se adquiere por la cercanía física. Pueden estar a mi lado y sin embargo lejos; pueden estar lejos, muy lejos y sin embargo muy cercanos y queridos. No importa lo lejos que se encuentren, si se adhieren a la verdad, la rectitud, la paz y el amor, están cerca de mí y yo estoy cerca de ustedes; ésas son las señales que marcan el camino hacia mí.

Cuando sus ojos ven un mango maduro en el árbol, la lengua recuerda el sabor, la mente lo anhela, la espalda se inclina, los hombros se doblan, la mano busca una piedra, los dedos la agarran, el brazo la tira; y cuando la fruta cae, la mano la recoge, los dien tes la muerden, la garganta la hace bajar al estómago; y allí, más adelante, se convierte en sustento como recompensa al esfuerzo de todos; y es enviada como fuerza a los ojos y hombros, manos y de dos, dientes y lengua. Similarmente, cuando todos cooperan para darme alegría, les es otorgada la recompensa de la gracia.

Todos ustedes son miembros míos, alimentados por mí.

Ustedes constituyen el cuerpo de Sai. Sai les enviará sustento, dondequiera que se encuentren, cualquiera que sea su función, siempre que den a Sai las cosas que Sai considera dulces y deseables, como la virtud, la fe, la disciplina y la humildad. Sean felices de ser miembros del cuerpo de Sai: no se quejen de ser el pie y así tener que pisar el piso duro; no sean orgullosos de ser la cabeza y estar por encima de todos. Es la misma corriente sanguínea, la misma corriente de amor que circula en ambos. La función de cada uno es tan valiosa como la función de cualquier otro miembro.

La función de cada miembro es también única, recuérdenlo de modo que no den lugar al desa liento. Su papel es algo especial, que sólo ustedes pueden de sempeñar. No pueden caminar con su cabeza, no pueden pensar con sus pies. Cualquiera que sea su posición, gánense la gracia por su virtud; ésa es su principal ganancia.

No hay riqueza más satisfactoria que el contento. Comen lo que necesitan, no pueden comer más. Si se les obliga a comer más, se vuelve una tortura. Hay un límite que no es posible sobrepasar sin hacerse daño. Encuentren su medida, sus límites, y actúen; no desarrollen envidia de otros cuyas medidas sean mayores; tengan menos limitaciones y sus ámbitos sean menos estrechos.

Reafirmen el nivel que han alcanzado en la práctica; entonces, pongan toda su atención en el siguiente paso. Tengan una clara visión de la meta y avancen.

El servicio a Sai y el servicio a los devotos de Sai son iguales.

Cuando sirven a los devotos de Sai porque son devotos de Sai, ustedes ven a Sai en ellos, buscan complacer a Sai en ellos, reverencian a Sai en ellos. Es como servir a un templo donde esté instalado Sai, un salón donde se adora una imagen de Sai. Durante este período de servicio, piensan sólo en Sai; de manera que este adiestramiento los ayuda a purificar sus impulsos, santificar sus pensamientos, canalizar su devoción y expandir su amor. Estos son grandes pasos en la práctica espiritual, loables victorias. Cuando se dedican a la simple operación de enhebrar una aguja, noten cuánta concentración se necesita para hacerlo bien. Los dedos tienen que estar firmes, los ojos fijos y claros, el extremo del hilo debe estar torcido para formar una punta, la aguja debe ser mantenida quieta. El mismo cuidado debe tenerse para que cualquier otra operación tenga éxito. El nombre del Señor es el arco que ustedes levantan cuando elevan su voz en los bhajans; la mente es la flecha que po nen en él; de modo que fijen su ojo en Brahman, que es el blanco, y con esfuerzo fijo en un solo punto, disparen. Entonces podrán alcanzar la meta.

Veo que hay muchos jóvenes aquí; me alegro de que el Comité de Servicio les haya concedido esta valiosa experiencia. Hay volun tarios hombres y mujeres, de manera que debo mencionarles otro punto sobre el cual quiero insistir. Deben considerar a los demás como sus propios hermanos o hermanas. Me disgustan las habladurías poco serias, el parloteo frívolo, la conversación casual y que se agrupen hombres y mujeres frente a frente, en todo momento, y más especialmente durante las reuniones y ocasiones espirituales.

Deben ser modelos de comportamiento recto y cortés.

Deben ser buenos y parecer ser buenos con y ante todos. La belleza y el encanto externos son triviales y efímeros. La verdadera belleza consiste en la virtud, el autocontrol y el desprendimiento. La belleza (sundaram) surge de la bondad (shivam) y la bondad, de la verdad (sathyam). ¡Que esta regla sea su guía! Se ha sugerido establecer un cuerpo permanente de voluntarios que pudieran ser llamados cada vez que visito este lugar, de modo que las asam bleas a las que me dirijo y las sesiones de bhajans a las que asisto se realicen con un mínimo de inconvenientes para todos. Sugiero que el objeto debería ser más amplio y más expansivo. El Comité de Servicio Sathya Sai será el modelo para los de todas las demás ciudades. Sus miembros deben estar saturados de devoción por Dios y el hombre; deben tener las destrezas que han de hacerlos mejores instrumentos.

Quiero que sean servidores en todo momento, en todo lugar, no solamente cuando visito la ciudad o en los lugares donde hablo a las reuniones. ¿Cómo pueden rehusar hacer servicio bajo el pretexto de que no estoy presente en Bombay? Cada servicio que hagan con bondad y destreza a cualquiera que esté afligido en cualquier lugar de este mundo es Servicio Sathya Sai. Si un miembro masculino o femenino de la rama de servicio encuentra a una persona des mayada en la carretera o sufriendo dolor cuando va a la universidad o a la oficina, es deber suyo prestar toda la ayuda posible para aliviar el sufrimiento. No deben ignorarlo y seguir adelante.

Los servidores Sai deben estar deseosos de servir y deben ser adiestrados para ello, pues el servicio hecho por aquellos que toman mi nombre debe ser inteligente y sincero.

Un servidor no debe exaltarse ni desanimarse; deben adherirse al camino medio. Cuando Rama le pidió a Hanumán que marchara al sur y le describió los peligros de la ruta, éste no se desanimó; cuan do Rama le dio el anillo que debía entregar a Sita, él no se alegró de haber sido elegido para la suprema tarea y de haber recibido la gloriosa oportunidad. Sólo obedeció, para él fue suficiente la orden de su amo de ir. Hanumán es el voluntario ideal: eficiente, humilde, silencioso, atento, inteligente, deseoso, dedicado.

Desarrollen devoción y fe por medio de la recordación y de la repetición del Nombre. Practiquen el silencio y la dulzura. Sirvan a todos como personificaciones de Sai; ése es el mejor plan para realizar a Sai en ustedes.

Bombay, 29-III-66