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13. 27/05/00 Siempre cantar el nombre del Señor | 27 de Mayo de 2000
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En el Krita Yuga fueron las austeridades,
en el Treta Yuga fueron los yajnas,
en el Dwapara Yuga fue la adoración,
y ahora, en el Kali Yuga, es el namasmarana.
Encarnaciones del amor, estudiantes, muchachos y chicas: las enseñanzas de Manu ofrecen una guía insuperable para alcanzar la felicidad suprema y la alegría duradera en cada yuga o era. Manu declaró que, para el Krita Yuga, el camino correcto era las austeridades y la meditación; para el Treta Yuga, era realizar los yajnas apropiados [rituales védicos]; para el Dwapara Yuga, el camino prescrito era la adoración, y para la era de Kali, es el namasmarana o el constante canto del Nombre del Señor.
En aquellos días, todo era puro. El entorno estaba libre de contaminación, el alimento era puro y los hábitos eran sagrados. Todas las acciones se basaban en la verdad. Manu reconoció, ya entonces, la santidad de la vida humana y la divinidad latente en el ser humano. Habiendo comprendido esto, compartió este conocimiento con todos. Las declaraciones de Manu forman los cimientos de la cultura bharatiya.
La ignorancia ha alejado el temor al pecado;
el amor a Dios también ha desaparecido.
No es de extrañar que los valores humanos hayan desaparecido,
no es de extrañar que haya turbulencia por todas partes,
y no es de extrañar que la paz esté amenazada.
La gente del Krita Yuga estaba dedicada a la meditación constante en el Señor. No meditaban solo unos minutos, horas, ni siquiera días; estaban absortos siempre en el pensamiento de Dios. Se guiaban por la enseñanza de las Escrituras:
Sarvada Sarvakalesu Sarvatra Hari Cintanam.
«Contemplen a Dios en todo momento y en todas las circunstancias».
En aquellos días, la gente estaba más allá de deseos indignos y sentimientos de mentalidad estrecha. Sus corazones eran puros, sus sentimientos eran sagrados, sus mentes eran maduras y siempre estaban en la felicidad suprema. Por lo tanto, nunca albergaban deseos mezquinos o mundanos. Disfrutaban de la gracia de Dios y eran bendecidos con buenas cosechas, así como con todas las necesidades de la vida diaria. Hoy en día, no se encuentra gente así. La esencia de la cultura bharatiya se reflejaba ampliamente en el comportamiento, la conducta y los sentimientos sagrados de la gente del Krita Yuga. La gente de aquellos tiempos buscaba la unidad en la diversidad. No tenían ningún tipo de insatisfacción o descontento.
Un corazón sagrado produce una mente madura. En esa era, la vida avanzaba a un ritmo pausado. A diferencia de la gente de los tiempos modernos, que está atada a horarios rígidos, no tenían comidas específicas en horarios determinados, como desayuno, almuerzo, etc. No contaban con la amplia variedad de verduras que está disponible hoy. Sus alimentos eran, por tanto, muy simples; comían arroz con cuajada por la mañana y lo hacían nuevamente por la noche. Es por eso que la gente de aquellos días era saludable y fuerte. Aprovechaban todo el tiempo disponible para contemplar a Dios. Sin embargo, con el paso del tiempo, esta práctica de vida simple y pensamiento elevado comenzó a erosionarse lentamente.
Tras el Krita Yuga vino el Treta Yuga, cuando la devoción comenzó a declinar. Fue durante este período que surgieron los reyes y los reinos, y la política hizo su primera aparición. El rey gobernaba, y la gente seguía al rey. Así, se llegó a decir: «Como es el rey, así es la gente». El rey se convirtió en un modelo a seguir, que los súbditos imitaban. Ya no era posible dedicar tiempo a la meditación continua, como en tiempos anteriores. En cambio, se reservaban ciertos momentos y ocasiones específicas para la realización de diversos yajnas y yagas [rituales védicos]. Yajna es una ofrenda a Dios. También significa un acto desinteresado de sacrificio. La gente del Treta Yuga creía que los yajnas proporcionaban el camino hacia la Divinidad. Al igual que la gente de la era anterior, también ellos deseaban, anhelaban y se esforzaban por Dios; pero el camino que eligieron fue diferente. Con el tiempo, surgieron ciertas tendencias agresivas y egoístas que corrompieron los sentimientos sagrados originales detrás de los rituales védicos.
Después vino el Dwapara Yuga, cuando los yajnas y yagas retrocedieron lentamente al fondo, siendo reemplazados por archana o la adoración ritual. La gente de esta era buscaba llegar a Dios a través de la adoración realizada en momentos prescritos, mediante el estudio de las Escrituras y otros textos sagrados, y observando votos y otras austeridades. Con el tiempo, a medida que aumentaba el número de reyes, terratenientes y traficantes de poder, los asuntos de la política comenzaron a recibir una atención dominante, y todas las formas de adoración empezaron a declinar.
Para la gente de la actual era de Kali, hay una nueva prescripción, ya que no son posibles ni la meditación constante ni la realización de yajnas y yagas. Para alcanzar a Dios, todo lo que debemos hacer es el namasmarana, es decir, cantar constantemente el Nombre de Dios. No hay estipulaciones ni condiciones rígidas respecto al canto del Nombre de Dios: pueden cantar o simplemente recitar Su Nombre en cualquier momento, en cualquier lugar y bajo cualquier circunstancia. Al principio, solía ser un namasmarana incesante; pero lentamente, el tiempo dedicado a la búsqueda de este camino tan fácil hacia Dios ha disminuido. Solo con este hecho, pueden juzgar por ustedes mismos hasta qué punto ha declinado la gran cultura de Bharat.
En el Treta Yuga, Rama declaró:
Janani Janmabhumisca Svargadapi Gariyasi.
«La madre y la madre patria son más grandes que el mismo cielo».
Hoy, ¿a quién le importa la madre patria? ¿Quién adora a la madre patria? ¿Quién está impulsado por el patriotismo? No se encuentran tales sentimientos en ninguna parte. ¿Cuál es la razón de esta indiferencia? La política, fuertemente contaminada por diseños malvados, manipulaciones astutas e intereses claramente egoístas, es responsable de este trágico declive. Hoy, ¿quién se preocupa por el patriotismo? Hay muchos políticos, pero ¿hay alguien preocupado por mantener el prestigio del país? Nadie; todos están motivados únicamente por el egoísmo y el interés personal. Solo es un verdadero político aquel que está dispuesto a sacrificarlo todo por el bien del país. Pero lamentablemente, no se ve tal espíritu de sacrificio en ninguna parte. Los políticos de hoy explotan la riqueza y los recursos de la sociedad para su beneficio y progreso personal. Su esfuerzo se concentra enteramente en adquirir poder y alcanzar estatus. Su único deseo es disfrutar de una posición y estima en la sociedad. ¿Podemos permitirnos descuidar nuestro país de manera tan insensible? ¿Puede existir la política si no hay un país en primer lugar? ¿Cómo puede una persona que no respeta a su país ser jamás un político?
¿Puede un líder que no sabe lo que significa el servicio,
servir alguna vez a la gente y al país?
¿Puede aquel que ansía una posición
tener alguna vez un corazón puro?
¡Escuchen esta verdad, oh valientes hijos de Bharat!
Los políticos de hoy solo quieren poder y no el bienestar del país. Debido al extremo egoísmo e interés personal, la política se ha degradado completamente. Es esta política contaminada la que ha destruido la santidad de la cultura bharatiya. Se hacen mil promesas, pero ni siquiera una se cumple. Muchos hablan de la cultura bharatiya, pero nadie sabe si estas personas realmente entienden de qué trata nuestra cultura. ¿Qué bien ha resultado de esta práctica de poner la lealtad al partido por encima del país?
Swami dijo el otro día: «Uno más uno (1+1) es dos, mientras que uno menos uno (1-1) es cero». Supongan que eliminan los signos de más y menos; ¡entonces queda 11! Once es un número mucho mayor que uno; obtenemos este número mayor simplemente eliminando tanto el signo de más como el de menos. No necesitamos ni el más ni el menos. En realidad, el progreso de la nación depende del bienestar de la sociedad. Por lo tanto, debemos orar para que todos estén felices. Sin embargo, la política actual promueve tendencias divisivas. Los políticos dicen: «Tal persona es mía, mientras que tal otra es de ustedes». Esta separación en «mío» y «tuyo» no refleja más que una extrema estrechez mental. En cambio, debemos mantener el sentimiento de unidad y declarar: «Todos son míos, todos somos uno». Es el egoísmo lo que sume al país en la ruina. El día en que nos deshagamos de este egoísmo será el día en que el país dará un giro y tomará el camino hacia la prosperidad. Actualmente, todos están saturados de egoísmo e intereses personales. Esto no sirve; en cambio, debemos fomentar el sentimiento de que todos pertenecemos a una sola Familia Universal. Hoy, la población de Bharat es de aproximadamente cien crores (mil millones). Si cada uno de esta enorme cantidad de personas sintiera que todos son uno, ¡qué felicidad suprema sería! ¡Qué próspero sería el país! Pero los políticos y la gente de hoy parecen deleitarse en fragmentar el país en pequeños pedazos. ¿Cuál es la fuerza motivadora detrás de esta extrema tendencia divisiva? La gente imagina que, al tallar su propio pedazo de territorio, ¡pueden convertirse en ministros! ¿Qué clase de ministro sería una persona tan egoísta? Sería un individuo engañado que vive de minuto en minuto. ¡Podría perder su posición en cualquier momento! No debemos perseguir deseos tan insensatos.
Estudiantes, muchachos y chicas: ¡no entren nunca en la política! ¡En cambio, tomen el camino del servicio a la nación! (fuerte aplauso) Deseen el bienestar de todo el universo, y oren por él. Desarrollen el sentido de unidad y destierren el sentimiento de diferencias. Este es el verdadero servicio al país. Deben vivir en unidad y estar cargados con el sentimiento de que todos son sus hermanas y hermanos. Su sentido de unión debe superar incluso el que se encuentra entre los miembros de una familia. Todos saben que cuando Vivekananda pronunció en Chicago su discurso sobre la sabiduría de nuestros antepasados, en el Parlamento de las Religiones, comenzó con las palabras «hermanos y hermanas de Estados Unidos». El público quedó tan emocionado al escuchar esto que le dieron una ovación de pie. Estaban muy felices de ser aludidos como hermanos y hermanas. Sin embargo, hoy, los bharatiyas tienen vergüenza de considerar a los demás como hermanos y hermanas.
Aquello que fomenta el sentimiento de paz universal,
aquello que disipa los sentimientos estrechos,
aquello que los sumerge en el néctar de la unidad,
no es la educación, sino el espíritu de la humanidad.
Debemos difundir ese espíritu entre todos. La condición humana es algo que vino con nosotros al nacer, no después. El ser humano y la cualidad llamada condición humana surgieron al mismo tiempo. ¿Cómo es que hemos olvidado un sentimiento tan divino?
¡Qué grande es la cultura bharatiya! Los ideales que sostiene no son solo para los ciudadanos de este país, sino para toda la humanidad. La cultura es aquello que refina al hombre. El refinamiento implica la eliminación de los rasgos negativos y el desarrollo de cualidades buenas y nobles. Uno se vuelve culto cuando se eliminan por completo todas las cualidades malas e indeseables, y la vida cotidiana se basa enteramente en las virtudes.
País no significa solo tierra o territorio, sino la gente que vive allí. ¿Quién es manava (el hombre)? Manava es aquel con manas (mente). ¿Qué significa mente? La mente es solo un conjunto de pensamientos y deseos. El hombre se convierte en un ser humano genuino cuando todos los pensamientos están ligados a la Verdad. La humanidad se manifiesta en tal persona como una conducta buena y noble. Hoy, los pensamientos veraces brillan por su ausencia. Si llenamos nuestras vidas con pensamientos basados en la falsedad, entonces todo el mundo se llena de falsedad. Por lo tanto, eliminen todas las malas cualidades dentro de ustedes; desarrollen cualidades buenas y esfuércense por experimentar la Divinidad: esto es el verdadero sadhana (práctica espiritual). ¿Cuál es el verdadero significado del sadhana? Transformar lo malo en bueno es sadhana. ¿De qué sirve afirmar que están haciendo sadhana si no se observa este principio importante? En nombre de hacer sadhana, cierran los ojos y pasan las cuentas del rosario; ¡pero la mente está vagando por todas partes! ¡Esto no es sadhana! Debemos expulsar los malos pensamientos, los malos sentimientos y las malas tendencias, y reemplazarlos con buenos pensamientos, sentimientos nobles y hábitos sagrados. Purgar lo malo y reemplazarlo con lo bueno, de esto se trata el sadhana.
La educación se ha convertido en una moda, y todos están ansiosos por estudiar. Sin embargo, la forma en que se imparte la instrucción es ridícula. Se hace que los estudiantes memoricen guías y aprueben exámenes competitivos. ¿Es esta la forma de adquirir conocimiento? ¿Es esta la forma de alcanzar el éxito? ¡Es muy parecido a una persona que intenta subir a un autobús en movimiento! Es peligroso.
Han estudiado arduamente,
y han aprendido muchas materias;
pero, ¿de qué sirve todo eso?
Deben adquirir aquel conocimiento
que los libera de la muerte.
Esta es la esencia de la cultura bharatiya.
Lo que necesitan es educare, no educación, porque esta última es negativa mientras que la primera es positiva. Lo negativo llena la cabeza, mientras que lo positivo llena el corazón.
Una cabeza vacía puede llenarse,
Pero, ¿puede llenarse una cabeza que ya está llena?
Sin vaciarla primero,
¿rs posible llenar la mente con buenos pensamientos?
La educación moderna está dirigida a llenar la cabeza, mientras que educare busca llenar el corazón. Promueve sentimientos buenos y veraces, buena conducta, acción correcta y justicia. El estudio de libros de texto por sí solo no es suficiente.
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