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08. 26/05/96 La devoción suprema de Vibhishana | 26 de Mayo de 1996
Brindavan
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Cuando en el corazón no surgen sentimientos divinos,
la gente es presa de dos defectos:
oculta sus innumerables errores
y critica los menores fallos de los demás.
Encarnaciones del amor: en el Ramayana se destacan los retratos de dos personalidades: son los de Sugriva y Vibhishana. Vibhishana salió en busca de Rama, mientras que Rama mismo fue en busca de Sugriva. Sugriva reconoció la grandeza y bondad de Rama solo después de conocerlo, mientras que Vibhishana sabía de la excelencia de Rama incluso antes de encontrarlo.
La guerra de Kurukshetra duró dieciocho días, pero la guerra entre Rama y Ravana se prolongó por setenta y cinco días. Aunque la guerra en Lanka, en un sentido físico, duró setenta y cinco días, la guerra interior entre Rama y Ravana, los Pandavas y los Kauravas, la verdad y la falsedad, la rectitud y la injusticia, se libra sin fin en el corazón humano. Nadie puede decir con certeza cuándo terminará el conflicto y el choque entre las fuerzas positivas y negativas.
No es posible para todos comprender a la Divinidad. Quien se apropia de la esposa de otro y quien se burla de los nobles nunca podrán comprender a la Divinidad. Solo aquellos que son puros y compasivos pueden aspirar a entender a la Divinidad.
Indrajit, el hijo mayor de Ravana, estaba decidido a reducir a cenizas a Rama mediante ciertos sacrificios y rituales. Los trucos mágicos empleados por Indrajit causaron mucho caos y confusión entre el ejército de Rama. Vibhishana, que conocía bien los trucos de los demonios, empleó trucos contrarios y neutralizó el poder de sus rituales mágicos. Vibhishana llamó la atención de Rama y Lakshmana hacia la morera bajo la cual Indrajit realizaba los rituales mágicos. Todo el lugar bajo el árbol estaba lleno de cuerpos humanos sacrificados. Vibhishana advirtió a Rama y Lakshmana sobre las prácticas mágicas de Indrajit y les dijo que debían asegurarse de que Indrajit fuera alejado de ese árbol. Les informó que el poder y la fuerza de Indrajit se multiplicaban enormemente cuando estaba cerca de ese árbol.
Cuando vio a Vibhishana ayudando a las fuerzas de Rama en el campo de batalla, Indrajit se enfureció. Su furia aumentó cuando vio acercarse a Lakshmana, transportado a hombros de Hanuman y guiado por Vibhishana. Le dijo a Vibhishana: —Tú eres el traidor de Lanka, eres el destructor de tu propia gente. Vibhishana respondió: —Indrajit, es propio de las malas compañías perder el tiempo con charlas innecesarias. Muchas veces aconsejé a tu padre Ravana que abandonara los caminos malvados. Pero nunca me prestó atención. Intenté hacer entrar en razón a tu padre advirtiéndole que es un pecado apropiarse de la esposa de otro. También le dije que traería un desastre terrible sobre sí mismo y su gente al recurrir al adharma. Advertí a tu padre en presencia de Kumbhakarna y Surpanakha. Es tu padre quien, al dedicarse deliberadamente al mal, ha llevado a Lanka a este estado. Mis buenas palabras no tuvieron efecto. Para tu padre, la injusticia es lo más querido. La falsedad es su alegría, la maldad es su vida. ¿Cómo puede cambiar el corazón de una persona cargada con tanto mal? Es tu padre el arquitecto de esta desgracia para Lanka. La destrucción de Lanka es obra suya. Yo no soy en absoluto la causa de todo esto. No convencido por estas palabras, Indrajit gritó: —Si no querías apoyar a mi padre, al menos podrías haber permanecido neutral, sin unirte a las filas del enemigo. A esto, Vibhishana respondió: —No tienes la sabiduría para discernir entre la verdad y la falsedad, la rectitud y la injusticia. Habiendo comprendido la diferencia entre ellas, me sumé al lado de Sri Rama. Es injusto e incorrecto que una persona permanezca neutral cuando el dharma está en peligro. La sociedad debe ser salvada de Ravana. Disfruto de la divina proximidad de Rama, y ese es mi mayor tesoro.
Vibhishana se condujo en Lanka con la máxima veracidad, rectitud y piedad. Cuando Hanuman llegó por primera vez a Lanka, se encontró con Vibhishana en el palacio de este último. Le dijo a Hanuman: — ¡Oh, Hanuman! Me conduzco con cuidado entre estos demonios, como la lengua entre los dientes. ¿Cuánto tiempo puedo vivir así? ¿Cuándo ganaré la gracia del Señor Rama? ¿Cuándo disfrutaré de la proximidad del Señor? Hanuman respondió: —¡Oh Vibhishana! Las buenas compañías en este mundo son acosadas por los malvados demonios, que son como los filosos dientes que rodean a la lengua. Pero nota una cosa. La lengua nació contigo, mientras que los dientes llegaron a lo largo de tu vida y caerán a su debido tiempo. Pero la lengua, que nació contigo, durará hasta tu muerte.
La lengua es un órgano sagrado. También es virtuosa. Es una encarnación de la dulzura y la verdad, aunque está rodeada por lo vil, lo perverso y lo malvado. Los dientes no permiten que la lengua salga, pero en momentos de necesidad, ella sale y ayuda. Cuando los labios se secan, la lengua sale y los humedece.
Hubo muchos sabios y sadhakas que estaban dispuestos a sacrificar sus vidas por el bien de Rama. Tulsidas fue un gran devoto de Dios que vivía en la montaña Chitrakoota. Cada día, después de su baño, ofrecía agua sagrada a un árbol. Un día, un espíritu apareció frente a él y le dijo: —Oh, maestro, cuando disertas sobre el Ramayana, hay una persona, un anciano, que llega primero y es el último en irse. Mañana debes tocar sus pies y pedirle un don.
El espíritu le dijo esto y desapareció.
Al día siguiente, Tulsidas estaba ocupado preparando pasta de sándalo y cantando el nombre de Rama. Después de un tiempo, llegó allí un anciano brahmín. Tulsidas comenzó a disertar sobre el Ramayana. Al final del discurso, todos se fueron, excepto el brahmín. Tulsidas se acercó a él y se postró a sus pies. El brahmín le preguntó qué quería. Tulsidas respondió: —Quiero tener el darshan de la hermosa forma de Sri Rama. El brahmín dijo entonces: —Tendrás el darshan de Sri Rama dentro de unos días. ¿Quién era ese brahmín? No era otro que Hanuman. Él se presentaba dondequiera que se cantaba la gloria de Rama. Hanuman siempre entraba en éxtasis al escuchar la gloria de Rama.
Unos días después, un niño de tierna edad se acercó a Tulsidas cuando este estaba preparando pasta de sándalo para el Señor. Se acercó a Tulsidas y le dijo: —Oh, anciano, ¿me darías un poco de pasta?. Tulsidas accedió gustosamente a hacerle este favor al niño. Mientras le daba la pasta, los pájaros en el árbol sintieron lástima por Tulsidas, ya que no reconoció que el niño era el mismo Señor Rama, a quien había estado anhelando durante tantos años. El Señor está en todas partes.
Ya sea en el bosque o en el desierto,
ya sea en la ciudad o en la aldea,
ya sea en la cima de la montaña o en medio del río,
el Señor ayuda a los desamparados.
Dos días después de este incidente, el anciano le preguntó a Tulsidas si el día anterior había visto al Señor. Tulsidas respondió negativamente. El anciano dijo: -¿Quién crees que vino ayer en la forma de un niño a recibir de Ti pasta de sándalo? Todas las formas son de Él y todos los nombres son de Él. Es una tontería adorarlo solo en una forma. Ramachandra es el morador interior de tu corazón. Tu corazón es el altar de Dios. No instales a nadie en el altar de tu corazón, excepto al Señor. Tus parientes pueden ocupar cualquier parte de tu casa, pero no los instales en el altar de tu santuario. Los parientes llegan a mitad de la vida y se van a su debido tiempo. Sírveles, pero no les des tu corazón. Llena tu corazón de compasión. Un corazón cargado de compasión es el templo del Señor. Hrudh (el corazón) + daya (la compasión) forman hrudaya (un corazón compasivo). Hanuman enseñó a Tulsidas esta bella lección, y desapareció.
Hanuman luchó en la batalla, con su mente absorta en Rama. A menudo intercambiaba ideas espirituales con Vibhishana. Hanuman dijo:
Habiendo comprendido lo que debe ser comprendido,
mantente firme hasta que lo consigas;
habiendo deseado lo que debe ser deseado,
mantente firme hasta que lo consigas;
habiendo pedido lo que debe ser pedido,
mantente firme hasta que lo consigas;
habiendo pensado lo que debe ser pensado,
mantente firme hasta que lo consigas.
¡Aunque esté disgustado contigo, Él debe ceder ante ti!
Cuando pidas, pide con fervor.
Eso es lo que debe hacer un devoto.
Un devoto nunca debe aceptar la derrota y marcharse.
Vibhishana fue un aspirante por excelencia. Incluso cuando era un tierno niño, realizó austeridades y propició al Señor. El Señor Brahma apareció frente a él y le dijo: —¡Oh Vibhishana! Pide lo que quieras. Vibhishana dijo al Señor: —¡Señor! Bendíceme para que lleve una vida de rectitud, caridad y sacrificio. Que mi corazón desborde de compasión y nunca se endurezca. Brahma lo bendijo. Kumbhakarna, que era de naturaleza demoníaca, realizó austeridades y el Señor Brahma le dijo que pidiera un don. Kumbhakarna quería pedirle el don de un corazón desprovisto de compasión, es decir, Nirdaya (sin compasión). Pero debido al torpe habla típica de los demonios, pronunció en cambio la palabra nidra (sueño). Desde entonces, Kumbhakarna se convirtió en un gran dormilón. Una persona desprovista de compasión no es humana (manava), sino un demonio (dhanava). Nunca debemos estar desprovistos de compasión. Se dice:
Es por la fuerza de la devoción que las personas
logran tomar conciencia de Sì Mismas.
Tanto el príncipe como el mendigo, tanto el necio como el sabio,
por la fuerza de la devoción logran tomar conciencia de Sí Mismos.
Tanto si hacen austeridades tapándose la nariz,
como si visten túnica ocre o contienen el aliento,
o están adornados con ornamentos y collares,
por la fuerza de la devoción logran tomar conciencia de Sí Mismos.
Con un esfuerzo constante, Vibhishana llenó su corazón con la cualidad de la compasión. Por eso pudo comprender el Principio de Rama. Vivió una vida de devoción, observando la verdad y la rectitud. El nombre y la forma del Señor corresponden a la verdad y la rectitud. Sathya y dharma son el núcleo mismo del Ramayana.
Rama mantuvo discusiones espirituales con los guerreros Vanara y les impartió muchas grandes lecciones. Les dijo que se comportaran como la lengua, rodeada por dientes afilados como espadas. Los obstáculos se presentan en el camino de un aspirante, en cada etapa. La lengua sobrevive a los dientes. Las malas compañías caerán como los dientes que rodean a la lengua. Las malas compañías los abandonarán como los dientes abandonan a la lengua. Dios es el Protector. La protección de Dios es para ustedes el talismán. Dios hará cualquier cosa por ustedes. Thyagaraja dijo:
¡Oh Señor! ¿Quién puede alabarte adecuadamente?
Estoy esperando y esperando tu compasión.
Ten compasión de mí.
Restauraste al hijo de tu preceptor;
liberaste a Vasudeva y Devaki;
bendijiste a Draupadi con un interminable suministro de tela;
protegiste a los Pandavas;
saciaste el anhelo de Kuchela;
transformaste en una belleza a la fea Kubja.
Ni siquiera el Señor Brahma puede describir por completo tu gloria.
Estoy esperando y anhelando tu gracia.
Una vez, Narada acudió al Señor Narayana y le preguntó: —¡Oh Señor! ¿Dónde vives? ¿Cuál es tu dirección principal? El Señor respondió: —Vaikunta, Kailasa y Swarga son mis residencias temporales. Mi residencia permanente es el lugar donde mis devotos cantan mi gloria.
El Señor es el residente de nuestros corazones. Encontémoslo allí.
Traduccion SBd
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