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Discursos dados por Sai Baba

11. 29/05/93 La filosofía Samkhya

1993

Brindavan

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Si los altamente eruditos sucumben a sus sentidos,

es peor que si estuvieran muertos.

¿Quién puede medir el poder de los sentidos?

El aprendizaje debe hacerlos a ustedes nobles.

El erudito es aquel que ha cruzado los reinos de los sentidos.

Tal persona está más allá de todos los dolores.

Estudiantes, encarnaciones del amor:

Dotado de sublimes poderes infinitos, no es apropiado por parte del hombre conformarse con una mera vida mundana. Un verdadero filósofo es aquel que ha cultivado «Dama» (el autocontrol). Los antiguos sabios, habiendo vislumbrado la Verdad y armonizando sus vidas con la melodía de la Verdad, compartían su alegría con la gente que los rodeaba.

La filosofía Samkhya no aceptaba las doctrinas filosóficas propuestas por los sistemas «Nyaya» y «Vaisheshika». El sistema Samkhya proponía que el mundo es un producto armonioso de dualidades paradójicas, con una armonía inherente al mundo. El sabio Kapila es el fundador del sistema de filosofía Samkhya, el cual por lo tanto, también se conoce como «Kapaala». Según esta filosofía, el mundo está marcado por la armonía de los números (Samkhya). Por eso, se ha llamado filosofía Samkhya.

Según este sistema, «Paramatma» está latente en «Prakruthi», como el aceite está latente en las semillas, como el fuego en la madera y como la fragancia en las flores. «Paramatma» es la causa y «Prakruthi» es la consecuencia. Este sistema sostenía que «Prakruthi» no está separada de «Paramatma». No es más que la forma física del Señor. El sistema Samkhya empleaba «Tatwa», la capacidad de discernir entre lo eterno y lo efímero, para explorar los misterios del universo.

El sistema Samkhya sostenía que la creación no puede estar hecha de una sola entidad y que es la unión de dos entidades, a saber, la naturaleza y Dios. No se puede aplaudir con una sola mano; se necesitan dos manos para aplaudir. De manera similar, Prakruthi y Paramatma son esenciales para la creación y sin ellos, la creación es imposible. Por lo tanto, es una necedad considerar a Prakruthi como una entidad separada. El sistema Samkhya sostenía que la Divinidad corre como una corriente subyacente en todas partes, en Prakruthi.

Según este sistema, el mundo consta de entidades que suman veinticuatro. Los cinco órganos de acción, los cinco órganos de percepción sensorial, los cinco aires vitales, las cinco sensaciones (Tanmatras) y los cuatro órganos interiores (Antharendriyas), es decir Manas, Buddhi, Chitta y Ahamkara, suman veinticuatro y constituyen el mundo. El mundo está hecho de dualidades paradójicas como aire y fuego, fuego y agua, etc. Son estas dualidades las que forman el Universo. Propuso que Moksha no es recluirse en el bosque. «Moha» + «Kshaya» = «Moksha» (extinguir el error de concepto es la liberación). Cuando Purusha se une a los veinticuatro principios, se convierte en el vigésimo quinto principio. El vigésimo sexto principio es Paramatma. Tras una indagación sincera en Prakruthi, el Paramatma llega a ser el vigésimo sexto principio y se funde en Easwara.

Según el sistema Samkhya, el Universo es una unión armoniosa de Prakruthi y Purusha. El Jiva (el ser individual) se funde en el vigésimo sexto principio de Paramatma (el Jiva está compuesto de veinticuatro principios y el Purusha hace el número veinticinco). El Jiva, al separarse de Prakruthi y Purusha, debe fundirse en el vigésimo sexto principio, Easwara (el alma absoluta). Tanto Prakruthi como Purusha están contenidos en el Jiva.

El Jiva está en el cuerpo y el Señor está en el corazón.

Juegan su juego y se separan.

Hay un titiritero que dirige esta obra.

Los títeres del bien y el mal coexisten como uno solo.

¿Cómo captar esta unidad donde los dos existen en uno? Ver la diversidad en la unidad es humano, pero ver la unidad en la diversidad es Divino. El sistema de filosofía Samkhya propone que la humanidad no es más que la Unidad Divina.

En el corazón humano está el Kalpataru (el árbol que cumple los deseos)

pero las malezas crecen en abundancia alrededor del árbol.

Limpien las malezas y se podrá ver el árbol.

Ese es la celestial vaca que concede todos sus deseos.

En el hombre existen tanto la vaca celestial como el árbol que cumple los deseos. La humanidad es un puente entre lo visible y lo invisible. Dado que el hombre está posicionado en el estado intermedio entre las dos entidades, se le conoce como «Martya». Nuestra vida es una consecuencia de los efectos invisibles de nuestras acciones.

La mente del hombre es una pizarra que contiene los escritos de nuestras muchas vidas pasadas. Profundamente asentado en el Chitta (mente) está Pragna. Él es el Chitra Gupta que registra fielmente todo lo que sucede en Chitta. Pragna es la radiación que activa «Prana Shakti» en el cuerpo inerte. El hombre es una fusión armoniosa de Materialización, Vibración y Radiación. Por lo tanto, el hombre es la unidad de Jiva, Prakruthi y Purushatva.

El sistema Samkhya opinaba que Moksha (la liberación) no desciende sobre el hombre desde las regiones superiores, ni asciende hacia él desde las regiones inferiores. Mohakshaya (la extinción del error de concepto) es Moksha. La extinción de la ignorancia es la liberación. El hombre está bajo el hechizo de Moha mientras no comprenda la Verdad. Al caer bajo el hechizo del error de concepto de que es el cuerpo, el hombre desperdicia su vida en la búsqueda de placeres corporales. El sistema Samkhya exhorta al hombre a no dejarse engañar por el cuerpo. Declara:

¡Oh, hombre! El mundo está compuesto de veinticuatro tatwas (entidades); el Jiva y el Purusha están hechos de sustancias diversas. El hombre no puede ver la Verdad mientras tenga estos Tatwas; debe ir más allá de estos Tatwas. Solo entonces alcanza el estado de la Supermente, desde el cual salta de una mente a otra, siendo la más elevada la Supramente.

El sistema Samkhya profesaba que a menos que el hombre destruya la Prakruthi Drishti (la actitud mundana), no puede tener «Paramatma Drishti» (la actitud divina). Este sistema demostraba la existencia del Uno Mismo, ya sea que esté encerrado en el cuerpo o no. La corriente átmica es una fuerza perenne, aunque es invisible a los ojos. El foco se enciende cuando se lo coloca en un soporte, ya que la corriente está allí todo el tiempo, aunque es invisible a los ojos. La corriente estaba allí antes y después de colocar el foco en el soporte. De manera similar, según los filósofos del sistema Samkhya, el poder átmico está tanto dentro como fuera del cuerpo.

Un día u otro, el hombre tiene que alcanzar su destino. El santo Thyagaraja dijo: «¡Oh! Rama, por muy alto que vuele el pájaro, tiene que buscar el refugio de un árbol cuando está cansado. De manera similar, el hombre tiene que buscar refugio a los Pies del Señor, algun día». En este contexto, el Samkhya exhorta: «¡Oh hombre! Dado que no puedes evitar llegar a tu destino algún día, ¿por qué no esforzarte por alcanzarlo lo antes posible, en lugar de retrasar tu avance?».

¿Qué es el Sadhana que el hombre debe emprender? No necesita realizar ningún otro Sadhana más que el Sadhana de fomentar el temperamento humano en el hombre, destruyendo la naturaleza demoníaca en él y finalmente fundiéndose en Dios. Los filósofos Samkhya decían que es demoníaco por parte del hombre desatender a la Divinidad. No se requiere hacer grandes esfuerzos para ver el fuego cubierto por cenizas. Con solo soplar la ceniza, el fuego en la brasa es visible a los ojos. El mar del corazón humano está cubierto por el musgo de las tendencias materialistas. El musgo de las tendencias materialistas solo puede eliminarse mediante «Namasmarana» (cantar el nombre del Señor). Jaya Deva dijo que en la era de Kali, no hay nada más poderoso que «Namasmarana» para luchar contra las influencias adversas de Kali.

Este sistema afirmaba que a menos que venzamos a «Prakruthi», que está impregnada de «Samkhyatatva», no podemos tomar conciencia de la Divinidad. El santo Ramdas expresó sentimientos similares: «Si no comprendes los veinticuatro “marmas” (secretos sutiles), caerás bajo el dominio de la maya de los veinticinco tatwas». Alcanzaremos el vigésimo sexto Tatwa (Easwara) si comprendemos a fondo estos veinticinco Tatwas. Por lo tanto, la filosofía Samkhya nos pide que mantengamos los veinticuatro Tatwas en el camino correcto, observando disciplina, ya que es imposible deshacerse de ellos.

Los días, las noches y las estaciones observan una disciplina. No puede haber días y noches si no hay disciplina en el cosmos; no habrá estaciones sin días y noches; no habrá vida en la tierra sin estaciones. Por lo tanto, hay una necesidad imperativa de observar disciplina. Aquí hay un incidente para respaldar cómo la violación de la disciplina es perjudicial.

Había una vez en Inglaterra un comerciante de leche que solía suministrar leche no adulterada. Dado que era un hombre justo, hacía su negocio honestamente. Después de algunos años, la gente que solía comprar leche se quejó de que la leche que él suministraba estaba adulterada. El juez, antes de pronunciar su juicio, decidió investigar el asunto personalmente. Se presentó cuando ordeñaban el ganado. Descubrió que la leche que daban las vacas no era de calidad estándar y concluyó que el comerciante no estaba adulterando la leche. Tras una indagación adicional, descubrió que el granjero no estaba ordeñando el ganado en un horario establecido, sino que lo hacía a su conveniencia debido a disturbios domésticos. Dado que no ordeñaba en un momento específico, las vacas que anteriormente producían leche de una determinada calidad no podían hacerlo debido a la violación de la disciplina. El juez concluyó que incluso el ganado reacciona a la violación de la disciplina.

Tomemos, por ejemplo, la disciplina con respecto a los alimentos. Los alimentos determinan la naturaleza de la mente. Si ustedes están afligidos por pensamientos malignos en el momento de comer, estos pensamientos malignos afectan los alimentos que están consumiendo y, en consecuencia, afectan su mente. La mente nace de los alimentos que consumen. Como es el alimento, así es la mente. Por eso nuestros antepasados recomendaban consumir alimentos sátvicos. La parte burda de los alimentos que tomamos se convierte en excremento; su parte sutil se convierte en músculos; la parte aun más sutil se convierte en la mente. De manera similar, la parte burda del agua que bebemos se convierte en orina; la parte sutil se convierte en la sangre. La parte aun más sutil se convierte en «Prana». Podemos decir con certeza que el agua contiene «Prana». Por eso, cuando alguien se desmaya, se le salpica agua en la cara. El agua permite que la persona desmayada se recupere, ya que contiene prana.

Debemos consumir nuestros alimentos con una mente sátvica. Nuestros antepasados recomendaban ofrecer los alimentos a Dios antes de consumirlos. Los alimentos así consumidos se convierten en «Prasad» (ofrenda consagrada). La oración limpia los alimentos de las tres impurezas causadas por la ausencia de «Patra Shuddhi» (limpieza del recipiente), «Padartha Shuddhi» (limpieza de los ingredientes) y «Paka Shuddhi» (limpieza del proceso de cocción). Es necesario deshacerse de estas tres impurezas para purificar los alimentos, pues los alimentos puros contribuyen a la formación de una mente pura. No es posible garantizar la pureza del proceso de cocción, ya que no sabemos qué pensamientos bullen en la mente de quien prepara los alimentos. De manera similar, no podemos garantizar la «Padartha Shuddhi» (limpieza de los ingredientes), ya que no sabemos si estos ingredientes fueron adquiridos de manera justa por el vendedor que nos los vendió. Por lo tanto, es esencial de nuestra parte ofrecer los alimentos a Dios en forma de oración, para que estas tres impurezas no afecten nuestra mente.

Brahmarpanam Brahmahavir

Brahmagnou Brahmanahutam

Brahmaivatena Gantavyam

Brahmakarma Samadhinaha.

Aham Vaishvanaro Bhutva

Praninam dehamashritaha

Pranapana Samayuktam

Pachamyannam Chaturvidham.

Los alimentos así ofrecidos a Dios son digeridos por «Vaishvanara» en el sistema digestivo. Dado que Dios existe en forma de fuego como Vaishvanara, Él digiere los alimentos, y al mismo tiempo las impurezas. Por lo tanto, el hombre no se verá afectado aunque las impurezas entren en los alimentos. Por eso es una práctica en los albergues estudiantiles de Sathya Sai recitar «Brahmarpanam» antes de consumir los alimentos.

Pero algunos padres no animan a los niños a seguir los principios sagrados establecidos por nuestros antepasados. Durante las vacaciones, miman a sus hijos sirviéndoles la comida frente al televisor. Pero las imágenes y cosas malignas que se muestran en el televisor afectan adversamente su mente. Por lo tanto, los padres deben asegurarse de que las tradiciones antiguas se mantengan fielmente. Estos principios pueden parecer pequeños, pero son muy significativos. Una porción de madera, cuando es atacada por las termitas, debe tratarse de inmediato para que las termitas no la dañen por completo. Todos los males deben ser cortados de raíz. De lo contrario, resultarán perjudiciales después.

Los tres sistemas de Nyaya, Vaisheshika y Samkhya afirman su fe en la existencia de Dios, en términos inequívocos.

El Universo es una fusión armoniosa de Prakruthi y Paramatma. Pero el hombre, en su ignorancia, piensa que Prakruthi lo engaña. Pero son ustedes quienes están engañando a Prakruthi. La culpa radica en la mente del hombre, que alberga ideas falsas sobre Prakruthi. El hombre no puede cambiar a menos que su mente cambie. Un hombre bueno hace buen uso del regalo dado por Prakruthi. Un hombre bueno hace uso de los dones de la educación y la riqueza. Pero la misma educación y riqueza en manos de un hombre malo son usadas de manera maligna. Los cinco elementos, los cinco sentidos, los cinco aires vitales son entidades sagradas. Pero se vuelven puros o impuros cuando entran en el sistema humano. El sistema humano está compuesto de Pancha Koshas. Por lo tanto, es muy esencial purificarnos primero. Las impurezas no están en Prakruthi, sino en nosotros mismos. No debemos cultivar sentimientos no sagrados como el ego, la pomposidad, la envidia, etc. Una vez que estos entran en el sistema, debemos expulsarlos tan rápido como sacamos la espina que ha entrado en nuestra carne. Las cualidades malignas, si no se cortan de raíz, después asumen proporciones gigantescas.

Debemos leer los textos sagrados para cultivar buenos pensamientos e ideas. Muchos de ustedes no conocen la santidad y la excelencia de los diversos sistemas de la filosofía india. Solo después de un estudio e indagación diligentes podrán comprender la singularidad de estos sistemas de filosofía.

Los Shaddarshanas profesaban la filosofía de la unidad y la armonía, no la discordia y la diferencia. Todos somos hijos de la misma Madre Tierra; somos flores de la misma enredadera; somos pájaros del mismo nido; somos ciudadanos de la misma nación. Si vemos diferencias en los Shaddarshanas, las diferencias no son más que reflejos de nuestra mente. En el agua perturbada, el reflejo del sol también parece estar perturbado. No hay perturbación en el sol; es la perturbación del agua la que causa la imagen perturbada. Nos vemos a nosotros mismos en los demás. Nuestros propios defectos y deficiencias nos llevan a ver estas cualidades en los demás. Por lo tanto, debemos hacer el esfuerzo necesario para nutrir cualidades nobles y puras, para que podamos hacernos nobles.

«Brahma Vid Brahmaiva Bhavathi»


Traduccion SBd