.



 

Discursos dados por Sai Baba

03. 23/05/91 Thath Thwam Asi – Eso eres tú

23 de Mayo de 1991

Brindavan

***************************************************

Invisible en el mundo visible,

Él brilla como la conciencia, el Atma.

Como un hilo a través de un collar de gemas,

El Creador permea todo el universo.

Encarnaciones del Amor:

Todo es Brahman (Sarvam Khalvidam Brahma). Esta es la esencia de todos los Upanishads. El universo entero, viviente y no viviente, está abarcado en esta pequeña afirmación. No hay nada que no sea Brahman. Como el fuego latente en la madera, como el aceite en las semillas, Dios está presente dondequiera que miren.

La creación, el sostenimiento y la destrucción son la Voluntad de Dios. La rueda del tiempo gira según el mandato de Dios, crean en ello o no. Las personas olvidan que es su deber santificar el tiempo, usándolo de manera significativa.

El sol brilla, la luna presta al mundo su frescura, las lluvias caen, los ríos fluyen, los cultivos se cosechan. La naturaleza derrama bendiciones para toda la humanidad, no para algún individuo en particular. Cada persona tiene igual derecho de nacimiento sobre la naturaleza.

Las personas no se esfuerzan por entender el principio de la igualdad. Solo entre los niños encontramos el espíritu de hermandad. Nutridos por la leche de su madre, disfrutando de la fresca brisa, olvidándose de sí mismos en los dulces arrullos de las madres, solo los bebés pueden sumergirse en el espíritu del amor. A medida que pasan los años, se desarrollan sentimientos de «mío», «tuyo» y «de ellos».

El egoísmo está en aumento, el sacrificio está desapareciendo y los valores humanos están siendo destruidos. ¿Por qué? Por la ausencia de fe en el Atma y fe en el Uno Mismo, olvidando que el Atma es omnipresente. Narayana está presente en ustedes, fuera de ustedes, alrededor de ustedes, en todas partes (Antharbahischa Thath sarvam vyaapya Narayana sthitah).

El mundo está lleno de personas ricas, fuertes, virtuosas y educadas, pero no de individuos autorealizados. ¿Quién se considera autorealizado ? El cuerpo de esa persona parece el mismo, e incluso parece que tiene una mente. Pero en verdad, esa persona ha ido más allá de la mente y se ha convertido en el Atma. Esa persona está absorta sin interrupción en el Atma. En la antigua India, muchos sabios (rishis) experimentaron la dulzura divina del Atma y la propagaron al mundo.

Para beneficio de los legos, los sabios (rishis) clasificaron la esencia de los Upanishads en base a un triángulo: cuerpo, mente y Atma. El cuerpo es burdo (sthula), el Atma es sutil (sukshma). La mente conecta el cuerpo y el Atma, haciendo posible que se unan. La armonía e integración de estos tres elementos se llamó Naturaleza (Thathwam).

La gente no entiende el término Thathwam. Thath es «Aquello». Thwam es «esto». ¿Qué es «Aquello»? Cuando algo está distante o es desconocido, lo referimos como «aquello». Lo que está cerca se llama «esto». Nuestros sentidos determinan qué está cerca y qué está lejos. El cuerpo físico, en estrecha proximidad a los sentidos, fue llamado «esto» por los rishis. Los principios fuera del alcance de los sentidos son «aquello», el Atma. La característica de la mente es fusionar el distante Atma con el cercano cuerpo. Esta fusión está representada por el término «asi». Entonces, tenemos la máxima védica «Thath thwam asi» (Eso eres tú).

Un ser humano es una mezcla de cuerpo, mente y Atma. «Aquello eres tú» no tiene un significado abstracto y complejo. La unión de «aquello» y «esto» es «Aquello eres tú»: la unidad del Atma invisible y el cuerpo visible, conduciendo a la Divinidad.

Otro tríada usada por los sabios fue el alma individual, el alma universal —o Dios— , y la naturaleza —o mundo, o creación— (jiva, Deva y prakriti). También el alimento, la liberación y el deseo (bhakthi, mukthi y rakthi). El mundo mismo solo es posible por el deseo. El alimento es esencial para el mantenimiento del cuerpo, y la liberación es la percepción del Atma. Por lo tanto, «Aquello eres tú» enseña que el alimento, el deseo y la liberación son todos necesarios para la vida humana.

A través de la enseñanza de «Aquello eres tú», los rishis armonizaron las aspiraciones más altas de las personas con la vida cotidiana. Enseñaron que «Aquello eres tú» fluye como una corriente continua a través del pasado, el presente y el futuro.

Los rishis impartieron hermosas enseñanzas a la humanidad usando «Aquello eres tú». Un río fluye y finalmente se fusiona en el mar. El agua del mar se evapora en vapor, que toma forma como nubes. Las nubes descienden a la tierra como lluvia. La lluvia se recoge en arroyos, que se juntan como ríos. ¿De dónde viene el río y cuál es la fuente de su agua? ¡El río mismo no tiene idea! Pero una vez que alcanza el mar, dice «Aquello eres tú», «no soy diferente del mar».

Una semilla sembrada en el suelo brota y se convierte en una planta. La planta crece hasta ser un árbol con ramas, hojas, flores y frutos. ¿De dónde surgieron las ramas, hojas y frutos? Aunque un fruto, una hoja y una rama se ven y se sienten diferentes, son esencialmente uno, del mismo origen. Los antiguos indios conocían esta verdad. La semilla proclama: «Aquello eres tú» (Thath thwam asi); las ramas, hojas y frutos surgieron solo de mí.

Los rishis propagaron: «Todo el universo reside en Dios» (Isaavaasyam idam sarvam). Cuando disuelven azúcar en agua, ya no es visible ni tangible. Pero definitivamente está presente, un hecho fácilmente probado por el gusto. ¿Qué afirma el invisible azúcar? «Aquello eres tú»; ¡la dulzura es mía, no del agua! Los grandes sabios usaron ejemplos muy simples para enfatizar la verdad fundamental de que Dios permea todo el universo, que el universo habita en Dios.

Solo existe el Uno, pero aparece con varios nombres y formas. Los Upanishads declaran que la unidad en la diversidad es la piedra angular de la cultura india. Desperdiciamos nuestras vidas confiando en diferencias externas, y pasamos por alto la unidad subyacente.

Tenemos las tres sílabas a, u y m. La unidad de estos sonidos es Aum u Om. Este sonido, también llamado pranava, es un reflejo del mundo, y el mundo es una forma del Om. Estos dos principios, el Om y la Creación, se entrelazan y coexisten. Reconocer el Atma en su unidad es el propósito de la vida, dicen los Upanishads. ¿Por qué? Porque el Om está presente dentro de cada individuo como el silencio.

Podrían dudar: «No veo ni escucho el Om en ninguna parte de mi cuerpo». ¿Qué son la inhalación y la exhalación? ¿Qué es la circulación de la sangre? No son más que flujos del pranava (Om). Cuando el viento sopla a través de los árboles, pueden escuchar el Om. Vayan a un poste eléctrico y pongan su oído en él: ¡escucharán el Om! Sin embargo, permitimos que otros pensamientos y formas nos distraigan de su percepción.

Por ejemplo, inhalamos «soooo» y exhalamos «hammm». Este ciclo de so y ham se convierte en soham, que significa «esto es el Om». Soham (Yo soy aquello) no es diferente de Thath thwam asi (Aquello eres tú). Los Vedas dicen: «Brahman es la sílaba única Om (Om iti ekaaksharam Brahma)». Ahora bien, podrían preguntar: ¿cómo son lo mismo soham, Thath thwam asi y Om?

Soham = so + ham. Consideren la primera sílaba, «so». El sonido «s» representa las cuatro etapas: saalokya, sarupya, sameepya y saayujya. Cuando ustedes caen en un sueño profundo, olvidando lo bueno y lo malo del estado de vigilia, entonces efectivamente restan el sonido «s» de «so» y se quedan con «o». En la segunda sílaba, «ham», el sonido desaparece en el sueño profundo, dejando solo «m». El sonido original de soham es, por lo tanto, Om. Los sonidos «s» y «ha» se anteponen a Om solo en el estado de vigilia, para la inhalación y la exhalación.

So = s + o

ham = ha + m

Quiten s de so y ha de ham. Lo que queda es:

o + m = om

¿Qué significa esto? En el estado de vigilia, absortos en el mundo de la dualidad, olvidamos la sílaba única, no dual, Brahman, Om. Vemos dualidad, indicada por soham. Cuando dirigimos nuestra visión hacia el mundo, automáticamente nos convertimos en víctimas del placer y el dolor. En el sueño profundo, el mundo de vigilia y su dualidad se retiran a la imaginación. Por esta razón, los Vedas dicen: «El sueño profundo es el estado de ecuanimidad» (Nidre sthithih samaadhini).

Los Upanishads condensan conceptos complejos en declaraciones simples, que la gente común puede entender y aplicar. Upanishad = upa (cerca) + ni (abajo) + shad (sentarse). El significado profundo de Upanishad es acercarse al gurú con humildad y actuar según las instrucciones del gurú.

Dios está tan cerca o tan lejos como lo imaginen (Dhura adhure antike sah), dicen los Vedas. Sólo sus sentimientos los acercan o alejan de la Divinidad, porque Dios está en todas partes, en todo momento. Dios está presente en el átomo más pequeño, y también abarca toda la creación. Es más pequeño que lo más pequeño y más vasto que el cosmos (Anoraneeyan mahato maheeyaan). Si uno resuelve alcanzar esa gloriosa Divinidad, si uno persevera en la indagación espiritual con fe y devoción, definitivamente logrará la meta.

Pero las personas no se esfuerzan por entender estos conceptos. Dedican su vida a actividades mundanas, sin asignar ni siquiera unos pocos momentos al viaje eterno. Esta falta de fe y dedicación (sraddha) es una enfermedad. Quien tiene fe adquiere sabiduría (Sraddhaavaan labhate jnaanam).

Las personas no tienen paz mental, y no saben por qué. Una vez, Narada, hijo del Señor Brahma, experto en las escrituras y maestro en todas las ciencias y artes, también perdió su paz mental. Buscó a Sanatkumara y le rogó: «Por favor, explícame la razón de mi disturbio, elimínalo y bendíceme con la sabiduría espiritual (jnana)».

Sanatkumara le preguntó: «Narada, ¿qué calificaciones y habilidades posees? ¿Qué has estudiado?» Narada era un experto en las 64 ciencias descritas en las Escrituras; no solo una o dos materias ordinarias, sino 64. También era una autoridad en los cuatro Vedas, los seis Vedangas y los cuatro Upangas. Pero, ¿de qué le sirvieron estos estudios?

¿De qué sirve cualquier cantidad de estudios?

¿Quién puede escapar del destino escrito en su frente?

Apenas entran en su mente ideas erróneas,

sus virtudes se secan como un estanque en verano.

¿Por qué perdió Narada su paz? «Estoy educado; domino todas las Escrituras». El ego cortó su paz de raíz. Sanatkumara escuchó pacientemente a Narada y dijo:

—Piensas que eres muy erudito. Eso es solo hablar. Los títulos son solo palabras, solo denominaciones. Hay muchas cosas más allá de la educación superficial que posees, Narada.

Narada se sorprendió de que Sanatkumara descartara su vasto aprendizaje, como al descuido. Sanatkumara siguió explicando:

—Mayor que el nombre es el habla. La mente es mayor que el habla. La voluntad gobierna sobre la mente. La memoria predomina sobre la voluntad. Y la meditación es mejor que la memoria. La sabiduría espiritual (jnana) es mejor que la meditación, el agua es mejor que la sabiduría, el brillo (tejas) es mejor que el agua, y la fuerza vital (prana) es mayor que el brillo. Cuando comprendas la fuerza vital, entenderás «Eso eres tú» (Thath thwam asi). El principio de la fuerza vital es esencial para entender.

Un pequeño ejemplo. Si ayunamos durante quince días, se agotan 15 atributos (kalaas) en nuestro cuerpo. Con el alimento, estos atributos se restauran. El cuerpo está compuesto de alimento (es annamayam). Cuando se evita la comida, el cuerpo pierde la fuerza vital.

El cuerpo está sujeto a la descomposición, pero el Atma que habita en él es indestructible. El cuerpo, compuesto de los cinco elementos, está destinado a colapsar, pero el Habitante es inmune al nacimiento, la muerte, los apegos y la dualidad. El Atma eterno brilla incesantemente en este cuerpo efímero.

Sanatkumara aconsejó a Narada indagar sobre este Habitante eterno. Este concepto fue reiterado en las enseñanzas del sabio Uddalaka a su hijo, Swetaketu: «Fija tu visión en Aquello, conociendo lo cual lo sabrás todo». Esta fue su instrucción para Swetaketu.

Por lo tanto, ustedes solo necesitan comprender una verdad para entenderlo todo. ¿Cuál es esta

verdad? El Atma. Hoy no tenemos fe en el Atma. Nos interesa todo, excepto el Atma. ¿Qué disciplina espiritual se espera de nosotros hoy? ¿Es meditación, yoga, repetición del Nombre, austeridades, sacrificio o votos? Ninguna de estas. Solo necesitamos rechazar todo lo que no pertenezca al Atma. Entonces nos encontraremos cara a cara con nuestra realidad.

No es necesaria ninguna disciplina espiritual. Toda disciplina espiritual es hecha por la mente, para la satisfacción de la mente. ¿Cómo puede un esfuerzo de la mente volverse y controlar a la mente misma? ¿Puede un ladrón arrestarse a sí mismo? De la misma manera, la mente no puede controlarse y destruirse a sí misma. Debemos alcanzar el estado de ausencia de mente (amanasham). La ausencia de todo pensamiento es la ausencia de mente. Cuando restringimos los pensamientos, la influencia de la mente disminuye y, sin duda, lleva gradualmente a la cesación del pensamiento.

Por lo tanto, si nuestra meta es tomar consciencia del Uno Mismo, debemos alinear el cuerpo, los sentidos y la mente de acuerdo al impulso del Atma. Cada pensamiento que surja debe dirigirse al Atma. Esto se llama fusión con Dios (saayujya). Los ríos Godavari, Krishna, Yamuna y Kaveri tienen un aspecto y un sabor diferentes, pero pierden sus nombres y formas individuales y se vuelven uno con el mar. El conocedor de Brahman se convierte en Brahman (Brahmavid Brahmaiva Bhavati). Por lo tanto, cuando uno fusiona todos los pensamientos en el Atma, uno se convierte en el Atma.

No hay nada además del Atma. Lo único que existe es el Atma. No logramos ver al Dios omnipresente porque nuestra visión es mundana, no divina. Un pequeño ejemplo. Cuando ven este vaso como vaso, no notan nada más. Si indagan en su material, ven la plata y olvidan su forma de vaso.

Otro ejemplo. Las personas van en peregrinación a Tirupati o algún otro templo. En cada lugar, tienen la visión de la forma particular de Dios. Mientras miramos la estatua, no pensamos en su material. Cuando ignoramos el efecto y vamos a la causa, notamos la roca en lugar de la forma.

De manera similar, prestamos atención solo a los nombres y formas. Vemos ríos, montañas, mansiones, caminos, árboles, y demás. Si pudiéramos captar la base de estas entidades físicas, veríamos su unidad. Los árboles están compuestos de madera, las montañas están hechas de roca, la tierra es barro, y el cuerpo es carne y sangre. Estos no son más que combinaciones de los cinco elementos, los cuales, a su vez, son meras facetas del Atma.

Nuestros sabios enseñaron la unidad en la diversidad desde tiempos inmemoriales. Los adornos (sringaram) son muchos, el oro (bangaram) es uno. El ganado es de muchos colores, pero la leche es una. Los seres son muchos, el Dios que habita en ellos es uno. Las castas y los valores pueden ser diferentes, pero el nacimiento es uno. Las visiones son diversas, Dios es uno. Las flores son diferentes, la adoración es una. Damos demasiada importancia a los nombres y formas, y nutrimos sentimientos divisivos, todo en pro de esta efímera vida.

Otro ejemplo. En el estado de vigilia, nos encontramos con varias personas, vamos a distintos lugares y experimentamos diferentes situaciones. En el sueño, creamos circunstancias, creamos alegrías y tristezas, creamos el mundo, incluso nos creamos a nosotros mismos y nos atamos a él. En el sueño profundo todo se olvida, y nos acercamos al estado de ecuanimidad perfecta. La misma entidad está presente en los estados de vigilia, sueño y sueño profundo. Los estados son tres, pero el individuo es uno. Esto significa «Aquello eres tú» (Thath Twam Asi). En los tres tiempos y en los tres estados, la entidad que experimenta es la misma.

Entendemos el cuerpo humano, pero no los valores humanos. Sin importar nuestra educación, riqueza y fama, debemos vivir según los valores humanos. Los valores humanos solo pueden florecer en una atmósfera espiritual. Una semilla germina solo en suelo fértil, no sobre un metal. El verdadero carácter humano florece solo sobre la base de la espiritualidad, el dharma y la moralidad. Cada estudiante debe cultivar cualidades humanas.

El afecto por la familia directa y por los parientes es limitante. Antes del nacimiento, ¿quién es la madre y quién es el hijo? Antes del matrimonio, ¿quién es el esposo y quién es la esposa? Estas relaciones se cultivan a mitad de nuestro viaje eterno. Son «nubes pasajeras». Uno no debe desear ni temer tales asociaciones temporales. La vida es un vasto mar, con efímeras olas de unión (samyoga) y separación (viyoga).

Somos incitados al esfuerzo por cientos de deseos, sin un momento de descanso. Nos enredamos en una preocupación interminable al ceder a los atractivos mundanos. La espiritualidad es la única luz de guía para la humanidad perpleja en busca de paz. Con la destrucción de la espiritualidad, la India sería aniquilada. Debemos nutrir cuidadosamente el tesoro de la espiritualidad.

Este letrero dice: «Cultura y espiritualidad de la India». En Mi opinión, la cultura y la espiritualidad no están separadas. La cultura es un aspecto de la espiritualidad. Con la espiritualidad, todas las artes y ciencias adquieren una nueva luz, una dirección positiva. En ausencia de espiritualidad, si ustedes se limitan a decir cultura, cultura, cultura… ¿Qué es esta cultura? Es una «cultura sin sentido».

La cultura es herencia, tradiciones (samskriti). La palabra samskriti significa aquello que ha pasado por el proceso de purificación (samskarana). ¿Purificado por qué? Solo por la espiritualidad. No puede haber refinamiento sin espiritualidad, y sin refinamiento, no hay cultura.

Por lo tanto, primero debe venir la espiritualidad. Pero la espiritualidad se ha convertido hoy en objeto de burlas despectivas. Sí, la espiritualidad es ridícula... ¿para quién? ¡Para los necios que consideran esta vida mundana temporal como lo más importante! Para quien sabe que la vida mundana es una «nube pasajera», la espiritualidad no es solo una luz de guía, sino una gema invaluable, su único adorno y riqueza. Este es el único adorno que debemos desear hoy.

Estudiantes, no es posible limitar la cultura india. Personas de todas las naciones, religiones y épocas han otorgado gloriosos elogios a nuestra herencia. Todos ustedes saben de Babar, el emperador mughal, de religión musulmana. Él tenía una fe absoluta en la cultura india. El hijo de Babar, Humayun, lo sucedió como emperador de la India.

En esa feliz ocasión, Babar escribió una larga carta a su hijo: «¡Huma! Eres afortunado, y yo soy doblemente afortunado por tener un hijo afortunado como tú. Ahora eres el emperador de la sagrada tierra del Hindustan: la tierra que tolera todas las religiones, la cultura que enseña la unidad en la diversidad, la religión hindú, que verdaderamente es la esencia de todas las religiones. ¡Eres bendecido por gobernar sobre tal nación!

»Nunca seas un obstáculo en el camino de la cultura y las tradiciones indias. La cultura hindú es sagrada y poderosa. No hay nada que no pueda lograr. No te opongas a esta antigua cultura. De hecho, incluye a los hindúes en cada decisión que tomes, y gánate su amor».

Babar fue el valiente gobernante que estableció la dinastía mughal en Delhi. ¡Qué alta consideración tenía por la cultura india!

Lamentablemente, los indios mismos están despedazando nuestra cultura. ¡Es una cuestión de vergüenza y humillación para cada indio! Deseo que, como indios, ustedes, estudiantes, capten claramente el mensaje de nuestra cultura, lo pongan en práctica, lo protejan y deriven alegría de ello.

Nunca digo que una religión es importante y otra no lo es. Los preceptos subyacentes de todas las religiones son nobles. Pero las personas se pelean en nombre de la religión, sin seguir sus enseñanzas. Hoy, exisiste un defecto importante en el carácter humano. Comprendan la importancia de sus respectivas religiones. Todo aquel que haga un esfuerzo sostenido por reconocer su propio Uno Mismo tiene el derecho de entrar por las puertas de la inmortalidad, sin preferencias por religión o país de nacimiento.

Por lo tanto, primero reconozcan los valores humanos. Luego progresen hacia la Divinidad en lugar de deslizarse hacia cualidades demoníacas. Todos los Upanishads propagan métodos para alcanzar la Divinidad y la inmortalidad. «La inmortalidad se alcanza no por buenas acciones, hijos ni riqueza, sino solo por el sacrificio» (Na karmana na prajaya na dhanena tyaagenaike Amritatvamaanasu). Mañana comentaremos la relación entre el sacrificio (thyaga) y el disfrute mundano (bhoga).

[Swami concluyó con «Prema Mudita Mana Se Kaho, Rama Rama Ram»]


Traduccion SBd