|
14. 02/06/91 Dharma y Espiritualidad India | 2 de Junio de 1991
Brindavan
 ***************************************************
En la sagrada tierra de Bharat,
la paciencia es la mayor virtud.
Entre todas las disciplinas, la brillante joya
de la verdad es la mayor austeridad.
El dulce sentimiento que impregna nuestra tierra
es el amor de la madre.
El honor es más importante que la vida misma.
Pero estos ideales de la India han sido destruidos
por la adopción de valores extranjeros.
La libertad desenfrenada es una espada peligrosa.
¡Ay! ¿Qué le ha pasado a la India?
Como un elefante que desconoce su propia fuerza,
así es el estado de nuestra compatriotas hoy.
Realizar caridad y sacrificios sin cesar,
adquirir conocimiento y poder,
cosechar cultivos, gobernar tierras:
tales acciones son solo para llenar el estómago.
¿Por qué sufrir de tantas maneras?
¿No viven también los gusanos, las aves y las bestias para el estómago?
Sabiendo que se puede obtener satisfacción sin alegrías mundanas,
si el hombre no se esfuerza por llegar a la meta,
es inferior a otros seres vivos.
¿Cómo podría ser superior?
Estudiantes:
La esencia de todas las ciencias y la educación son la cultura y la espiritualidad india. Cada país es competente a su manera, en sus ramas particulares del conocimiento. La moralidad, la ética, la verdad, el sacrificio y la tolerancia están presentes en todos estos tipos de educación.
La verdadera educación bharatiya comprende cinco ramas: comportamiento («aachaaram»), cultura («saampradaayam»), religión («matam»), arte («kala») y conocimiento. Hoy, esta educación integral ha sido olvidada La verdadera medida de la educación es la rectitud. Cuando la rectitud florece, la verdadera educación se sigue por sí misma. El bienestar y la seguridad del país descansan en el dharma y la educación.
Los excelsos sabios Vyasa y Valmiki cristalizaron al Señor en palabras y lo transmitieron a la posteridad como epopeyas. Los textos que escribieron son muy antiguos. Por esta razón, las epopeyas se llaman «Puraanas». El Ramayana y el Mahabharata propagan un comportamiento intachable no solo a los indios, sino a todo el mundo.
La cultura india ha asegurado la paz y la estabilidad para el mundo, desde tiempos inmemoriales. El mantra divino, la luz guía de la noble cultura aria, siempre ha sido buenos deseos para todos, incluso para aquellos que no conocemos: «Que todos los mundos sean felices» («Lokaah Samastah Sukhino Bhavantu»). Sin ceder a las condiciones de lugar, tiempo y situación, la cultura india ha buscado la unidad subyacente en la aparente diversidad, renunciando a los estrechos sentimientos de «yo» y «mío».
Duryodhana tenía gran fuerza física, intelecto, valor, poder y riqueza: todas las formas de prosperidad. ¿Cuál es el significado de que Vyasa tratara a Duryodhana y Dussasana con desprecio y, en cambio, diera el mayor valor a Dharmaja? Es porque nuestros sabios consideraban el dharma por encima de todo. Reconocían que el cosmos existe solo por el poder del dharma, que todos los actos beneficiosos emergen del dharma.
El Ramayana, que enseña a todo el mundo elevados ideales de moralidad, es más querido que la vida misma en cada hogar de India. ¿Cómo deben comportarse los hermanos entre sí? ¿Cómo deben conducirse los hijos con los padres y obedecer sus deseos? ¿Qué tolerancia y autocontrol deben existir en la relación entre esposo y esposa? Todas estas preguntas son respondidas bellamente en el Ramayana. Esta epopeya muestra la fama y la prosperidad de una familia en la que los hermanos están unidos y donde el amor lo impregna todo.
El sabio Valmiki compuso el Ramayana. Ravana era un rey con todos los logros posibles a su favor. Nunca le faltaron placeres, comodidades ni victorias. No tenía igual. Era un experto en las sesenta y cuatro ramas del conocimiento. Su ciudad, Lanka, rivalizaba con el Cielo mismo en opulencia. Pero Valmiki no le asignó respeto a Ravana y, en cambio, colmó de adoración a Rama, quien renunció al reinado para caminar descalzo por los bosques, vistió prendas de corteza y hojas, y llevó una vida de austeridades a pesar de su realeza. ¿Por qué? Porque cada acción de Rama era dharma. Cada palabra que pronunció era verdad («sathya»). Valmiki, por lo tanto, afirmó: «Rama es la encarnación del dharma» («Ramo Vigrahavaan Dharmah»).
Nuestros sabios no dieron importancia al dinero, la fama, los placeres, el poder, la destreza física o intelectual, sino solo al dharma. ¿Por qué? Para ellos, el dharma es la fuerza vital del mundo. Las escrituras prescriben cuatro metas de la vida humana: rectitud, riqueza, deseo y liberación («dharma», «artha», «kama» y «moksha»). La primera es el dharma. La riqueza y el deseo vienen después del dharma. Esto significa: a menos que la riqueza y el deseo se experimenten de acuerdo con el dharma, causan dolor. Ganen riqueza con dharma. Alberguen solo deseos dhármicos. Solo así pueden alcanzar la liberación. Esta es la lección de las cuatro metas.
Lamentablemente, los indios han renunciado al fundamento del dharma, que es como los pies que sostienen la estructura de la vida humana. Han cortado la cabeza de la liberación. ¡Viven con el cuerpo sin pies ni cabeza de la riqueza y el deseo! Así, la India ha perdido su esplendor de rectitud. Debemos hacer el voto de restaurar el dharma, para fomentar una educación que promueva el dharma, para revivir la gloria de la India.
El primer verso del «Bhagavad Gita» comienza así: «Dharma kshetre kurukshetre» (En el campo del dharma, en el campo de batalla). Muchos quieren conocer la esencia del Gita. Los eruditos dan varias respuestas: yoga de la acción, yoga de la devoción, yoga del conocimiento, y así sucesivamente. Si queremos visualizar a alguien, ¡la cabeza y los pies son lo más importante! La primera palabra del primer verso del Gita es «dharma». La última estrofa del Gita es:
Donde quiera que esté Krishna, el Señor del Yoga,
donde quiera que esté Partha, el arquero,
allí están la prosperidad, el éxito, la expansión
y una moralidad firme: esa es mi convicción.
«Yatra Yogeshvarah Krishna
Yatra Partho Dhanurdharah
Tatra Sreer Vijavo Bhootir-
Dhruva Neetir Matir Mama»
La última palabra del último verso del último capítulo es «mama» (mi). Uniendo la primera y última palabra, obtenemos: «mama dharma», ¡mi deber! Este es el mensaje del Gita. Reconozcan su propio dharma y cúmplanlo. Un jefe de familia debe cumplir con sus responsabilidades; de manera similar, un asceta, un renunciante y un estudiante deben actuar según su etapa en la vida. Cada uno tiene su dharma, que no puede intercambiarse.
Para todo, la base es el «Manu Dharma» (el Código de Acción Justa de Manu). Pueden buscar en todo el mundo, pero no existe una exposición del dharma que supere al «Manu Dharma». Una vez, un erudito alemán llamado Nietzsche escribió un libro sobre la fuerza de voluntad. Afortunadamente para él, durante este proceso descubrió el «Manu Dharma». La suprema felicidad que obtuvo al profundizar en él fue indescriptible. Detuvo la escritura de su libro. «Lo que intento escribir es como la luz de una vela comparado con el sol ardiente del Manu Dharma, que brilla en el cielo del intelecto indio», fue su sentimiento. Afirmó que ningún libro podía igualar al «Manu Dharma».
Cuando en casa existen textos sagrados, escrituras y epopeyas, ¿por qué los indios siguen caminos extranjeros? Aunque poseemos tradiciones sagradas e invaluables, nos atraen los alicientes exteriores. Hay un proverbio en telugu: «A pesar de una deliciosa comida de cinco platos en casa, ¡los lentejas rancias de la casa del vecino son más atractivas!» («Intilo vanta chesina pancha bhaksha paramamu kante, prakkintilo paachipoyina pappu chaala nuchi»).
En nuestro país tenemos enseñanzas incomparables. ¡Qué insensato es perseguir una educación insípida en otro lugar! Sí, cada país tiene su propia experiencia, sistemas de lógica y filosofía («pramaanas»), y su sistema de educación. Ciertamente, nadie debe criticar a otros. Según el tiempo, lugar y situación, los dharmas, formas de vida y reglamentos singulares se han vuelto importantes en cada parte del mundo. Pero reconozcan que todos los sistemas de lógica y filosofía son solo para la purificación de la mente. Y en este sentido, la cultura india establece ideales elevados para el bienestar humano aquí y en el más allá.
No basta con aprender de memoria conocimientos librescos y olvidar el bienestar de la humanidad. Demuestren su aprendizaje en acción. Solo entonces el conocimiento conducirá a la felicidad suprema. Sin práctica, todos los estudios son inútiles. Incluso un millón de formas de conocimiento sin virtud son inútiles e improductivas.
¡El carácter es supremo! Por esta razón, los indios siempre han enfatizado el carácter, el carácter, el carácter. Ninguna ciencia de ninguna parte del mundo tiene derecho a criticar la filosofía india y el Vedanta. La ciencia es tal que las verdades de hoy son descartadas por los experimentos de mañana. ¿Cómo puede la ciencia, que cambia día a día, tener autoridad para comentar sobre la espiritualidad india y el «Nyaya Shastra», que elaboran principios verdaderos y eternos? Analicen todos los sistemas lógicos y filosóficos del mundo, desde Kant hasta Spencer. Son meras lloviznas en comparación con las lluvias torrenciales de la no dualidad, la no dualidad calificada y la dualidad («adwaita», «visishta-adwaita» y «dwaita») expuestas por los Vedas.
Incluso los logros científicos de hoy no son nada comparados con las hazañas de Hiranyakasipu y Hiranyaksha en el «Kritha Yuga» (la primera de un ciclo de cuatro eras; estamos en la cuarta). Hiranyakasipu sometió los cinco elementos y exploró los reinos de la tierra, el cielo y el agua. Se jactaba de su supremacía sobre el mundo físico. Este orgullo lo cegó hasta tal punto que torturó a su propio hijo.
¿Cuál fue el fruto de todas sus investigaciones? Solo el ego, que lo hizo olvidarse de sí mismo y nubló incluso los sentimientos humanos ordinarios. ¡Tal hombre está listo para destruir a cualquiera que se interponga en el camino de sus ambiciones, incluso a su propia familia! Finalmente, solo su hijo pudo enseñarle la verdad.
Prahlada, el hijo de Hiranyakasipu, era querido por el Señor Hari. Hiranyakasipu odiaba a Hari. No podían coexistir. De la misma manera, ¡parece que la ciencia y la espiritualidad no pueden coexistir hoy! Pero tarde o temprano, la espiritualidad está destinada a abrir los ojos de la ciencia.
Hiranyakasipu preguntó a Prahlada: —¿Dónde está tu Hari?
Prahlada respondió: —No caigas en la duda de que está aquí pero no allá. Está en todas partes.
—¿Está en esta columna, entonces? —rugió Hiranyakasipu.
—Sí —dijo Prahlada, haciendo una reverencia.
Cuando Hiranyakasipu rompió la columna, el Poder divino emergió desde dentro. ¿Cuál es el significado de esto? Mientras uno se identifica con el cuerpo, está lejos de Dios. El día que uno renuncia a la conciencia corporal y cultiva el amor a Dios, se encuentra cara a cara con la Divinidad. Hiranyakasipu rompió la columna de la conciencia corporal y la Divinidad emergió desde dentro.
La ciencia física es definitivamente necesaria. Pero, ¿por qué cultivar orgullo por tales estudios? Sean humildes. Hay mucho que necesitan comprender. Estudiantes, ustedes son los futuros líderes. El progreso de la nación depende de sus acciones. Cuando sean buenos, el país estará seguro. Si se desvían, el país irá a la ruina.
Los estudiantes aprenden un poco de inglés, del tamaño de una semilla de mostaza, ¡y cultivan un ego enorme, del tamaño de una calabaza! Esto es perjudicial. Hay mucho que pueden enseñar al mundo, pero no dando «toneladas» de discursos. Practiquen unos «gramos»: eso es suficiente. Enseñen con el ejemplo. La cultura india es la esencia de todas las escrituras, el objetivo de toda educación y el camino hacia una vida divina.
Todo en el cosmos tiene dos conceptos: nombre y forma. Nada en el mundo puede existir sin nombre y forma. El nombre es sonido. El sonido contiene toda la creación. El sonido es palabra. La palabra surge del sentimiento, y los sentimientos se basan en los deseos. Los deseos son frutos de la ignorancia, que, a su vez, nace en la Divinidad. Entonces, hay una relación íntima entre la palabra y la Divinidad. Sin sonido, sin palabra, no se puede reconocer ninguna verdad. La gente no creó el sonido. De hecho, toda la creación, incluida la humanidad, emergió del sonido.
Desde la antigüedad, cada sonido tiene su propio significado. ¡Estos significados no han sido asignados por científicos! Aquí hay un plato. Un orfebre pudo haberlo hecho, pero no le puso nombre. Se llama «plato» desde el principio de los tiempos. Esto es un vaso. Su singular forma es la razón de su existencia. La forma es la prueba del nombre, y el nombre es la prueba de la forma. Están inextricablemente entrelazados.
Cada palabra tiene su forma. «Dolor» es una palabra. Los problemas que enfrentamos son la forma asociada con esta palabra. Otra palabra es «alegría». Nuestra experiencia de felicidad es la forma de la alegría. Todos estamos dentro de un «salón». Este edificio de concreto es su evidencia, su forma. De esta manera, cada palabra tiene una forma correspondiente. Pero los científicos modernos no prestan atención a esta verdad.
Consideren un diccionario. Tiene numerosas palabras. La gente cree incondicionalmente en todos los significados proporcionados por el diccionario. El mismo diccionario también tiene la palabra «Dios». Si la palabra existe, debe tener una forma, ¿no es así? Si la palabra «Dios» no tuviera forma, ¿cómo podría incluirse en el diccionario? ¿Por qué creen en todo lo demás y rechazan esta única palabra? Esto indica su prejuicio personal, no la Verdad universal.
Nombre y forma: solo estos dos existen. El «Vedanta» enseña que debemos alcanzar la Forma de Dios repitiendo Su Nombre. Es difícil alcanzar la meta basándose únicamente en la forma. ¿Por qué? Por ejemplo, supongan que quieren identificar a un hombre que lleva cierta camisa, ciertos pantalones y tiene cierta altura. Es difícil, si no imposible, encontrarlo entre los miles reunidos aquí. Sin embargo, si saben su nombre y lo anuncian por el micrófono, ¡la persona se levantará y se acercará a ustedes, incluso en una multitud de cien mil!
Es fácil llegar a la forma con el nombre. La contemplación del Nombre es el medio para cruzar el mar del nacimiento y la muerte («Smarane taranopayam»).
Estudiantes:
La cultura y la espiritualidad india están preñadas de una potencia increíble. Lo que no se encuentra aquí es inexistente. Lamentablemente, ustedes no son persistentes en practicar los preceptos de nuestra cultura. Por lo tanto, su poder se les escapa. Sumérjanse profundamente y practiquen las enseñanzas: sin duda, alcanzarán la felicidad suprema.
La cultura y la espiritualidad india están llenas de dharma. El dharma es la luz guía, nuestro aliento vital. ¿Qué es el dharma? Aquello que sostiene sus propias cualidades es dharma («Dharayathe ithi dharmah»). Esta afirmación no es lo suficientemente completa. En cada objeto hay una fuerza vital, una cualidad distintiva. Consideren el fuego. ¿Qué presenta el fuego? El fuego presenta calor y luz. Solo podemos identificar el fuego cuando tiene calor y luz. Sin estas cualidades, puede ser carbón, ¡pero no fuego! Entonces, ¿cuál es el dharma del fuego? Calor y luz. Tomen el hielo. ¿Cuál es su naturaleza? Pueden decir que es blanco. ¡Pero el carbón completamente quemado también es blanco! El hielo es frío. Luego, tomen el azúcar. ¿Cuál es el dharma del azúcar? La dulzura. Sin dulzura, ¡podría ser sal!
El dharma del fuego es el calor y la luz. El dharma del hielo es el frío. El dharma del azúcar es la dulzura. De la misma manera, ¿cuál es el dharma de la humanidad? Es el sacrificio nacido de la verdad y la moralidad. ¿Cómo debe practicarse y demostrarse? A través de la unidad y la pureza en el pensamiento, la palabra y la acción («trikarana suddhi»). Las cualidades humanas florecen cuando los pensamientos que ustedes albergan, las palabras que pronuncian y las acciones que realizan están en armonía. |