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Discursos dados por Sai Baba

02. 20/5/90pm Santificar el cuerpo

20 de Mayo de 1990

Santifiquen el Cuerpo

Ustedes no son el cuerpo,

un fardo de carne, sangre y huesos,

tampoco los deseos inmanifestados,

ni la mente manifestada.

No son la ilusión

que frustra su liberación;

son el Eterno Paramatma

si tan sólo reconocen

el poder innato que poseen.

¡Estudiantes! ¡Encarnaciones del amor divino!

El cuerpo, los sentidos, la mente y el intelecto sólo son vestiduras asumidas por el hombre. Sólo cuando comprendamos su naturaleza y significado podremos utilizarlos con propiedad. Ustedes usan pantalones, camisa y chaqueta; sólo si han aprendido a usar correctamente cada una de estas prendas, podrán llevarlas de forma apropiada y obtener beneficio de ellas. De lo contrario las usarán de forma grotesca, como poner la chaqueta debajo de la camisa o llevar el pantalón al revés. Al aprender a usarlos, vestirán su atuendo diario de forma correcta para ofrecer un aspecto decente y atractivo. Asimismo, el cuerpo es nuestra vestidura. Sólo cuando sepamos cómo llevarlo y utilizarlo apropiadamente obtendremos lo mejor de él.

"Aquello que se quema se llama cuerpo". Éste es el significado de la palabra cuerpo (deha). Todos sabemos que el cuerpo es cremado después de la muerte, pero aún con vida, el cuerpo arde debido a las preocupaciones. El cuerpo es inerte. Es un depósito de inmundicia y está sujeto a toda clase de enfermedades. Es un fardo de carne y huesos y no puede ayudarlos a cruzar el océano de nacimientos y muertes. Así que "¡Oh mente, en vez de confiar en un cuerpo tan débil, debes aferrarte a los pies de loto del Señor Hari!", como decía la oración de los sabios. El cuerpo, formado de los cinco elementos, es impermanente, pero ustedes, que han asumido este cuerpo, son en verdad Dios supremo, que es eterno e inalterable. Por lo tanto, a ustedes les corresponde usar el poder del discernimiento para usar el cuerpo sabiamente y así obtener felicidad de él.

La palabra sarira es otro de los nombres para denominar al cuerpo. "Aquello que se deteriora se llama sarira". En el momento del nacimiento, el cuerpo es sólo carne y sangre. Al crecer embellece y entra en la etapa adolescente y adulta, cuando se inflama su orgullo debido a su belleza y vigor. A su debido tiempo es víctima de los estragos que causa la vejez, con la consecuente pérdida de vitalidad y, por ende, es susceptible a las enfermedades. De este modo está el cuerpo sujeto a muchos cambios.

Otra palabra para designar al cuerpo es mandir, templo o altar, porque abriga al alma individual que de hecho no es sino el alma suprema o Dios eterno. Por lo tanto, al ser el cuerpo la sagrada morada de Dios, no debe usarse para hacer el mal sino para albergar buenos pensamientos, hablar buenas palabras y realizar buenas acciones. Para facilitar ese uso correcto del cuerpo, éste debe mantenerse en buenas condiciones.

Cualquier instrumento debe conservarse en óptimas condiciones para que ofrezca un rendimiento satisfactorio. Por ejemplo, pueden escribir cómodamente con una pluma fuente sólo si la llenan con la tinta adecuada, siempre que la pluma esté en buenas condiciones. Así también, un cuchillo se puede usar para cortar mientras tenga buen filo y un mango adecuado. Asimismo, el cuerpo, al ser un instrumento para ejecutar diversas acciones, debe mantenerse en condiciones óptimas para tales fines. Pueden usar un cuchillo para cortar verduras o frutas, pero no para cortar un pedazo de hierro. También debemos usarlo con discernimiento y así lograr el objetivo para el cual fue creado. Cada vez que se dispongan a hacer algo deben preguntarse: yo soy Brahman que vive en este cuerpo como el alma individual; por lo tanto, ¿es correcto que ejecute esta acción o no? Sólo entonces usarán el cuerpo de forma correcta. Poseer este cuerpo no implica que lo usen a su entero capricho y olviden que es el templo de Dios y que, por lo tanto, deben usarlo para fines sagrados.

Al cuerpo también se le llama kshetra. El que conoce este kshetra es el conocedor del kshetra (kshetrajña). Ustedes son el conocedor y el cuerpo es el kshetra conocido por ustedes. De allí que sean el testigo de este cuerpo. Kshetra significa un lugar sagrado asociado con lo Divino y saturado de vibraciones sacras; por ejemplo: lugares de peregrinación como Kasi o Varanasi, Tirupati, Badri, etcétera. Estos kshetras se utilizan para la adoración, cumplimiento de votos religiosos, caridad y otras actividades sagradas similares. De igual forma, en el kshetra del cuerpo sólo deben prevalecer buenos pensamientos y acciones nobles. Éste es el significado interno del nombre kshetra usado para designar al cuerpo.

Otro significado del término kshetra es campo. En este campo del cuerpo los frutos que cosechamos dependen de las semillas que sembramos. Si sembramos buenos pensamientos, cosecharemos buenos frutos; los malos pensamientos sólo darán malos resultados. De este modo, el cuerpo es un campo en el cual se siembran las semillas del mérito y del pecado. Sin embargo, recordemos que el cuerpo, como campo, tiene ciertas ventajas cuando se compara con un sembradío. Al cultivar un campo para obtener la cosecha, debemos esperar la estación propicia y las condiciones óptimas para sembrar una variedad de semillas, así como contar con el terreno adecuado para el cultivo de una especie en particular; no se puede sembrar indiscriminadamente. En cambio, en el caso del campo de nuestro cuerpo, no hay restricciones. Puede cultivarse en todas las condiciones y en todo momento, incluso en el día y en la noche. Cuando siembran semillas en un terreno apto para el cultivo, pueden obtener una buena o mala cosecha o, por el contrario, quizá no se cristalicen sus esperanzas, pero en el caso del cuerpo humano, estén seguros de que cosecharán los frutos de los buenos o de los malos pensamientos y acciones que siembren como semillas; pueden estar seguros de que obtendrán el cien por ciento. Lo que siembren cosecharán. Ésta es una ley inexorable. Por lo tanto, asegúrense de sembrar sólo semillas en la forma de buenos pensamientos y acciones. No hagan un mal uso del cuerpo. Deben diferenciar lo transitorio de lo permanente y utilizar su cuerpo para obtener el bien supremo.

Aquellos que desean usar el cuerpo apropiadamente y asegurarse de cultivar pensamientos positivos, realizar buenas acciones y cosechar buenos frutos, deben seguir escrupulosamente dos cosas, a saber: la regulación de la dieta y la de los otros hábitos. No coman cualquier tipo de alimento sólo para calmar el hambre o satisfacer el paladar; deben comer sólo alimentos sátvicos. Nuestros pensamientos son determinados por la clase de alimentos que consumimos. Por ejemplo: la calidad de la leña determina la calidad del fuego y del humo; si queman madera de sándalo, producirá un humo fragante; si queman una madera hedionda, producirá un humo hediondo. Así, la clase de humo depende del tipo de fuego. Según sea el humo será la nube; según sea la nube será el agua; como es el agua, así es la lluvia; como es la lluvia, así es la cosecha; como es la cosecha, así es el alimento; como es el alimento, así es la mente y los pensamientos. Nuestros pensamientos, por lo tanto, son el resultado del tipo de alimento que comemos. Al cuerpo lo limpia el agua, mientras que la verdad purifica a la mente. Sólo cuando comamos alimento que conduzca a la verdad podremos seguir el sendero de la verdad. Puesto que el cuerpo es un templo sagrado, deben evitar estrictamente tomar sustancias intoxicantes. Los alimentos que promueven las cualidades rajásicas, que inflaman las pasiones, deben eliminarse por completo.

¿Cuál es el significado del alimento sátvico? La opinión común es que las frutas y la leche constituyen alimentos sátvicos; pero esto no es todo, lo que se consume por la boca no es el único alimento que entra en el Cuerpo. Los otros órganos de los sentidos, como los ojos, oídos, nariz y manos también consumen objetos del mundo externo. De ahí que, si una persona come frutas y leche a través de uno de los cinco órganos sensoriales, esto no quiere decir que haya tomado alimentos sátvicos, a menos que el alimento tomado a través de los cinco sentidos sea también de naturaleza sátvica. Por medio de los ojos deben ver sólo lo que es puro. Ver toda clase de cosas indiscriminadamente sólo propiciará desastres. El poder de la vista debe usarse sólo para objetivos sagrados. Por desgracia, la visión de la juventud actual se pervierte cada vez más, volviéndose una visión lujuriosa. Debido a esto, sólo encontrarán el mismo destino de Kichaka, personaje del Mahabharata, que fue destruido por Bhima a causa de ese defecto. Los estudiantes deben ser muy cuidadosos a este respecto. Sólo cuando usen sus ojos de forma pura y sagrada recibirán impresiones sátvicas a través de ellos.

Los oídos también requieren alimentos puros. Esto significa que debemos escuchar sólo palabras y relatos sagrados acerca de lo Divino y escuchar siempre cosas buenas y agradables de los demás. En este sentido, debemos proteger nuestros oídos de la contaminación de escuchar cosas malas. Sólo así podremos asegurarnos de consumir alimentos sátvicos a través de los oídos.

Sólo aromas fragantes y agradables deben inhalarse por la nariz. Aspirar malos olores ocasiona enfermedades. Si inhalan aire viciado, respiran organismos que producen enfermedades. Deben inhalar aire puro en un lugar ventilado y limpio. La mano también debe usarse para consumir alimentos puros. En otras palabras, deben ejecutar sólo buenas acciones con sus manos, acordes con el apelativo de "templo" con que se designa al cuerpo.

Cuando se libren de los cinco males asociados con la contaminación del habla, la vista, el oído, el pensamiento y la acción, serán capaces de realizar su propia divinidad y volverse el Alma suprema (Paramatma). Si los sentidos se nutren con alimentos contaminados, no pueden volverse puros sólo por tomar leche y frutas. Deben consumir alimentos puros y sátvicos con los cinco órganos de los sentidos.

Usualmente, un templo tiene muchas puertas. Estas entradas tienen la finalidad de permitir el acceso sólo a los fieles que anhelan adorar a la deidad instalada en el templo, no a todo el que quiera entrar. De forma similar, en este templo del cuerpo existen cinco puertas. ¿Cuál es su objetivo? Si construimos una casa y ponemos puertas en ella, es con el fin de dejar entrar sólo a nuestros parientes y amigos y no a todos, además de los animales errantes, ya sean perros, cerdos o asnos. Si estos animales indeseables tratan de entrar, les cerramos las puertas. Asimismo, las puertas de los cinco sentidos de este sagrado cuerpo deben mantenerse abiertas únicamente para cosas sagradas y divinas. Sólo entonces el cuerpo será digno de recibir el nombre de kshetra o de mandir. Si, por el contrario, se permite la entrada a objetos e ideas profanos, deja de ser un templo sagrado. Así, se puede ver que el alimento sátvico es esencial para que el cuerpo esté en condiciones de ejecutar actos positivos.

Después sigue la acción de moverse o asociarse con lugares, personas, objetos, etcétera. Deben considerar seriamente qué clase de lugares pueden visitar, en qué ambiente vivir y con qué tipo de personas asociarse. Dime con quién andas y te diré quién eres, dice el adagio. Deben evitar malas compañías, pues influyen en sus pensamientos. Los jóvenes de hoy cultivan fácilmente las malas compañías y caen en malos pasos. Esto es equivalente a menospreciar y denigrar el cuerpo humano, el cual las escrituras declaran que es la más preciada y rara propiedad entre todos los seres creados. Concientes de esto, los sabios de antaño buscaron vivir en la soledad para dedicarse a pensamientos y acciones sagrados como el canto devocional, la meditación y las austeridades. Pero aun esto en cierta forma puede considerarse un signo de debilidad. Por ejemplo, si quieren dominar la ira, ¿podrán lograrlo aislándose en un bosque para practicar austeridades durante cierto número de años? Puesto que su ira surge en medio de la gente, deben dominarla sólo en el mismo medio y no en un bosque despoblado. Quizá permanezcan tranquilos mientras estén en el bosque, pero cuando vuelvan a mezclarse entre la gente, serán la misma persona irascible. Es un engaño imaginar que lograron controlar sus sentidos al recurrir al ascetismo religioso. Lo pueden lograr fácilmente si comprenden el sutil funcionamiento del cuerpo, y no por algún otro medio. Supongamos que compran un coche nuevo; deben saber manejarlo. No se pueden sentar al volante y manejar a su antojo, sólo porque lo han comprado con su propio dinero y registrado legalmente, pues sería peligroso para el automóvil, para ustedes mismos y también para la gente. Aunque el auto sea de su propiedad, deben usarlo bien. Noten que todos los problemas y dificultades del hombre se deben al hecho de que no sabe hacer uso apropiado de su cuerpo, de ahí que sea fácil presa de la aflicción y la enfermedad. Unas palabras deben recordar siempre: nadie puede ir en contra de la voluntad divina, ni alterar la ley del Señor, que es inmutable.

El cuerpo es inerte. Muchos pueden debatir esta aseveración argumentando que el cuerpo crece. La respuesta a esta duda es que cuando ustedes limpian su casa todos los días y acumulan la basura en un solo lugar, ésta irá aumentando hasta formar un gran montón. Asimismo, si continúan llenando su cuerpo de varias clases de alimentos muchas veces al día, su cuerpo crecerá como el montón de basura. De cualquier forma, el cuerpo es capaz de funcionar a través del comer, hablar, caminar y crecer, etcétera, sólo debido a la conciencia (chaitanya) que está en él. En este sentido, el cuerpo puede compararse con un automóvil: los ojos son como los faros, la lengua es la bocina, etcétera. Gracias a la batería, las partes mencionadas son capaces de funcionar. Similarmente, los órganos del cuerpo inerte son capaces de funcionar sólo mediante el poder átmico que está en el cuerpo. Citaré otra analogía: las limaduras de hierro se mueven cuando las atrae el poder de un imán. Así también, el funcionamiento de todos los órganos del cuerpo, los cuales son inertes por sí mismos, es posible debido a la presencia del Atma en él. Es una pena que perdamos tanto tiempo, esfuerzo y dinero embelleciendo el cuerpo transitorio e inerte y a la vez olvidemos nuestro verdadero Atma, el Ser, que es permanente y conciente.

El hombre es propenso a tres clases de ideas erróneas respecto a su cuerpo. Una es considerarse erróneamente como algo que no es su verdadero ser. Otra es considerar como suyos a personas u objetos que no le pertenecen. La tercera es creer que lo transitorio es duradero.

El hombre considera al cuerpo como su verdadero ser. Si éste fuera el caso, ¿por qué dice "éste es mi cuerpo"? Esta afirmación implica claramente que él es diferente del cuerpo, porque el poseedor es distinto de lo que posee. Por ejemplo, si un hombre dice "éste es mi pañuelo", él está separado del pañuelo; entonces, ¿cómo pueden decir que son el cuerpo? Ésta es la primera y básica equivocación.

Segundo: en la vida mundana, el hombre se engaña al creer que es el dueño de varias clases de propiedades, como casas, tierras, vehículos, etcétera. Ustedes construyen una casa y la llaman suya; cuando la venden, ya no es suya. Asimismo, compran un automóvil y lo llaman suyo; si lo venden deja de serlo. Así, los objetos son suyos sólo mientras los poseen y los usan. Olvidando que todos estos bienes son como nubes pasajeras, desarrollan desmedido apego hacia ellos. De hecho, nada es suyo. ¿Cómo pueden ser suyos objetos que pertenecen al cuerpo? Todos estos conceptos equivocados los causa el velo de la ilusión (maya), y el consecuente sentido de posesión y las desviaciones de la mente. Antes del matrimonio, nadie puede decir quién es el esposo y quién la esposa, antes del nacimiento, nadie puede decir quién es la madre y quién el hijo. Sólo después del matrimonio dicen: "ésta es mi esposa", y sólo después del nacimiento declaran: "éste es mi hijo". Pero estas relaciones son transitorias e impermanentes y se basan en la errónea identificación de uno mismo con el cuerpo. Nadie trae consigo ni siquiera un trozo de tela cuando nace y nadie deja siquiera su dirección cuando se va al llegar la muerte. Si son en realidad suyos, ¿por qué no les dan su dirección en el momento de la partida final? Nada les pertenece. Al olvidar su propia realidad y confundir lo irreal con lo real en este mundo ilusorio, se crean problemas. Ustedes son siempre sólo ustedes mismos. No pertenecen a nadie ni nada les pertenece. Sólo hay una cosa que existe. A pesar de la declaración inequívoca de las escrituras de que la Realidad es una sola, aunque los sabios la llamen de diferentes formas, continuamos creyendo equivocadamente que la diversidad es real.

Tomemos el ejemplo de un padre de familia. Su esposa lo llama "mi amado esposo", su hijo "mi amado padre", su madre "mi querido hijo", mientras su nuera se refiere a él como "mi amado suegro". Así, a una y la misma persona se le llama de diferentes formas de acuerdo con las diversas relaciones con el cuerpo. Como declaran las escrituras: "El Uno se ha vuelto muchos". Por consiguiente, existe una unidad que subyace en la diversidad. Sólo existe Uno, y ese Uno es el Hero (Héroe) Dios; todo lo demás, es decir, el mundo, es cero. Si ponen un cero al lado de ese uno, se vuelve diez; con un cero más será cien y con un tercer cero es mil, y así sucesivamente. ¿De dónde adquieren todos estos ceros su valor? Únicamente del Héroe. Si lo quitan, no habrá valor para ninguno de los ceros. Por lo tanto, sólo Dios es el Héroe. Las ilusiones del cuerpo, la mente, el intelecto, etcétera, sólo son ceros. Así, es importante que nos aferremos al Héroe, a Dios.

Esto no significa renunciar al mundo o a nuestros deberes mundanos. Cumplan con sus obligaciones con sus parientes y amigos y, mientras lo hagan, no se desvíen del camino espiritual. Su vida secular debe armonizarse con su vida espiritual. Mientras vivan en el mundo, deberán amoldarse a las normas y reglas que gobiernan los asuntos mundanos. Pero sea lo que hagan, no deben perder de vista al Supremo, que es la meta espiritual de la vida. Reconozcan el hecho de que nada les pertenece, así sea madre, padre, hermanos, parientes, riqueza, casa, etcétera. Todos estos conceptos efímeros están relacionados con el cambiante cuerpo, que es la base de todas las aberraciones mentales.

El cuerpo experimenta diversos cambios debido al alimento y otros hábitos de vida; sin embargo, la individualidad permanece inalterable frente a ellos. Los cambios de nombre y forma, como la infancia, la niñez, la edad adulta y la vejez, pertenecen al cuerpo y, por lo tanto, son ilusorios. Por eso no consideren al cuerpo como si fuese real y permanente. Sin embargo, deben asegurarse de que el cuerpo no sea víctima de enfermedades y conservarlo como un instrumento eficiente. Mientras se muevan en este río de la vida, cuiden que en la nave de su cuerpo no existan agujeros o grietas, para evitar que el agua entre en ella. Ésta puede estar a flote, mas no debe hacer agua. Permanezcan en el mundo y cumplan con sus deberes, pero no permitan que las preocupaciones invadan sus mentes y hagan sus cuerpos susceptibles a toda clase de enfermedades. Consideren al cuerpo sólo como un instrumento.

Para conservar a este instrumento en buenas condiciones, deben regular su alimentación y otros hábitos. Además, miren al cuerpo como su vestidura y báñenlo y aséenlo con frecuencia, de manera similar a como el lavandero lava la ropa sucia. Lo que el lavandero hace es remover la suciedad de la ropa para que recobre su blancura. Así también, la pureza es natural en el cuerpo humano, pero se ensucia debido al uso inapropiado. Por ello deben limpiarlo con la ayuda de Dios como lavandero, recurriendo a prácticas como la oración, la repetición del nombre, la meditación y el amor a Dios. Sólo el lavandero puede lavar la ropa, no el barbero. Así también, sólo Dios y nadie más puede limpiar sus corazones de impurezas. Nunca olviden que el cuerpo es sólo una vestimenta. Debido a la ignorancia consideran al cuerpo como su verdadero ser. Cuando se libren de esta ignorancia brillarán como el refulgente sol de la sabiduría.

¡Estudiantes! Además del cuerpo, deben reconocer la función e importancia de las otras entidades relacionadas, como los órganos de los sentidos, la mente y el intelecto, y mantenerlos en buenas condiciones. Si guardan un dulce o especias en el bolsillo de su camisa olvidándose de ellos y la dan al lavandero, descubrirán manchas en el bolsillo cuando el lavandero les regrese la prenda. Asimismo, las malas impresiones manchan la mente si permiten que entren los malos pensamientos y se apoderen de ella. Sólo cuando entiendan correctamente la naturaleza de cada uno de los elementos de su personalidad, a saber, el cuerpo, los sentidos, la mente y el intelecto, serán capaces de vivir una vida humana íntegra y llena de sentido. De otra manera, caerán víctimas de todo tipo de dificultades y problemas. No necesitan invertir su tiempo en prácticas espirituales como la repetición del nombre y la meditación; reconocer la Verdad es la verdadera práctica espiritual. Una vez cocido el alimento, ya no se necesita leña; igualmente cuando la Verdad se ha comprendido, ya no es necesaria la práctica espiritual.

Si durante estas dos semanas son capaces de captar la naturaleza y el significado del cuerpo, los sentidos, la mente, el intelecto y también del Atma o Dios, que es el Supremo Testigo que preside sobre todos ellos, estarán preparados para dominar el misterio del cosmos formado por los cinco elementos básicos. Finalmente, como Dios es la base de todo, los estudiantes deben cultivar la fe en él.