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Discursos dados por Sai Baba

31. ../../79 Digan la verdad y caminen en la virtud

Digan la verdad y caminen en la virtud

Digan la verdad y caminen en la virtud

1979

Los árboles brindan refugio a todos, sin consideración

de casta ni credo, y proclaman que todos los hombres son iguales.

Las plantas nos enseñan a no encariñarnos excesivamente

con el cuerpo, y las aves, que se contentan con el alimento

que consiguen para el día, nos muestran

que no debemos preocuparnos por el mañana.

También en su muerte los pájaros nos dan una lección

respecto a lo transitorio del mundo.

La madre naturaleza nos exhorta a descartar el apego

por nosotros mismos y por nuestras posesiones terrenales.

En verdad, la Naturaleza es la escuela en la que el hombre,

siguiendo las enseñanzas del más grande Sadguru, Dios,

puede adquirir la Sabiduría Divina.

¡Encarnaciones del Amor!: Los programas de asistencia económica y social promueven el bienestar material y no cabe duda de que son necesarios en este mundo. Para el bienestar espiritual y la divinización del hombre, sin embargo, son de máxima importancia el carácter y la moralidad. La espiritualidad es el aliento vital para los seres humanos en general. La cultura india se ha basado en la espiritualidad y en los valores éticos. El reconocer la gran significación de nuestra ancestral cultura y remotas tradiciones y el adaptarlas para responder a las necesidades de la época actual, es lo que constituye nuestro deber primario. La cultura y las tradiciones indias ya han resistido la prueba del tiempo.

Y estas tradiciones respetadas por el tiempo le entregan felicidad a nuestra vida práctica.

Un sistema educacional que no tome conocimiento de los elevados ideales de la espiritualidad y de nuestra cultura ancestral, realmente no puede promover la armonía social. Es precisamente debido a la ausencia de valores espirituales y morales en nuestra educación actual que estamos siendo testigos de agitaciones sociales y de degeneración de la personalidad humana. El hombre moderno ha llegado a dominar la ciencia y la tecnología, pero con ello se ha convertido en un siervo de Mammon (espíritu de codicia, dios de la riqueza). Se regocija triunfalmente por su aparente éxito en el uso de la energía nuclear, no obstante, vive como un enano moral.

La cultura constituye la sangre vital de una comunidad. Es la columna vertebral de un pais. Los sabios de antaño que habían alcanzado la liberación del egoísmo y que se elevaban por encima de los deseos mundanos, iluminando a la sociedad con la radiante luz de su espiritualidad, dan testimonio de la santidad de nuestra cultura. Nuestra cultura nos ha estado dando sagradas normas de conducta que se honran de la mejor manera poniéndolas en práctica en nuestra vida diaria.

La sagrada relación entre el gurú (maestro) y el sishya (pupilo) ha sido idealizada en Bharat como en ningún otro país. Ella ha llegado hasta nosotros a través de las eras y representa una tradición muy apreciada. Las palabras del preceptor en el momento en que los pupilos abandonaban el gurukuIam (la escuela en la que vivían con su gurú, sirviéndole y aprendiendo de él) para volver a sus hogares, vibraban llenas de significado: "Adoren a su madre y a su padre como a Dios. Consideren a su maestro como a Dios y reciban a su huésped como a Dios mismo".

"Sathyam vada, Dharmam chara" ("Digan la Verdad y practiquen la Virtud"): éste es también uno de los importantes aforismos que enunciaran los antiguos gurús de la India. El enfatiza la importancia de la Verdad y la Virtud o Rectitud. Sathya es la Verdad eterna, absoluta e invariable. Dharma se traduce a menudo como Rectitud, pero es mucho más que eso. "Dharma" es un término cargado de poder que epitomiza toda una filosofía y un modo de vida. Representa el "summum bonum" de la ética india. Un discípulo es aquel que ha captado los contenidos de la Verdad y la Rectitud gracias a una práctica espiritual constante (Sadhana). Sathya y Dharma resumen el código de conducta y la escala de valores que exponen las inmortales Escrituras de la India.

Si quieren cultivar arroz, tendrán que realizar una buena cantidad de trabajos. Deberán arar el terreno y enriquecerlo con estiércol y abonos. Habrán de conseguir buenas semillas. Habrán de poner cercas alrededor de su campo para proteger las plantas tanto de hombres como de animales. También habrán de remover periódicamente las malezas e irrigar apropiadamente el terreno. Tendrán que dar todos estos pasos para poder cultivar arroz. En cambio, no necesitarán de ningún esfuerzo especial para cultivar pasto. Las malezas dañinas crecen por sí mismas. De manera similar, el adharma, la iniquidad o injusticia, crece como las malezas venenosas sin ningún esfuerzo especial. La delicada planta del Dharma, Rectitud, Virtud o Justicia, en cambio, habrá de ser atendida y cuidada celosamente, para que pueda sobrevivir entre las malezas del adharma.

Un Sadhana (práctica espiritual) especial y esfuerzos concentrados son esenciales para el establecimiento y la protección del Dharma. Deberíamos recordar constantemente la sagrada declaración: "Dharmo rakshati rakshitah": "El Dharma protege a quien protege al Dharma". No obstante, deberíamos mantener en la mente también un corolario para este dicho: "Dharma eva hatohanti": "El Dharma destruye a quien trata de destruirlo". De modo que "Dharma" no es únicamente un concepto metafísico, sino también una poderosa fuerza moral con la que hay que contar. Aquel que se desvía de la Senda del Dharma, habrá de pagar un precio por ello a la larga.

El Dharma protege al mundo. Es permanente y perdurable. Decimos que el Sol se levanta y se pone, dando por resultado el día y la noche, aunque, en realidad, el Sol no salga ni se ponga. El Sol está siempre allí, eternamente radiante. De manera similar, el Dharma es eterno, inmutable e imperecedero. En el verso "Yada yadahi dharmasya glanir bhavati Bharata...", la palabra "glani" se usa en conexión con el Dharma. "Glani" significa atenuación, merma, atrofia, declinar. En realidad, el Dharma jamás está sujeto a "glani" o declinación alguna. Lo único que sufre merma es la práctica del Dharma. Bhagavan emerge como Avatar para revivir la práctica del Dharma y no para su protección, puesto que es eterno y absoluto. Es únicamente su práctica la que necesita de un renacimiento.

El Ramayana proclama: "Rama es la personificación o encarnación del Dharma". Puesto que Dios mismo es el Dharma, el descuido del Dharma equivale al descuido de Dios. A menudo adoramos a Dios a través de una imagen o de un ídolo. Algunos hasta pueden adorar a un árbol como Dios. No obstante, hay algunos ateos, agnósticos, racionalistas y humanistas que adoran al Dharma mismo y lo tratan a la par con Dios. Tales personas no pueden ser consideradas como ateas, puesto que su aparente ateísmo no es más que un teísmo disfrazado. El Dharma es su Dios y lo adoran como tal y, de hecho, Dios es una encarnación del Dharma. Esta deificación del Dharma es, por sí misma, teísmo. Por otro lado hay muchos que le oran a Dios pero que ignoran el Dharma en la práctica. Tales personas no son realmente teístas temerosos de Dios.

Hay muchas personas en este mundo que profesan ser teístas, devotos, yoguis y ascetas. Mas, ¿cuántos de entre ellos han entendido realmente el hecho de que el Dharma es la esencia de la Divinidad? Esto es lo que llama a dudas. Un gran número de personas piadosas emprenden peregrinaciones para visitar lugares sagrados y bañarse en ríos consagrados. Sin embargo, no vale de nada el hacer peregrinaciones si no se mejora el carácter. En lugar de perder tiempo y dinero visitando lugares sagrados, las personas debieran empeñarse en purificar su mente y aprehender la Divinidad que existe en la humanidad. La juventud, en especial, habrá de recordar constantemente que la fuerza física, el dinero y la popularidad no duran para siempre. La fuerza del carácter será siempre superior al poder de la riqueza, que es la cosa más efímera en el mundo.

Vishwamitra realizó penitencias y adquirió estupendos poderes. Cegado por los poderes obtenidos de sus austeridades, desafió a Vasishta y sufrió la derrota y la humillación. Los Kauravas, que se sentían terriblemente orgullosos de su poder y riquezas, se lanzaron a la guerra en contra de los justos Pandavas, siendo completamente aniquilados. Su dinastía llegó a un final ignominioso, debido a que siguieron la senda de la iniquidad y lucharon en contra de los virtuosos Pandavas. También Ravana había adquirido poderes prodigiosos gracias a sus penitencias. Sin embargo, se volvió tiránico e inmoral y, por último, se destruyó a sí mismo. El Ramayana, el Mahabharata y el Bhagavata contienen historias de grandes héroes que murieron en circunstancias trágicas debido a su comportamiento inmoral y su conducta inicua.

Es por ello que cada individuo debiera comprender el significado del Dharma y seguir por esa senda. Durante la juventud, mientras la persona es fuerte y está mentalmente alerta, habrá de conquistar a los seis vicios del deseo, la ira, la avaricia, el apego, el orgullo y la envidia. Por sobre todo, el joven habrá de lograr la confianza en sí mismo. La fe crea el Amor. El Amor crea la tolerancia y la compasión. De modo que la fe en ustedes mismos reviste una importancia primordial. Los estudiantes deben estar llenos de Amor y de compasión y, por esta vía, adquirir una gran fuerza moral y espiritual.

El ideal del Dharma debe inspirar a los estudiantes para participar en actividades de servicio social. Deberán convertirse en los heraldos del renacimiento del Dharma en el mundo moderno. Deberán ponerle punto final a la inquietud en la sociedad y restablecer el orden dhármico. Este tremendo programa de rearme moral habrá de ser considerado como un ceremonial sacrificial: representa una cruzada en contra de la maldad y la injusticia.

Los jóvenes estudiantes que se han reunido aquí vienen a ser como vehículos que se han dañado en los accidentes de la vida. Durante este mes, estos coches con desperfectos han pasado por un servicio de mantención adecuado y han sido arreglados con los repuestos necesarios. También han sido pintados de nuevo. Ahora volverán a sus lugares de origen, vigorizados con nobles ideales e ideas sagradas. Deberán guiarse en todas sus actividades futuras por las tres "`D" de la Devoción, el Deber y la Disciplina.

La catarata que ciega los ojos de una persona no es algo que provenga desde fuera. Es un crecimiento interno. Un pedazo de leña o de carbón encendido se cubre por una capa de brasas. Esta capa no proviene del exterior, sino que es producida por el trozo encendido mismo. El musgo que cubre la superficie del agua estancada también viene del agua. El Sol que calienta la Tierra hace que el agua se convierta en vapor, el que se eleva hacia el cielo formando nubes. Y estas nubes formadas por el Sol terminan por cubrirlo. De manera similar, la ignorancia que surge en la mente del hombre nubla su discriminación y le lleva al sufrimiento. Las cataratas de los ojos deben ser removidas por medio de la cirugía. La sabiduría es el instrumento quirúrgico que elimina el tumor maligno de la ignorancia. El arma de la sabiduría le permite al aspirante espiritual conquistar a la ignorancia y lograr la Iluminación. El logro de la Iluminación Espiritual por medio del instrumento de la sabiduría se conoce como Vibhaga Yoga, el que se ve facilitado por la práctica constante y el ceremonial ritual. Los estudiantes deberán llevar a la práctica al menos unos pocos de los inmortales aforismos del Bhagavad Gita, a pesar de que posiblemente no sean capaces de seguir el elaborado ritualismo de las Escrituras.

El egoísmo es como un globo lleno de aire. Si lo pinchan, el aire de adentro se combinará con el de afuera. Cuando se desinfla el ego, el Amor altruista toma su lugar. Amen a todos y cultiven la compasión universal. El amor por uno mismo debería desarrollarse en Amor Divino, que es la más alta forma de Amor. Deberíamos ascender del estado inferior del amor hasta un estado de Amor superior, de la misma forma en que ascendemos desde un nivel inferior de la verdad hacia un nivel superior de ella. Sólo a través del altruismo pueden alcanzar la Divinidad.

Tanto la ayuda que les brindemos a otros como el daño que otros nos hayan hecho, deben ser completamente olvidados. No cavilen respecto a las injurias que les hayan infligido. Al mismo tiempo, no esperen ni reconocimiento ni recompensa por los servicios que hayan prestado. Si esperan buenos resultados por sus acciones, habrán de estar también preparados para los malos resultados.

La greda y el agua han sido creados por Dios. Un alfarero emplea greda y agua para hacer vasijas. Ustedes son de origen divino y han heredado su personalidad, la totalidad de sus características físicas, mentales, emocionales y espirituales, de sus progenitores, padre y madre. Ellos son los responsables por el nacimiento y la nutrición de ustedes. Por ende, adórenles, háganles felices y cumplan implícitamente con sus deseos. Ellos les aman a ustedes sin tomar en cuenta los éxitos o fracasos que tengan en la vida. Ellos les aman pese a las fallas y debilidades que muestren. El Amor de padre y de madre es la forma más pura y más desinteresada de Amor. Hay santidad y pureza en el Amor que le entregan los padres a sus hijos.

Los estudiantes habrán de seguir el ejemplo del pez en el agua. Un pez purifica el agua eliminando todas las impurezas que encuentre en ella. Los estudiantes habrán de ser activos en la sociedad. No deberán escapar a los deberes sociales ni a las obligaciones cívicas y deberán convertirse en ciudadanos responsables. Deberán limpiar a la sociedad de todos sus males y convertirse en los arquitectos de un nuevo orden social.

La gente joven deberá cooperar entre sí en todas las empresas nobles. Deberán formar asociaciones para la promoción de la justicia social. Han vivido juntos y participado en programas de servicio social por casi treinta días. Esta asamblea de jóvenes deberá fortalecer estas relaciones personales que han anudado y renovarlas periódicamente. Esta congregación no representa una confluencia fortuita de estudiantes. Se han reunido aquí como resultado de los méritos adquiridos durante vidas pasadas. Todos ustedes tienen la gran fortuna de haber participado en estos cursos de verano. Con la esperanza de que pongan en práctica al menos algunos de los ideales que han sido enseñados aquí, les bendigo a todos para su bienestar tanto material como espiritual.