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Discursos dados por Sai Baba

29. ../05/79 Trabajo, adoración y sabiduría

Trabajo, adoración y sabiduría

Trabajo, adoración y sabiduría

Mayo de 1979

Si no hubiera nubarrones en la vida del hombre,

resultaría difícil discernir el verdadero valor de la luz.

Así también, no tendría nada de extraordinario la felicidad

que no surgiera de un genuino esfuerzo.

Sin Sathya (Verdad), Dharma (Rectitud), Shanti (Paz)

y Prema (Amor), la educación que uno

pueda adquirir carecerá de sentido.

La caridad no significaría mérito alguno

y los resultados de todas las buenas obras

llegarían a sumar nada, si el hombre carece de estas cuatro virtudes.

Del mismo modo, no serán dignos de bien celestial alguno,

aquellos que tuvieran el poder en el mundo,

pero que carecieran de estas virtudes cardinales. Sathya, Dharma,

Shanti y Prema representan los cuatro cimientos sobre los cuales

se levanta la estructura de la gran mansión del Sanathana Dharma,

la Religión eterna y universal.

¿Qué otra cosa podría darles a conocer, oh buenas

y gentiles personas reunidas aquí?

¡Encarnaciones del Amor!: El Conocimiento de Brahman le es negado a aquellos que descartan al intelecto y están enamorados del conocimiento efímero. Para el hombre que está parado en la playa junto al océano, observando las embrutecedoras manifestaciones externas, lo único que le resultará aparente son las olas. Sólo el osado y experto buceador que puede buscar en el fondo del mar podrá encontrar las preciosas perlas que se encuentran ahí. El Bhagavad Gita declara que llega al conocimiento de Brahman sólo la persona que busca al Alma en los más internos recodos de su ser sutil.

El cuerpo humano es afectado por las impurezas asociadas a los tres humores presentes en él: vientos, humor biliar y flemas. También el cuerpo sutil representado por la mente se ve contaminado por los pensamientos y tendencias impuros y malvados, la proyección de lo irreal como real y el ocultamiento de lo real. Como resultado de esta triple impureza de la mente, el hombre se ve incapacitado para alcanzar el conocimiento Divino. Mientras su mente tenga estas impurezas, no podrá lograr el conocimiento del Alma.

Pueden librarse de los pensamientos y tendencias impuras por medio del trabajo sagrado, de la proyección de lo irreal como real por medio de la adoración y del ocultamiento de lo real por medio de la sabiduría. El Gita nos enseña que podemos purificar nuestros corazones por medio de un trabajo bueno y sagrado; que podemos lograr enfocar la mente por medio de la adoración, y que podemos descorrer el velo de la ignorancia y alcanzar la unión con Dios por medio de la sabiduría. Es así que a través del trabajo, la adoración y la sabiduría, el hombre puede hacerse Divino. Sin embargo, de acuerdo al Gita, estas tres cosas, vale decir la purificación de la mente, el enfoque unidireccional de la mente y el conocimiento unitivo de la Divinidad, se pueden alcanzar también por medio de la práctica del Yoga.

Yoga también significa ecuanimidad mental. Considerando el ambiente en que se desenvuelve el hombre común y los deberes que le atañen tanto en lo secular como en lo espiritual, se ha encontrado que la ecuanimidad mental se puede aplicar de cinco maneras diferentes. Según esto reconocemos la ecuanimidad mental con relación a Prakriti o la Naturaleza, a Samaja o la sociedad, a Jñana o conocimiento, a Karma o acción y a Upasana o adoración.

La ecuanimidad con relación a Prakriti representa la ecuanimidad respecto de la Naturaleza y sus variados fenómenos. En las estaciones frías, el calor nos proporciona comodidad, en tanto que en las calurosas, la frescura nos da alegría. De modo que tanto el calor como el frío nos dan alegria en uno u otro momento. Ninguno de los dos nos hace desgraciados. Por momentos, sin embargo, puede ser que nos causen inconvenientes las intensidades variables de calor o de frío. Pero éstas no son sino experiencias subjetivas y superficiales más que realidades universalmente aplicables. En esencia, tanto el calor como el frío nos dan felicidad.

Así también el placer y el dolor nos traen felicidad. Sin dolor uno no podría apreciar el verdadero valor del placer. Sólo a la luz del pesar llega a destacarse más la alegría. De modo que placer y dolor o alegría y desdicha habrán de ser consideradas con una mente calma y con el mismo sentido de desapego.

Es muy necesario que desarrollemos esta ecuanimidad en relación a la Naturaleza. Esto vale en especial para los estudiantes que tienden a ser impulsivos y que dejan que el éxito o el fracaso influyan fácil y profundamente en ellos. El ser impulsivo es un signo de la flaqueza humana. Cada cual habría de reconocer la verdad de que el placer no es sino un intervalo entre dos dolores, y encarar las pruebas y tribulaciones del mundo de manera calma y serena. En verdad, las experiencias alternadas de placer y de dolor nos estimulan a seguir por la Senda de la Rectitud.

La ecuanimidad que el hombre habría de poseer, en cuanto parte integral de la sociedad, viene a continuación. También la sociedad somete al hombre a las dobles experiencias de alegría y de pesar. Por ejemplo, tanto las alabanzas como las censuras le llegan al hombre desde la sociedad en la que vive. Alabanza y censura son como las dos caras de una moneda y siempre se acechan la una a la otra. Ninguna nos debería perturbar. Habremos de considerar tanto a la adulación como a la censura como escalones para el progreso.

Cuando se está cavando un pozo, la tierra que se va sacando del agujero va formando un montón a su lado. La tierra del montón es la misma que había en el pozo. El elogio y la calumnia son como el montón y el agujero y tienen, esencialmente, el mismo origen. Al darse cuenta de ello, la mente debería adiestrarse como para desarrollar ecuanimidad en términos de la relación del hombre con la sociedad y de su existencia en ella.

La ecuanimidad con relación al conocimiento representa el tercer tipo de ecuanimidad que debemos tratar de promover en nosotros. Este consiste, básicamente, en reconocer la identidad del Alma que está en todos los seres, sin que importe su casta, color o credo. Es posible que las religiones sean diferentes, pero todas ellas llevan al hombre hacia la misma meta: Dios. Es posible que sean diferentes las vestimentas, pero las telas son las mismas. Es posible que varíen los ornamentos, pero el oro en ellos es el mismo. Es posible que las vacas tengan diferentes matices en su color, pero la leche es la misma. Las bombillas eléctricas pueden tener diferentes wataje, tamaño y color, pero la electricidad que las enciende es la misma. De manera similar, hay miríadas de individuos y de animales en su multiplicidad, mas la fuerza vital que hay en todos ellos es esencialmente la misma. La realización de este aspecto unitivo de la Creación es la ecuanimidad con relación al conocimiento.

La ejecución de acciones correctas y sagradas de manera desapegada y sin alterarse en cuanto a sus consecuencias, ya sean buenas o malas, representa el espíritu de la ecuanimidad en la acción. Y la ecuanimidad en la devoción consiste en la realización de la Verdad de que Iswara está en todo el Universo y que está en todo y es el refugio para todos.

Sólo cuando este tipo de devoción es constante, duradero y sin vacilaciones el devoto puede alcanzar la ecuanimidad en la devoción. El flujo del Amor por Dios debería mantenerse igual y ser firme.

Krishna declaró en el Bhagavad Gita: "Yo velaré por el bienestar material y espiritual de aquellos que me adoren con una devoción centrada en Mí y que siempre estén ligados a Mí".

Esta devoción centrada y unidireccional se produce como resultado de los cinco tipos de ecuanimidad. Ellos deben ser mantenidos con firmeza y ser fomentados en todo momento, en todo lugar y en toda latitud.

La palabra manava (hombre) tiene tres sílabas: "ma" que representa ignorancia, "na" que representa la negación de la ignorancia y "va" que se refiere al poder de lograr el conocimiento Divino. Para que el hombre llegue a merecer su nombre, habrá de estar libre de ignorancia.

El Bhagavad Gita contiene la sagrada tradición del saber del espíritu. Krishna le entregó al género humano, a través de Arjuna, el núcleo del Mensaje del Gita en el campo de batalla, a las 10:30 de la mañana, en el día del "Karthika Bahula Amavasya". Este fue el día en que comenzó la gran guerra del Mahabharata. Diez días más tarde, cuando Bhishma cayó durante la batalla, Sanjaya le informó a Dhritarashtra de los sucesos en el campo de batalla. Dhritarashtra le preguntó a Sanjaya: "¡Oh Sanjaya! Enfrentados en la sagrada planicie de Kurukshetra, ¿qué hicieron mis hijos y los hijos de Pandu?" Esto sucedió en el día de "Margasira Suddha Ekadasi". Algunos consideran este día como el "Gitajayanti" o el día en el cual Yrishna le concedió el mensaje del Gita a Arjuna. No obstante, éste fue el día en que Sanjaya le relató el proceso de la batalla a Dhritarashtra. El Gita fue entregado, en realidad, en el día que mencionáramos antes.

¿Por qué eligió Krishna el día de Amavasya para la iniciación de la batalla y, también, para la enseñanza del Gita? Normalmente, nada auspicioso se lleva a cabo en un día de Amavasya. No obstante, también se encuentran tales ejemplos de los modos divinamente enigmáticos de Krishna en otros episodios de Su vida. El primero vendría a ser su nacimiento en un día de Ashtami. Krishna nació el 20 de julio del año 3227 AC, en la madrugada, a las 03:00. La batalla del Mahabharata tuvo lugar en el año 3141 AC, cuando Krishna tenía 86 años de edad. En estos 5119 años que han pasado desde la guerra del Mahabharata, el mensaje del Gita se ha extendido hasta cada recodo y rincón del mundo.

Los estudiantes del presente se olvidan convenientemente del mandamiento de dedicarse al constante recuerdo y ansían, en cambio, el yogakshema o peso del bienestar. El Señor les asegura que cuidará de su "yoga" (disciplina) y de su "kshema" (seguridad). El Yoga es la obtención de lo inalcanzable y el Señor habría de concederla, en tanto qúe el "kshema" es experimentar algo que les corresponde por derecho. Aquí va una ilustración al respecto. Mientras leen un libro, ponen en él como marca un billete de cinco rupias y, pasado el tiempo, se olvidan de él. Más tarde, necesitan cinco rupias y se las piden a un amigo que les ha venido a visitar. Accidentalmente, el amigo toma el libro; encuentra las cinco rupias y se las da. En verdad, el dinero es de ustedes y el amigo no les ha dado sino lo que es de ustedes. De igual manera, la alegría está dentro de ustedes, pero ustedes no se dan cuenta de ello. El Sadguru (el Verdadero Maestro) es el amigo que les ayuda a desenterrar este tesoro de la felicidad que yace oculto en el propio corazón.

"El deber sin Amor es deplorable. El deber con Amor es deseable. El Amor sin deber es Divino". El deber implica fuerza o compulsión, en tanto que el Amor es espontáneo y se expresa sin estímulos externos. La continua repetición del Nombre del Señor, la meditación y todas las obras meritorias que puedan llevar a cabo, serán fútiles si no cultivan el Amor universal y desinteresado.

Aunque no ofrenden más que una hoja, una flor, una fruta o una gota de agua con el verdadero espíritu de devoción y de entrega a Dios, los resultados serán infinitamente benéficos.

Han estado escuchando por un mes las enseñanzas del Gita. No obstante, el que simplemente escuchen no cumplirá con propósito alguno. Este escuchar habrá de ser seguido por la recapitulación y por la asimilación.