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Discursos dados por Sai Baba

12. ../05/79 El hombre con una fe firme logra la sabiduría

El hombre con una fe firme logra la sabiduría

El hombre con una fe firme logra la sabiduría

Mayo de 1979

Pueden haber leído muchos libros.

Pueden haber estudiado todos los Sastras en su totalidad.

Pueden haber llegado a dominar los más difíciles temas.

Naturalmente, se sentirán orgullosos de su profundo conocimiento

de todas las ramas del saber.

Mas toda su vasta erudición será inútil si no llegan

a juntar las palmas para adorar al Alma Suprema (Paramatma).

De nada les servirá el saber si carecen de devoción.

¡Oh hombre! Tu educación mundana es un ejercicio en futilidad.

¡Encarnaciones del Amor!: El Dharma de la espiritualidad se ha vuelto estático y se ha estancado. Habrá de ser revivido, estimulado e insuflado de nuevo dinamismo. Nuestros jóvenes estudiantes habrán de desempeñar un rol pivote en el renacimiento de la eterna filosofía de la espiritualidad.

Desde el punto de vista de la espiritualidad india, no vamos desde la falsedad a la verdad ni de la irrealidad a la realidad. La verdad no se puede derivar ni deducir de la falsedad. La espiritualidad representa una jerarquía de la realidad. Hemos de ascender desde un nivel inferior de la realidad hacia uno superior. La Verdad absoluta representa el nivel más alto de la realidad espiritual.

Los indios han heredado desde tiempos inmemoriales el Dharma de la espiritualidad. No obstante, éste no se encuentra únicamente confinado a nuestro país, sino que es universal, ecléctico y católico. Todos los seres humanos tienen el derecho de beber de esta fuente de la espiritualidad. Es nuestra propia desgracia el que no hayamos reconocido nuestra propia herencia espiritual. La espiritualidad no constituye el monopolio de ningún país en particular. Es como el viento que no puede ser confinado a ningún lugar. Dejemos que los vientos de la espiritualidad soplen por todo el mundo.

El hombre común se encuentra esclavizado por sus gunas o atributos. Debería trascender sus gunas y transformarse en un Ser Divino. Por así decir, debería sufrir una metamorfosis espiritual. La meta última del Gita la constituye la espiritualización o divinización del hombre. Podemos revivir y revitalizar las verdades y valores eternos de nuestra ancestral cultura, estableciendo una sociedad por completo santificada. La sociedad humana ha sido siempre un conglomerado de varias clases. La palabra "sociedad" misma se ha convertido en un término inapropiado. Una verdadera sociedad es una comunidad de individuos desinteresados. Una sociedad ideal habrá de tener una escala de valores y un código de moralidad que deberán aplicarse a todos los individuos. No hay campo para el florecimiento del Dharma en una sociedad dominada por el egoísmo absoluto y la competencia predatoria. Una sociedad contaminada por la inmoralidad, corromperá a todo el país.

El hombre no es una isla para sí mismo. Como criatura gregaria, vive como parte integral de la sociedad. Tampoco puede existir sin Dios. Un mundo espiritualizado y una sociedad divinizada habrán de ser establecidos para la transformación del hombre en un Ser Divino.

Krishna exhortó a Arjuna a luchar por el establecimiento de un mundo teocéntrico. "Las personas tienen metas y aspiraciones diferentes. Siguen diferentes sendas para ganarse Mi Gracia. Yo les guío por las sendas que han elegido y cumplo sus deseos, conduciéndoles hacia sus diferentes metas en la vida", dijo Krishna, revelándole su Divinidad a Arjuna.

Hay tres palabras que connotan reverencia en grado variable: "paata", "nipaata" y "pranipaata". "Paata" significa caer. "Nipaata" significa una caída leve. "Pranipaata" significa una caída local. En otras palabras, "paata" significa mostrar reverencia, inclinándose, "nipaata" indica el tocar los Pies de Loto del Señor con la cabeza de uno, y "pranipaata" connota una postración completa a los Pies del Señor. Esto es el ritual simbólico que ejemplifica la esencia de la entrega total, lo que indica el aniquilamiento del ego. La meta del "pranipaata" es la eliminación de toda traza de egoísmo.

Al aspirante espiritual no se le revelará la visión del Alma Interna mientras continúe existiendo su ego. Y sólo cuando se ha renunciado al egoísmo llega a comprenderse en su totalidad el significado interno del Dharma.

La sinceridad, perseverancia, determinación y constancia solas no bastan, han de ser fortalecidas por la ausencia de cualquier duda o escepticismo. Estos aspectos representan las dos riberas del río de la vida. En otras palabras, no es posible lograr el progreso espiritual sin perseverancia ni fe.

El Ganges, el Yamuna y el Saraswati son los tres ríos sagrados de nuestro país. Los tres tienen su nacimiento en los Himalayas y descienden desde allí hasta unirse al vasto océano. Los tres son ríos de gran caudal y los tres cuentan con represas para restringir un poco su corriente. Si no las tuvieran, podrían devastar todo el país. La vida de un hombre es como un río, encajonado entre las represas de la perseverancia y la fe. Fluyendo entre las dos, la vida del hombre llegará a unirse con el vasto océano de la Gracia Divina. La perseverancia y la fe constituyen el aliento vital del hombre. La humanidad no podría existir ni por un instante sin la perseverancia y la fe. Ellas representan las dos ruedas del carro de la vida del hombre, el que debería rodar hacia el insondable océano de la ilimitada Gracia de Dios.

Dios es adorado por cuatro tipos de devotos: aartha, arthaarthi, jijnasu y jñani. El los ama a todos ellos. Les concede favores apropiados a sus pensamientos y atributos.

Un "aartha" le reza a Dios en momentos de dificultad. Ora para que le sean aliviadas las dificultades, los problemas, las pruebas y las tribulaciones del mundo. Dios le otorga felicidad terrenal, eliminando sus pesares y enfermedades. Cuando cesan sus pesares, la relación entre el "aartha" y Dios también llega a su fin.

Un "arthaarthi" es un devoto que le pide poder, dinero y prosperidad a Dios. Se transforma en un egoísta tan pronto como ve cumplidos sus deseos. Si su ambición no se ve satisfecha, le echa en cara a Dios su indiferencia para con el bienestar del género humano. Cuando no encuentran respuesta las plegarias de un "arthaarthi", se convierte en un agnóstico furibundo.

Un "jignasu" desea entender el enigma de Dios y resolver el misterio del Universo. Es un inquisidor, un explorador y un investigador. Su meta es la de descifrar el misterio de la existencia con la ayuda de su limitado intelecto. Esto implica una dolorosa empresa intelectual condenada desde un principio al fracaso. Cuando todos sus esfuerzos se ven frustrados, también él se transforma en un hombre desinteresado y lleno de apatía e indiferencia. Mas, si un "jignasu" permanece impertérrito ante el fracaso y persiste en sus indagaciones con una mente unidireccional, también puede llegar a ganarse la ilimitada Gracia de Dios.

Un "jñani" es el único individuo que ha alcanzado la cumbre de la espiritualidad. Habrá alcanzado la cima de la Sabiduría. Solamente él puede llegar a alcanzar y a conocer a Dios. Ello no significa, empero, que otros no puedan conocer a Dios. También ellos pueden llegar a realizar a Dios si le dedican todas sus acciones con un espíritu de renunciación. Matar al Yo inferior es más importante que memorizar todas las Escrituras.

Esta es la senda más fácil hacia la realización de Dios. Cada acto debe ser tratado como un sacramento. La meditación, el Yoga y los rituales dejan de ser esenciales para el "jñani". Su vida y sus acciones estarán dedicadas a Dios en completa entrega. El se mantiene desapegado de los frutos de sus actos.

Un gurú es un preceptor espiritual. Le transmite sabiduría a su discípulo. Su deber terminará ahí. Es deber del discípulo el recibir y responder a la sabiduría espiritual de su maestro. Debe poner en práctica lo que haya aprendido. El gurú es como un señalizador en una carretera: le muestra el camino al discípulo. Un señalizador indicará los caminos, pero nada dirá respecto de los altibajos o los escollos ocultos en ellos. Es deber del caminante cuidarse de los escollos y obstáculos que puedan aparecer en el camino. De manera similar, el gurú no es más que un guía. El discípulo habrá de descubrir por sí mismo los obstáculos que oculte el sendero de la montaña de la espiritualidad. Personalmente habrá de experimentar todas las vicisitudes de la vida espiritual.

El fracaso en la experiencia del Yo interior constituye la principal de las razones para no poder entender el verdadero significado del Gita y la importancia que tiene en la vida cotidiana. Son muy pocos los que han logrado una experiencia realmente auténtica. Los cinco elementos, las cinco envolturas y los cinco aires vitales han de ser considerados todos como sagradas manifestaciones de Dios.

"Arjuna, no eres más que instrumental en la propagación de Mi Mensaje, no eres sino un instrumento en Mis Manos", proclamó Krishna.

Hasta el "Swadharma" (el propio Dharma) está teñido con los "gunas". La vida del hombre está motivada por el instinto de la autosatisfacción. Pero la autosatisfacción es concomitante con la insatisfacción espiritual. El hombre siempre piensa, en todo lo que haga, en sus intereses egoístas. Esta autosatisfacción implica al Alma encarnada o ego. Es por ello que se hace necesario trascender o matar al Yo inferior.

Los cuatro "varnas" o castas, se basan en los "gunas" o atributos primordiales de Prakriti o la Naturaleza. En el cuerpo humano, la cabeza, los hombros, los muslos y los pies dependen los unos de los otros. La cabeza representa a los brahmines, los hombros a los guerreros, los muslos a los comerciantes y los pies a los trabajadores manuales.

Un sabio védico tiene tres hijos. El primero es un granjero, el segundo un soldado y el tercero un comerciante. De modo que, en la misma familia, las vocaciones del padre y de los tres hijos están determinadas por sus atributos y acciones. Todos ellos pertenecen a la familia del docto estudioso de los Vedas, viven juntos y dependen el uno de los demás. De este mismo modo habrían de vivir armónicamente los componentes de todas las castas, cada cual cumpliendo con sus respectivos deberes. Todos han de trabajar juntos por el bienestar y la prosperidad del país. La esencia del mensaje del Gita es la coexistencia de todas las clases sociales dentro de un espíritu de armonía y de mutuo beneficio.

¿Por qué tocan los pies de los mayores? No le hacen "namaskar" a su rostro o sus hombros. Es obvio que los pies son muy sagrados. Al tocar los pies de los hombres santos, pueden alcanzar el Alma Suprema (Paramatma). Resulta un error alabar a la cabeza y menospreciar a los pies.

La mente humana es activada hacia un equilibrio dinámico por los tres "gunas": satva, rajas y tamas (ecuanimidad, energía e inercia). Estos gunas representan las fuerzas motoras que emanan de la fuente que es Iswara (Dios), el que no sólo es trascendente, sino también inmanente y ubicuo.