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Discursos dados por Sai Baba

08. ../06/78 La Creación de Diosa nuestro alrededor tiene mucho que enseñarnos

La Creación de Diosa nuestro alrededor tiene mucho que enseñarnos

La Creación de Diosa nuestro alrededor tiene mucho que enseñarnos

Junio de 1978

¡Gurús y estudiantes!: Si el hombre quiere alcanzar la salvación, requiere de educación y prácticas austeras (vidya y tapas). El conocimiento que brinda la educación (vidya) es de dos clases. Una, es aquel conocimiento que se refiere a las situaciones externas. La otra, es el conocimiento referido a las situaciones internas. El primero les permite ganarse la vida y el segundo les permite llegar a vuestro destino. Habremos de discutirlo y llegar a la conclusión respecto de qué es lo que constituye el verdadero conocimiento. El tipo de educación que estamos recibiendo hoy en día en escuelas y colegios no puede considerarse como verdadero conocimiento (vidya). Este les llevará únicamente a que puedan ocupar algún tipo de posición y tener una vida diaria sin muchos problemas. Ello también puede describirse como una educación para poder ganarse la vida. Se relaciona con el mundo material. Desde el barrendero y subiendo la escala hasta el Primer Ministro, todos no hacen sino trabajar para ganarse la vida. Puede ser que haya diferencias de posición y de condiciones, pero todo lo que hagan estas personas estará relacionado con el mundo material.

La Sabiduría Divina (Brahma Vidya) es algo que llevará al hombre hasta su destino último. Aquello que les dará felicidad tanto en este mundo como en el mundo espiritual, en vuestra vida actual y en la del más allá, es la Sabiduría Divina. Aquello que llamamos Sabiduría Divina es superior a todos los demás tipos de educación. Todos los demás tipos de educación son como ríos, en tanto que la Sabiduría Divina es como el océano. Todos los ríos fluyen y se funden con el océano y así también todos los tipos de educación nos conducen hacia la Sabiduría Divina (Brahma Vidya). Lo que llamamos el Brahma Vidya demuestra los aspectos del Ser Supremo. El les enseña acerca del Absoluto Universal (Parabrahma). Pero las prácticas austeras les llevan y les funden en el Absoluto Universal. La habilidad que tenga un individuo para comunicar a los buscadores el significado del Alma y el Alma Universal, le hace ser un gurú. Un gurú significa, en realidad, una gran persona. Cuando hablamos de la grandeza del gurú (el maestro espiritual), significamos su capacidad para experimentar los aspectos de Brahman y para enseñárselos a otros. De modo que al hablar de la posición del gurú, esto no puede significar lo mismo de lo que se habla generalmente hoy en día. El "gukara" implica algo que está por encima de los gunas (cualidades de la materia) y el "rukara" implica algo que está por encima de la forma. Por ende, el gurú deberá ser capaz de experimentar la Creación sin ser afectado por las formas y los gunas en ella. A través de la práctica espiritual (sadhana) habremos de empeñarnos en adquirir el verdadero nivel de un gurú.

Las prácticas austeras (tapas) no significan huir del hogar y la familia e irse a la selva a vivir alimentándose de hojas. Esto no puede ser su verdadero significado. Tampoco significa que se paren de cabeza como los murciélagos. Un aspecto de real austeridad es que puedan armonizar sus pensamientos, palabras y actos. Deberían ser capaces de unificar vuestro trabajo, vuestra mente y vuestro lenguaje. Y el ascetismo les da habilidad como para hacerlo. El Conocimiento que hemos identificado con el conocimiento Divino y las prácticas austeras lo capacitan a uno para experimentar a Dios. Para un gurú, estas dos cosas habrían de ser como sus dos ojos. Si queremos lavar un paño blanco que se haya ensuciado, necesitamos tanto del agua como del jabón. De manera similar, si queremos eliminar la suciedad que se haya juntado en nuestra mente, necesitaremos tanto de la Sabiduría Divina como de las prácticas austeras. Pensamos generalmente que una persona común no puede alcanzar la Sabiduría Divina. Pero la Sabiduría Divina les da la capacidad para controlar la mente y las acciones y para volverlas hacia Dios. Se ha establecido que esta Creación está llena con Eswara (Dios). No representa un gran sacrificio deshacerse de las posesiones personales de uno. Es en verdad grandioso ser capaz de renunciar al propio "sí mismo". El Bhagavata es sagrado en cuánto a enseñar estos aspectos. El gurú que aparece en esta historia y los discípulos que se sientan a sus pies son muy buenos ejemplos y, si llegamos a entenderlos, nos conducirán hacia la senda correcta. Krishna representa la figura central en el Bhagavata. Arjuna también es uno de los personajes principales. Arjuna representa el ejemplo ideal para un discípulo. Krishna es un gurú ideal. Aquí, el mejor de los seres humanos, Muna, es el discípulo y el más grande de los Dioses, Krishna, es el gurú. Arjuna llevando el Gandiva (arco celestial) es el discípulo. Krishna el Yoguiswara (el que trabaja por el bien del mundo) es el gurú. No es fácil encontrarle un paralelo a tal confluencia de gurú y discípulo. Reunir a tal discípulo y tal gurú y enseñar lo sagrado de esta confluencia a todo el pueblo de Bharat (la tierra con apego al Señor) constituye la base del Gita. El gurú es una persona que puede despertar a un devoto dormido e ignorante por medio de la campana de alarma del Conocimiento Superior (Prajñana). El gurú está diciendo todo el tiempo: "Despierta, levántate, abre los ojos al hecho de que no eres un ser humano común, sino que eres divino". Esta es la labor de un verdadero gurú. Alguien que se llame "gurú" debería haber tenido por sí mismo la experiencia del Absoluto Universal.

Había una vez un individuo que emprendió un viaje y, en el camino, llegó hasta un gran río. Como le era desconocido, no sabía cuán ancho o cuán profundo podía ser. Pensando que nadie podría ayudarle, se encontró con dos personas que estaban sentadas bajo un árbol. Cuando les preguntó acerca de la profundidad de las aguas, le contestaron que no era muy profundo y que podía cruzarse el río fácilmente. Examinando más detenidamente a estas personas, se dio cuenta de que una era inválida y la otra, ciega. Un ciego no podía ver el río y el inválido no podía caminar. Pensó que era una locura intentar el cruce del río basado en las seguridades que le daban el inválido y el ciego. Y esto representó un comportamiento muy prudente de su parte.

Hoy en día, queremos cruzar el río de nuestra vida llevando un pesado equipaje en forma de nuestra familia. Hay varios gurús que, al igual que el ciego y el inválido del relato, nada entienden de la profundidad del río ni del esfuerzo que implica cruzarlo. Esta es la razón por la cual hay tantas acciones profanas que se introducen en la conducta de los estudiantes. Por lo tanto, si podemos poner a los gurús en la senda correcta, los estudiantes no seguirán por la senda equivocada. Es en este contexto que los gurús de Educación Espiritual Sathya Sai deberán instruir cuidadosamente a los estudiantes, gracias a sus sagrados corazones y su experiencia. Sin duda que habrá así un buen futuro para Bharat. Los gurús de Educación Espiritual han de poner sus mentes al menos en una o dos cosas buenas y enseñárselas a los niños. Se dice que hay doce gurús para nuestra vida. Pero ello no significa que estos doce gurús tengan doce formas, sino que los diferentes aspectos de la enseñanza habrán de identificarse con doce formas. El nacer es un gurú, el vivir en la tierra es un gurú, el ser feliz es un gurú, el ser fuerte es un gurú. No es justo tener solamente un gurú en la escuela o el colegio. Incluso cuando hacemos negocios hay algo que aprender. Cuando cultivamos la tierra hay algo que aprender. Es así que en todas partes hay algo que aprender y, de hecho, todo el mundo es como una universidad. Y no solamente esto, sino que toda la Creación a nuestro alrededor tiene la posición de un importante gurú. Sin hacer diferencia de casta o credo, el árbol proclama la igualdad de todos. Las montañas nos enseñan que no deberíamos sentir tanto apego por nuestro cuerpo ni cuidar tanto de él, al mostrarnos con cuánta paciencia están bajo la lluvia, el sol y el frío. Los pájaros nos enseñan a no preocuparnos por los días cambiantes. El mundo no es permanente. La familia es sólo una ilusión. Eso lo dice el hombre que abandona el mundo después de morir. No tienen derecho alguno para decir que esto o aquello les pertenece. La Creación en torno vuestro les recuerda todo el tiempo que nada les pertenece. Si realmente quieren entender a la Naturaleza, la mejor escuela es la Creación. El gurú es la misma Alma Divina. Todo lo que contiene la Creación: las montañas, los árboles, los ríos, nos están enseñando constantemente. La educación que nos entrega la Naturaleza que nos rodea es mucho más que la que nos pueden dar el gurú, el padre o la madre. Por eso, si podemos entender realmente el secreto de la Creación en torno nuestro, nuestra mente no correrá tras los atractivos del mundo material. No hay nada más maravilloso ni más asombroso que la Creación de Dios.

¡Estudiantes!: Si queremos fabricar una cuchara o una taza, hacemos un molde y con ese molde podemos producir copias y más copias de la misma pieza. Tratamos de duplicarlo todo. En la Creación de Dios hay millones de individuos, millones de insectos, miles de montañas y de árboles. ¿Vemos alguna pieza de la Creación que sea idéntica a cualquier otra? Incluso los mellizos nacidos de una misma madre serán diferentes de una u otra manera. Ni los gemelos serán completamente idénticos. No hay similitud entre una y otra pieza de la Creación. Todas estas flores son jazmines, pero no hay una absoluta identidad entre una y la otra. ¿Puede haber algo que sea más asombroso que esto? ¿Cuántas lecciones nos puede enseñar esto? ¿Quién puede crear tales cosas? Esta es la gran obra de Dios. Si podemos hacer el intento por entender este aspecto de Dios, podremos entenderlo todo. Un gurú que pueda hacernos vivenciar esta situación se hace muy necesario hoy en día. Se hacen muy necesarios los profesores que entiendan el aspecto de Dios. Los maestros de Educación Espiritual deberán empeñarse en enseñar a los estudiantes con Amor, con paciencia y con un corazón sagrado. El gurú no deberá convertirse en una persona perezosa. Si nuestros propios hijos son hijos que nos han nacido debido al deseo, los niños que llegan hasta nosotros como alumnos han de ser tratados como hijos del Amor. Habremos de tratarles con más afecto del que demostramos a nuestros propios hijos. No habremos de tratarlos de manera diferente. Nuestros maestros habrán de mostrar una mentalidad igualitaria y no habrán de dejar lugar para ninguna diferencia debida a la casta, la religión u otros aspectos como éstos. En el campamento de instrucción que acaba de llevarse a cabo han aprendido muchas cosas. Han de considerarlo como una gran oportunidad. Hemos de considerar que inculcarle la idea del servicio a la mente de los niños de este país es una labor sagrada. Es mi esperanza que los maestros se esforzarán por ayudar a los estudiantes y, de esta manera, ayudar a restablecer la antigua cultura de este país. Desde un comienzo habrán de enseñar a los niños la esencia de nuestro precepto védico: "Consideren a la madre como Dios, consideren al padre como Dios". También hemos de enseñar a los niños que deben comportarse con humildad cuando estén con sus mayores. Debemos enseñarles que cualquier cosa que vayan a comer, la coman solamente después de habérsela ofrecido a Dios. En la ausencia de tal práctica, la conducta de los niños está tomando por una senda muy distorsionada. Hasta cierto punto, los niños se van formando según la línea de conducta de sus madres. En los días de antaño, eran muy sagradas las ideas y pensamientos de las mujeres. Hasta el momento en que pasaban a formar su familia, las mujeres solían escuchar muchas historias sagradas, como la de Prahlada o de Markandeya, de Dhruva o de Krishna. Hoy en día, en cambio, la situación es tal que las mujeres de una familia van a tres cines por día. Como consecuencia, todas las malas ideas que contiene el cine les entran en la mente y los niños que nacen son "hijos del cine", llenos de malas ideas y emociones. Resulta muy difícil corregir y reformar a estos niños. Vamos a tener una serie de dificultades en esta tarea, pero ella es necesaria por el bien de nuestro país y de nuestro pueblo. En este inmenso mundo, cada uno de ustedes es como una pequeñísima tuerca o pasador. Debemos hacer el intento, sin ego, por aprender respecto a nuestra responsabilidad y a nuestro deber. No hemos de dejarle lugar alguno al ego. Cuando hay ego, no podrán llegar a ser unos buenos gurús. Espero que serán capaces de poner en práctica las decisiones tomadas por nosotros y de enseñarles buenas cosas a los niños.