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Discursos dados por Sai Baba

07. ../06/78 No hay defecto alguno en Dios

No hay defecto alguno en Dios

No hay defecto alguno en Dios

Junio de 1978

VEMOS NUESTRAS PROPIAS FALTAS REFLEJADAS EN EL

¡Oh estudiantes de hoy! Si se dejan llevar por palabras rudas y

por malas acciones, todos los resultados volverán para recaer

en ustedes. Esta palabra de Sai les muestra la verdadera senda.

¡Encarnaciones del Alma Sagrada!: Las nubes se juntan en el cielo y luego son dispersadas debido a la brisa. Así también se juntan los problemas del mundo y se van separando cuando son favorables las condiciones. Para nadie resulta posible predecir el resultado de una acción en particular.

Tampoco le es posible a nadie decir qué configuración tomarán las cosas con el paso del tiempo. En cierta manera, cada cosa depende del tiempo. El tiempo es una forma de Dios. En ese contexto habríamos de hacer el intento por llevar a cabo todo nuestro trabajo de manera que resulte en un beneficio para nosotros en el momento apropiado. Después de la batalla del Mahabharata, cuando Dharmaraja obtuvo el privilegio de reinar sobre Bharat, Krishna se dio cuenta de que Dharmaraja mostraba siempre una expresión muy seria. Le preguntó entonces, por qué se le veía tan triste y deprimido, cuando había obtenido la victoria en la batalla y se había convertido en el rey indiscutido de Bharat. Dharmarája le replicó: "¡Oh Krishna! Es un gran pecado matar a tantos para que se beneficie un solo individuo. En este sentido, ha sido un gran pecado el que he cometido dándoles muerte y habiendo destruido a gurús, hermanos, primos y amigos. Mi pecado no será expiado ni aunque yo sufra por millones de años en el infierno. He sido responsable por la muerte de mucha gente. ¿Qué felicidad podría sentir ante el dolor y las dificultades de tantos otros? Sólo un individuo que dé felicidad a otros y que goce de la felicidad él mismo puede ser sagrado. En cambio, el que cause dolor a otros y gozase de felicidad, será un gran pecador". Después de hablar así Dharmaraja, Krishna se rió y dijo: "¡Oh Dharmaraja, hablas como un ignorante! Corresponde al Dharma (deber) de un rey destruir el mal y darle prosperidad al pueblo de su reino. Es tu responsabilidad mantener protegido y contento a tu reino. La prosperidad de tu pueblo está en tus manos. Mientras cumples con esta tarea, siempre hay una justificación para el castigo a quienes se te opongan". Dharmaraja conocía todos los Sastras y todos los Vedas y, debido a ello, Krishna se sorprendió al ver que, pese a su saber, Dharmaraja se permitía caer en tal ánimo de congoja.

Le aconsejó sobreponerse a su angustia y realizar para ello el Aswametha Yaga (el Sacrificio del Caballo). Dharmaraja se sorprendió y le preguntó a Krishna: "¿Si lavas el barro con agua, no se pondrá barrosa el agua? Si se lava con licor un jarro que se use para guardar licor, ¿podrá desaparecer lo profano del jarro? Y para librarme del sufrimiento que llevo por haber cometido un pecado, ¿tendré que llevar a cabo una ofrenda en la que voy a tener que volver a matar? No estoy interesado en el reino ni tengo interés en realizar esa ofrenda. De hecho, ni siquiera quiero este cuerpo. Dame permiso para dejar este cuerpo". Krishna comprobó que Dharmaraja se encontraba en un estado de total frustración y le dijo a Arjuna que debía ir a ver a Bhishma, que estaba en los últimos momentos de su vida. Krishna llamó a los demás Pandavas y, junto a Draupadi, fueron todos a ver a Bhishma.

Tan pronto vio a los Pandavas y a Krishna, Bhishma se mostró lleno de alegría. Con expresiones de gozo inmenso les indicó que se aproximaran. Dirigiéndose a Dharmaraja, dijo: "¡Cuán afortunados somos que el Dios Todopoderoso haya asumido una forma humana y se encuentre entre nosotros". Los Pandavas sucumbían a veces a la ilusión de que Krishna no era sino un pariente de ellos y, en el contexto de esta relación, lo miraban como a un ser humano, pese a ser Dios. Frecuentemente sufrimos de esta ilusión. Para nadie es posible entender fácilmente los "lilas" (juegos) de Dios. Las acciones de Dios no pueden ser comprendidas ni descriptas con facilidad. Esto se ubica más allá del alcance del pensamiento y la mente humanos. En verdad, cuando la Divinidad aparece en forma humana, pensamos que es como otro ser humano común y la valoramos en comparación con un ser humano común. Bhishma estaba muy complacido por tener la rara fortuna de tener la presencia de Krishna en ese momento. Dijo: "En verdad, las palabras de Dios siempre representan la Verdad y cualquier cosa que haga es un acto de Dharma. Sus palabras constituirán la Verdad y Sus acciones, Dharma (Acciones Correctas). No hay nada en este mundo que desee o que tenga que hacer. Todas las acciones Suyas son emprendidas por el bien de los seres humanos. Nuestro deber es hacer lo que nos pida, sin cuestionar nada. No tenemos ni el derecho ni la capacidad para cuestionar o para inquirir respecto de los actos del Señor. ¿Podría alguien decidir o establecer principios respecto de cómo han de comportarse o jugar los niños pequeños? Los niños no tienen ni egoísmo ni ego. Pueden jugar, reír o llorar como les plazca. De igual manera, el Alma Suprema es como un bebé que está por encima de los gunas . Nadie tiene el derecho ni la autoridad como para decidir o establecer la forma en que ha de conducirse. Cualquier cosa que haga, no es sino por nuestro bien. A los ojos de Dios no existen diferencias entre uno y otro. En este sentido, no se siente enojado ni complacido. No fueron los Pandavas los que dieron la batalla ni los que la planearon. La victoria no se les puede adscribir. Krishna es quien les hizo dar la batalla y alcanzar la victoria. Resulta muy difícil entender Sus `lilas'. Tomen conciencia de esta verdad, al menos a partir de ahora, y siéntanse contentos; lleven a cabo la parte que les corresponde y vuestro deber". Arjuna también le había expresado a Kxishna que era mejor salir a mendigar el alimento que vivir y alcanzar la victoria dándole muerte a todos los que son próximos y queridos a uno. Dirigiéndose a Arjuna, Krishna habló de manera profética, diciendo: "Lo que ha sido dispuesto por el destino es ineludible: la justicia se hará, la victoria será para los justos, la Verdad sobrevivirá y el egoísmo será destruido. Esto constituye el Dharma para todos los tiempos. Debes saber desde ahora que un padre que tenía un centenar de hijos, no tiene ya ni uno solo que haya quedado para cumplir con los últimos ritos para ese cuerpo muerto". Podemos ver en esto que Krishna tenía un plan maestro dentro del cual tiene todas nuestras vidas bajo control. El cuida de todos nosotros y tiene el control sobre el pasado, el presente y el futuro. Y en este sentido le dijo a Arjuna que lo que estaba dispuesto habría de hacerse. No hay ningún escape.

En esos momentos, Bhishma le indicó a Dharmaraja la forma y manera en que un rey debía cuidar de su pueblo, la forma en que debía ser un buen rey y otras cosas en el mismo sentido. También le habló sobre cómo habría de conducirse de acuerdo al Varnasrama Dharma y a través de qué pasos debe el hombre realizar la Divinidad. Cuando Krishna predicaba estas sagradas cosas, vinieron varios sabios muy experimentados a escucharle. En los momentos en que Bhishma repetía estas sagradas enseñanzas, Draupadi se lanzó a reír estruendosamente. Como esto fue algo muy extemporáneo en ella, los Pandavas se sintieron avergonzados y, hasta cierto punto, molestos. Los sabios se sintieron sorprendidos y ninguno entendió por qué se reía. Krishna fue el único que sabía la razón de su risa. Los Pandavas la miraban con enojo. Bhishma llamó cariñosamente a Draupadi y, dirigiéndose a Dharmaraja, dijo: "Draupadi jamás se reiría sin una razón. Ella tiene un corazón muy sagrado. Jamás haría algo falto de respeto hablando con los mayores. Siempre se comporta con la mayor humildad. Permítele explicar por qué se rió de esta manera". Luego, dirigiéndose a Draupadi, le indicó que explicara el motivo de su risa, para satisfacer a sus maridos. Dirigiéndose a Bhishma, ella dijo: "Es necesario que enseñes el Dharma a quienes se han alejado de la senda del Dharma. El consejo que acabas de dar es muy necesario para quienes han tomado por la senda equivocada y sufren de ego y de orgullo. Pero toda esta prédica no es necesaria para mis maridos, los que han llevado vidas rectas, sinceras y honestas„mostrando respeto por los mayores. ¿Por qué no le predicaste estas cosas a los Kauravas cuando me humillaron y se comportaron de manera injusta?" Bhishma respondió diciendo: "Draupadi ha planteado una pregunta válida. Habiendo vivido con los crueles Kauravas y habiendo compartido su comida, toda mi sangre fue contaminada. Todos los principios dhármicos quedaron profundamente sepultados bajo esa sangre. Cuando tu marido me disparó una flecha, fluyó por la herida toda esa mala sangre y están apareciendo nuevamente los principios dhármicos". El significado y la moraleja de esta historia es que el alimento que comamos determinará la clase de pensamientos y la clase de sangre que se formen en nosotros.

Incluso la gente que sea básicamente buena, tendrá malos pensamientos si consume alimentos profanos. Es por eso que decimos que el tipo de alimentos que consumamos determinará el tipo de pensamientos que tengamos y el tipo de pensamientos que tengamos determinará nuestra conducta. Mientras Bhishma predicaba la necesidad de una conducta sagrada, se iniciaba el uttarayana (la "senda noble"). Bhishma había esperado por casi cincuenta y seis años este sagrado momento. Al contemplar el Divino y compasivo rostro de Krishna, su mirada se encontró con la mirada de Este. Bhishma se dirigió a El diciendo: "Oh, Dios en forma humana que resides en Dwaraka, tienes la facultad de concederle el nacimiento a la gente, de sustentarla y de hacer que llegue su fin. Has asumido varios Avatares para cuidar de Tus devotos". Y diciendo esto, Bhishma entregó su vida. Gracias a esta alabanza y a la descripción que hiciera Bhishma, los Pandavas volvieron a reconocer una vez más que Krishna era, en verdad, Divino. Ya antes se habían dado cuenta de ello, pero estando bajo la influencia de maya , solían considerarlo como su cuñado más que como una Persona Divina. Esta maya hace hacer varias cosas a la gente, tanto buenas como malas. En verdad, si los Pandavas no hubieran estado sometidos a esta maya, no habrían sido capaces de vivenciar a Krishna por un tiempo tan largo. Si hubieran reconocido fácilmente a Krishna como Dios, no habrían llegado a hacer todo lo que hicieron debido a la ignorancia. La Divinidad siempre produce uniones y separaciones. Las acciones del hombre están influenciadas por el apego. Aquí, hay que interpretar el apego como el deseo por tener algo. La base para esto es, generalmente, un deseo mundano. Para estos deseos son importantes los órganos sensoriales. Por mucha que sea vuestra experiencia, siempre querrán más y más. Cualquiera sea la amplitud de vuestra experiencia, nunca se satisfarán. En este caso, para lograr el desapego, el único proceso posible es el del sacrificio. Esto es algo que se conecta estrechamente con la buena compañía. Esta buena compañía tiene algunos resultados concomitantes como las buenas ideas, los buenos hábitos, etc. Para reconocer la naturaleza humana, el camino adecuado es el de avanzar desde el estado de los apegos al estado del desapego y desde ahí, a un estado de Amor. Habrán de sentir apego por el Señor y desapego por el mundo. La razón para ello es que todo el mundo no es más que transitorio. Ya sea sumidos en el pesar o el placer, en la alegría o el dolor, deberíamos ser capaces de pensar en Dios con una mente serena. Esta es la cualidad que habríamos de desarrollar. Bhishma era un individuo que sabía muy bien de la santidad de una mentalidad equilibrada.

En una ocasión, durante la guerra, una de las flechas disparadas por Bhishma hirió a Arjuna y la sangre que salía del cuerpo de Arjuna, goteaba sobre Krishna. Todo el cuerpo de Krishna quedó empapado en sangre. Cuando Arjuna vio esto, quedó bajo la ilusión de que Krishna sufría realmente. Movido por su Amor por Krishna, Arjuna se sintió débil y abatido. Krifna se percató de inmediato de ello y dijo: "¡Arjuna, por qué eres tan débil! ¡Seguirás luchando tú o me hago cargo Yo de seguir con esta batalla!" Y, así diciendo, Krishna saltó del carro de combate y gritó que iría a matar a Bhishma. Al verle, Bhishma dijo: "Al saltar del carro, brillan intensamente los aros de oro y diamantes que llevas en las orejas. El fulgor es bellísimo y llena todo el espacio". Bhishma oraba por que el mismo Krishna que venía a darle muerte, le salvara, tal era su ecuanimidad y equilibrio mental. Habríamos de notar aquí que, al venir Krishna a darle muerte, Bhishma no dirigió sus plegarias ni a Rama ni a Shiva, sino a Krishna mismo. Su fe era tan firme que creía que Krishna era Aquel que podía salvar o matar. Nadie más tiene la capacidad para hacerlo. Al darse esta situación, se produjo un gran cambio en Arjuna. La razón para ello era que Krishna había dicho en un comienzo que no lucharía en la guerra, sino que no haría sino de auriga para el carro de combate. Arjuna temió que si Krishna participaba ahora en la lucha, su palabra perdería valor. De modo que Arjuna entró de inmediato en combate de nuevo, para no ser causa de la deshonra de Krishna. Tan pronto como Krishna vio esto, lo aceptó e indicó que sólo había pretendido entrar en batalla para obligar a Arjuna á seguir luchando. Cualquier cosa que haga el Señor, lo hace con un propósito. Nunca hace nada como para engañar a otros o para representar un acto. Generalmente no hacemos ningún intento por descubrir nuestras propias faltas, pero nos empeñamos en encontrarle faltas incluso a Dios. Mas, por mucho que traten, nunca podrán encontrarle faltas o defectos a Dios. Su corazón es limpio y sus ideas son sagradas. Al igual que vemos nuestra imagen reflejada en un espejo, también vemos reflejados nuestros defectos en Dios. Debiéramos darnos cuenta de que Dios es como un espejo limpio y puro. Todo lo que vean en el espejo, no será sino vuestros propios defectos y no los de Dios. Dios toma una forma humana de tiempo en tiempo para la protección de los pueblos del mundo. Bhishma había reconocido la Verdad de que Krishna era Dios y, como resultado de este reconocimiento, mostraba a los Pandavas como ejemplos de seres humanos ideales ante el mundo. Las alabanzas a Dios de Bhishma les dieron fuerza a los Pandavas.

Krishna siempre le había dicho a todos que la Divinidad existe en cada cual y que la Divinidad Omnipresente es la misma en toda la Creación. De esta manera les enseñaba a dejar de lado la envidia, el ego y las demás cualidades de este tipo. La envidia y el ego representan cualidades demoníacas que le ponen obstáculos al progreso espiritual del hombre. Sólo cuando llegamos a eliminar la envidia y el ego podemos llamarnos verdaderos seres humanos. No hay objeción alguna en lo que respecta a desear y a pedir lo que quieran, pero no habrían de sentir envidia por lo que otros tengan. A1 enseñarles estas cosas a gopis y gopalas (vaqueros devotos de Krishna), Krishna les mostraba la Senda Divina. Los sagrados "lilas" de Krishna son infinitamente profundos e incomprensibles. Y a menos que aprendan la importancia de estas enseñanzas y las lleven a la práctica, toda esta descripción de las cualidades de Krishna no será sino un desperdicio. Krishna solía mirar a toda la Creación con equilibrio mental. Puede ser que, ante esta aseveración, les asalte la duda respecto de por qué emprendió la guerra y le dio muerte y exterminó a los cuatro millones de hombres que constituían el ejército de los Kauravas, si miraba toda la Creación con la misma óptica mental.

Hay un ejemplo para ello. Si hay un tumor canceroso en vuestro cuerpo, encontrarán un sinnúmero de bacterias y de gérmenes en la herida. Esta condición puede hacer que se deteriore todo el cuerpo y se llene de cáncer. En ese inomento, un médico puede decidir extirpar o amputar esa parte del cuerpo que tiene el cáncer. En estas condiciones, lo importante será que la persona sea operada y será el médico el que decida el curso de la acción. A él no le preocuparán en absoluto los millones de gérmenes que se hallen en el tumor. Las alternativas que se presentan son: será bueno operar y salvar al paciente o será mejor cancelar la operación para salvar a millones de gérmenes. Desde el momento en que estos gérmenes causarán mayores problemas a otras personas por vía de una infección, se hace necesario exterminarlos. Este mismo Dharma (Acción Correcta) fue el que siguió Krishna. Vale decir, el mundo tenía un tumor canceroso en los Kauravas. Por efecto de la acción de los Kauravas, el mundo llegó a una situación en que reinaba la injusticia y el mundo mismo podía haber sido destruido. En ese momento Krishna se dio cuenta de que el mal había sobrepasado todo límite y se aprontó para la operación. Para ello aceptó a los Pandavas como mediadores y llevó a cabo la operación en la forma de una guerra. En esta operación fueron muertos los cuatro millones de gérmenes en la forma de los Kauravas y sus adherentes. Esta acción estaba destinada tan sólo para la prosperidad y el bien del mundo. No fue llevada a cabo con algún interés egoísta. Krishna dijo desde un comienzo que los Kauravas habían nacido para desacreditar y perjudicar a una familia real. Karna, el hijo de Suta, le agregó combustible a esta situación. Además de lo anterior, las cosas se agravaron por causa de la malvada Sakuni. El incendio acabaría con toda la selva y se había extendido hasta tal punto que no habría sido posible extinguirlo con agua; debía producirse un torrente de flechas para restablecer la paz y el bien en el mundo. Cualquier cosa que haga Dios, la hará por nuestro propio bien. Es necesario que reconozcamos y que aceptemos que, en verdad, todas las acciones de Dios no son sino para nuestro bien.