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Discursos dados por Sai Baba

31. ../06/78 Brahmán es Ananda: Ananda es Brahmán

Brahmán es Ananda: Ananda es Brahmán

Brahmán es Ananda: Ananda es Brahmán

Junio de 1978

Esta madre patria nuestra ha dado a luz a numerosos

grandes personajes que han difundido su nombre

y fama en todos los continentes y en todo el mundo.

Hemos establecido nuestra independencia después de haber

echado a los gobernantes extranjeros y nos ganamos

una gran reputación por el conocimiento y la erudición del país.

Este país nuestro también se ha dado a conocer por sus bellas artes,

sus escrituras, su cultura y sus tradiciones.

Puesto que han nacido en este gran país, sobre

vuestros hombros, niños y niñas, descansa la responsabilidad

de mantener sus gloriosas tradiciones.

Les entregaré la quintaesencia de todo el Vedanta en una sola frase:

"El Alma que se encuentra presente en todos los seres vivientes

es una y solo una, y ella no es otra que tú".

Eran las tempranas horas de la mañana. El ambiente era tal que la mente se mostraba serena gracias a la fresca brisa del alba. El Sol naciente le confería un color dorado a todo el cielo. En esta tan pacífica atmósfera se generó un pensamiento en la mente de Bhrigu. En esta sacra atmósfera, en verdad, la mente de Bhrigu generaba constantemente pensamientos sagrados. ¿Quién es Brahman? ¿Quién descubrió este aspecto de Brahman? ¿Qué es lo que constituye Brahman? ¿Quién es responsable por toda esta Creación?

De modo que, en cada momento, Bhrigu era perturbado por ideas llenas con el deseo de saber las respuestas a estos interrogantes. Y Bhrigu tomó la firme determinación de conseguir las respuestas. Incapaz de seguir conteniéndose, fue a ver a su padre para buscar respuestas. Su padre, Varuna, era omnisapiente. Le rogó que le entregara las respuestas que ansiaba. Varuna no puso objeciones para dar las respuestas, pero en esos días el medio exigía que la respuesta para estos interrogantes había de buscarla el estudiante por sí mismo. Si un gurú le aclarara las dudas al discípulo tan pronto éstas surjan, el discípulo perderá toda su capacidad para indagar y buscar las respuestas. A cada individuo se le habrá de dar una cierta independencia para que busque las respuestas a tales interrogantes y satisfaga su curiosidad. Esta oportunidad fue la que le quiso dar Varuna a Bhrigu, de modo que le entregó sólo un breve esbozo y le dijo: "Brahman es uno en quien se inició toda la Creación y en quien se fundirá toda la Creación. También es aquel que sustenta toda la Creación". Habiendo recibido estas instrucciones, Bhrigu retornó a la selva y, después de mucho reflexionar, llegó a la conclusión de que "el alimento es Brahman". Pensó que el hombre nace del alimento, vive del alimento y el alimento lo sustenta. En último término, el hombre muere debido a lo que come. De modo que concluyó que "el alimento es una forma de Brahman" y retornó al hogar. Al volver, le preguntó a su padre si lo que había aprendido era la Verdad o no era sino un reflejo de su ignorancia. El padre le indicó que no había llegado aún a reconocer la verdadera importancia de Brahman y le sugirió que volviera a la selva en busca de más respuestas. Bhrigu obedeció y continuó reflexionando por algún tiempo. Comenzó a preguntarse si el hombre podía vivir tan sólo de alimento. Si no hubiera vida en el hombre, ¿podría el cuerpo gozar del alimento que se le ponga por delante? Llegó a la conclusión de que la vida era más importante ("Pranam 13rahman"). Se demoró algo en llegar a esta conclusión y luego retornó donde estaba su padre. Nuevamente éste le indicó que la respuesta no era la correcta y le sugirió que continuara indagando. Podríamos preguntarnos aquí si es justo que el padre continúe mandando a su hijo a la selva sin darle la respuesta correcta. Un verdadero buscador de la Verdad ha de estar preparado para pasar por cualquier cantidad de problemas para llegar a ella. Los maestros de aquellos tiempos creían que cada persona, ya se tratara de sus propios hijos o de cualquier otro, había de sufrir las dificultades que fueran necesarias para llegar a la Verdad. La índole de los gurús de esos tiempos les hacía reconocer este aspecto. Bhrigu retornó a la selva y por muchas vías trató de aprender la Verdad acerca de Brahman. Se preguntó a sí mismo si se sentiría feliz y contento el hombre en el caso de que estuvieran el alimento y la vida a su alcance. Sería justo concluir que el hombre nace sólo para alimentarse y dormir. Llegó a la conclusión de que para entender la vida, era importantísima la mente de uno. Si no estuviera presente la mente, uno no podría jamás llegar a entender la naturaleza humana. Si no existiera la mente, uno no podría entender la conexión que debe existir entre hombre y hombre. Unicamente la mente es la responsable de la esclavitud o la liberación de un ser humano. Y fue así que llegó a la conclusión de que la mente es la forma de Brahman. Volvió hacia su padre y le informó de esta conclusión. Nuevamente el padre le indicó que había de retornar a la selva a buscar la Verdad. Bhrigu lo hizo así y pensó que si el hombre carecía de la habilidad para distinguir el bien del mal, su vida se volvería inútil, aunque fuera alimento, riqueza y mente. Uno habría de ser capaz de distinguir lo permanente de lo impermanente. Hay veces en que también aceptamos esto y, familiarmente, decimos que si un hombre no tiene inteligencia, es inservible. En este contexto, Bhrigu llegó a la conclusión de que la inteligencia es Brahman. Hizo referencia a ello como "Dios es el Conocimiento de la vida". Cuando volvió a ver a su padre y le informó de esta conclusión, el padre aún no quedó satisfecho y le sugirió que siguiera indagando. Bhrigu volvió nuevamente a la selva, ya que así de intenso es el deseo de lograr respuestas a sus interrogantes en un verdadero buscador. Sin tal concentración uno no alcanzará una verdadera satisfacción. Hoy en día, nuestra concentración se orienta hacia cosas transitorias e impermanentes. Los maharshis y estudiantes de otros tiempos poseían una inmensa capacidad de concentración en su objetivo. Esto representa el verdadero destino del hombre. Esto representa el secreto del hombre y esto debería ser su destino final. Después de haber logrado un nacimiento humano, el hombre debería realizar el intento por entender a la Divinidad. Bhrigu continuó su indagación y llegó a la conclusión de que, por muy erudito que pueda llegar a ser un hombre, su vida será inútil si carece de dicha y felicidad. El propósito de la vida es el Ananda (Bienaventuranza) y la vida proviene del Ananda. Al igual que una burbuja que nace en el agua, crece en el agua y se funde en el agua, el hombre ha de nacer en el Ananda, sustentarse por medio del Ananda y fundirse finalmente en el Ananda. Bhrigu llegó a la conclusión de que este Ananda era Brahman. Estaba henchido de este Ananda y esto se acrecentaba. Ya no volvió a ver a su padre. Pasó un tiempo y fue su padre quien vino a verle. Bhrigu estaba totalmente inmerso en la Bienaventuranza y, para una persona así, no existe ni padre, ni madre ni parientes. El padre pudo reconocer su estado de Bienaventuranza y bendijo a su hijo.

El temple de padres e hijos en aquellos tiempos era de una índole tal que ambos perseguían la Verdad. Hoy día en cambio, cuando los niños hacen preguntas sobre este aspecto de Brahman, los padres acallan esta curiosidad indicándoles que no habrían de perder el tiempo. Les indican que habrán de pensar en esas cosas cuando lleguen a viejos. Mucha gente que predica hoy en día el aspecto de Brahman no llega a parte alguna, porque está sometida a los deseos mundanos. Hay una pequeña historia al respecto. Nanak difundía sagradas ideas acerca de Dios y hasta los musulmanes se sentían atraídos por sus enseñanzas. Parecía como si las enseñanzas de Nanak resultaran aceptables a todas las religiones. Indicaba con toda claridad la senda que uno había de adoptar. Pasado algún tiempo, hubo algunos líderes religiosos que comenzaron a temer que todos los musulmanes pudiesen adoptar la religión de Nanak. Llevaron sus quejas hasta el rey Akbar e inventaron historias respecto a Nanak para inclinar al rey en contra de él. Querían que el rey Akbar castigara a Nanak. Akbar, sin embargo, poseía una mente muy equilibrada y sentía un gran respeto por todas las religiones. Y, aunque los líderes religiosos fueron con sus quejas sobre Nanak, no les creyó. Akbar decidió que había de hablar directamente con Nanak para evaluar la situación. Mandó por él, pero Nanak no quiso encontrarse con un rey que gobernaba sobre el mundo material e indicó que sólo iría a hablar con devotos. Agregó que era una persona libre que se movía en el Reino de Dios y que no iría a entrevistarse con el rey Akbar. Tal respuesta acicateó aún más a los líderes religiosos. Siguieron tramando e intrigando para ver la forma de perjudicar a Nanak. Akbar, no obstante, le mandó decir a Nanak que al día siguiente habría plegarias en honor a Dios en la mezquita y le pedía que asistiera a ellas. Envió también un palanquín para transportarlo. Nanak pensó, sin embargo, que era muy arrogante ir hasta la morada de Dios en un palanquín, de modo que caminó hasta la mezquita. Se sentó sin ser advertido en un rincón, mucho antes de que llegaran otros. Los líderes religiosos comenzaron a recitar las oraciones, pero tan pronto como empezaron, Nanak se rió estruendosamente. Toda la asamblea sintió un gran enojo. Nanak se reía tan ruidosamente que la gente no podía siquiera escuchar las oraciones. Después de unos momentos comenzó a orar Akbar, y Nanak se rió aún con más fuerza. Los presentes estaban irritadísimos por el hecho de que se atreviera a humillar incluso a Akbar. Después de todo eso, Akbar se dirigió dónde Nanak y muy suavemente le preguntó por qué se había reído cuando se recitaban las plegarias. Nanak le contestó: "Pese a que el sacerdote recitaba las oraciones, su mente estaba en su hogar, en donde su hijo yacía con fiebre: su mente estaba orientada hacia su hogar. Si la mente dice una cosa y él hace otra, no puede ser un líder religioso. Eso no ayuda para nada". Akbar se dirigió al sacerdote y le preguntó si era verdad que en su mente pensaba en su hijo mientras recitaba las plegarias, cosa que el sacerdote le confirmó. Akbar se volvió nuevamente hacia Nanak y le preguntó por qué continuó con su risa cuando él mismo comenzaba a orar. Nanak le contestó: "Ciertamente sabes por qué me reía. Antes de venir aquí, te habían sido regalados varios caballos por el rey de Panchala y a ti los caballos te gustan mucho. Pese a que estabas orando aquí, tus pensamientos estaban con los caballos, ¿no es cierto?" Después de escuchar esta respuesta de Nanak, Akbar le dio todo su apoyo para que difundiera su religión. Cuando nos ponemos a rezar, a poco de comenzar ya estamos espantando a los mosquitos. Debido a este poder de concentración de los líderes religiosos de antaño como Nanak, es que se les llamó Mahatmas. Sus pensamientos, palabras y obras iban al unísono. Hoy en día, en cambio, se ha vuelto difícil para el hombre incluso vivir como hombre. Gracias a los progresos de la ciencia, el hombre de hoy puede volar como un pájaro en el cielo y nadar como un pez bajo el agua, pero lamentablemente, no ha aprendido a vivir como un hombre en la tierra. Si no somos capaces de vivir como hombres en la Tierra, ¿de qué nos sirve vivir como pájaros en el cielo? Es por ello que decimos: "¿Cuántos son los que nacen como seres humanos? ¿Cuántos más se convierten en seres humanos después de nacer? ¿Cuántos de entre ellos, habiendo nacido como seres humanos, han renunciado a la conducta correcta? Si un ser humano es descripto como tal sólo debido a su nacimiento, entonces ¿quién sería el mono?" Uno no se convierte automáticamente en ser humano gracias a nacer. Uno habría de demostrar que es un ser humano por medio de su conducta y comportamiento.

Puede ser que el cuerpo sea el de un ser humano, pero dentro de él no existe en absoluto la conducta correspondiente. Por ello, deberemos convertirnos en seres humanos. Hay un ejemplo para esto. Aquí hay un micrófono. Si no hubiera corriente eléctrica en él sería inservible. Así también, sólo cuando en el cuerpo humano está la corriente eléctrica en forma de Divinidad, mostrará alguno de sus rasgos distintivos. El cuerpo representa el aspecto negativo. La Divinidad en el cuerpo representa el polo positivo. Unicamente cuando los polos positivo y negativo se juntan resultará algo bueno. Hoy en día, vemos que lo negativo está en buenas condiciones, pero lo positivo falta por completo. ¡Cómo podríamos fomentar una conducta correcta en un cuerpo así! Resulta fácil entender por qué ha desaparecido la Rectitud. Si hay una cabeza llena de malos pensamientos, si hay oídos dispuestos a escuchar malevolencias, si se solazan en entrometerse en las actividades de los demás, ¡cómo podrían siquiera estar en ustedes la Justicia y la Verdad! Si queremos vivir como seres humanos, deberemos, si fuera necesario con la ayuda de los mayores, tomar al menos uno o dos buenos aspectos de la vida y ponerlos en práctica diariamente.

¡Estudiantes!: En la sagrada historia de nuestra patria se han dado muchos textos sagrados como el Ramayana y el Mahabharata. Hay un noventa por ciento de estudiantes que no tienen idea respecto a estos sagrados libros. Siendo hijos de Bharat y desconociendo su santidad, ¿cómo pueden llamarse ciudadanos de Bharat? Habrían de reconocer, ciertamente, la gloria y lo sagrado de su patria. Si no lo hicieran, su vida sería como una muerte viviente. Espero que, al menos desde hoy, reconocerán esta Sagrada Verdad y que se mostrarán dispuestos a servir a la sociedad a través de las Organizaciones de Sai. Habrán de reconocer que las Organizaciones de Sai representan la esencia de todas las religiones. De nada serviría que hayan pasado un mes aquí si no llevan a la práctica lo que han aprendido.