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Discursos dados por Sai Baba

27. 14/06/78 Las escrituras religiosas no fueron escritas para hacer dinero

Las escrituras religiosas no fueron escritas para hacer dinero

Las escrituras religiosas no fueron escritas para hacer dinero

14 de Junio de 1978

Dios es el amigo más cercano a ustedes, más que

sus propios madre y padre.

El existe en ustedes en la forma del Alma.

Lo que les estoy comunicando es la simple Verdad.

¿Qué mayor Verdad puedo comunicar?

Este país ha logrado una gran reputación en el campo espiritual. Pese a que se producen varios cambios en los sectores moral y político, el campo espiritual siempre ha avanzado en este país. A nadie le es posible detener este progreso. En la medida en que logramos avance espiritual, hay quienes creen que en la misma medida nos estamos volviendo cada vez más ciegos en cuanto a lo que ellos consideran como los aspectos modernos. En verdad, en esta edad moderna los seres humanos están viviendo de una manera en que ni siquiera entienden lo que es la naturaleza humana. Están sumidos en la ilusión de que el real ser humano es este cuerpo de polvo, lleno de impureza y suciedad. Creen que si cuentan con algo de educación con la que puedan ganarse la vida, conseguir un techo bajo el cual vivir y algo de ropa que vestir, poseen todo lo que se requiere. Si el hombre se identifica únicamente con el cuerpo humano, entonces quizás serían suficientes el alimento, el techo, el vestuario y una casa, pero el hombre no es sólo eso. Tiene un aspecto divino que vive dentro de él. Estados Unidos ha adquirido la reputación de ser el país más rico del mundo y no hay carencia de prosperidad ni de dinero para los habitantes de ese país. En ese país no hay límites para el placer corporal del hombre. En él hay un promedio de un vehículo por cada cinco habitantes. Si pusiéramos los automóviles que hay uno sobre el otro, podríamos tal vez alcanzar hasta la misma Luna. Si se pararan en una carretera americana, en todo un día no verían ni una sola persona que caminara. Pero en este país tan próspero materialmente, uno de cada cinco habitantes comete suicidio. ¿Cuál es la razón para este estado de cosas, pese a tal riqueza? Obviamente, se dan todas las oportunidades para gozar de las comodidades mundanas, pero no hay posibilidad alguna para gozar de la Dicha Divina.

En verdad, el hombre no es solamente el cuerpo, sino que es aquel que mora dentro del cuerpo. Existe una estrecha conexión entre el que mora dentro del cuerpo humano y el ser humano. Pueden lograr la Verdadera Dicha de ese sagrado aspecto que reside dentro del cuerpo, pero no conseguirán dicha alguna del cuerpo material. Mientras el niño juega con algunos juguetes logra algo de felicidad por un corto período, pero en el instante en que ve a su madre, deja de lado sus juguetes y corre hacia ella, porque entonces logrará felicidad permanente. La riqueza y la posesión de bienes materiales pueden otorgar una felicidad transitoria, pero una dicha duradera provendrá únicamente de lo Divino. Se debe a esto que mucha gente de los países ricos viene y participa en movimientos como el Hare Ram y el Hare Krishna, movida por el anhelo de conseguir algo de paz. La paz y la dicha provienen del interior y no de afuera. El hombre no vive sólo gracias al alimento. Vive gracias a la experiencia del Alma. La gente modernizada que no puede reconocer esta Verdad, se encuentra sumida en la ilusión de que el mundo material es importante. El cuerpo está constituido por los cinco elementos materiales y es inevitable que se derrumbe un día o el otro. Aquel que reside en el cuerpo es eterno. La Divinidad en el cuerpo no tiene nacimiento ni muerte. Lo que reside en el cuerpo en forma de Alma, es Dios. La fuerza vital presente en ustedes, está presente en todos los seres vivientes. Las Upanishads han establecido la Verdad de que esta fuerza vital es lo mismo que Dios. Todo el mundo es uno y está constituido por Brahman y no hay un segundo paralelo a Brahman. Este mundo no es permanente y causa dificultades. ¿Cómo podríamos conseguir dicha en este mundo que es falso, no permanente y transitorio? Un pájaro posado sobre una rama que se mueve todo el tiempo, también se moverá. Un individuo que se aferre a un madero en medio del océano, se moverá todo el tiempo, aunque esté aferrado al madero, 'porque las olas estarán moviendo al madero. En este mundo que cambia intrínsecamente todo el tiempo, ¿cómo podríamos permanecer inalterables, si formamos parte de él?

No tiene sentido que nos apeguemos a este cuerpo transitorio que es como polvo. Deberían apegarse a Dios. Dios es como nuestro propio aliento vital. Se nos ha otorgado la vida únicamente para alcanzar a este Dios Omnipresente. Prahlada demostró que cualquier hijo que no intenta alcanzar la Gracia de Dios, no es un hijo digno. Si no adoramos a Shiva con toda la plenitud de que sean capaces nuestras manos, si no alabamos a Hari con toda la plenitud de nuestra boca, si no hubiera compasión, Amor o Verdad en nosotros, ¿cuál sería el propósito de haber nacido, además de causarle los dolores del parto a nuestra madre? Uno ha de darle tal conformación a su vida como para llegar a ganarse la Gracia de Dios. Habremos de seguir por una Senda Sagrada. Habiendo nacido, habremos de hacer todo lo necesario para no volver a nacer. Cuando encaremos nuestra muerte, habremos de encararla de tal manera como para no tener que enfrentarla por segunda vez. Este es, en verdad, el secreto de la vida del hombre. Hoy en día, la vida del hombre se plantea de manera que, hasta el punto en que se ha desarrollado el conocimiento de la ciencia, hasta ese mismo punto ha disminuido su fuerza. A medida que la ciencia ha progresado, la cordura presente en los seres humanos se ha hecho cada vez menor. Eso que llaman Ciencia les podrá brindar placeres materiales, pero no les puede otorgar la dicha del Alma. La espiritualidad les conduce hacia el aspecto de la integridad, la plenitud. Cada ser humano ha de realizar esta integridad o el conocimiento total que encierra la espiritualidad. La palabra hombre o Manava tiene tres sílabas: Ma, Na y Va. Aquí, lima" significa ignorancia o falta de conocimiento; "Na" significa liberarse de esta oscuridad o ignorancia, y "Va" implica la conducta que lleven. Es así que la palabra Manava significa que habrán de conducirse de manera que lleguen a eliminar la oscuridad y la ignorancia total. Hoy en día, sin embargo, no se justifica el uso de esta palabra, porque la gente no se conduce de esta manera. Esto explica por qué hasta nuestra apariencia ha cambiado por completo. El hombre desperdicia su vida como si se tratara de una vida de película. Nos comportamos de manera tal, que ni siquiera reconocemos la base misma de la naturaleza humana. Los textos sagrados como la Biblia, el Corán, el Bhagavata, etc., nos han estado mostrando la vía para seguir una senda sagrada. Todas las religiones no enseñan sino el bien. Y uno habría de conducirse con el conocimiento de lo que es el bien. Si nuestras mentes y actitudes son buenas, ¿qué es lo que habría de malo en cualquier religión? Los jóvenes no deberían fomentar diferencias en lo concerniente a la religión o la comunidad. Para que los jóvenes pudieran reconocer la unidad de todas las religiones, Prahlada se dedicó a enseñarles sobre muchas cosas sagradas a sus compañeros.

Somos la encarnación de la Verdad y la Verdad constituye nuestra naturaleza. La Paz representa la base para todas las formas en este mundo. Lo más buscado por todas las formas en este mundo es Shivam o la prosperidad. De este modo, la Verdad, la Prosperidad y la Belleza constituyen los cimientos del mundo y se encuentran inseparablemente conectados entre sí. De la misma manera en que una misma cosa puede recibir diferentes nombres, así la Divina Alma ha ido asumiendo nombres y formas diferentes. Puede ser que difieran los nombres, pero no pueden diferir los contenidos. El agua que hay aquí puede ser llamada "neeru" por quien hable telugu, "tanni" por quien hable tamil, "vari" por quien hable sánscrito y "pan¡" por quien hable hindi. Todas estas palabras: agua, neeru, tanni, vari y pan¡ son diferentes nombres para el agua, pero el contenido no es más que uno. Así también, no hay más que un solo Dios Divino. También la Verdad, que no es sino una, ha sido descripta por diferentes personas usando diferentes palabras.

Les daré un ejemplo para que puedan entenderlo fácilmente. Existen diferentes confituras que llevan diferentes nombres. En todas ellas, sin embargo, el ingrediente esencial es el azúcar y si no la hubiere, el confite carecería de nombre y de forma. Del mismo modo, la Divinidad está presente en cada uno y esto ha sido demostrado por las gopikas.

Había una vez un rey que era muy versado en todos los aspectos de la administración, incluyendo sus implicaciones morales, políticas y académicas. Era capaz de hablar siempre con la verdad y de hacer que sus súbditos también lo hicieran. Creía que la Verdad constituía la base para todos los tipos de Dharma. Estableció el hecho de que todo el Dharma se basaba en la Verdad. En una oportunidad se le presentó una disyuntiva para poner a prueba su determinación y probarse a sí mismo. Estando sentado en su trono atendiendo a los asuntos de Estado, se presentó una mujer muy bella y bien ataviada y dijo que su nombre era "Prosperidad". El rey le preguntó por el motivo de su venida. Ella respondió que quería irse y que venía a solicitar el permiso del rey para hacerlo. El rey se lo concedió y no mostró signo alguno de pesar o desdicha. Un tiempo después se hizo presente otra hermosa dama y dijo que su nombre era "Rectitud". Indicó que no tenía sentido el que la Rectitud permaneciera en la mansión, después de haberse ido la "Prosperidad", por lo que también solicitaba permiso para irse. El rey también se lo concedió. Pasado algún tiempo se presentó un hermoso joven, indicando que su nombre era "Buena Conducta". Señaló que en ausencia de la Prosperidad y la Rectitud no quedaba lugar para la Buena Conducta, de modo que pidió se le permitiera abandonar el palacio. El rey accedió a dejarlo partir también. Más adelante llegó otra persona diciendo que su nombre era "Reputación" e indicó que en donde no había ni Prosperidad, ni Rectitud ni Buena Conducta, no tenía sentido que se quedara la Reputación, por lo que pedía permiso para irse también. El rey también accedió. Luego se hizo presente otra hermosa persona y dijo que su nombre era "Verdad", pidiendo permiso para marcharse. Pero entonces, el rey se inclinó ante ella y tomando sus pies, le rogó que no se fuera. Indicó que le era posible seguir viviendo perfectamente sin Riqueza, sin Rectitud, sin Buena Conducta e incluso sin Reputación, pero no así sin Verdad, por lo que le suplicaba que se quedara. Declaró que la Verdad representaba la esencia misma de su vida. Después de escucharle, la Verdad accedió a quedarse. Una vez que la Verdad decidió quedarse en el palacio del rey, la Riqueza, la Rectitud, la Buena Conducta y la Reputación decidieron que no tenían ningún valor sin la Verdad y todas ellas volvieron al palacio.

¡Estudiantes!: Hemos de tratar de lograr una vida que esté llena de Amor y de Verdad. Hemos de fomentar en nosotros un Amor que sea desinteresado. La vida es algo muy transitorio. En el corto tiempo de que disponemos hemos de ganarnos una buena reputación. Puesto que se tildan de estudiantes, no habrían de comportarse de manera que no sea digna de un estudiante. Los jóvenes estudiantes tienen un largo viaje por delante. Y los estudiantes que han de emprender este largo viaje deberán desarrollar características como el Amor, la paciencia y lo sagrado. ¡Estudiantes!: En este cuerpo nuestro que es el árbol de la vida, hay muchas ramas, hojas, flores, etc. Para nuestro árbol de la vida, nuestros parientes y relaciones son como las ramas y las hojas y nuestras propias ideas son como las flores. Nuestro credo y nuestra fe constituyen sus raíces y nuestra dicha está representada por los frutos. El carácter que tengan, será el jugo que haya en los frutos. Si el árbol no diera frutos, no serviría sino para leña. De modo que es necesario que el árbol de la vida cargue frutos en forma de un buen carácter y que tenga raíces en la forma de nuestro credo y nuestra fe.

Los pensamientos y las actitudes de las gopikas eran siempre usados para pensar en la sagrada y divina forma de Krishna. Prahlada, por su parte, estableció el aspecto sin forma de Dios. Los textos y las Escrituras Sagradas de todas las religiones no hacen sino predicar estas piadosas cosas. Los textos religiosos no fueron escritos con el afán de hacer dinero. No son como los inútiles y baratos libros que podemos encontrar hoy en día en el mercado. Estos textos fueron escritos por los grandes sabios con el objeto de poder comunicar a la gente su experiencia personal respecto de la Divinidad. Todo lo que ha sido enseñado en las religiones védica, cristiana, musulmana, zoroastriana o cualquier otra, no se refiere simplemente más que al amplio camino para llegar hasta Dios. Los estudiantes, no obstante, no se sienten inclinados a leer estos textos, argumentando que no les queda tiempo para hacerlo. Pero no les falta el tiempo para leer libros inútiles y que entrañan una pérdida de tiempo, como novelas baratas que no hacen sino desquiciar el carácter humano. Constituye el deber primordial y primerísimo de todos los estudiantes, ocupar todo el tiempo que les sea posible en prestarle oídos a lo referente a los aspectos sagrados. Cuan

do puedan adquirir y fomentar las cualidades sagradas, no cabrá duda alguna de que serán capaces de establecer la hermandad del hombre y la paternidad de Dios. Para establecer estas verdades, fueron muchos los reyes y gobernantes que sacrificaron sus vidas. Si uno no tiene paz mental,

toda su vida no será sino una muerte viviente, aunque tenga toda la riqueza posible. Uno puede tener millones de rupias, pero si no tiene una buena salud, ¿de qué le servirá su riqueza? ¿Si un individuo que tenga una alta posición está enfermo de cáncer, le salvará su posición de esta temida enfermedad? Podrán ser felices sólo cuando hayan podido ganarse la

Gracia y el Amor de Dios. Thyagaraja cantaba diciendo que si contaba con la Gracia del Señor Rama, tendría toda la fuerza del mundo. Deberíamos, por lo tanto, realizar tan buen trabajo que nos permita ser acreedores al Amor de Dios. Si el hombre pudiera emplear al menos una parte de su vida en esta sagrada tarea, no cabe duda alguna de que le podrá mostrar a otros este camino real hacia la felicidad.