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Discursos dados por Sai Baba

25. ../06/78 El Servicio al hombre ha de considerarse como Servicio a Dios

El Servicio al hombre ha de considerarse como Servicio a Dios

El Servicio al hombre ha de considerarse como Servicio a Dios

Junio de 1978

Sai nacerá una y otra vez para reformar a quienes hayan tomado el camino equivocado y para proteger a las buenas personas. Nacerá sin dolores de parto.

¡Qué otra Verdad podría comunicarles a ustedes,

los piadosos que se han reunido aquí!

¡Encarnaciones del Alma Sagrada!: La sagrada historia de Prahlada es muy iluminadora. Los gopalas tenían mentes muy puras, sátvicas y limpias. Las gopikas fueron usadas para adorar a una forma, la de Krishna. Por otra parte, Prahlada era una persona igualmente sagrada, pero él adoraba el aspecto sin forma de Dios. El Bhagavata representa una confluencia para estos dos rasgos: un aspecto de Dios que no tiene ni forma ni cualidades y otro que tiene una forma y algunas cualidades. La adoración del aspecto sin forma de Dios y el de Dios con forma, constituye la esencia del Bhagavata y puede ser comparada a los dos ojos que tiene una persona. Es necesario para nosotros que reconozcamos estos dos aspectos de Dios. Si nos preguntamos cuál de ambos pies es más importante para caminar, veremos que ambos lo son por igual. Sólo cuando tenemos los dos pies podemos caminar cómodamente. Y el caminar sirve para alcanzar el destino.

Este es un acolchado. La cubierta exterior de este acolchado es una tela y el interior es algodón. Alguien que adore la forma visible argüirá que el algodón es más importante. Lo básico en este caso es que sin algodón no podemos tener la tela. Cuando examinamos la conexión inseparable entre estos dos aspectos, llegamos a la conclusión de que la tela tiene un cierto uso y el algodón otro tipo de uso. El algodón es algo que se emplea para fabricar la tela, pero no puede reemplazarla. Así también, para todo el que se encuentre en una forma humana resulta esencial contar, al menos como un primer paso, con una forma como aspecto de Dios. No es apropiado para nosotros comenzar la búsqueda de Dios pensando en los contenidos del envase, olvidándonos de éste. Este es un vaso de plata. En él no vemos la plata como algo diferente del vaso. Alguien me dio la plata y yo mandé hacer un vaso con ella. Si el individuo pidiera la devolución de la plata, no me será posible decirle que la tome, pero que me deje conservar el vaso. Así también, como están inextricablemente vinculados la plata y el vaso, lo están el Dios con forma y el Dios sin forma. Si trajéramos simplemente un lingote de plata y quisiéramos verter agua en él, no podríamos hacerlo. Si tomamos la plata y le damos la forma de un vaso, entonces recién podemos usarla para contener agua. En esto se puede comparar la forma del recipiente con la forma de Dios. Tomando esta forma como base, podemos avanzar gradualmente hacia la realización de la naturaleza del contenido de ese recipiente. Pero han de recordar que si queremos vender el vaso, no es la forma la que tendrá algún valor. El valor reside realmente en la plata que ha sido usada para fabricarlo. Por ello, cuando la experiencia del Alma se vierte en una forma mortal, logrará algún valor sólo cuando se mezcla en ella el aspecto del Alma Suprema. El propósito de la disciplina espiritual es el de darnos la capacidad para adorar a la Divinidad que es Omnipresente y ayudarnos a ver la Divinidad que hay en nosotros. Lo que habríamos de aprender hoy es la senda que nos capacite para ver la Divinidad que está presente en cada uno.

Prahlada era quien amaba a Hari (Dios) e Hiranyakashyapa era quien lo odiaba. En todo momento había diferencia de opinión entre padre e hijo. Cuando Prahlada fue creciendo, el padre hizo lo posible por enseñarle a su hijo lo que él consideraba ser el tipo correcto de educación. Para un individuo que esté lleno de ego, de envidia y de arrogancia, la cosa más importante será el mundo en torno suyo. Puesto que Hiranyakashyapa era de este tipo, predicaba que no había ningún Dios, que Dios era él mismo y que no había nada que valiera la pena más allá de su reino. Prahlada estaba muy en contra de estas enseñanzas. Lamentaba sinceramente que las personas del mundo adoraran a Sir¡ (la riqueza) en lugar de Hari (Dios). Sentía que sin la presencia de Hari, toda la riqueza era en verdad inútil. Comenzó a predicar que Hari representaba la base y que toda la riqueza que uno pudiera obtener no era sino incidental. Prahlada pensaba que con que el hombre tan sólo aprendiera a reconciliar a Hari con Sir¡, podía llegar a ser muy bendecido. Mientras él se sumía en estos pensamientós y acciones, su padre no se sentía en absoluto complacido por el camino espiritual por el que se encaminaba su hijo. De modo que se puso en contacto con dos maestros muy fuertes espiritualmente, llamados Chanda y Amarka, y les instruyó para que vieran que Prahlada fuera, llevado por otro rumbo.

Hiranyakashyapa, su padre, adoraba permanentemente las riquezas y Prahlada adoraba constantemente a Hari y, entre ambos extremos, la madre Lilavati se debatía en el sufrimiento. En esto hemos de poner cuidado en entender cuidadosamente la diferencia que existe entre seres humanos, demonios y personas divinas. Cuando hablamos de Dios no hemos de pensar en El como residiendo en algún lugar distante: de hecho, reside en cada uno de ustedes. Cuando piensan en el pecado, habrían de darse cuenta de que no es algo externo a sí mismos y que depende de las acciones que lleven a cabo. Por ende, cuando hablamos de seres humanos, demonios o devas (dioses protectores), no se trata de que residan en algún punto lejano. Como se ha dicho en el Gita, en realidad esta división se basa en los gunas o en las acciones y la clasificación de una persona es determinada por sus cualidades. De acuerdo con esto, Hiranyakashyapa representa a los demonios, Lilavati representa a los seres humanos y Praffiada a los seres divinos. Por ende, en una misma familia el padre, la madre y el hijo representaban a las cualidades demoníacas, humanas y divinas. Por lo tanto, las acciones de Prahlada, originadas por la Divinidad se veían fomentadas día a día. Como Prahlada tuvo la suerte de estar muy cerca de Narada, la reunión de estas dos personalidades divinas le otorgó una gran dicha (Ananda) a Prahlada. Los dos maestros intentaron enseñarle a Prahlada que Hiranyakashyapa era Dios y que Su reino era el cielo. También le decían que no había nadie más grande que su padre. Prahlada, no obstante, nunca aceptaba este tipo de enseñanzas. Por el contrario, desafiaba a los maestros y les indicaba que no era ése el tipo de enseñanzas que habían de impartir a las mentes jóvenes y puras como la suya. Después de algún tiempo, Hiranyakashyapa hizo traer a su hijo, le sentó sobre sus rodillas y le preguntó qué había aprendido de sus gurús. PrahIada le respondió que los gurús le habían enseñado todo lo que había de ser aprendido sobre los aspectos importantes de la vida. Siguió diciendo que "Om Namo Narayana" representa la esencia de todo aprendizaje. Tan pronto lo escuchó, Hiranyakashyapa sintió como si le hubieran picado un millar de escorpiones. La situación se le hacía intolerable, de modo que llamó a los gurús y les instruyó para que usaran todos los métodos de castigo que quisieran, pero que vieran que la atención de Prahlada fuera desviada de la senda que había elegido hacia otra. Intentó muchos métodos para hacer cambiar a Prahlada. Trató de suplicarle, de castigarle, de persuadirle con lisonjas y de amenazarle, pero no sirvió de nada. Prahlada no cedió ante ninguno de los medios empleados: no tenía sino una ambición y todos estos métodos no le hicieron desistir de la sagrada senda elegida. Para una persona sumida en el Samadhi Divino (serenidad mental), ningún castigo mundano tendrá algún sentido. En Prahlada, quien estaba inmerso en los aspectos de Narayana, los castigos no surtieron efecto alguno. Los maestros Chanda y Amarka fueron a ver a Hiranyakashyapa y le informaron que todos los demonios estaban atormentando a Prahlada, pero que nada surtía efecto y que él se encontraba sumido en la dicha y pronunciando el nombre de Narayana. Pese a los tormentos y castigos, no sufría ni lloraba. Habían conseguido serpientes para que le mordieran, elefantes para que le pisotearan, y le habían golpeado de manera inmisericorde, pero nada había servido: Prahlada no había cedido. Estas no son cosas a las que someta un padre a su hijo, pero Hiranyakashyapa le sometió a estos dolores y torturas indescriptibles, sólo porque el niño estaba pensando siempre en el Señor. A cambio de todo esto, el niño le enseñaba a su padre varios aspectos de la Verdad y de Dios. Le decía: "Un ser humano que sea atraído por los placeres transitorios, estará confundiendo un trozo de carbón con una piedra preciosa".

Así también, en las Upanishads, el rey Yama le hace una serie de preguntas a Nachiketa, para probarle. Le dice: "¡Querido hijo! Estás en la flor de la juventud y sin haber experimentado los placeres de la juventud, ¿por qué quieres entrar en el mundo espiritual?" Nachiketa responde a esto: "Estos placéres son muy transitorios. Son como nubes pasajeras o como las visiones que tenemos en los sueños". Lo que indicaba era que estaba interesado tan sólo en los aspectos permanentes de la vida. Prahlada, Nachiketa y varios otros jóvenes devotos han demostrado que la juventud no representa un obstáculo para la experiencia de los sagrados aspectos de la Divinidad. Prahlada le enseñó al mundo respecto al tipo de personas que deben ser consideradas como buenos maestros. Dijo: "Las únicas oraciones verdaderas son las que se le ofrecen a Kamalaksha (la realización en la Divina Flor de Loto). Los ojos tienen valor únicamente si se emplean para ver la Divinidad. La única cabeza que cuenta es aquella que se inclina ante Seshasayee (el Soporte Psíquico Supremo); todas las demás son como si no existieran. La única educación verdadera es la que nos enseña sobre el Señor. El único maestro verdadero es aquel que nos instruye sobre los secretos de la Divinidad. El único padre real es aquel que anima al hijo a ir y llegar hasta Hari". En la actualidad hay muchos padres como Hiranyakashyapa. Si los hijos desean asistir a divinos discursos o a sagrados cantos devocionales (bhajans), el padre les desanima y les dice que deberán tomar por ese camino sólo cuando lleguen a viejos y se retiren del servicio activo. Algunos padres incluso les aconsejan a sus hijos acudir a estas cosas sólo como último recurso. Debido a que este tipo de padres se ha hecho muy numeroso, los niños están tomando por la senda equivocada.

Prah1ada también dijo: "¡Cómo podrían pensar en Dios cuando ya los mensajeros del dios de la muerte les está arrastrando y sus propios parientes empujan el cuerpo agonizante fuera de casa y lloran por la muerte inminente! ¿Será posible pronunciar el nombre de Hari en esos momentos, si no lo hubieran hecho cuando gozaban de buena salud?" Y continúa: "¡Oh necio! ¿Te será posible pensar en Dios cuando la flema te invada la garganta y te estén rodeando tus parientes llorosos por tu muerte inminente?" Es en este contexto que se ha dicho que este tipo de pensamientos y de oraciones ha de iniciarse en las etapas tempranas de la vida. Han de partir a buena hora, conducir con mesura y llegar a salvo. Si inician temprano el trayecto por esta senda, se dará la posibilidad de que puedan florecer en una buena persona. Si una planta está bien cuando es pequeñita, se desarrollará en un árbol bueno y recto, pero si la plantita se tuerce de pequeña, todo el árbol crecerá torcido. Deben velar porque sus vidas tomen por la senda recta desde una edad temprana. Es por ello que esta edad que tienen es la más importante. Pero al decidirlo, no tienen por qué renunciar a sus familias, actividades y vida e irse a vivir a una selva. Ese no es el tipo correcto de sacrificio. Han de "tener las manos en la sociedad y las cabezas en la selva". Hoy en día, no obstante, se da todo lo contrario. Mucha gente tiene las manos en la selva y las cabezas en la sociedad. Por seguir por tal camino estamos perdiendo lo poco de Divinidad que hay en nosotros. Cualquier servicio que prestemos, hemos de considerarlo como prestado con el pensamiento puesto en Dios. Hace unos pocos minutos uno de los conferenciantes les dijo que el servicio al hombre había de ser considerado como servicio a Dios. Abu Ben Adam se había ganado el Amor de Dios. Estaba dedicado al servicio al hombre. Podemos decir que tenemos en gran medida el Amor a Dios, pero ¿quién será el que pueda medir el Amor que sientan por Dios? De hecho, Dios ha de sentirse complacido por el Amor de ustedes y es El quien debe decir que sienten mucho Amor por El. En este caso, Dios sentirá Amor por ustedes.

¿De qué sirve que hablen de su Amor al igual que croa un sapo en el pozo? Su Amor ha de ser de tal índole como para que Dios se sienta complacido con él y diga que a cambio son merecedores de Su Gracia. Han de recibir una confirmación de parte de Dios en cuanto a que ha recibido el Amor vuestro, por carta certificada. Sea o no que el Amor de ustedes sea de un tipo superior, la respuesta debe provenir del Señor. Prahlada fue alguien que recibió la respuesta del Señor de muchas maneras. Solía sentir que Dios estaba presente en todo lugar. Sentía que su disciplina espiritual estaba siempre dirigida hacia el Señor. Para él, su trabajo se transformaba en adoración. En una ocasión, después de haberse enójado mucho debido al hecho de que Prahlada no cambiaba de manera de ser, Hiranyakashyapa lo mandó llamar y le preguntó en dónde residía aquel Dios que adoraba. Prahlada le contestó que Dios estaba presente en todas partes, en cualquier lugar en que uno le buscase. Entonces Hiranyakashyapa le preguntó si estaba, por ejemplo, en el pilar que había ante ellos. Prahlada le repitió que Dios estaba en todas partes, incluyendo el pilar. Indicó además, que era tan amplio el aspecto de Dios, que no quedaba espacio ni para poner una aguja junto a El. El padre le preguntó entonces si podría ver a Dios si quebraba el pilar, uniendo el dicho al hecho. Hemos de entender en esto por qué el Señor le dio su visión a Hiranyakashyapa, quien sostuvo siempre que Dios no existía. También hemos de entender la diferencia entre Prahlada e Hiranyakashyapa. Ha de haber algún karma (acción) tras el hecho de que uno nazca como hombre. Incluso para que nazca un árbol ha de ser plantada una semilla. De manera similar, para el nacimiento de un ser humano se requiere de una causa: del karma en cuanto semilla.

En este contexto podríamos preguntarnos respecto a que si Dios ha de venir en forma humana, no habría de haber algún tipo de karma tras de ello. El hombre no nace como resultado del karma de otros: nace como resultado de su propio karma (ley de causa y efecto). El árbol que brote dependerá de la semilla que se plante: no podrán obtener un mango si hubieran plantado una semilla de limonero. No obstante, existen dos causas del nacimiento en forma humana de Dios. Las malas obras de los malos y las buenas obras de los buenos son conjuntamente responsables del nacimiento del Señor. En el caso del que hablamos, apareció el Avatar de Narasimha en cuanto resultado del mal hecho por Hiranyakashyapa y del bien hecho por Prahlada. Prahlada proclamaba la Verdad de que Dios está presente en todo lugar y para establecer esa Verdad, Dios vino en forma humana. Con anterioridad, Hiranyakashyapa creía que Dios no existía y, llevado por su credo, buscó a Dios en todas partes y no pudo encontrarlo. Prahlada, en cambio, le encontró hasta en un pilar. Si dicen que Dios existe, existirá. Pero para el que sostiene que Dios no existe, El no existirá. Para el que vacila entre que Dios existe y no existe, Dios también existirá y no existirá. Todo ello no responde sino a los sentimientos que les sean propios. El No y el Sí no valen para Sai, para quien es siempre Sí, Sí, Sí. Se requiere de algo de sadhana (práctica espiritual) para reconciliarlos a ambos.

Tomaremos un incidente referido a un grupo de personas que decían que Dios no existe. Aparece un sanyasi (renunciante), para quien Dios sí existe. Tan pronto los otros divisaron la túnica amarilla se excitaron y le rodearon para preguntarle si Dios existía realmente. El les contestó: "¡Qué es lo que existe entonces, si Dios no existe! Si ustedes me pueden mostrar pruebas de que Dios no existe, yo puedo darles pruebas de que sí existe". Y pensando en enseñarles una lección, les indicó que les mostraría a Dios si le traían un vaso de leche. Pensando en que les mostraría realmente a Dios, se apresuraron en irle a buscar lo que pedía. Enterándose de lo que ocurría, la aldea entera se volcó hacia el lugar donde estaba el renunciante. En el centro de toda la gente, el renunciante revolvía cuidadosamente la leche y la observaba detenidamente. Después de unos momentos, les explicó que buscaba manteca. Le indicaron que cómo pretendía ver manteca en un vaso de leche. El sanyasi (renunciante) señaló entonces que, en la misma forma en que uno no puede ver la manteca directamente en la leche, así tampoco puede ver directamente a Dios. Para ver la manteca en la leche, tienen que calentar la leche, transformarla en cuajada y luego amasarla. Recién entonces se podrá ver la manteca. Todos los reunidos concedieron que, aunque no puede verse, la manteca está presente en la leche y que saldrá a la vista después de algún esfuerzo. El renunciante señaló entonces que, de manera similar, Dios estaba presente en toda la Creación, pero que se hace visible sólo después de algo de esfuerzo. De la misma forma en que se encuentra presente la manteca en la leche, se encuentra presente Dios en todas partes, y de la misma forma en que hemos de adoptar una vía en particular para extraer la mantequilla de la leche, así también habremos de adoptar una vía llamada disciplina espiritual para llegar a experimentar la Divinidad y lograr la Visión del Señor. Prahlada siguió una senda así e hizo que la gente que le rodeaba también siguiera por esa senda para lograr la Visión del Señor.

Es posible que nos asalten dudas respecto del motivo por el que el Señor hubo de adoptar esta forma especial de Narasimha para eliminar a Hiranyakashyapa. De hecho, Hiranyakashyapa era un gran hombre que había seguido una seria disciplina espiritual para lograr la Gracia de Dios, pero con el paso del tiempo también había desarrollado un gran ego y se había olvidado del Dios Todopoderoso. Cuando se encontraba realizando prácticas ascéticas, le pidió a Dios el favor de acuerdo con el cual no moriría de vejez, ni en la selva, ni en una casa; que no sería muerto ni por un hombre ni un animal; ni que moriría en un hogar ni fuera de él. Como Dios se sentía complacido por sus prácticas ascéticas, le concedió este favor, pero con el correr del tiempo, vio que tenía que eliminar a Hiranyakashyapa debido a la terrible maldad que había desarrollado. Pero, para mantener la promesa que le había hecho y matarle al mismo tiempo, hubo de asumir una forma tan insólita que no fuera ni humana ni animal. Tomó a Hiranyakashyapa y le puso sobre sus rodillas, para que no estuviera ni en la tierra ni en el cielo. Lo destruyó con sus garras, que eran algo que no tenía vida, pero que no carecía de vida al mismo tiempo. Dios puede otorgar favores, pero cuando el pecado excede todo límite, aplica castigos. No hemos de permitirnos sobrepasar los límites del pecado, por estar convencidos de que contamos con la Gracia de Dios.

El creer o el no creer en la existencia de Dios no es sino una creación de la mente de uno y nada tiene que ver con Dios mismo. En la actualidad, cuando la gente se está olvidando del sagrado aspecto de la Divinidad y fomenta en su lugar el ateísmo y el pecado, se hace necesario que los estudiantes fortalezcan su fe en Dios. Son en verdad inspiradoras y sagradas las historias de Prahlada y de la devoción de las gopikas que encontramos en el Bhagavata. Además son historias que entrarán fácilmente en sus mentes. Prahlada les muestra cuál ha de ser el alimento que deben ingerir para este sagrado tipo de disciplina espiritual. Una de las razones principales para que los seres humanos de hoy estén mostrando cualidades demoníacas, es el tipo de alimento que consumen. Les he indicado muchas veces que el tipo de alimento que coman determinará el tipo de pensamientos que surjan en sus cabezas y esto determinará, a su vez, el tipo de disciplina espiritual que sigan. Ya sea en el campo de la ciencia o el de la espiritualidad, no podrán sino concordar respecto a que el tipo de alimento que coman determina el tipo de conducta que muestren. La parte densa de los alimentos que ingerimos es excretada. El contenido sutil del alimento es convertido en sangre. Y un contenido aún más sutil es convertido en mente. En gran medida, nuestras ideas son determinadas por el tipo de alimento que comemos y esto es lo que configura nuestra conducta. El alimento y la conducta se han transformado en las razones principales para nuestras buenas y malas acciones.

Si realmente queremos llegar al nivel de la comprensión divina, deberemos acostumbrarnos a la disciplina espiritual apropiada. Entre todas las cosas que nacen, lo más sagrado y difícil es llegar a nacer como ser humano, y habremos de esforzarnos por alcanzar este objetivo divino. Prahlada se encontraba constantemente inmerso en la divina repetición del Nombre del Señor, y en la era actual también es esto lo único que nos permitirá alcanzar la Dicha Divina.