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Discursos dados por Sai Baba

01. ../06/78 Discurso inaugural

Discurso inaugural

Discurso inaugural

Junio de 1978

En este país de Bharat (India, la tierra con apego al Señor), una de nuestras más grandes tradiciones la ha constituido la cualidad de la tolerancia. Otro importante ideal ha sido el de la adhesión a la Verdad. Qué cosa podría ser más dulce que la costumbre, ampliamente aceptada en este país, de acuerdo con la cual respetamos el amoroso aspecto de la madre.

Además, nuestro honor nos parece más valioso que nuestra vida misma. Estamos dispuestos a sacrificar nuestra vida en aras de nuestro honor. Mas, ¡qué lástima!, hoy en día nos estamos olvidando de estos ideales y, en su lugar, aceptamos ideales fóráneos. Hemos olvidado nuestra propia cultura.

¿Qué más podría decirles a los ciudadanos de este país?

Al igual que el elefante que no conoce su propia fuerza, los ciudadanos de este país tampoco conocen la suya.

Los resultados de nuestra educación habrían de ser las buenas ideas, la buena conducta y la adhesión a la Verdad. Aquello que fomente estos aspectos sería, en verdad, una verdadera educación. Sólo aquellos que adquieran estas cualidades pueden ser tildados de gente educada.

Educadores, autoridades educacionales, benefactores de la educación, estudiantes y maestros: Hoy en día, han desa parecido en nuestro país los valores espirituales, el Drama (la Rectitud) ha decaído, la adhesión a la Verdad no se en cuentra por ninguna parte, rasgos demoníacos como la crueldad, la dureza, la falta de verdad y el egoísmo se han extendido por todas partes. Este país fue conocido en una época, en todo el mundo, por su conducta dhármica (modo de vida superior). Al igual que los padres que lamentan los pobres logros educacionales de sus hijos, la madre patria de la India se siente entristecida cuando nos mira, al ver que hemos perdido la fe en nuestras tradiciones espirituales. Con el objeto de lograr la pacificación de esta madre patria nuestra, es deber de los jóvenes estudiantes prestar servicio a la comunidad y aprender las cosas correctas que se espera que la educación les enseñe. El país no consiste meramente de polvo y tierra, sino que consiste de la gente que vive en él. Los estudiantes habrían de reconocer que corregir al país significa corregir a la gente y llevarla hacia el camino correcto. El resultado natural primordial de la educación debería ser la habilidad de prestarle algún servicio al país y el de restablecer los valores espirituales en él. De esta manera deberíamos mostrar que, en este aspecto, detentamos un liderazgo en el mundo.

El valor de un individuo depende de su cultura. La cultura de uno constituye un aspecto muy sagrado y ha sido heredada de nuestros ancestros. No podemos interpretar ni entender la cultura de manera superficial. Ella conlleva un significado muy profundo. Constituye el primer deber de un individuo desechar la mala conducta en su vida diaria y mejorar sus hábitos cotidianos. Los méritos gracias a los cuales tendrán derecho a convertirse en ciudadanos útiles al país, habrán de adquirirse mientras sean estudiantes. En toda la vida de un ser humano, el período más importante es el de la época de estudiante. El estudiante representa algo así como la raíz del árbol de su vida. Reconociendo esta verdad habrían de llevar con alegría la vida de estudiantes y extraer buenas lecciones de ella.

Hoy en día, el gobierno no tiene ni la capacidad ni el derecho para corregir a la gente. No se encuentra en él la calidad de lo sagrado por medio de la cual la gente puede corregirse a sí misma. También la gente ha perdido la capacidad de corregir al gobierno. Cuando observamos esta situación desde la óptica espiritual, no vemos, ni en el gobierno ni en los gobernados, la capacidad por medio de la cual puedan corregirse. La razón para ello reside en que las personas no han corregido sus vidas cuando eran jóvenes, para lograr así que sus vidas se hicieran útiles al llegar a ser mayores. Ello se debió a la incapacidad que tuvieron para reconocer qué tipo de conducta las habría hecho útiles cuando llegaran a ser mayores. En este contexto los estudiantes habrán de darse cuenta ahora de que deberán introducir las correcciones necesarias en sus vidas mientras sean jóvenes aún, para que sus vidas resulten útiles cuando sean mayores. Los estudiantes habrán de tener en sus manos el futuro de este país. En cualquier parte que se reúnan, habrán de demostrar que en ellos prevalece la calma y la paz y que la comunidad les respeta. El lugar en que se reúnan los estudiantes debería convertirse en un símbolo de paz y felicidad. Esto representa el síntoma correcto de la buena educación. La principal de las razones por las cuales los estudiantes de hoy han perdido sus tradiciones dhármicas (virtuosas) es su contacto con la civilización occidental. Ellos no ven las cosas con sus propios ojos. No experimentan las cosas con sus propias mentes y corazones. Están tomando prestados los ojos de otros y tomando prestados los pensamientos de otros. Están haciendo que sus vidas sean imitativas y artificiales. ¡Estudiantes!: Es muy necesario que reconozcan que la juventud es como la raíz del árbol de la vida. El abono y el agua que hemos de darle deben ser puestos en las raíces, y no en las ramas ni en las hojas. Nunca dudemos en mantener la paz y la felicidad en nuestras mentes, paz y felicidad que vienen a ser como las ramas y las hojas, y no olvidemos que hemos de darle importancia a la conducta dhármica que representa las raíces. En ese contexto, habríamos de darnos cuenta de que el abono y el agua bajo la forma de moralidad y conducta dhármica han de ser aceptados y practicados mientras uno es estudiante. Lamentablemente, los corazones puros, tiernos y buenos de los estudiantes están siendo agitados, corrompidos y arruinados por los líderes políticos en consecución de sus propios intereses egoístas. Y de esta manera están arruinando toda la vida futura de los jóvenes estudiantes. La vida de un estudiante es muy valiosa. Todo el futuro de un país depende de la buena conducta de sus estudiantes.

Hemos de darnos cuenta de que todos los líderes de hoy fueron estudiantes en algún momento. Si desean convertirse en líderes cuando tengan más edad, habrán de cultivar desde esta temprana edad lo sagrado que les hará ser buenos líderes. La política es buena a su manera, pero no lo es para los estudiantes jóvenes. Después de terminar la carrera de estudios podrán decidir por sí mismos lo que sea bueno para ustedes. Si entran en la política siendo aún estudiantes, no podrán hacer nada bien en ninguno de los dos campos. Esto no será ni correcto ni bueno para vuestra conducta. No se trata de que en la esfera política se den sentimientos mezquinos como la envidia, el ego o la ira que les vayan a llevar por una senda negativa y equivocada. Sino más bien que la esfera política es de una índole tal que fomenta diferencias entre la gente. No lleva a la unidad entre las personas. La lujuria es como un demonio, la envidia es como un loco y el ego es algo temible. Ellos se han convertido en parte de nuestra vida diaria, disminuyendo así nuestra calidad de vida.

El hombre está perdiendo las cualidades humanas que le son inherentes porque está lleno de ego. No entiende su verdadera forma. Tampoco hace el intento por entender a sus congéneres humanos. Este ego es una cualidad tan mala que incluso ha arruinado a dioses y ángeles y no sólo a seres humanos. Cuando entra el ego en la mente de los estudiantes, desaparece de ella el aspecto fundamental mismo de la educación. La educación les confiere humildad, la humildad les conduce al merecimiento, el que a su vez les otorgará riqueza. La riqueza habrá de permitirles tomar por la senda dhármica (la de la Acción Correcta). Por ende, los estudiantes habrán de aprender ante todo a ser humildes y a conducirse con humildad. Hoy en día, pese a que es muy poco lo que aprenden, se sienten muy orgullosos. Por causa de esto están perdiendo el corazón amplio que deberían tener. La educación no está destinada tan sólo a amasar fortuna. Está destinada a revelar la verdadera y sacra naturaleza de la vida. Y no solamente esto, sino que el respeto que los estudiantes puedan merecer y el honor que les confiera la sociedad, dependerán de las cualidades que puedan exhibir. Lo más importante en el hombre es su carácter. Cuando los estudiantes puedan fomentar el carácter en sí mismos, serán capaces de hacer el bien al país. Espero y se lo pido también al Ministro de Educación que está presente aquí, que velemos porque en todas las esferas la mundana, la dhármica y la moral se enseñen buenas cosas y sean protegidas las tiernas mentes de los estudiantes. Los estudiantes ponen hoy mucho esfuerzo de su parte en lograr un diploma, pero hacen uso de ese diploma para ganarse la vida a duras penas. ¿Emplean siquiera una pequeña fracción de su tiempo en fomentar buenas cualidades en sí mismos? No se sientan orgullosos de su magra educación ni piensen que ella está destinada tan sólo a conseguirles un diploma. Ella está destinada a capacitarles para prestar servicio sin ego y para ayudar a vuestro país y a vuestra gente a prosperar. Estamos convirtiendo en escudilla de mendigo a la santidad de la educación. Se hace muy necesario inculcarle a los estudiantes un sentido de los valores y entrenarles para que se sacrifiquen, sonrientes y bien dispuestos, por la prosperidad del país. Mientras dependamos del atractivo del mundo no podremos escaparle al conflicto en que nos encontramos hoy en día. Cuando estemos preparados para sacrificarnos plenamente, nuestra prosperidad crecerá. Debemos convertirnos en guerreros que estén dispuestos a llevar a cabo un trabajo activo. El país no puede prosperar teniendo una cantidad de gente perezosa. Sin desperdiciar nuestro tiempo ni nuestra vida, hemos de ser capaces de tomar por la senda de la indagación espiritual y fomentar la santidad de este gran país de Bharat. Después de gastar miles de rupias y de darles muchos problemas a nuestros padres para conseguir un diploma, convertimos este diploma en una escudilla de mendigos y vamos de oficina en oficina mendigando por un trabajo. Debemos convertirnos en personas que puedan pararse en sus propios pies y apoyarse en sus propios recursos. Es deber primordial de los estudiantes aprender a valorar el trabajo duro. Debemos mostrarles a nuestros padres nuestra gratitud y desarrollar entonces la determinación de servir a la comunidad. La felicidad y la seguridad del país habrán de ser vuestra primera meta. Habrán de reconocer que el verdadero significado de la educación consiste en darles satisfacciones a vuestros padres y a vuestro país. Esto le traerá prosperidad al país.

Me siento feliz de que el Gobernador y el Ministro de Educación estén aquí para participar en la ceremonia inaugural de nuestros Cursos de Verano sobre la cultura y la espiritualidad indias.

Espero que puedan lograr inspiración y aprender buenos ideales del curso, y que los llevarán a la práctica. Vemos hoy en día que dondequiera que se reúnan estudiantes, hay agitación e inquietud. Esto se debe a que no son capaces de entender el verdadero significado de la educación. No es correcto ingresara un colegio como estudiantes y correr tras placeres sensoriales con esa excusa. Los jóvenes ingresan a un colegio en busca de educación, mas ¿reciben una verdadera educación? Los estudiantes ingresan con un objetivo, pero logran un objetivo diferente. Si los estudiantes tuvieran un problema, tienen el derecho de tomar contacto con las autoridades y discutirlo con ellas. Pero no tienen el derecho de causarles daño y perjuicios a otros.

A partir de mañana van a escuchar a los mayores hablarles sobre la unidad de todas las religiones y lo sagrado de la cultura de la India. Espero que extraigan grandes ideales de todo ello y que los lleven a la práctica. Deben empeñarse en devolverle a este gran país la gloria de la que gozara en el pasado.