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Discursos dados por Sai Baba

09. ../05/77 El pesar no es natural en el hombre

El pesar no es natural en el hombre

El pesar no es natural en el hombre

Mayo de 1977

LA FELICIDAD REPRESENTA SU NATURALEZA

Cada ser humano nace en el karma'`, crece en el karma

y obtiene la Liberación a través del karma,.

De hecho y para cada uno, el trabajo es Dios y el trabajo

es causa tanto para su pesar corno para su placer.

En este mundo, todos los pesares y todos los placeres

son causados únicamente por el trabajo del hombre.

¡Encarnaciones del Alma Sagrada!: Hay algunas cualidades que acompañan siempre al individuo. Sus penas, su nacimiento, su trabajo, su odio, sus agrados y desagrados, su falta de poder de discernimiento y su ignorancia son cualidades que siempre le acompañan. La ignorancia se mezcla con la falta de poder de discernimiento. La falta de poder de discernimiento le da pie al apego. El apego hace surgir la ira. La ira le da pie al odio. El odio le da pie al nacimiento y al pesar. Todas estas cualidades se relacionan entre sí de manera inseparable.

Para el pesar el responsable es el nacimiento y, para el nacimiento, es responsable el propio karma de uno. Sin embargo, podríamos preguntarnos si el pesar es algo natural en el hombre o si aparece a medio camino de la vida. En ver Ley cósmica de consecuencia, de causa y efecto de las acciones, de esta vida y vidas pasadas, mediante la cual cada uno ha escrito y escribe su destino dad, si el pesar fuera algo natural en la vida del hombre, no podría liberarse de él en toda su vida. No hay base alguna que nos permita pensar que el pesar sea una cualidad natural para el ser humano. Porque, si lo fuera, no podría liberarse de él por método alguno.

Una vez que se destruye la cualidad natural, también será destruida la sustancia misma. Ningún hombre hará el intento de destruir su forma verdadera propia. Para el azúcar de palma, la cualidad natural es la dulzura y, ¿si desapareciera esta cualidad natural de la dulzura, no desaparecería también el azúcar de palma? Si desaparecen ambos, tanto el azúcar de palma como su cualidad de dulzura, el azúcar de palma mismo no existiría.

La capacidad de quemar y la de brillar son cualidades naturales del fuego, y si se eliminaran o fueran destruidas estas capacidades, también dejaría de existir el fuego. Cuando se eliminan tanto el fuego como sus capacidades naturales, el fuego desaparece y queda el carbón. La forma y las cualidades naturales están inseparablemente conectadas entre sí. A través de este análisis podemos llegar a la conclusión de que el pesar no es una cualidad natural del hombre. Es algo que llega accidentalmente desde fuera.

Hay un muy buen ejemplo para ello. Cuando el hombre está feliz y cuando le va bien, nadie va a ir a preguntarle por qué está feliz. No obstante, cuando está sumido en el pesar, los demás irán a preguntarle por el motivo. Esto nos demuestra que el pesar no es algo natural. En cambio, la felicidad y la dicha sí son naturales para nosotros. En verdad, aunque somos encarnaciones del Alma y nos encontramos naturalmente ligados a la dicha y la felicidad, a veces, debido a nuestras conexiones con el mundo exterior, sufrimos de pesares. Todo pesar no es más que algo similar a una nube pasajera.

Si una madre pone a su hijo en la cuna y el niño juega y está feliz, la madre no siente preocupación alguna. Seguirá dedicada a sus quehaceres. Si después de unos minutos, escucha el llanto del niño, vendrá corriendo y se apresurará a buscar en la cuna para ver si halla algún insecto, mosquito o algo que le haya causado dolor al niño. Vemos que, cuando el niño está feliz, la madre lo acepta de manera natural e indiferente. Pero si el niño llora, piensa de inmediato que hay algo inusual y lo investiga. Se debía a que Dasaratha reconocía que la felicidad es una cualidad natural de los seres humanos, el que los cuatro Vedas, en la forma de Rama, Lakshmana, Bharata y Satrughna, jugaban felices. Ellos son las encarnaciones de los Vedas, las Escrituras Sagradas. Sri Ramachandra representa al Yajur Veda cuando dice que la Rectitud es muy importante y que la práctica de la misma es necesaria para nosotros durante toda nuestra vida. Lakshmana aceptaba las órdenes de Rama como forales, por lo que repetía sus mandatos de la misma manera y, de este modo, Lakshmana representa al Rig Veda. Bharata sostenía siempre la idea que entonar el nombre del Señor Rama otorga la salvación y, por ello, representa al Samaveda. Satrughna se atenía a los consejos de sus tres hermanos: Rama, Lakshmana y Bharata, e intentaba destruir a todos los enemigos. Por este motivo se le puede comparar al Atharva Veda. En este contexto, Rama, Lakshmana, Bharata y Satrughna representan, respectivamente, al Yajur Veda, al Rig Veda, al Sama Veda y al Atharva Veda. Nacieron como hijos de Dasaratha. En verdad, el Sol resplandeciente en la forma de Rama iluminaba la Luna, la mente, en la forma de Lakshmana y la ciudad de Ayodhya y sus habitantes podían disfrutar del frescor de la Luna y del brillo del Sol, provenientes, en último término, de Rama. Los ciudadanos eran afortunados y vivían en esta sagrada atmósfera, jugando, cantando y disfrutando de esta santidad.

Para todo trabajo habrá una consecuencia y un resultado. Habrá un eco y un reflejo para todo lo que hagamos. Dasaratha nos muestra un buen ejemplo para esto. En una ocasión, siendo aún joven, fue de cacería a la selva. Mientras estaba al acecho de una presa, de noche en cierto lugar, escuchó algunos ruidos y, siendo un cazador experto, pudo ubicar a la presa por la dirección del sonido. Disparó una flecha en esa dirección, pero pronto descubrió que le había dado muerte al hijo de un hombre sabio. Lo lamentó profundamente y llevó el cuerpo del muchacho hasta donde estaba su padre, solicitando su perdón. Cuando el sabio vio a su hijo muerto, se sumió en el dolor y lloró desconsoladamente sosteniendo el cadáver. En medio de su agonía, maldijo a Dasaratha y le dijo que, por este pecado, sufriría de manera similar y que moriría al tener a su hijo lejos de él. Dasaratha reconoció que para todo lo que uno haga, las consecuencias serán inevitables e insoslayables. Dasaratha se purificó, convenciéndose de que había de sufrir las consecuencias de lo que había hecho. Dasaratha era un sabio entre los reyes. Se daba cuenta y sabía que el pesar es algo que viene y se va, y sentó un ejemplo para el mundo a través de su propia vida.

Cada personaje individual en la historia del Ramayana proyecta un importante ideal. Otra muestra ejemplar de conducta es Dasaratha. Cuando Dasaratha se dio cuenta de que estaba envejeciendo y que disminuían su fuerza y su vitalidad, le mostró al mundo que no podía ya seguir con la tarea de ser gobernante.

Una noche, despertando y sintiendo sed, tomó un jarro con agua y trató de vaciarla en un vaso para beber, pero constató que al intentarlo, sus manos temblaban. No pudo seguir durmiendo esa noche. Tan pronto como amaneció, envió por sus Maestros espirituales Vasishta y Vamadeva. Le confió a los gurús (Maestros) que su vitalidad y la fuerza de sus órganos había menguado y que, por ende, no podía seguir gobernando el país. Les pidió que hicieran todos los preparativos para.instalar a Rama en el trono. Con esta actitud demostró la verdad de que un individuo que no está en pleno control de sus propios órganos no tiene derecho a gobernar un país. En cuestiones de gobierno, Dasaratha realizó el código de conducta correcto para el rey y el código de conducta correcto para el pueblo. Sea cual fuere el individuo, por muy grande que sea, habrá de reconocer las condiciones que le rodean y ajustarse a ellas. No obstante, en algunas instancias del Ramayana, en especial cuando Rama partía a la selva, se ha dicho que Dasaratha no podía soportar el dolor y que cayó desvanecido. También aquí Dasaratha estaba proclamando que tales pesares son incidentales y que se producen debido a nuestra relación con el cuerpo humano y a nuestro apego por él. Para un individuo no existen los hijos antes de que hayan nacido. En tales condiciones, ¿cómo se entiende ya sea el pesar o el dolor que pueda causar el propio hijo? Se debe únicamente a la relación corporal que el padre experimente el pesar. Resulta obvio aquí que cualquier pesar o dolor causado por un hijo, es algo que se produce a medio camino de la vida de uno y que no le es connatural.

Antes de que uno se case, nada sabe respecto de las actitudes de la propia mujer. Antes del matrimonio, cualesquiera sean las dificultades que pueda enfrentar la joven mujer, nada de ello le causará preocupaciones al futuro marido. Pero una vez llevado a cabo el matrimonio, aunque la mujer no sufra sino un pequeño dolor o tenga una nimia dificultad, el marido también sufrirá un gran pesar. Este ejemplo nos muestra claramente la verdad de que estos pesares y dificultades llegan hacia la mitad de nuestras vidas y que para nosotros no son connaturales. Por el hecho de entender esta verdad, Dasaratha pudo bendecir a Rama cuando estaba por partir. Pudo aconsejarle cómo evitar dificultades en la selva y pedirle que volviera pronto y felizmente. Esta fue la bendición que le impartió por conocer la situación. Rama adhería en todo momento a la Verdad, y debido a estas cualidades, no habría de tener problemas en la selva. Rama era un hijo ideal. Se cree a menudo que si uno tiene un hijo, no habrá dificultades para que el padre logre la salvación. Pero ello no es siempre correcto. ¿No tenía muchos hijos el rey de los Kauravas? ¿Qué beneficio obtuvo de todos sus hijos? Suka no tuvo hijo alguno y, ¿no obtuvo la salvación? Dhritarashtra tuvo cien hijos y no le quedó ninguno siquiera para celebrar para él los últimos ritos, en tanto que Suka alcanzó la salvación sin tener hijo alguno. Esto no quiere decir que deba llegarse a la conclusión de que, ya sea el bien o el mal, provendrá de los hijos. Sólo cuando los hijos tomen por la senda correcta, el bien recaerá sobre los padres. El hijo que haya gozado de la gracia y la bondad de su padre, deberá retribuirlas con gratitud, llevando a cabo las mismas buenas cosas a su vez. La causa principal para el sagrado nacimiento de un ser humano, son los padres. Si el hombre no le muestra gratitud a sus padres en retribución por haber alcanzado tan sagrado nacimiento humano, su vida será inútil.

Para establecer la verdad de tales declaraciones ante el mundo, le dijo Dasaratha lo siguiente a Rama en el Ramayana: "Vete a la selva por el bien de la adhesión a la Verdad". Dasaratha no tenía ningún tipo de apego y tenía la facultad de discernir entre lo justo y lo injusto. No era de manera alguna un ignorante. Reconocía que todos los apegos no son sino relaciones entre un cuerpo y el otro, y esto no representa sino un apego mundano. En una ocasión en que el sabio Durvasa visitó a Vasishta, Dasaratha le preguntó sobre la cronología de su dinastía. Dasaratha le hizo esta pregunta a Durvasa con el afán de saber si su familia seguiría sosteniendo la Verdad y la Rectitud. Ya entonces, Durvasa le confirmó a Dasaratha que los hijos que tendría serían encarnaciones del Dharma (la Acción Correcta), que protegerían la Verdad y que estarían dotados de numerosas buenas cualidades. Desde aquel día no pensó sino en que aun no teniendo sino un solo hijo, se daría por satisfecho, siempre que este hijo le trajera reputación y gloria. Es en este contexto que se ha dicho que más vale ser un cisne de corta vida que un cuervo longevo. ¿De qué sirve tener barriles de leche de burra? Mucho mejor es tener una cucharada de leche de vaca. Así también, aunque no haya sino un individuo, si este único individuo puede dedicar su tiempo al servicio de la comunidad que le rodea, eso basta.

Cuando las fuerzas de vuestro cuerpo, las de vuestra mente y las de vuestra inteligencia están bien y son poderosas, ¿de qué les sirve la vida si no la pueden usar para ayudar a otros? Ella no sería más que un desperdicio. No pueden llevar una vida como la de una gota de aceite sobre la superficie del agua, sin tocar nunca el agua. Vuestro nacimiento, vuestra vida, vuestro estilo de conducta están todos íntimamente conectados con la comunidad que les rodea. Si no se acuerdan de esa comunidad a vuestro alrededor y si en todo momento no piensan sino en los propios intereses egoístas, no le significarán ningún bien a nadie.

En verdad, habiendo nacido en el sagrado país de Bharat, habiendo vivenciado sus tradiciones y su cultura, si no son capaces de embeberse de esa cultura, vuestra vida misma no será más que un desperdicio. Pueden prestarle oídos a muchos discursos, pueden pronunciar ustedes mismos muchos discursos, pero si todo lo que oyen y todo lo que dicen no es puesto en práctica en sus vidas, esta misma vida se tornará irreal y artificial. ¿Se aliviará el hambre que sientan con que sólo oigan hablar de deliciosos alimentos y exquisitos platos? ¿Eliminarán la miseria de un pobre contándole historias sobre dinero? ¿Si les enumeran las bondades de una serie de medicamentos, curará ello vuestra enfermedad? ¿Se arreglarán vuestras finanzas con que sólo les hablen de los depósitos en un banco? Si están sentados en la oscuridad, ¿desaparecerá la oscuridad hablando de la luminosidad de mil velas? Del mismo modo, la ignorancia y la envidia que anidan en la oscuridad de vuestros corazones habrá de ser eliminada, no a través de la prédica, sino a través de la práctica de la buena conducta. Después de su eliminación, hasta la más pequeña bombilla que posean les será útil.

Jóvenes: En lugar de relatar cientos de cosas, y de hablar sobre cientos de cosas deberán estar preparados para llevar a cabo al menos una, y mostrarla a los demás a guisa de ideal. En verdad, deberían reconocer que el pesar, los dolores y las pérdidas aparecen hacia la mitad de sus vidas. No han nacido con ustedes. Estas cosas aparecen a medio andar por la vida y también se van a medio andar, no se quedan con nosotros de manera permanente. Cuando podamos reconocer muy bien esta verdad, ningún dolor ni ningún pesar nos preocuparán ya.

¡Encarnaciones del Alma Divina!: Han estado prestándole oídos a una serie de historias del Ramayana. De todos estos ideales que hemos encontrado en Rama, Lakshmana, Bharata, Satrughna y Dasaratha, deberán extraer al menos uno o dos para ponerlos en práctica en sus vidas. Si no pueden hacerlo, habrán perdido su tiempo. No solamente habrán perdido el tiempo, sino que le habrán restado propósito a sus vidas y se les habrá escapado el hacer buen uso de la que les ha caído en suerte. No anden siempre en busca de la autoridad. Lo que deben intentar y llevar a cabo es servir. Hagan uso de su cuerpo, su mente y su inteligencia en la senda de prestarle Servicio a otros. Han de reconocer que este cuerpo humano les ha sido dado con el objeto de ayudar a otros. Día tras día hemos estado oyendo hablar de los grandes ideales que han sido enseñados por grandes preceptores espirituales. Si después de haber escuchado tantas cosas buenas no se produjera cambio o transformación en ustedes, toda vuestra vida no sería sino dilapidada. Todas las religiones no enseñan sino un destino común y una sagrada y beneficiosa senda. En su conjunto, todas las religiones no nos han enseñado sino lo bueno. Si las mentes de los hombres son buenas, ¿cuál religión sería mala? Las tachas y las fallas están en nuestras mentes y no en cualquier religión. Rama gobernó su reino en paz, reconociendo que la felicidad del pueblo era su felicidad y que la prosperidad del pueblo constituye la preocupación primordial del rey.

Rama jamás pensó en que El era el rey y que el pueblo le estaba sometido. Nunca sintió envidia ni tuvo ego en su mente. Se consideraba a sí mismo como un conductor que había de guiar al pueblo. A través de su propia conducta hacía que el pueblo siguiera por la senda correcta, mostrándola a todos. Para sentar un ejemplo para el pueblo, envió a su propia mujer a la selva, con el fin de proteger la Verdad. Si se trataba de adherir a la Verdad y al Dharma (la Rectitud), Rama no paraba mientes en que la persona involucrada fuera la mujer a la que había desposado o el hijo suyo que estaba por nacer.

Jóvenes: Es mi esperanza